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Just a little bit of you por gaemi

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Notas del capitulo:

La genial idea de hacer un fic con los bloques siendo niños me  surgió platicando con una amiga bbc desde hace ya rato y no fue hasta ahora que me animé a hacerlo  con mis parejitas raras(?) Pero vamos, quiero creer que no soy la única que  shippea a TaeWoon con Kyung, Taeil con MinHyuk  y JaeHyo con JiHoon. Si no es así, las animo a experimentar(?)

La camioneta roja de JiHo choca reiteradas veces contra el bocho amarillo de Kyung. Frunciendo los labios y salpicando saliva, tratan de imitar el sonido característico de los motores al acelerar. Arrodillados en el patio del preescolar, una mañana fría a comienzos de invierno, cuando aún no nieva ni llueve pero la temperatura está lo suficiente baja para abrigar a los niños con chamarras del doble de su tamaño, heredadas de sus hermanos, y gorritos que les tapan los ojos. Kyung no tendría problema alguno de no ser porque el abrigo rosa que lleva encima pertenecía a su hermana y lleva bordados de Hello Kitty a lo largo de la gorra. A JiHo aquello le encanta, pero Kyung se siente como una boba princesita, igual que su hermana. Este año ha crecido un montón y ninguna de sus chamarras le vienen bien, mientras sus padres aun no cobran y le compran las soñada sudadera gris que se exhibe en los paradores del centro comercial, deberá usar la ropa de su hermana, a menos que desee morir congelado. Y Kyung no tiene intención alguna de morir, no sin antes probar un beso de los labios del hermano mayor de su mejor amigo.

 

La campana suena y ambos niños se levantan de un salto y emprenden la carrera de regreso al salón, como todos los días, llegando tan igualados que es imposible que la profesora emita un juicio cada que le piden que elija al ganador. En esta ocasión, la señorita no les presta atención alguna, concentrada en consolar a aquel pequeño pelirrojo, diminuto dentro de su chamarra naranja y su cuello envuelto por una bufanda roja, que llora muy bajito escondiendo el rostro en sus manitas.

 

Kyung y JiHo voltean a verse, confundidos ante la nueva aparición. No pueden ver su rostro, pero a juzgar por los colores con los que se viste está más que claro que es un niño, como ellos. La profesora los manda a sentar para darle recibimiento al pequeño, a quien se dirige por el cariñoso sobrenombre de Kwonnie. Al escuchar su nombre el pequeño alza el rostro, gimoteando mientras busca el rostro de la profesora, tratando de averiguar porque le ha llamado. La mujer le indica presentarse, y ya no tan agitado, se dirige al resto de la clase.

 

—Mi llamo Kim YuKwon. Papá y mamá ya no viven juntos, y mamá nos ha traído a hyung y a mí a otra ciudad.

 

Su mirada nerviosa revolotea por todo el salón sin detenerse en un punto fijo, pero de todos modos JiHo puedo observarlo con mayor detenimiento mientras finge organizar sus crayolas por tamaño. Aquel niño, YuKwon, parece un gato. Y a JiHo le gustan los gatos.

 

~

 

— ¿Cuántos años tienes? —Kyung llega por detrás de Kwon y comienza a picarle la espalda con el índice, inflando las mejillas. YuKwon, quien todo el rato se ha encontrado en un sitio apartado del resto de la clase, voltea asustado y levanta una palma, extendiendo los cinco dedos. Kyung se lleva una mano a la mandíbula, entrecerrando los ojos y asintiendo un par de veces, analizándole para después salir corriendo de vuelta con JiHo.

 

— ¿Qué le dijiste? — pregunta el otro frunciendo el ceño. Sabe que su amigo es un tonto y no quiere que le cause ninguna molestia al nuevo.

 

—Solo le pregunté su edad —se encoge de hombros.

 

— ¿Para qué?

 

—Es un chico curioso.

 

Bueno, eso era bastante cierto. Mientras le observa, JiHo toma su crayola roja y comienza a garabatear unos mechones rojos y despeinados. Intercalando el color en mano cada tanto, al final termina teniendo un gracioso dibujo de Kwon que, aunque dudoso, le regala a la hora salida.

 

— ¿Soy yo? — pregunta YuKwon extrañado mientras sostiene el dibujo con ambas manos, a suficiente distancia de su cara para observarlo con precisión.

 

—Así es— JiHo da una entusiasta cabezada, llevándose las manos a la cintura y poniendo una exagerada cara de orgullo ante su obra.

 

—Bueno, gracias— no quiere hacer mucha platica con el otro, la verdad su personalidad le resulta abrumadora. Es salvado inmediatamente por su madre, una mujer de mediana estatura, con un abrigo bastante largo para su altura que intenta engrandecer con tacones. Sonríe al pequeño que está enfrente de su hijo al tiempo que le coge por la cintura y comienza a alejarse alegando que tiene prisas.

 

JiHo hace un puchero de molestia, ofendido porque el otro niño no elogió su dibujo. Se da la vuelta olvidándose de ello con sorprendente facilidad para correr hacia donde su mejor amigo, que se encuentra en los columpios al lado de JiHoon, un niño que se encuentra en otro grupo por ser un año más joven que los otros. Se entretiene con los autos de juguete que le ha prestado Kyung, no prestando mucha atención si tenía cuidado al tomarlos puesto eran los de JiHo.

 

Entonces, majestuosa y hermosa, aparece la madre de JiHo, llevando consigo a SaeHim, la hermana de Kyung, y en la otra mano coge a JiSeok, quien parece enfadado. JiHo corre a abrazar a su madre, haciéndole tambalear por la fuerza con la que se ha lanzado, y sin embargo, al haber recuperado el equilibrio, coge al niño en brazos y lo aferra contra su pecho.

 

Para JiSeok la cosa no es tan diferente. Kyung, en vez de correr hacia su hermana, se abalanza sobre el hermano mayor de JiHo, tumbándolo en el acto. El niño pega un grito al caer contra el pasto, pero se asegura de sostener al otro entre sus brazos para evitar que se haga daño. Una vez se ha asegurado de que ambos están ilesos, lo bota a un lado, mostrándole la lengua y caminando hasta JiHoon para sacarle el gorro bruscamente y despeinándole a su manera. Una vez termina, observa su obra y levanta un pulgar en señal de aprobación.

 

Mamá Woo llama a su hijo mayor y una vez están los cuatro niños juntos, los lleva consigo a casa. Kyung decide dejarle su coches —bueno, los de JiHo— a JiHoon para que no se sienta tan solo mientras espera a sus padres. Normalmente suele ser el ultimo en ser recogido, porque sus papás trabajan mucho, aunque tienen una casa gigantesca a la que han ido un par de veces. No les dejan nunca correr por aquellos enormes pasillos porque la servidumbre teme que puedan romper algo de valor.

 

En el camino a casa, JiHo está eufórico. No para de hablar a su madre sobre aquel niño nuevo que apareció aquel día en el colegio.

 

—En serio es muy bonito mamá, parece un gato, tiene los ojos como uno — JiHo se lleva las manos a los ojos y los intenta deformar a manera que queden como los de un gato. JiSeok le da una palmada en las manos para que deje de hacerlo, recibiendo como respuesta un puntapié del menor. Furioso comienza a perseguirlo a lo largo de la calle con los puñitos en alto y la madre de ambos rogándoles cansada que paren.

 

Cuando oye a su madre gritar una advertencia, con voz más alarmada que molesta, JiHo frena en seco, pero eso no evita que choque contra la espalda de MinHyuk, quien se encuentra cortando las flores que aún no se marchitan de su jardín. Voltea lentamente, dirigiendo una mirada tétrica al menor que un respingo sale corriendo y se esconde detrás de SaeHim.

 

—Noona, noona —apunta repetidas veces hacia MinHyuk, jalándole la bufanda a la niña, quien solo ríe y saluda con la mano a su compañero de clase. El chico asiente un par de veces antes de entrar a casa sin voltear atrás y cerrar de un portazo.

 

—MinHyuk-hyung es aterrador —farfulla Kyung, quien va como dos pasos atrás de JiSeok, que se dedica a patear piedras que se encuentra en el camino.

 

—Pero es mi amigo— comenta el mayor, mirándole por encima del hombro.

 

—No es de sorprenderse, entonces —se burla JiHo, pero en esta ocasión su hermano hace caso omiso, dejándole decepcionado.

 

Mamá Woo deja a SaeHim y a Kyung en su casa, despidiéndose amablemente de la madre de ellos que se encuentra bastante ocupada en sus cosas. De cualquier modo a la otra mujer no le supone molestia alguna recoger a sus hijos.

 

Por la noche, JiHo sueña con un gato atigrado maullando afuera de su puerta. A la mañana siguiente, JiSeok le despierta lanzándole una almohada en la cabeza, quejándose de que no paro de hacer ruidos de gato a lo largo de la noche. JiHo refunfuña envolviéndose de nuevo bajo las sabanas. Su hermano ya va a la primaria y entra un par de horas antes que él, así que no era necesario despertarlo.

 

La madre de los Park es quien se encarga de llevarlos temprano a la escuela, que le queda de paso a su trabajo. Mientras sube a la camioneta de la señora, JiSeok puede observar que por una de las ventanas de la casa que se asoma Kyung, agitando su mano con fuerza, teniendo la esperanza de que el mayor le viera. Aunque al principio es ignorado, al ver que no se rinde, JiSeok decide responderle con un pequeño gesto antes de que arranque el vehículo.

 

En la primaria, JiSeok comparte mesa con Taeil. Al llegar, este ya está sentado en su lugar garabateándose cosas con marcador permanente en los brazos. Al percatarse de la llegada de JiSeok, se baja de inmediato las mangas del suéter y se hace el desentendido. Minutos después, llega MinHyuk agitando los brazos, llevando un frasco de vidrio en una mano.

 

— ¡Taeil-hyung! ¡Taeil-hyung! Mira lo que tengo aquí — pone el frasco con la mesa, señalando entusiasmado su contenido—. Anoche se me cayó por primera vez un diente, y he pensado en traértelo.

 

Taeil y JiSeok observan con detenimiento el frasco, a ninguno de los dos les llega a parecer un buen detalle.

 

—Taeil –hyung, ¿te gusta? ¿Te gustaron las flores que te lleve ayer?

 

Asiente y MinHyuk abraza con fuerza a Taeil. Le supera de altura casi una cabeza a pesar de llevarse por pocos meses, lo que deja en desventaja al mayor. Lo sacude con fuerza de un lado a otro sin dejar de sonreír, como si fuera un muñeco de trapo.

 

— ¡MinHyuk, estás haciéndole daño  Taeil! —gruñe JaeHyo, quien acaba de llegar y le arrebata al mencionado, el cual parece respirar de alivio.

 

JaeHyo comparte asiento con MinHyuk, y para colmo de males es el mejor amigo de Taeil. Es la mayor competencia que tiene para ganarse el corazón de su hyung y piensa que solo uno de los caben en este planeta. Por lo mismo, su relación no es muy buena.

 

A mitad de la clase, la profesora los manda a una esquina, separados, después de haberlos encontrado jalándose de los cabellos por un cuaderno que resultó ser de Taeil.

 

—Bobos —escupe Taeil girando el rostro cuando pasan frente a él.

 

Mientras tanto, en el preescolar, Kyung y JiHo ya han ocupados sus asientos y comienzan a apilar juntos bloques sobre la mesa, tratando de formar un edificio imponente. Igual que el día anterior, YuKwon se encuentra apartado del resto de los chicos de la clase, apilando los bloques el solo dándole una forma que no le termina de convencer. Suspira y de un manotazo tumba todo, atrayendo la atención delos dos amigos. JiHo infla uno de sus mofletes, mientras Kyung apunta con la cabeza al pelirrojo, dándole a entender sin palabras a JiHo que fueran a ayudarle. Ambos se acercan y Kyung comienza a recoger los bloques que se encuentran por el suelo para que JiHo los acomode a su gusto.

 

YuKwon les observa sin interrumpir, aquel par de niños con la cara llena de manchas de pintura y la bata mal arreglada le  resultan aterradores y le entran ganas de llorar. Mira de un lado a otro, buscando a la maestra, quien se encuentra cómoda de la vida en su escritorio, concentrada en un papel que tiene encima. Su miedo no le da oportunidad de ver la magnífica creación que crea aquella mancuerna de mugrosos con sus bloques, hasta que la misma profesora levanta la vista de su trabajo y forma una “o” muy redonda con sus labios, levantándose a felicitar… a YuKwon. El niño ojos de gato le mira confundido y busca a los dos chicos que hasta hacia un par de segundos estaban a su lado construyendo aquello, pero ambos han regresado a su mesa dejándole todo el crédito a YuKwon, quien ahora es el centro de atención de los elogios de la profesora y los aplausos de sus compañeros. Y en su mente de niño no hay otra felicidad más grande, que recibir una estrellita dorada en su frente para poder mostrársela a mamá cuando venga por él a la salida.

 

~

 

—Hey, Kwonnie—a mitad del receso, YuKwon siente como alguien lo jala del suéter y lo arrastra hasta un salón vacío. Cuando se detienen y puede girar para ver quién es, se encuentra con JiHo mirándolo con excesiva intensidad—. Me debes una.

 

— ¿De qué hablas? —el pelirrojo frunce el ceño, aunque sabe perfectamente a que se refiere. La estrella brillando en su frente lo dice todo.

 

—Hice una obra maestra  para ti—se jacta—Te ayudé a conseguir una estrellita, ahora debes de pagármelo—se acerca de manera peligrosa al otro, sus narices rozándose.

 

— ¿Y qué es lo que quieres?  —frunce la nariz, tentado a retroceder. Pero JiHo tiene algo que lo hace realmente no quererse separar de él.

 

—Solo una pequeña parte de ti: se mi novio—YuKwon abre mucho lo ojos ante su petición. No sería tan malo, ¿o sí? Conseguir un novio el segundo día de clases.

 

—Pero… yo nunca he estado con nadie más, no sería buen novio—desvió la vista, avergonzado.

 

— ¿Eso  importa? Somos dos.

 

—JiHo…—cuando vuelve la mirada a los ojos del menor, no sabe decir que no—. Está bien.

 

— ¡Genial! —JiHo lo estruja entre sus brazos—. ¿Y ahora qué?

 

—Ya que somos novios, ¿no deberías de besarme?

 

JiHo echa un vistazo a la puerta, y al comprobar que nadie está cerca del salón, termina por cerrar la distancia entre sus labios y los de YuKwon.

 

~

 

Mamá Woo pasará a recoger a sus dos niños al preescolar, por lo que JiSeok se dirige sólo hacia la escuela de su hermano. No pasa mucho tiempo cuando se encuentra acompañado de Taeil, MinHyuk y JaeHyo, quienes sin decir una sola palabra van detrás de él como si fuese lo más normal del mundo.

 

— ¿Cuánto tiempo me llevan siguiendo? —JiSeok se aleja unos cuantos pasos de ellos al notarlos, pero no hacen caso a su pregunta. Taeil juega con el contenido del frasco que le regalo MinHyuk en la mañana mientras este le observa anonado, y JaeHyo se va mirando en el reflejo de los cristales de aparadores y ventanas que se topan a lo largo del camino.

 

— ¿No podemos acompañarte? —pregunta este último.

 

— ¿Para qué? Voy a la escuela del enano.

 

— ¿Vas por Kyung? —pregunta MinHyuk burlón, distrayéndose de cualquier cosa que se encuentre haciendo Taeil.

 

—No— gruñe el más grande de ellos, dándose la vuelta con las manos en los bolsillos de su abrigo y continúa caminando, trayendo aquel circo detrás.

 

—Ya deberías de ir a casa solo, ni siquiera te queda muy lejos —le dice Taeil sin quitarle atención al diente de MinHyuk.

 

—Pero mamá no me deja.

 

—Eres un bebé aun —se ríe JaeHyo, quien se cree un niño grande. Ya sabe cruzar la calle.

 

—Sólo obedezco a mamá—JiSeok hace una mueca molesto, aunque también incomodo por el comentario de los otros dos.

 

Cuando  llegan a las escuela, les sorprende encontrarse con JiHo tomándole la mano a un pequeño pelirrojo, su rosto tan rojo en esos momentos como su cabello. Mira con recelo a los chicos y le da un empujón a JiHo para que lo presente.

 

— ¿Quién en él? —lo señala Taeil, apuntándole el frasco.

 

— ¡Es el chico gato! —El rostro de JiHo se iluminó con una enorme sonrisa—. ¡Ha aceptado ser mi novio!

 

Los cuatro mayores intercambian miradas de sorpresa.

 

— ¿Lo ves? —JaeHyo suelta una carcajada—. ¡Tú hermanito consiguió novia antes que tú!

 

Todos corean las risas del pelinegro. Del coraje, a JiSeok se le sube el color hasta  las orejas. No piensa quedarse atrás y ser la burla de aquella bola de tontos que son sus amigos. Busca a Kyung con la mirada, quien se encuentra jugando en el arenero acompañado de un mucho más pequeño rubio,  quien le bota arena en la cara en medio de traviesas risas. Corre en dirección de ambos y el resto del grupo de infantes va tras él.

 

— ¡Kyung! ¡Aléjate de ese  niño! —ordena, tomando al mencionado por los hombros y arrastrándolo fuera del arenero. JiHoon mira impotente como su amigo es separado de él y de pronto, se suelta a llorar.

 

— ¿Por qué debería alejarme de JiHoon? —se revuelve furiosamente hasta lograr que JiSeok lo suelte—. ¡JiHoon siempre me trata bien, y hyung ni siquiera me hace caso!

 

JaeHyo, que no soporta ver como el bebé rubio vuelve lodo el arenero con sus lágrimas, se acerca con cuidado a él y se funden en un abrazo. JiHoon está temblando, pero bastan un par de segundos para que los cálidos brazos de JaeHyo logren calmar su llanto. El alboroto también ha  asustado a Taeil, quien corre a esconderse detrás de MinHyuk, aferrando el frasco que le regaló entre sus brazos.

 

— ¡Por qué me gustas! —grita JiSeok con esa voz aguda de niño pequeño. Se muerde el labio inferior, tratando de detener el temblor de su mandíbula. Esa confesión de amor no estuvo nada cool.

 

Kyung  se queda de piedra en su lugar, observándolo con expresión confundida.

 

—Pero… pero hyung siempre me está tratando mal…—murmura bajando la mirada—. Estás mintiendo, lo dices porque JiHo está con YuKwon…

 

— ¡Mentira! Me gustas, pero pensé que cuando te lo dijera dejaría de llamar tu atención. Kyung, ¡me gusta  que siempre estés encima de mí, aunque parezca que me molestas! Eso es lo que pasa…

 

— ¿De veras, hyung?

 

— ¡De verdad!

 

Seguidamente, JiSeok se vio boca arriba en  el  suelo con Kyung encima, llenándole de besos la cara. Esta vez no lo aparta, sino que en medio de sus risas, sostiene el rostro del más pequeño entre sus manos y planta un enorme beso en los labios ajenos. Cuando se separan, de Kyung no  queda más que su cuerpo inerte.

 

—Lo mataste—dice con horror MinHyuk, cubriéndole los ojos a Taeil. JaeHyo se acerca con JiHoon entre sus brazos, quien tiene el dedo pulgar metido en la boca a falta de chupón.

 

— ¡Ya! ¡Kyung bobo, párate! —JaeHyo lo patea con sus débiles piernitas—. No seas exagerado.

 

Pero Kyung está tan sorprendido y emocionado que siente que se ha transportado a una nueva dimensión. Con ayuda de MinHyuk, JiSeok lo sube a su espalda y caminan juntos hasta la entrada de la escuela, donde esperan su hermano y el chico gato, sin soltarse las manos pero sin mirarse, demasiado tímidos.

 

— ¿Qué le pasó a Kyung? —habla por primera vez YuKwon desde que llegaron.

 

—Este hyung  le dio un beso—JiHoon se saca el dedo de la boca y lo usa para señalar a JiSeok—. ¡Así! —y sin que ninguno pudiera predecirle, une sus labios con los de JaeHyo.

 

El resto de los presentes, a excepción de YuKwon que está perdido de todo eso, abren sus bocas y presencian casi con horror como JiHoon besa al hyung al que todos disfrutan molestar.

 

—Rápido, rápido, ¿nadie tiene una cámara? —se burla Taeil, sonriendo con malicia. JiHoon se separa, sin borrar esa enorme sonrisa de su rostro.

 

— ¡JaeHyo hyung besa muy bien! —claro que es un niño de tres años que acaba de besar por primera vez, por eso su falta de objetividad. El mencionado sonríe avergonzado y lo trata de bajar, pero JiHoon se aferra a su cuello y amenaza con echarse a llorar de nuevo.

 

Al final quedan los ocho sentados en las escaleras,  esperando a que mamá Woo llegue para llevarlos a casa, cada uno sentado de la mano —o en el caso de JiHoon, entre los brazos—de sus respectivos “novios”.

 

—Por cierto, MinHyuk hyung—JiHo se gira con una mirada indescifrable hacia él—. Taeil hyung y tú  son los únicos aquí que no se han besado.

 

—Creo que debo irme a casa—Taeil se levanta apenas el otro termina la frase y comienza  a caminar.

 

MinHyuk se queda sentado sin saber qué hacer, mirando de reojo a los otros niños que de pronto se encuentran incomodos. JaeHyo, quien se encuentra a su lado, lo golpea en el hombro, quizá con demasiada fuerza. MinHyuk suelta un grito y Taeil se gira asustado.

 

— ¡Fíngete muerto! —le susurra JaeHyo en  el oído y luego lo tira escaleras abajo.

 

La verdad es que a MinHyuk si le dolió la caída, pero sabe que ha valido la pena cuando Taeil regresa corriendo a él y lo sacude con el miedo reflejado en su rostro.

 

— ¿MinHyuk? ¿MinHyuk? ¿Estás bien? Responde, por favor…—lo zarandea con tal fuerza que MinHyuk siente que en serio se va a poner mal a este paso, pero sigue las indicaciones de JaeHyo y continúa fingiendo que está inconsciente—. MinHyuk, si despiertas yo… ¡seré tu novio! ¿Te  parece? Pero por favor, no te mueras…

 

El resto comienza a preocuparse de que MinHyuk no reaccione y van a parar alrededor de ellos dos a mitad del patio.

 

— ¡Asesino! —chilla Taeil y se abalanza sobre JaeHyo. El niño apenas si tiene tiempo de salir corriendo para que no le ponga las garras encima, pero ni así suelta a JiHoon.

 

— ¡Espera, Taeil! —MinHyuk se para de un salto y el mencionado frena en seco— ¡Estoy vivo!

 

— ¿MinHyuk? Creí que te perdería—solloza dramáticamente, dejando ver un lado de él que casi nunca suele aparecer. Vuelve hasta MinHyuk  y lo abraza con todas sus fuerzas. Luego, sin necesidad de la presión de las burlas de JiHo, es él quien besa al más alto.

 

Mamá Woo llega minutos después, bajando de su auto sofocada. Le sorprende encontrarse a los chicos hechos un desastre—Kyung y JiHoon están llenos de arena, la cual a su vez quedó impregnada sobre JiSeok y JaeHyo. MinHyuk está mugriento de la cara y Taeil tiene pasto en la cabeza. JiHo y YuKwon se tumbaron las pinturas vinílicas encima mientras se besaban en el salón vacío—, y sin embargo, en una relativa felicidad y calma aparente.

 

— ¡Mamá! ¡Qué bueno que llegaste! —JiHo corre hasta ella, jalando a YuKwon consigo—. Él es mi chico gato.

 

~

 

Han pasado poco menos de dos décadas desde entonces. JiHo, de 22 años, nunca dejó de ser el enérgico chico que se enamoró de un niño con cara de gato en el preescolar. Se ha convertido en un rapero underground que en su tiempo libre escribe canciones a su novio para cerrar con ellas sus presentaciones, avergonzándolo pero muy en secreto haciéndolo sentir la persona más feliz de mundo.

 

JiSeok  y Kyung se dedican a lo mismo que JiHo, los dos últimos estudian a su vez artes en la universidad y su graduación está cercana. El mayor de todos, quien ha tomado como seudónimo artístico TaeWoon, planea escribir una canción para Kyung como regalo. Aún después de tanto, le cuesta ser expresivo con sus sentimientos, en especial en público, pero él piensa que Kyung lo vale.

 

MinHyuk se dedica al teatro, mientras Taeil se forja una carrera como cantante. Se esperan fuera de un bar cada fría noche del decadente otoño que da paso al invierno. Taeil suele llegar primero, y le mata esperar al más joven. Quizá sea un poco justo, después de todo lo que esperó MinHyuk para que él le diera el sí.

 

JiHoon y JaeHyo tampoco se han separado, aunque son todo un caso porque ambos se siguen comportando como niños ansiosos de atención. Ninguno de los dos es exactamente feo, así que cada cual tiene su respectiva horda de fans que provoca los celos contrarios. Constantemente se pican y se molestan con tonterías, y JiHoon parece haberse vuelto un experto en avergonzar  al mayor. Pero es que, oh, ¿acaso JaeHyo hyung no es el más lindo cuando se  sonroja?

 

Cuesta creer que por desear solo un poco del otro cuando eran niños terminarían permaneciendo juntos toda una vida. Y posiblemente en las que siguieran, si llegaban a haber.

Notas finales:

Dejen muchos reviews, ¿sí? 

Gracias por leer<3.


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