Basketball por Jotaru

Summary: Para algunos el basketball es un deporte como cualquier otro que consiste en que la pelota entre en la canasta bajo las reglas indicadas... Para otros, el principio de un amor. [01x02][04x03]

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 Segundo tiempo, el equipo local lleva la delantera por 22 a 19.

En la enorme cancha de deporte dos equipos se encontraban compitiendo por la posesión del balón, uno de ellos portaba un uniforme color naranja mientras que el otro uno de color blanco y verde. El primer equipo era el local, cuyo capitán era Trowa Barton; Un chico alto, cuerpo deportista, de cabello castaño corto cubriéndole un ojo, los cuales eran verdes esmeralda. Mientras que el segundo, el visitante tenía por capitán a Tohuro Mihiru, este era morocho con ojos miel y cabello corto en forma de ‘hongo’, el joven era más alto que el capitán del equipo contrario pero a pesar de eso, entre ellos, eran buena competencia.

La escuela secundaria Broken Wings* estaba entrando con su equipo de basketball en las ligas de la NBA aspirando ser campeones, su entrenador era un hombre muy rudo y exigente que siempre hacia esforzarse al por demás a la totalidad de sus alumnos; sus dos mejores jugadores eran Heero Yui y Trowa Barton, quienes siempre lograban cumplir con todas sus exigencias... aunque eran de carácter fuerte, llevándose siempre la contra con el entrenador y apoyándose entre ellos.

El tiempo se terminaba, pronto se dictaría la victoria del equipo local... de no ser porque un participante del equipo visitante tomó posesión del balón y encestó una canasta de 3 puntos, cambiando el marcador a favor del mismo. Ante esto un joven de cabello corto revuelto, cuerpo igual de atlético que el capitán pero con menos estatura y ojos cobalto consigue ser el dueño de la pelota, avanzando y esquivando rápidamente a los contrincantes, al llegar a la canasta encesta haciendo cambiar nuevamente el marcador; entonces el silbato suena dando finalizado el segundo tiempo.

Gana el equipo local, por 24 a 22.

Todos los participantes de uniforme anaranjado se acercaron a las bancas, donde un hombre alto y morocho con ojos celestes brillantes los esperaba.

- Muy buen trabajo chicos, aunque me esperaba más diferencia -habló dándole una toalla al capitán del equipo-

- Tenían buena estrategia -respondió el alto secándose el rostro-

- Me di cuenta, pero con el entrenamiento que les di me pareció que era para más -poniéndose muy serio- quiero que para el próximo partido hagan una diferencia de cinco puntos.

- ah Traize... -un joven de ojos cobalto se acercó- deberías ser menos rudo, hay algunos del equipo que no pueden satisfacerte... no todos son tus esclavos.

- Heero tiene razón, deberíamos ponernos a la par de los demás y no sentirnos superiores -acotó el ojiverde-

- Ustedes pueden dar más, no deben atenerse, recuerden que en la NBA no tienen compasión -Traize-

- Si les mostramos todo ahora, sabrán como detenernos... mejor ocultamos nuestros puntos débiles y fuertes -el chico de cabellos rebeldes se alejó-

- ... yo pienso igual -opinó el capitán dejando solo a un pensante entrenador-

Luego de unos minutos la cancha estaba vacía y el equipo visitante se retiró del establecimiento, ahora los ganadores acomodaban sus pertenencias para irse a sus respectivos hogares.

- Chicos, nos vemos mañana, que pasen buen fin de semana -anunció Traize saliendo de los vestidores-

- Capitán, buen juego -saludó un alero saliendo por la puerta-

- Trowa... -llamó el ojicobalto- ¿puedes avisar en el club que no iré? -cerró su casillero-

- Seguro ¿Piensas ir a su fiesta? -terminó de abrocharse la camisa del colegio-

- No pude rechazar... iré por compromiso -tomó un bolso que estaba arriba de la silla-

- ¿Cuándo le dirás? -cerró su casillero-

- Luego de su cumpleaños -comenzó a caminar-

- Esa joven te esta acaparando, hace un mes que no vas al club -caminó a su lado con el bolso en la mano-

- Lo sé, pronto terminare con ella

Ambos jóvenes comenzaron a dirigirse a sus hogares, era de noche y todo se mantenía tranquilo por ese barrio, charlaban de lo que tenían en mente... uno de los temas principales era la pareja de Heero, Relena Darlian.

La chica lo había conocido en el campeonato de política y, desde entonces, no lo había dejado ni respirar; pronto se convirtió en algo parecido a su ‘novia’ a pesar de que no era oficial, psíquicamente la chica se sentía dueña del joven hasta no dejarlo ni salir al centro. Su amigo, el capitán del equipo de básquet, pronto se asustó por la situación... su amigo no solía tenerle tanta paciencia a alguien y a pesar de su mal humor por no poder asistir a los clubes aún continuaba al lado de la chica, lo cual era extraño; pero luego se enteró que esa apariencia melosa y posesiva que tenía Relena no era por ser consentida, sino por falta de cariño, algo que Heero no podía darle y que en su afán por no lastimarla intentaba compensar dejándole creer que era su ‘novio’. Ahora, la mencionada chica pretendía presentarlo frente a su familia... se le estaba yendo de las manos al ojicobalto, así que terminaría con ella y le pondría en claro todos los puntos.

Trowa a veces no entendía a su amigo, siempre era frío con la gente pero en ocasiones se mostraba demasiado pasivo y dominado, quizás él no veía cosas que Heero sí, o realmente era muy complicado. En cambio Heero únicamente hacia lo que su corazón dictaba, si en ese momento tenía ganas de algo, sin dudarlo dos veces lo hacia; esa era la explicación por la cual ahora quería terminar con Relena... simplemente se había cansado del juego.

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Dos chicos entraban en un departamento a oscuras, pronto la luz fue encendida por uno de ellos mientras el otro dejaba dos mochilas en el sillón de aquel amplio living. El joven que encendió la luz, un chico de cabellos rubios cortos y hermosos ojos celestes, se acerca al televisor ubicado enfrente a la sala y lo prende; mientras que el otro, un joven de cabello largo castaño atado en una trenza y exóticos ojos violetas, se dirige al comedor.

Aquel departamento era sencillo pero bastante cómodo para dos personas, poseía un gran living decorado con muebles color beige, las paredes eran de color blanco y los muebles en marrón oscuro barnizado; Frente a la puerta de entrada se ubicaban los sofás, y frente a estos, en la pared de la izquierda, un aparador que ocupaba casi la totalidad de la pared donde en cada estantería habían diferentes libros, fotos y videos. En el centro del aparador estaba el televisor y en el estante de abajo la reproductora de video. La puerta que daba a la cocina comedor era de corrediza y estaba ubicada al final de la pared antes mencionada; los muebles y las paredes en igual tono a excepción de la cocina (después de una puerta al final del comedor) cuyos muebles eran todos blancos al igual que las paredes.

Las habitaciones estaban situadas después de un pasillo, al otro extremo del living.

- Duo, la película esta puesta... ¿te ayudo? -se ofreció el rubio acercándose a la puerta de la cocina-

- ¡Ok! -respondió con una sonrisa agotada- Tu llevas la gaseosa y yo llevaré las palomitas

- ¿Seguro quieres ver hoy la película? Estas muy cansado, deberías dormir y la vemos mañana -aconsejó sacando una botella de color negro-

- Q-chan, estoy bien... mejor vemos la película hoy y mañana nos tomamos toda la tarde para dormir ¿Qué dices?... es que sino mañana nos aburriremos, mejor darnos una linda velada, te juro que estoy bien -tomó el recipiente con palomitas-

- Bueno, si estas seguro por mi no hay problema... -siguió a su amigo-

- Je, estoy segurísimo hombre, tranquilo -le dedicó una sonrisa y se sentaron- además hay que aprovechar, no siempre salgo temprano del colegio

Ambos adolescentes se acomodaron en el sofá y comenzaron a ver la película; no siempre podían disfrutar de la compañía mutua en esas épocas de clase, quizás porque era cuando más se tenían que esforzar en aprobar todas las materias, o porque su amigo tenia que estar siempre presente en su casa.

Ellos asistían al colegio Orange Road** el cual se caracterizaba por su doble turno, era muy extenso y con muchas oportunidades para aquellos alumnos que quería estudiar el arte culinario, por poner un ejemplo, o las artes marciales; el colegio en si contaba con talleres especializados en algunas de estas áreas y así darles al alumno más comodidad y aceptación. Pero contaba con una regla algo incomoda para otros alumnos que solo esperan tener un secundario completo, si eras alumno del colegio tenías que estar al menos en dos de los talleres para poder recibir un titulo... esto era lo que les comía tiempo y aseguraba que los chicos no estuvieran en casa hasta pasadas las cinco pm.

Al terminar la película Duo estaba casi dormido pero aún con los ojos abiertos, no acomodaron nada simplemente apagaron el televisor y se fueron a dormir con un simple ‘buenas noches’. En la mañana (o en la tarde, dependiendo de cuanto durmieran) se encargarían de arreglar la sala.

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Sábado por la noche... un fin de semana mas, todos eran iguales... esperaba ansioso el día en que por fin todos sus días tuvieran algo distinto, pero nunca llegaba. Termino de vestirse con ese traje negro y camisa blanca, un poco más de paciencia... este sería el ultimo día que tendría que verla, ya había hecho mucho por Relena, era tiempo de que ella aceptara sus condiciones.

El timbre del departamento anunció una visita y su habitante salió de la habitación para dirigirse a la puerta. Todo en ese ‘hogar’ estaba amoldado perfectamente a su persona, su habitación era lo más simple pero cómodo que podía tener; una cama de plaza y media en el centro, un armario de cuatro puertas donde guardaba TODO lo que necesitaba ubicado a la derecha de la cama y frente a este una ventana de dimensiones normales. Heero pasó por el estrecho pasillo y cruzó el living el cual estaba amoblado con sillones color negro, las paredes eran blancas que debido a la poca iluminación daban un aspecto muy sereno, un modular de roble frente a los sillones y frente a este una salida al balcón de doble hoja con vista a una avenida.

El departamento era le mejor regalo que le pudo haber dado su difunto padre, y lo valoraba mucho.

- Ya bajo, un segundo -anunció al hombre que lo esperaba-

- No se tarde mucho, o la señorita se molestará -aclaró el hombre haciendo una leve reverencia-

Heero acomodo algunas carpetas que se encontraban sobre la mesa de centro y tomó el saco negro que había dejado sobre uno de los sillones, luego de ponérselo tomó las llaves de la casa y su celular saliendo rápidamente.

Era hora de darle fin a todo este juego.

A llegar a la casa de su ‘novia’ se bajó del auto siempre con su porte seguro y serio, en el momento que entró a la enorme casa una joven rubia de ojos celestes se acerco a él sonriendo sinceramente.

- Que bueno que viniste, por un momento lo dude -tomó del brazo al ojicobalto- ¿Cómo estas?

- Bien. -respondió fríamente, ya era costumbre-

- ... -lo miró y sonrió- ¿sabes? Se me ocurrió que quizás... sea mejor que te presente hoy, después de todo para mañana todos me van a preguntar por ti.

- No -se soltó del brazo de ella y se paró enfrente-

- ¿Qué pasa?... ¿Por qué no quieres? -preguntó tranquila-

- Relena... tu sabes que en ningún momento comenzamos a ser novios, quiero que lo entiendas, no tengo tiempo para romances -cortante-

- ... pero Heero tu... -bajó la vista- has estado conmigo todo este tiempo, creí que me querías... ¿no es eso suficiente?...

- Debes encontrar a alguien que te quiera y te pueda dar todo ese cariño que buscas, pero yo no puedo -hizo una pausa- no quiero verte llorar, es tu cumpleaños.

- Pero yo te amo... -susurró la chica intentando aguantar su llanto-

- No puedo estar contigo todo el tiempo... eh dejado de ir al club y no puedo posponerlo mas, no puedo corresponderte -frunció el ceño- los romances no son para mí.

- ¿Entonces cómo es que has estado tanto tiempo a mi lado, simulando quererme? -lo encaró con los ojos vidriosos-

- Nunca dije que te quería, tan solo no puedo herirte... entiendo tu situación -fríamente- pero no puedo darte lo que buscas.

- ... ¿no puedes... tan solo estar a mi lado?... -preguntó soltando las lagrimas y arruinando su maquillaje-

- Para estar, no necesito ser tu novio -aclaró secándole las lagrimas- quieres cariño, pero no te lo puedo dar... quieres ocupar todo mi tiempo, y yo prefiero estar solo.

- Entiendo... -respondió volviendo a bajar la vista- entonces, aún podemos ser amigos ¿no? -intentó sonreír-

- Si.

- Señorita Relena... ¿Quién es su guapo invitado? -preguntó una rubia que se acercó, tenía unas cejas bastante exageradas- ¿Algún novio sin presentar, acaso?

- Eh... -balbuceó sonrojándose suavemente- no, solo un amigo... -respondió algo amargo-

- Pues tiene un amigo muy lindo señorita -comentó la cejona abrazando a Relena con hipocresía-

Heero las ignoró completamente y fue a uno de los balcones a tomar aire, odiaba las fiestas, pero a esta tenía que concurrir por simple compromiso... al menos eludiría momentos como el de recién, mujeres... siempre son un problema. Algún día todos esos problemas acabarían y podría descansar en paz... no había nada que lo atara a este mundo, no tenía a nadie que pudiera llamar familia, lo único que había era Trowa; la única persona con la cual se sentía cómoda y se entendía, pero lejos de él, nadie.

Que vida tan patética... ¿Cuándo llegaría su fin?...

... Cuanta monotonía...

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Un joven de cabello negro y ojos de igual color se encontraba en medio de aquel parque solitario de la cuidad, completamente solo. A su punto de vista, necesitaba entrenar... a punto de vista de los demás, era un demente.

Su respiración era agitada y ahora se encontraba sentado en el pasto descansando, hacia hora y media que estaba entrenando con su espada legendaria de la familia y se merecía un descanso. Cerró los ojos para sentir con mayor nitidez la brisa fresca y entonces escucho que alguien se acercaba a paso rápido; levanto la vista para divisar a esa persona y se encontró con un hombre alto, de cuerpo bien formado, cabello castaño y exquisitos ojos celestes. Sentía que lo conocía desde antes... pero ¿dónde?... ¡Ah ya lo recordaba! Era el entrenador de basketball del colegio... bastante renombrado por cierto, desde que ganaron su ultimo partido no se ha dejado de mencionar su nombre.

Volvió a cerrar los ojos al sentir que una nueva brisa pasaba por el lugar.

- Así que Traize... -murmuró-

- ¿Cómo sabes mi nombre? -pregunto el susodicho-

El joven de ojos oscuros abrió los ojos algo perturbado y se paro frente al hombre alto. Un silencio inundó el lugar.

Traize sintió como ese niño despedía una fuerte presencia, había algo en el que le atraía profundamente...

- Estudio en el mismo colegio en el cual trabajas. -respondió el joven- soy Wufei Chang, líder del taller de artes marciales -estiró su mano-

- Oh, entiendo -sonrió y estrecho la mano del otro- ¿Y qué hace un alumno de nuestra institución solo en el parque a altas horas de la noche?

- Entreno. -respondió mostrando su espada-

- Aficionado, eso habla muy bien de ti -ensanchó su sonrisa-

- Si me disculpa... se hace tarde, debo retirarme -comenzó a caminar rumbo a la salida de aquel lugar-

- Ten cuidado en el camino -aclaró mirando como la figura del joven desaparecía para fundirse con la oscuridad-

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Broken Wings*: Dedicado a Regan, quien en medio de una conversación nombró esto y me gustó como sonó para este nuevo fanfinc, perdón si te pareció inapropiado... pero todo surgió muy rápido; espero no te enojes...

Orange Road**: Lo sé, que poco original XD es que no tengo cabeza, quiero empezar este fanfinc porque le tengo ideas y no le puedo dejar pasar algunas cosas… además queda muy fuera de lugar y poco mi estilo, tenía que llenar el espacio XDDD

N/A:  XDD bueno aquí un nuevo fanfinc mío... este... bueno no será actualizado tanto como el otro, pero realmente tenía deseos de comenzar esto y por eso aquí subo el primer cap... algo corto ¿no? XD... es que es bastante complicado para mi hacer una vida ‘normal’ de un alumno, pero bueno... pronto las cosas serán más fáciles, ya veré.

Desde ya, muchas gracias por leer y mil gracias mas si dejan comentario, byes... espero les halla gustado.