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Hanging On por yane

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Notas del fanfic:

Hellou

 

^^ 

Se que quizas digan. sera que ella anda de vaga y por eso nunca se demora en actu... xD

U_U pues No.

ya ni tiempo tngo pero es que la mayoria de las adapatciones las tngo adelantadas ,,, unas si otras no xD y bueno los miercoles estoy libre y los sabado llego temprano a casa  xDD

 

y como saben esta historia  es otra de las muchas que tngo ...

 

ACLARO QUE EL CONTENIDO NO ES MIO....  <3

aun asi agradesco que le den una oportunidad a las historias.

 

Notas del capitulo:

^^

 

Bueno chicas y chicos uno nunca sabe kkk

 

Espero que este primer capi les guste ;-; 

 

 

y bueno no digo mas a leer

"Tienes un lazo rodeando mi cuello, pero aun me aferro a el"

 

Boa sonreía al ver lo feliz que estaba su nieto Heechul,  las risas de los invitados inundaban el salón.  La fiesta  se debía a que Siwon y Heechul, celebraban el bautizo de su segundo hijo. Cinco años atrás había nacido su hija Choi Jihyo, y a pesar de que Siwon enloquecía de amor por la pequeña, que era una preciosidad, también deseaba un varón. Así, cuando Choi JunHong, nació su felicidad fue completa.

—Era un impertinente, abuela —dijo Key—. Ese tonto aprovechó mi distracción para intentar besarme, y no me quedó más remedio que darle un buen golpe.

 —Kibum, ¿otra vez? Divertida por lo que le contaba, Boa sonrió. Su nieto era de un valor incalculable, y no sólo porque su propia sangre corriera por las venas de él.

Aquel menudo y frágil muchacho tenía un carácter fuerte, y eso hacía que se metiera en problemas. Con una cristalina carcajada Key asintió.

—Abuela, no me quedó más remedio. ¡Fue repulsivo! Key era un joven de cabello rubio como el sol, y tenía unos expresivos y maravillosos ojos. Pero para desgracia de su hermano e incluso de su abuela, era demasiado rebelde, caprichoso y  orgulloso.

Heechul y Siwon, a  pesar de adorarlo, se enfadaban con él todos los días al ver que su carácter de niño mimado lo metía en problemas. Key  era listo y embaucador, y sabía que con una increíble sonrisa, o un dulce pestañeo, podía tener lo que quisiera.

Pero solo una persona, años atrás, había sido capaz de llegar al corazón de Key, y pudo con su carácter caprichoso, pero tras haberse sentido traicionado por él, su carácter se había endurecido y había cerrado la puerta al amor.

 Aquella tarde, mientras la gente se divertía, Siwon, y sus dos grandes amigos, Minho y Kai, bebían vino, y Heechul, y Taemin esposo de Minho, hablaban entre ellos.

—Creo que Sulli es demasiado pequeña para practicar karate. ¡Por Dios, Taemin!, sólo tiene seis años —dijo Heechul.

 —Yo tenía su misma edad cuando mi padre me enseño a golpear. Creo que es bueno que Sulli sepa defenderse, y no tardaré mucho en llevar a JiHyun.

Al notar la mirada escandalizada de Heechul, Taemin le indicó con una sonrisa—: ¡No me mires así, Hee! Mis hijas, en unos años, serán dos mujeres, y quiero que sepan defenderse en un mundo de hombres porque nunca se sabe lo que puede pasar. Y permíteme que te diga que deberías dejar que Key enseñara a JiHyo ciertas cosas que tarde o temprano le vendrán muy bien.

Al oír aquello, Heechul se tensó. Aún recordaba con horror a su hermano, con su pequeña hija, en una moto.

—Siwon y yo hablamos muy seriamente con Key. No queremos que nuestra hija se mate por las enseñanzas de su alocado tío. Es más, deseo criar a JiHyo como una dama, y aunque adoro a Key, no estoy de acuerdo con lo que a veces pretende inculcarle. Luhan suspiró.

Key les había contado amargamente cómo su hermano y Siwon le habían prohibido enseñarle a la pequeña Jihyo cualquier cosa que no fuera propia de una señorita.

Taemin, Luhan y Key se habían conocido años atrás, cuando los dos hermanos habían llegado a la casa huyendo de la maldad de su tío. Desde el primer momento, Key se había sentido atraído por aquellos dos muchachos, y tras forjarse una verdadera amistad entre ellos, cada uno había enseñado a los otros como defenderse.

 Pero Heechul no era como ellos. Heechul era más delicado. Todos lo adoraban por su plácido carácter, era completamente distinto a ellos.

—¡Pero Taemin! —se quejó Heechul—. JiHyun apenas tiene cuatro años y quieres que aprenda karate. Y a Sulli, con seis. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Acaso dudas de que Minho las cuide? Taemin suspiro con templanza, volvió la vista a su hermano, que sonreía.

—Sé que mi Minho —dijo— daría la vida antes de permitir que a mis hijas les ocurriera algo..., pero ¡yo! quiero que sepan defenderse por sí mismas y que aprendan lo que nadie les va a enseñar. Luhan, al ver la cara de horror de Heechul, sonrió, mientras observaba a Key sentarse a su lado.

—Heechul, debes entender que ellas deben aprender. ¿Crees que mi padre pensó alguna vez que Luhan, Lim o yo correríamos los peligros a los que finalmente tuvimos que enfrentarnos? Heechul negó con la cabeza, e iba a contestar cuando Key dijo:

—¡Oh, Dios!, me imagino de qué hablan, y siento decirles que mi querido hermano y mi adorado cuñado no lo entenderán. Para ellos cualquiera de las cosas que nosotros hábilmente con el tiempo hemos aprendido son indecentes y poco adecuadas. Molesto, Heechul levantó el mentón para mirar a aquellos tres que se reían entre codazos, y dijo:

 —Por supuesto. Yo no apruebo esa clase de educación. Mi hija será educada correctamente en una escuela de señoritas.

Key, tras mirarlo con sus espectaculares ojos, esbozó una sonrisa que dio a entender mucho a sus dos amigos, y con cariño, le indicó a su hermano:

 —No te preocupes, Hee; me quedó muy claro y... En ese momento, se oyeron unas fuertes carcajadas y voces que provenían de la  entrada, de modo que los jóvenes dejaron su conversación y prestaron atención al origen de aquel alboroto. Con curiosidad observaron que entraban dos mujeres. Entonces, Key blasfemó al reconocer a uno de los hombres que había llegado con aquellas dos mujeres.

 —¡Maldita sea!, el que faltaba —murmuró, volviéndose para no mirar.

 Había llegado Jonghyun, hermano de Minho y cuñado de Taemin. Éste cruzó una sonrisa con él, aunque se le heló al ver a una de las jóvenes que lo acompañaba.

—¿Quiénes son ésas? —preguntó Luhan con curiosidad.

—La del pelo rojo y sonrisa de cuervo es la insoportable de Hyori — respondió Taemin—. Y la castaña es MiJoo, su hermana. Por cierto, una joven encantadora.

—¡Oh!, pero si son primas de Siwon—dijo Heechul, sonriendo al reconocerlas.

—¡Qué ilusión! —dijo Key, molesto.

 Lee Hyori era la tonta e insípida hija del tío de Siwon, de su segundo matrimonio.

Aquella muchacha era hermosa figura. Tenía un pelo rojo maravilloso y unos ojos castaños increíbles, pero lamentablemente resultaba insoportable: se quejaba por todo. Era todo lo contrario a Mijoo, su hermanastra, una joven de bonitos ojos claros y pelo castaño, divertida y sonriente.

—¿Quieres que salgamos fuera a tomar aire? —se ofreció Luhan.

 

Key se limitó a negar con la cabeza. Odiaba a Jonghyun. Durante muchos años había soñado con sus besos, sus abrazos, con estar a su lado. Pero el día en que él, a pocas horas de su compromiso, se marchó sin despedirse a Inglaterra para arreglar asuntos relacionados a sus negocios, decidió odiarlo el resto de su vida.

 —Key... —susurró Taemin al notar que su amigo respiraba con fuerza.

—Tranquilo. Estoy bien —indicó, sonriendo con alguna dificultad.

Taemin nunca olvidaría la incrédula mirada de Key cuando éste leyó la escueta nota que le dejo Jonghyun. Sólo ponía: «Volveré por ti». Pero tampoco olvidaba la desesperación de Jonghyun al regresar, de Inglaterra después de dos años y saber que Key, «su Key», no quería saber nada de él.

Key inspiró y, tras asumir que allí estaba el hombre al que odiaba, levantó el mentón con soberbia y preguntó:

—Creo que esta noche lo vamos a pasar muy bien, ¿no les parece? Heechul se llevó las manos a la boca. Aquella mirada y, en especial, aquel gesto de su hermano no auguraban nada bueno, y asiéndolo del brazo, susurró:

—Por favor, Key. Compórtate. Y no quiero que te molestes, pero son primas de Siwon y me fastidiaría mucho que nos dejaras en evidencia. Al escuchar aquella advertencia, Key miró con una guasona sonrisa a su hermano y, tras levantarse, alisarse la ropa  y arreglarse su bonito cabello rubio, apuntó con gesto altivo:

—Hee, te quiero mucho y te respeto porque eres mi hermano, pero que sea la última vez en la vida que ¡tú! me digas que me comporte. —Y endureciendo la voz, dijo mientras Taemin se levantaba—: Sé muy bien cómo comportarme, y no necesito que nadie me lo aclare. Y en cuanto a las primas de Siwon, tranquilo, sé comportarme.

 Pálido, Heechul se levantó y, sin decir nada, salió por la puerta ante la mirada de sorpresa de su esposo. Luhan, mirando a su amigo, murmuró:

—Desde luego, Key, a veces eres... Pero antes de que pudiera terminar la frase, Siwon se acercó hasta ellos y Luhan, tras saludarlo, se marchó.

—¿Qué ocurre? ¿Por qué Heechul se ha ido? —preguntó Siwon cruzando una rápida mirada con Taemin. Key  lo miró y, torciendo el gesto, espetó:

—¿Qué hace él aquí? Siwon entendió la pregunta y cabeceó. Sabía que Key  no se lo pondría fácil, pero no estaba dispuesto a entrar en su juego, y acercándose más a él, le susurró al oído:

—Jonghyun es mi amigo, además de un excelente hombre. Y vendrá las veces que quiera. ¿Lo has entendido?

—No —bufó Key, retándolo con la mirada. Incapaz de seguir allí sin hacer nada, Taemin se interpuso entre los dos y, tomándole la mano a Key, dijo:

 —Siwon, disculpa mi atrevimiento, pero creo que es mejor que me lleve a Key a tomar aire. Lo necesita. Tras unos instantes Siwon asintió, y Taemin de un tirón se llevó a Key al exterior bajo la atenta mirada de algunos hombres, entre ellos de Minho y su cuñado.

—Creo que alguien no está feliz de verte —bromeó Kai, palmoteando la espalda de Jonghyun para desconcierto de éste y regocijo de su hermano Minho.

 

**

 

La fiesta continuó, Jonghyun disfrutaba, Key, con una máscara de felicidad instalada en su rostro, no paró ni un solo momento de reír y bailar, algo que no extrañó a nadie, porque el joven era un experto bailarín. Pero quienes verdaderamente lo conocían, como su abuela, su hermano o Taemin, sabían que aquella sonrisa escondía su verdadero estado de ánimo, y más cuando advirtieron que sus ojos ardían de furia al mirar a Jonghyun y a Hyori.

Minho, feliz por ver a su hermano finalmente, lo miró y se enorgulleció de él. Adoraba a Jonghyun. Era un buen hermano. Tras regresar de Inglaterra, Jonghyun quiso independizarse, por más que él y su abuelo insistieron en que se quedara en casa Jonghyun no acepto. Decidió irse a  Wandogun  ahí compro una propiedad cerca de la playa, la casa era grande, pero  la mayor parte del tiempo Jonghyun se la pasaba en Seúl.

  

Años atrás Jonghyun al fin se había decido comprometerse con Key. Eran felices iban a celebrar su compromiso. Pero una  llamada de Inglaterra, lo cambio todo. Minho intentó interceder por su hermano, se ofreció ir en su lugar pero Jonghyun no quiso  había invertido casi todo su dinero en una franquicia multimillonaria, y al formar parte de ella tenía que ocupar su puesto. Minho sabía  lo importante que era para Jonghyun su compromiso con Key.

Pero sin embargo Jonghyun, no quiso escuchar a Minho y partió a Inglaterra. La noche en que se subió al avión, Jonghyun supo que Key, su dulce y sonriente Key al que adoraba, nunca lo perdonaría. Y no se equivocó. Cuando pudo regresar después de un año, no hubo manera de conseguir que Key quisiera verlo ni hablarle.

 Todo lo que hizo fue inútil. Key había cambiado ya no era el mismo. Herido en su orgullo, decidió regresar a Inglaterra con su amigo Onew. Durante dos largos años en Inglaterra; nada hizo que se olvidara de Key. Tras ganarse el respeto  y crear aparte su propia compañía  Jonghyun hizo de ella un imperio.

Cuando regreso de Inglaterra compro la propiedad en Wandogun, ahí conoció al  padre de Hyori y MiJoo. La primera se sentía fascinada por él, pero Jonghyun había sido sincero y les había dejado muy claro a la joven y al padre de ésta que no estaba interesado en ella. No obstante, parecía que Hyori no se había dado por enterada.

Tras varios años de duro trabajo Jonghyun, por fin puso darse un descanso, pero todo lo que tenía no hacía a Jonghyun feliz. La herida que Key había dejado en su corazón aún sangraba.

 —¿Otra cerveza? —ofreció Minho a su hermano.

—Por supuesto —sonrió Jonghyun. Con rapidez, Jonghyun apartó la mirada de Key y se centró en su hermano, su cuñado y la joven castaña que llegaba junto a ellos. Al reconocerla, Jonghyun sonrió.

—¡Lim! —exclamó.

La joven  asintió, y Jonghyun soltó la cerveza para abrazarla. Llevaba sin verla cerca de tres años, y aquella muchachita, que siempre metía a sus hermanos en líos, era ya casi una señorita.

 —Jonghyun con esas barbas pareces mayor—dijo Lim con un pícaro gesto.

—Hmm muchachita—sonrió Jonghyun incrédulo—, a qué clase de conjuros y torturas te han sometido tus hermanos para que hayas crecido tanto. Taemin, de inmediato, le propinó a Jonghyun un seco golpe en el estómago con el puño.

—¿Me estás llamando bruja? —le preguntó. Ante la cara de diversión de Minho, Jonghyun agarró del brazo a Taemin.

 —Cuñado..., nunca pensaría algo tan horrible de ti —dijo haciéndolos reír. Aquello hizo que Taemin le volviera a dar de nuevo en el estómago, y Jonghyun sonrió, encantado.

Jonghyun prolongó su sonrisa y preguntó a Lim: —¿Cuántos años tienes ya?

 —Casi quince.

—Vaya, cuánto has crecido, pequeña —murmuró al ver cómo esta alisaba su vestido.

—El tiempo pasa para todos —sonrió Lim. Y guiñándole el ojo, dijo—: Y ahora, si me disculpas, tengo cosas que hacer. Con gesto alegre todos vieron, a Lim dirigirse a un grupo de  muchachas.

—Ha crecido rápido, creo que pronto Taemin tendrá que vigilarla— susurró Minho.

—Mi hermanita ya no es un niña... —suspiró Taemin.

 —Creo que Lim continuará dándote muchos quebraderos de cabeza —se mofó Jonghyun al percatarse de como un muchacho se acercaba a ella, que hablaba con sus amigas.

—Sólo espero que se comporte—replicó Taemin, incrédulo al comprobar que su hermana tomaba la mano de aquel muchacho para ir a bailar.

 Después de aguantar las burlas de Minho y Jonghyun, los tomó del brazo y se dirigieron hacia donde hablaban Boa y Siwon. Éstos, al verlos a su lado, se callaron. Taemin y Jonghyun, extrañados, se miraron. ¿Qué estaba ocurriendo?

Instantes después, Taemin con el rabillo del ojo, vio cómo Minho y Siwon asentían con la cabeza, mientras Boa  miraba a Key con fingido disimulo. Con picardía, Taemin se retiró su cabello de la cara y, dirigiéndose Boa le preguntó:

 —Boa, ¿te encuentras bien? Ella tosió y respondió: —Perfectamente, muchacho. ¿Has visto qué luna más bonita hay hoy? Con gesto desconfiado, Taemin intuyó que allí pasaba algo, y acercándose a Minho, le preguntó al oído:

—¿Qué ocurre? Sé que algo pasa, y no me puedes decir que no. Minho y Siwon se miraron.

 —Te enterarás a su debido tiempo, Taemin —respondió Minho, dándole un cariñoso beso en el cuello. Aquello lo puso nervioso. Y cuando fue a replicar, Minho, que lo conocía muy bien, lo miró con ojos implacables y endureció la voz.

 —Taemin..., ahora no. No quiero discutir —murmuró. Si algo odiaba Taemin eran los secretitos. Por ello, tras fruncir el cejo y mirar a Minho con enojo, se alejó con gesto contrariado.

—¡Uf, hermano! —resopló Jonghyun—, no sé qué le habrás dicho a Taemin, pero creo que te traerá consecuencias. Minho, divertido, lo miró. Le encantaba su esposo, especialmente por su carácter, algo que por mucho que en ocasiones le molestase no quería doblegar.

 Tras sonreír y ver que Taemin se acercaba a su hermano, se volvió hacia Jonghyun, que miraba a la joven MiJoo  bailar, y con gesto serio le dijo:

—Tenemos que hablar.

 

**

 

Aquella noche, en el jardín de la casa, Key reía con su sobrina JiHyo; y las hijas de Taemin, Sulli y JiHyun; y el hijo de Luhan, Jun. Si había algo que le encantaba a Key eran los niños, y ellos debían de notar el cariño del joven porque todos, tarde o temprano, terminaban en sus brazos.

—Entonces, tío Key, ¿La princesa subió al árbol por él gatito? —preguntó JiHyo, abriendo mucho los ojos, incrédula. Mientras Key le contaba un cuento.

 —Por supuesto, cariño. Era el gatito más bonito del mundo, y la princesa lo quería.

—¿Y no le dio miedo el lobo? —preguntó la pequeña JiHyun mientras jugaba con su barita mágica. Pero antes de que Key pudiera responder el pequeño Jun dijo:

—Seguro que sí.

—¿Y por qué le iba a dar miedo? —repuso Sulli.

 Aquel arranque atrajo la atención de Key. Sulli tenía todo el temperamento de Taemin, y eso lo hizo sonreír. Jun, que conocía a su prima, la miró y  respondío:

—Enfrentarse a lobos, eso solo lo hacen los hombres no las niñas. Sulli puso los ojos en blanco mientras su pequeña hermana JiHyun les miraba con el dedo en la boca.

—Mi papá dice que las niñas no debemos hacer cosas de hombres —soltó JiHyo para desesperación de Key. Entonces, Sulli, levantándose, se retiró los bucles negros que le caían por la cara y, acercándose a Jun, clavó sus ojos en él.

—Te reto a ver quién sube más alto a ese árbol. Veamos quién tiene miedo. Key se llevó la mano a la boca para no soltar una risotada y se levantó para ponerse junto a la niña.

 —No, cariño, no es momento de retos ni de que te subas a los árboles. Esto es una fiesta y...

 —¡Key, amor! El  joven se volvió y vio acercarse a Hana, una muchacha de lo más pesada. Hana y su padre, Kangin, habían sido amigos de su difunto padre, y desde que habían llegado, no paraban de observarlo.

«¡Maldita sea! Esta pesada otra vez.» Aún recordaba que, el día anterior aquellos dos, al regresar de compras, le habían reprochado que no estuviera en casa. Key había sonreído y, dándoles un desplante, se había alejado. Aquello no le había agradado a Kangin ni a su hija.

 —Llevo buscándote toda la noche Key. Me prometiste bailar conmigo y vengo a cobrarme esa promesa. Incómodo por la presencia de Hana, pensó que lo mejor sería bailar con ella para que lo dejara en paz.

 Tras mirar a los pequeños, dijo no muy convencido: —En seguida regreso, niños. Pórtense bien.

Cogido del brazo de Hana, Key, con gesto de fastidio, se dirigió a la casa donde todos bailaban, y cuando la música comenzó de nuevo, se puso en movimiento y, olvidándose de la cara de Hana disfrutó del baile, ajeno a la triste mirada de su abuela y a la angustia de su hermano.

—¿Key estas muy guapo esta noche? —dijo Hana, pestañeando coquetamente.

 Aquella muchacha reunía todo lo que el odiaba. Si a todo eso se le sumaban  lo cursi que podía ser.

 —No, esta noche no, Hana —contestó, mofándose—. Nunca estoy guapo. Ella no respondió a su sorna. Se limitó a observarlo. Key era descarado, de pelo rubio,  muy bien vestido y de buena familia.

—Me agrada estar contigo Key. Y he decidido venir más a menudo a visitarte. Aquello a Key le revolvió el estómago. ¿Qué pretendía ella?

 Pero sin querer darle mayor importancia, contestó: —Serás bienvenida en casa. Tomándose aquello como algo positivo, Hana le apretó la mano, y acercándose más de la cuenta a él, murmuró:

 —Espero ser bien recibida por ti Key.

Key se echó para atrás—. Nada me gustaría más que saber que me deseas  tanto como yo a ti. «Por Dios, ¡qué horror!», pensó Key. De un tirón, se alejó de ella y mantuvo la calma para no dejarla en medio del salón. Entonces, dibujó una fría sonrisa en su angelical rostro.

—¿Quién te ha dicho que no tengo novio? —preguntó. Hana sonrió. Sabía que diría eso.

—¿Tienes Novio Key? —Ésa es una pregunta cuya respuesta a ti no te importa—respondió al son de la música. Y soltándola siseó—: Cuidado con lo que dices, luego te arrepentirás.

Hana lo miro con gesto ceñudo. Le hubiera gustado abofetearlo, pero no era el momento ni el lugar. Entonces vio que su padre la observaba con ojos inquisidores, de modo que sonrió a Key con desgana.

MiJoo, la prima de Siwon, estaba sentada observando a los que bailan mientras bebía ponche, y se percató de lo que ocurría al cruzar una mirada con un enfadado Key.

 —Creo que pronto será tu cumpleaños —dijo Hana.

Key  resopló, pero se obligó a ser cortés por su familia y contestó:

 —Sí, dentro de cinco días, para ser más exactos.

 —Magnífico. Podré esperar —asintió Hana con gesto triunfal.

Aquella respuesta extrañó a Key. Sin embargo, decidió no darle mayor importancia y continuó bailando, sin percatarse de que no lejos de él, Minho y Jonghyun discutían, y este último lo miraba con gesto grave.

 

**

 

Después que Key se marchó, los niños habían continuado sentados en el mismo lugar, hasta que Jun miró a su prima Sulli y le preguntó:

—¿Sigue en pie el reto? Sulli sonrió, y levantándose, le dijo mirando a la copa del árbol:

—Te reto a subir lo más alto posible.

—El tío Minho se enfadará y te castigará —advirtió  Jihyo a Sulli.

—Tranquila, JiHyo; mi papi me defenderá —le contestó Sulli con una pícara sonrisa.

 —Pero Sulli, las niñas  no se comportan así —la reprendió la pequeña JiHyo.

Sulli sonrió de nuevo y, dejando a JiHyo con la boca abierta, respondió:

 —Yo soy una niña fuerte.

Jun, riendo, indicó: —Como premio exigiré un beso Sulli.

JiHyo se llevó las manos a la cabeza, escandalizada, pero Sulli la miró y, tras sacarle la lengua, apuntó: —De acuerdo, pero si gano yo, te tirarás a la piscina con ropa. Jun sonrió. No pensaba perder. Y para enfadarla aún más, dijo:

—¿Estás segura, niñita, de que podrás subir con ese vestido?

—Por supuesto, niñito —respondió Sulli, lo que hizo reír a su primo. JiHyo, nerviosa, se levantó.

—¡No, no lo hagas! ¡Pueden caerse y hacerse daño! —exclamó con un gesto de horror. Pero ninguno la quiso escuchar. Y tras contar hasta tres, los dos comenzaron a trepar por el árbol.

Jun subía más de prisa, pues a Sulli le molestaba la falda. Eso la enfadó aún más, pero entonces la tela se rasgó, se vio más libre y empezó a subir a una velocidad que sorprendió a Jun.

 —Están muy arriba; no suban más —gritó JiHyo, que estaba junto a JiHyun.

 —¡Ni lo pienses! —gritó Sulli, animada. Pero de pronto se oyó el ruido de unas ramas al resquebrajarse y Sulli se paralizó. JiHyun, la más pequeña, asustada, corrió en busca de ayuda.

Jun se dio cuenta de que la rama a la que Sulli estaba sujeta era la que había sonado e intentó ir hacia ella.

—No te muevas, o la rama se terminará de partir —dijo el niño.

Sulli miró hacia arriba y, dejando sorprendido a Jun, dio un salto y se apoyó en la misma rama que él.

—¡Vaya! ¿cómo has hecho eso? Sulli, con una sonrisa muy parecida a la de su padre, lo miró y dijo:

—A ti precisamente no te lo voy a contar.

 En ese momento, JiHyun llegó con Key de la mano, y éste, al ver a Sulli y a Jun casi en la copa del árbol, gritó mientras su acompañante, Hana, molesta por la intromisión de los niños, lo miraba.

—¡Maldita sea! —gritó Key para horror de Hana—. Bajen ahora mismo los dos, o como suba yo, lo van a lamentar. Se los dije que no era momento de hacer travesuras.

—Pero tío... —protestó Sulli.

 —¡Agárrense  con fuerza! —gritó Key al ver cómo la rama en que se apoyaban los pies de los niños se doblaba. Instantes después, la rama se tronchó y los dos quedaron suspendidos en el aire. Con agilidad, Key saltó y se subió al árbol.

Después, se columpió y ascendió casi hasta donde estaban los niños.

—Balancéate y ven hacia aquí —dijo, mirando a Jun.

 El niño lo intentó, pero sus piernas no llegaban a la siguiente rama.

 —Jun, no te muevas, cielo —murmuró Key al ver el peligro. Y tras comprobar que Hana no hacía nada, miró a JiHyun y gritó—: Ve a buscar a tu padre o a tío Siwon.

La niña salió corriendo mientras JiHyo, tan fina y delicada, sollozaba apartada del árbol.

 —¿Estás bien, Sulli?

 —Sí, tío Key —respondió la niña—. Pero las manos empiezan a dolerme.

Key, con el corazón en un puño, se quitó la chaqueta. Le molestaba para seguir subiendo. Hana, al ver aquello, se escandalizó.

—¿Key ten cuidado?

Key, con los ojos encendidos por la furia, respondió sin mirarle: —Cállate, que solo estorbas.

Sin perder un instante siguió trepando por el árbol, hasta llegar junto al niño, que hacía esfuerzos por sujetarse.

—Dame la mano, Jun, y no mires hacia abajo. Sulli, sujétate bien, cariño, que en seguida te cojo a ti. El niño tendió su mano hasta coger la de Key y una vez ésta lo tuvo bien sujeto lo atrajo hacia él.

 En ese momento, llegaron Minho y Jonghyun, y de inmediato, comenzaron a subir al árbol. Tras ellos venían Luhan y Taemin. Con cuidado, Minho trepó hasta su hija y tras cogerla en brazos la bajó.

Jonghyun fue hasta Key, y éste, sin mirarlo, le entregó al niño para que lo bajara. Una vez que dejó al niño en los brazos de Minho, que ya estaba en el suelo, Jonghyun fue a agarrarse a una rama para ayudar a Key, pero éste le pisó la mano.

 —Me estás pisando —protestó, mirándolo.

Key  se hizo el sorprendido y levantó el pie.

—Pues quítala de mi camino. Me molesta.

Jonghyun, sin amilanarse, subió hasta la rama donde estaba Key y, acercando su enfadada  cara a la de él, le espetó:

 —Sigues siendo terco, Key.

 Llevaban más de cinco años sin verse ni hablarse. Key, en aquel tiempo, había madurado, y estaba más bonito que antes, y aunque sintió que se deshacía por dentro al tenerlo tan cerca, disimuló sin cambiar su gesto altivo. Por su parte, Jonghyun, tras regresar de Inglaterra, se había convertido en un fuerte hombre, como su hermano Minho, y a pesar de que sus ojos lo miraban con dureza, no podía dejar de pensar en lo que su hermano le había contado hacía un momento.

 —Y tú, Jonghyun, eres un cobarde —dijo Key.

 —¿Tu? —preguntó, sorprendido, y sin apartar su mirada de él, sonrió—. Kibum, ¿serias tan amable de darme la mano para que pueda ayudarte a bajar?

Key  no respondió; él no necesitaba ayuda para algo tan banal como bajar de un árbol. Pero Jonghyun, cansado de aquella absurdidad, lo asió por la cintura, por lo que Key rápidamente siseó:

—No me toques, Jonghyun. No te necesito.

Jonghyun, sin embargo, no le hizo caso, y asiéndolo aún más fuerte, lo atrajo hacia él y, para desesperación de Key, lo bajó del árbol. Una vez que llegaron al suelo, Jonghyun lo  soltó sin ningún miramiento, y Key lo miró enfadado. Para entonces, todos los de la fiesta estaban pendientes de lo que allí ocurría.

—¡Sulli!, ¿qué estabas haciendo ahí arriba? —dijo Minho, enfadado, a su hija.

 La niña miró a su papa, que, detrás de Minho, la observaba.

—Papi, no te enfades. Jun me retó, y yo...

—¡Que Jun te retó! —gritó, volviéndose hacia el niño, que se encogió—. ¿Que tú retaste a mi niña?

—Sí... Sí, tío..., pe..., pero... —susurró el niño, asustado.

—¿Cómo te atreves a retar a mi hija? Jun te daré una buena reprimiendo.

 —Toma mi barita, papi, así puedes convertirlo en sapo. jiHyun le ofreció su barita y Jonghyun, olvidando la cercanía de un enfurecido Key y enternecido por aquel ofrecimiento de su sobrina, la cogió en brazos y murmuró:

—Ven aquí, pequeña, y no le des ideas a tu padre.

Sus sobrinas, aquellas dos preciosas niñas a las que adoraba, tenían el carácter de Taemin, y su hermano Minho lo iba a sufrir eternamente.

Sulli, al ver la cara pálida de Jun, se sintió culpable, y atrayendo la mirada de su padre, confesó:

—Realmente, papi, fui yo quien lo retó.

 —¡¿Cómo dices?! Minho la miró con dureza. ¿Por qué aquello no le extrañaba? Y antes de que pudiera decir nada, la niña, retirándose el pelo de la cara, murmuró:

—Por favor, papi, no grites así. ¿No ves que lo estás asustando? papá tiene razón. Cuando te enojas, asustas mucho. —Y clavándole sus ojos tan iguales a los de él, continuó—: ¿Por qué vas a dar un escarmiento a Jun si fui yo la que lo reté? Y tú, JiHyun, guarda la barita porque aquí nadie se convertirá en sapo.

—Mmmm… vale, Sulli—dijo la pequeña, en brazos de su tío.

 Muchos de los allí presentes, entre ellos Jonghyun, miraron hacia otro lado para sonreír disimuladamente mientras Minho, se quedaba desarmado ante lo que su hija había dicho. Sin saber si reír o darle una buena azotaina, la miró. Aquella niña, su niña, le iba a traer por el camino de la amargura, y justo cuando iba a regañarla, Taemin, su niño grande, se acercó hasta él y preguntó a los niños.

 —¿Y cuál era el reto, cariño? Minho resopló y a Sulli se le iluminó el rostro.

 —Papi, el reto era ver quién de los dos subía a lo más alto del árbol. Entonces, Taemin sonrió a su esposo, que lo miraba ceñudo. Pero él lo conocía muy bien y sabía que estaba disfrutando del valor de su pequeña, por lo que volvió a preguntar:

—¿Y quién llegó más alto? La niña, tras mirar a su compañero de diabluras, que estaba blanco por los gritos de Minho, dijo para sorpresa de todos:

—Jun. Él llegó más alto. —Y acercándose a él, le dio un beso en la mejilla—. Has ganado esta vez, pero no esperes que la próxima te deje ganar.

—Sulli, no habrá próxima vez —rugió Minho, incrédulo.

 —Pero, papiiiiiiiiiiiiii... Taemin, interponiéndose entre los dos mientras veía cómo algunos observaban la situación, le guiñó el ojo a su hija y le dijo con voz seria:

—Sulli, como dice tu padre, ¡no habrá próxima vez! ¿Entendido?

—Sí. Con una radiante sonrisa, Taemin miró a su cuñado y a Minho.

 —¿Te apetece beber algo? —preguntó.

—Sí, un trago de Vodka —rió Jonghyun, divertido por la estrategia de su cuñado.

 —Y tú, Minho, ¿quieres algo? Él lo miró y negó con la cabeza.

A Taemin se le marcaban las arruguitas en la comisura de los labios cuando aguantaba la sonrisa. Adoraba a Taemin por encima de todo en su vida. Segundos después, tras guiñarle un ojo con comicidad, éste se marchó con Key y los niños.

 —Minho —suspiró Jonghyun con la pequeña JiHyun aún en brazos—, creo que tu vida, con las niñas, será una auténtica guerra.

—Lo sé, hermano..., lo sé —respondió el hombre, observando a Taemin con deleite.

—Tranquilo, papi. Yo te defenderé con mi barita mágica —dijo Jihyun.

 Minho y Jonghyun comenzaron a reír, y tras coger a su hija de los brazos de su hermano y darle un sonoro beso en la mejilla, la soltó, y ésta corrió tras su otro padre.

 —¿Te has dado cuenta de lo valientes que son mis niñas? —dijo con orgullo Minho.

 —Sí, hermano, sí. Son maravillosas.

 

 

"Tendremos que lograr un control entre los dos"

Notas finales:

xD las hijas de MinHo son un amor.... jajajajaja

 

Aigooo diganme que les gusto el capi Y_Y   y creo que me quedo largo :/

Bueno .... sera corta espero...   <3 y bueno Key y JOnghyun.... Jonghyun se fue si y porque no se llebo a Key mas adelante sabran por que no s elo llevo con el. 

 

si les gusto dejen rw-... 

 

nos leemos

 

bye bye


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