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Inmortal por Karla BBC

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Notas del fanfic:

Este es un fanfic inspirado en la serie de televisión Supernatural, las criaturas sobrenaturales que habrán serán sacadas de allí.

Notas del capitulo:

Un nuevo fan fic que estoy escribiendo, espero que les guste!

Venecia 1897

Un mal acecha la ciudad de Venecia, nadie lo ha visto, sólo aquellos que han sido atacados pero no han vivido para contarlo. Al principio se creía que se trataba de un animal quedevoraba a sus víctimas y comía sus órganos pero Rossi, un hombre que ha leído mucho de lo sobrenatural, descubrió que no se trataba de ningún animal y mucho menos de este mundo, se trataba de una criatura monstruosa, un hombre lobo. Por supuesto no le creyeron pero él dijo que sabía cómo detenerlo así que dejaron que lo hiciera. Desafortunadamente en su encuentro con dicho ser, corrió con la misma suerte de las anteriores 5 víctimas haciéndolo a él la sexta. Ya las cosas se estaban saliendo de control y las autoridades de la ciudad tuvieron que recurrir a un plan bajo la manga.

-¿Cuándo llegarán los cazadores chinos? - preguntó un oficial a Jean Bruni, jefe de la policía de Venecia.
-Son de Corea y llegan mañana por la mañana, ya recibimos su telegrama... Esperemos que ellos si puedan con esta situación y no les ocurra lo mismo que a aquel pobre hombre.
-Nos han dicho que son muy buenos en lo que hacen, han limpiado su país de toda criatura sobrenatural que aparece.
-Yo aún no me creo lo de esas cosas sobrenaturales, eso no existe...
-¡Jefe! - otro oficial irrumpió en la oficina - ¡Ha habido otra víctima y está con vida!

Salieron directo al hospital en donde se encontraba el sobreviviente a los ataques de aquella supuesta criatura. Era un hombre como de unos 40 años, por su aspecto se veía que era un mendigo que vivía en la calle, todo su cuerpo estaba arañado con las heridas a flor de piel y los doctores y enfermeras hacían todo lo posible para detener el sangrado. El individuo estaba consciente, sus ojos estaban abiertos pero se encontraba como en un estado de shock, no se quejaba ni se movía del dolor tan sólo tenía su vista puesta al techo y modulaba con la boca queriendo decir algo pero no salía palabra alguna.

-Con permiso. - el jefe Bruni se abrió paso entre los enfermeros.
-Señor, debe esperar afuera. - le indicó el doctor.
-Ese hombre sobrevivió al ataque, necesito hablar con él, necesito que me diga cómo era y si de verdad era un animal o... una criatura sobrenatural.

De repente el hombre herido lanzó un grito aterrador que alarmó y les heló la sangre a todos en la sala, comenzó a murmurar algo y Bruni se acercó más a la cama para entender lo que decía.

-¿Dígame quién le hizo esto?
-E-e-era enorme... U-una bestia.
-¿Era un animal o alguna otra cosa?
-U-un... - dejó de hablar, de moverse y de respirar, el hombre estaba completamente muerto.

Bruni golpeó furioso con su puño una de las columnas de la sala de emergencia, estaba cerca de saber quien estaba causando todos estos estragos y había perdido la oportunidad.

-No se preocupe jefe, mañana llegarán esos cazadores y resolverán este problema.

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Los cascos del caballo resonaban sobres las calles empedradas de la ciudad de Venecia mientras jalaba el carruaje en donde venían los dos famosos cazadores por quienes esperaban. Uno de ellos, Lee Tae Il de 25 años de edad es experto en armas y trata a su colección con mucho cuidado y esmero como si se trataran de sus hijas, no siente compasión por ninguna de esas criaturas sobrenaturales y las mata a sangre fría sin titubear. Su compañero, Pyo Ji Hoon de 22 años a diferencia de Tae Il siempre se pregunta si esas criaturas tendrán familia y si se preocuparían por ellas, claro, después de matarlas, ambos están de acuerdo que son escorias antinaturales que no pertenecen a ningún lado y deben ser eliminadas. 

-¡Increíble! Siempre había escuchado sobre Venecia y ahora que estamos aquí veo lo hermosa que es. Al terminar el trabajo tenemos que dar un paseo por los canales.

Ji Hoon observaba por la ventanilla del carruaje las calles y el canal de agua a su lado en donde algunas personas se transportaban en aquellas embarcaciones llamadas góndolas. Los vendedores ya estaban instalados en sus puestos desde verduleros, vendedoras de flores hasta artesanos que vendían sus creaciones a las personas que visitaban el mercado. Ji Hoon volvió su vista adentro en donde Tae Il estaba concentrado puliendo su amada pistola, la favorita entre todas sus armas.

-Cuidado y se dispara.
-No está cargada. – dijo sin quitar la mirada del revólver.
-La tratas como si fuera un bebé que hay que cuidar. – hizo una mueca y volvió a mirar por la ventanilla.
-Esta pistola ha estado en mi familia por generaciones, es de acero inoxidable y mira este hermoso tallado, es única, nunca verás otra cosa así. –se la acercó a la cara de su compañero.
-Sí sí, ya lo he visto mil veces. 
-Con ella me encargaré de acabar con ese hombre lobo, le meteré esta bala de plata justo en medio de sus dos ojos. – tomó aquella bala entre sus dedos acercándola a su rostro y observándola con detenimiento pero se le cayó al carruaje meter un frenazo - ¿Qué pasó?
-Iré a ver.

Ji Hoon bajó y vio a una chica como de unos 20 años en el suelo frente al carruaje, el conductor le reclamaba algo que él no entendía pero por la situación comprendió que se había atravesado en el camino y casi fue atropellada. El chico se acercó a ella ayudándola a levantarse y a recoger las flores que se habían caído de su cesta y estaban regadas en el suelo.

-Que mal, se arruinaron las flores. – dijo y la chica lo miró confundida al no entenderlo, él negó con la cabeza.
-Grazie. – le agradeció, eso él si lo entendió e hizo una leve reverencia con su cabeza. La chica buscó entre sus flores y le regaló la única que había quedado intacta.
-Gra-grazie. – dijo con su intentó de italiano y la chica le regaló una sonrisa para luego seguir su camino.

A pesar de la sonrisa de la joven, Ji Hoon pudo ver angustia y preocupación en sus ojos al igual que en los rostros de las demás personas que estaban en la calle. Todos estaban aterrados por el mal que les acechaba pensando que alguno de ellos podría ser la próxima víctima.

-¿Qué fue? – preguntó Tae Il una vez que Ji Hoon regresó adentro del carruaje y el conductor lo puso en marcha.
-Una joven en el camino, casi fue atropellada.
-¿Y esa flor?
-Ella me la regaló. – la acercó a su nariz para oler su aroma.
-¿Y qué, te gusto la chica? ¿Era bonita?
-Sí, era muy bonita. – lo miró de reojo – Pero sabes que solo hay una persona en mi corazón a quien amo.

Ji Hoon vio como una sutil sonrisa se dibujó en los labios de Tae Il a pesar de que éste no lo estuviera mirando. El mayor bajó la mirada y se aclaró la garganta para disimular haciendo que el otro riera para sí y volvió de nuevo a admirar el paisaje de Venecia.

En el lugar del ataque a aquel mendigo el día anterior, la policía se encontraba realizando la investigación necesaria para hallar alguna evidencia que los llevara al perpetrador de estos ataques pero como siempre tan solo había sangre de la víctima y todo estaba hecho un desastre.

-¿A qué hora llegarán esos cazadores? – el jefe de la policía veneciana caminaba de un lado a otro en la espera de Tae Il y Ji Hoon.
-Jefe, mire allá – le señaló tras él. El hombre se giró y vio a un chico alto de gabardina y sombrero y a su lado uno muy bajo de lentes.
-Por su uniforme presumo que usted debe ser el jefe de policía. Mucho gusto, soy Lee Tae Il y éste es mi compañero Pyo Ji Hoon. – ambos hicieron reverencia y el traductor se encargó de traducir su saludo.
-Mucho gusto, soy Jean Bruni… Son realmente jóvenes, esperábamos a alguien no sé, con más experiencia.
-No se deje guiar por nuestras edades señor Bruni, nosotros sabemos lo que hacemos.

Tae Il y Ji Hoon se adentraron al lugar de los hechos, el resto de los oficiales los miraban interesados y curiosos.

-Sin duda esto es un desastre, típica señal de un hombre lobo.
-Tae Il, mira esto. – el chico tenía en sus manos una botella con el cuello roto y cubierto de sangre. El mayor la examinó con detenimiento y comparándolo con un charco que había en el suelo.
-¿Qué consiguieron? – intervino Bruni.
-La sangre del piso es de la victima pero la de esta botella no lo es.
-¿Cómo está tan seguro?
-Esta botella fue usada como un arma y no creo que la criatura la haya usado para herir al mendigo.
-Entonces el hombre lobo está herido. – indicó Ji Hoon – Hacer una prueba de sangre tardaría mucho tiempo y eso no lo tenemos, habrá que buscar quien lleva una herida hecha por una botella rota.
-Eso también tardaría, lo bueno de saber esto es que cuando nos enfrentemos a él no estará en sus mejores condiciones y se nos será más fácil matarlo…Inspector Bruni, por favor llévenos con el cuerpo del hombre.

Aunque ya estaban seguros de que se trataba de un hombre lobo, debían corroborarlo, todos los días podría aparecer una nueva criatura de la que no supieran nada pero este no fue el caso, las heridas que tenía el hombre en su cuerpo definitivamente pertenecían a esta bestia.

-Hoy mismo a la medianoche, saldremos a cazar a ese monstruo y podrá regresar la paz a la ciudad. – se acomodó los lentes y salió de la morgue seguido de Ji Hoon.

Al caer la noche, los cazadores preparaban sus armas para cazar a la criatura, Tae Il pulía otra vez su querido revolver y lo cargaba de las balas de plata y en cuanto el reloj marcara las 12, saldrían a hacer su trabajo.

-¡Maldición! - exclamó Tae Il de repente mirando por la ventana.
-¿Qué ocurre? Me asustaste – dijo con una mano en el pecho.
-Mira el cielo, está nublado, si no se asoma la luna, no saldrá ¿Cómo vamos a hacer para cazarlo?
-No te estreses, esto es normal en esta época del año, ya va a despejarse. – JI Hoon lo abrazó por la espalda apoyando su cabeza en el hombro del bajo.
-No veo la hora en que todo esto termine, debemos hallar la llave cuanto antes y así estas asquerosas criaturas no volverán a molestar a nadie.

Ji Hoon se separó de Tae Il quien percibió que algo no andaba bien.

-¿Qué ocurre ahora? – dijo al girarse para ver a su compañero.
-Sobre eso, si ya no hay más monstruos que cazar ¿Qué vamos a hacer? Esto es lo único que sabemos hacer.
-Pues supongo que tendremos que comenzar una nueva vida.
-¿Haciendo qué?
-No lo sé, podemos ser como ese tipo Sherlock Holmes y atrapar delincuentes humanos. – Ji Hoon hizo una mueca - ¿Acaso no quieres cerrar las puertas que le dan paso libres a estas cosas? – Ji Hoon no le contestó – No lo puedo creer ¿Quieres que el mundo siga plagado de estas criaturas, cobrándose la vida de gente inocente tan solo por un capricho de seguir cazando?
-Es que realmente me gusta hacer esto.
-No podemos condenar al mundo solo porque nos gusta lo que hacemos, se supone que estamos aquí para defenderlo, no para divertirnos matando monstruos.

Ji Hoon asintió débilmente con la cabeza y una vez que dieron las 12 de la medianoche, salieron.

En las oscuras calles ya desoladas, Ji Hoon y Tae Il estaban listos para la misión que se les había encomendado, se quedaron en una plaza pues necesitaban un espacio suficientemente abierto para tener una mejor vista de donde pudiera llegar la criatura. Para atraerla, necesitaban sangre humana por lo que usaron la que quedó de aquel mendigo y aunque fuera poca, sería suficiente. El cielo aún seguía nublado y un frío espectral los envolvía, ellos aguardaban vigilando hacia todos lados atentos a cualquier movimiento.

-Tae Il.

Ji Hoon le señalo el cielo el cual comenzaba a despejarse dejando ver la luna llena brillante como un diamante. Se escondieron tras unas estatuas que decoraban la plaza agudizando sus sentidos para cuando la bestia se acercara y no tuvieron que esperar mucho para escuchar un aullido a lo lejos que seguramente heló la sangre de todos los habitantes de la ciudad que se protegían dentro de sus hogares.

-Ya sabes Ji Hoon, cuando se acerque y esté distraído con la sangre deberás lanzarle el dardo para dormirlo y yo luego le dispararé en su despreciable cabeza.
-Entendido... Shh, creo que se está acercando.

Por el silencio que reinaba, se escuchaba con claridad el gruñido de la bestia aproximándose, como si se tratara de un perro con rabia pero mucho más grande. Los chicos prepararon sus armas y con la vista fija a donde habían dejado la sangre para atraerlo, vieron un celaje pasar rápidamente que los dejó asombrados.

-¿Pero qué...? ¿Qué fue eso?
-El hombre lobo, el maldito es demasiado rápido, nunca nos habíamos topado con uno así. Esto es otro nivel, Ji Hoon, aquí como que los monstruos son diferentes que en Co...

Tae Il guardó silencio de repente al sentir una enorme presencia tras ellos. Ambos tragaron grueso y con cautela subieron sus armas para luego voltearse y dispararle de una vez, no sabían si funcionaría pero igual lo intentaron y al hacerlo, el hombre lobo los apartó con un violento golpe de su pata que los hizo volar por los aires aterrizando bruscamente.

-Ayy, es demasiado fuerte ¿En serio estará herido? - Ji Hoon se sobaba la cabeza - ¿¡A dónde fue!? - miraba hacia todos lados, Tae Il ya se había levantado y miraba fijamente hacia los tejados de las casas.
-Subió por allí, vamos. - lo jaló del brazo para levantarlo y se adentraron a los callejones.

La bestia saltaba de techo en techo con gran agilidad, los cazadores lo seguían desde abajo y Ji Hoon intentaba dispararle para dormirlo pero fallaba, era demasiado rápido. En el cielo las nubes seguían presentes cubriendo de nuevo la luna cosa que le sacó una sonrisa a Tae Il pues aquella criatura volvería a su forma real y sería más fácil matarla.

-Ven, por aquí. - le indicó Tae Il a su compañero cruzando por una de las esquinas a donde había caído la bestia ya convertida en su forma humana- Espera, debemos tener cuidado.

Entre varias bolsas de basura y cajones viejos de frutas se hallaba inconsciente aquella persona que se transformaba en hombre lobo. Estaba desnuda, su cuerpo estaba sucio y herido y tenía el cabello despeinado, claramente se trataba de una mujer. Ji Hoon se acercó a ella ignorando que Tae Il le decía que no lo hiciera, la cubrió con su gabardina y retiró el cabello del rostro de la chica y la reconoció de inmediato.

-Tae Il, es la chica que casi fue atropellada por el carruaje, la que me regaló la flor. - observaba su rostro, no podía creer que una chica tan bella y dulce pudiera ser ese monstruo.
-Ji Hoon, apártate de ella. - miraba constantemente el cielo esperando a que no se apartara la nube que cubría la luna llena - Ji Hoon, hazme caso, quítate para poder matarla.
-¿Cómo podríamos matarla? Pobre chica al ser convertida en esto.
-Es lamentable pero sabes que hay que hacerlo, ha asesinado a mucha gente inocente.
-Lo sé.

Ji Hoon notó en su antebrazo una herida que se veía reciente, seguramente fue la que aquel mendigo logró hacerle con la botella rota. Tae Il seguía diciéndole que se alejara y este se levantó para regresar junto a su amigo pero ninguno de los dos se dio cuenta que el cielo comenzaba a despejarse de nuevo. La joven abrió los ojos que eran de un color amarillo intenso y con un movimiento rápido, saltó hacia la espalda de Ji Hoon pero Tae Il se dio cuenta a tiempo y lo empujó a un lado siendo él a quien atrapara la chica.

-¡NOO! - gritó Ji Hoon y corrió hacia su amigo.

La chica que ya estaba casi totalmente convertida en bestia de nuevo, dio un salto por sobré la cabeza del chico y se adentró hacia la oscura calle.

-¡Tae Il! - lo tomó apoyándolo en su regazo - ¡Ay por Dios! Te mordió. - el chico temblaba de nervios al ver el estado de su compañero con su rostro y cuello cubiertos en sangre. Sacó un pañuelo y presionó la herida para parar el sangrado.
-V-ve tras ella, toma la pistola y mátala.
-No, debo llevarte a un hospital.
-Hazme caso, por no hacerlo ahora estoy en este estado así que haz lo que digo y acaba con ese monstruo.

Ji Hoon acostó con cuidado a Tae Il de nuevo en el suelo, tomó el arma y se fue corriendo en dirección a donde se había ido la criatura. Intentaba contenerse para no llorar pues sabía lo que pasaría con Tae Il. Las anteriores víctimas fueron usadas como alimento y aquel mendigo tan sólo tenía rasguños más no mordida pero Tae Il sí y eso implicaba que él también se convertiría.

El joven cazador escuchaba a lo lejos los pesados pasos del hombre lobo más no lograba verlo, subió al techo de una casa y decidió irse por allí para tener una mejor vista de las calles y hallarlo con más facilidad pero algo que vio de reojo al pie de una casa le llamó la atención. Un perro negro lo observaba fijamente, no era un monstruo, tan sólo un perro pero había algo en su mirada que lo inquietaba, no parecía la de un animal, era mucho más profunda. El can salió corriendo y él lo siguió con la mirada hasta que desapareció en la oscuridad y la densa neblina que cubría la calle y en ese momento sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo al sentir aquella presencia de antes detrás de él. Preparó el arma y se giró sobre él, al otro extremo del tejado se hallaba la criatura jadeando y gruñendo y corrió hacia Ji Hoon quien disparó dos balas en su cabeza perdiendo el equilibrio y cayendo a un montón de bolsas de basura que amortiguaron su caída. Su espalda quedó un poco adolorida pero eso no le importó por los momentos y se apresuró al lugar donde se había quedado Tae Il mal herido.

-¡Tae Il! Ya lo hice, lo maté.
-Buen trabajo, ya eres todo un experto, podrás seguir sin mi sin problemas. - intentó sonreír.
-¿Por qué dices eso? - su voz tembló.
-Tú sabes por qué. Ji Hoon, tienes que hacerlo.
-No, no haré eso jamás.
-Me mordió y sabes lo que pasa cuando eso sucede. Si no lo haces igual tendré que alejarme de ti para siempre y no nos volveremos a ver así que sería lo mismo si lo haces o no. - HAizo una pausa, cerró los ojos apretándolos y mordiéndose el labio para aguantar el dolor - Ya está comenzando, debes hacerlo antes de que sea tarde.

Ji Hoon negó con la cabeza ya con sus mejillas empapadas en lágrimas.

-Por favor Ji Hoon, te lo suplico, no quiero convertirme en uno de los monstruos que tanto odio.

Ji Hoon nunca había visto a Tae Il tan vulnerable y menos suplicando. En sus pequeños ojos se reflejaba la luz de la luna los cuales brillaban por las lágrimas condensadas. Por más que no quería hacerlo sabía que no había más solución, si lo dejaba con vida causaría desastres y también sería una tortura para él. Se puso en pie, tomó con fuerza el mango de la pistola y apuntó a la cabeza de Tae Il, la mano le temblaba y se mordía el labio para no romper en llanto.

-No… ¡No puedo! - gritó.
-Hazlo por favor... - dio un grito de dolor y miró a Ji Hoon suplicante para que terminara con esa agonía - Ji Hoon, siempre recuerda que te...
-¡No lo digas! Será más difícil si lo dices. - respiró profundo tratándose de calmar y una vez que no le tembló más la mano, apretó el gatillo.

Notas finales:

Les gustó?? Haganmelo saber jejeje.

Gracias por leer


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