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IRIDISCENTE / KaiSoo por Lesly

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Notas del fanfic:

:D

Notas del capitulo:

Espero que les guste

Ese año la primavera había traído consigo, además de un bello panorama, algunos acontecimientos que marcarían su vida de manera permanente e irreversible.


El giro tuvo partida el día que su madre le informó que tendrían huéspedes por tiempo indefinido.


Igual que todas las tardes, se hallaba cómodamente echado entre un cúmulo de sábanas y cobijas revueltas en la cama. El reflejo del sol contra el lustroso cristal de la ventana entraba en forma de franja, derramando fulgor sobre la alfombra peluda, y eso era lo más cerca que JongIn deseaba estar de la naturaleza. Concentrado en un juego del celular que sostenía entre sus dedos, no escuchó los pasos acercarse por el pasillo, hasta que la cabellera bien peinada de su madre asomó por el marco de la puerta medio abierta. Ella golpeteó el puño contra la madera unas tres veces antes de que con una seña, JongIn le indicara que podía pasar.


—¿Ocurre algo? —inquirió al notar que se quedaba con los pies plantados ahí y los ojos vagando a su alrededor, huyendo de su mirada. La mueca inquieta que llevaba en el rostro se lo confirmó, sin necesidad de decirlo. Avanzó a pasos lentos a la cama y tomó asiento en una de las esquinas, esperando a que JongIn dejara de mirar el celular para poder hablar lo que debía. Cuando JongIn entendió puso el aparato junto a sus piernas y la observó con fingida curiosidad.


—Hoy por la mañana hablé con mi hermana —comenzó con diligencia—, ella y su familia vendrán a vivir a DaeJeon y se quedarán aquí hasta encontrar una casa para comprar o alquilar —JongIn escuchaba sin poner demasiado interés a lo que su madre contaba, en cambio, la mujer lo miraba atenta a cualquier reacción.


Contrayendo los hombros, él volvió a sujetar el celular, luego de asentir con un movimiento descuidado de cabeza. No era algo que le preocupara; extrañaba un poco a su tía, hacía más de ocho años que no la veía y estaba seguro de que su presencia y la de su esposo en casa no afectarían en su vida de forma negativa; se sentía tranquilo.


Sabiendo que su hijo no tenía problemas con ello, la mujer se dispuso a salir, pero antes de que siquiera pudiera dar un paso, JongIn se irguió en su lugar con brusquedad, evidentemente sorprendido, como si acabara de descubrir algo de suma importancia, lo cual le hizo detenerse.


—Espera —pidió, luego cruzó las piernas sobre el colchón—. ¿Hablas de la tía SunMin?


—¿De qué otra hermana estaría hablando? —dijo entre risas flojas, pues además de ella no tenía más hermanas ni hermanos.


—¿Qué no ella y su esposo adoptaron a un niño autista? —volvió a cuestionar.


—Exacto, su nombre es KyungSoo. Eso fue hace siete años, ahora debe tener catorce —explicó curvando los labios hacia arriba. Aún no había tenido el placer de conocerlo pero su hermana y cuñado no dejaban de mencionarlo durante sus conversaciones telefónicas. Sabía de sus bocas que KyungSoo era un chico adorable y además inteligente, SunMin había hecho mención también de su amor por el arte; al parecer le fascinaba dibujar y era muy bueno haciéndolo.


Notó que JongIn arrugaba la nariz casi imperceptiblemente luego de adosar la cabeza contra las almohadas, entonces comprendió el motivo de sus preguntas. Adoptó una actitud severa antes de adelantarse a su respuesta.


—Mira hijo, no sé cuánto tiempo estarán aquí, pero sin importar lo que se queden, no quiero que con tu actitud los incomodes. Tratarás bien a KyungSoo, ¿de acuerdo?


—Per...


—No quiero peros, JongIn. No te estoy pidiendo que seas su mejor amigo, solamente que seas amable con él mientras estén aquí, ¿o te estoy pidiendo demasiado?


JongIn meneó la cabeza. —Aun así...


—¿Aún así qué? ¿Quieres estar castigado por tres meses? —Ante la clara amenaza a JongIn no le quedó más remedio que asentir y callar. Odiaba cuando se ponía así de dura, antes podría haber preterido todo lo que quisiera, pero en las últimas semanas le había demostrado que podía cumplir sus promesas de castigo y él no estaba dispuesto a vivir un día sin su teléfono, su computador y todas esas cosas a las que ya estaba acostumbrado.


—Como sea —bufó­—. Mientras no se meta conmigo no me importa.

Notas finales:

Ojalá que les haya gustado, es sólo el prólogo por lo que tal vez les resulte aburrido y demasiado corto UwU 


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