Tenían ''algo'', y eso era uno cosa que ambos sabían a pesar de que ninguno de los dos estaba dispuesto a aceptarlo.
Las cosas estaban de aquella manera des de hacía meses pero el sentimiento era el mismo que el primer día. Se sentía como si cada vez que se vieran sería la ultima, y eso era algo que los dos amaban y odiaban a la vez: la emoción que les proporcionaba su pequeño secretito. Nadie lo sabía a pesar de ellos, y nadie más podría saberlo. NUNCA. No existían las citas, o el contacto físico en algún otro lugar que no fuera entre las sábanas. No había caricias, ni ternura, ni nada...solamente furtivos encuentros en la oscura seguridad proporcionada por la habitación de Ichigo. De puertas para fuera eran enemigos mortales y amantes entre las sábanas. Hueco Mundo o Karakura, no importaba dónde tenían sus pequeños lugares secretos y el pensamiento de ser descubiertos no hacía más que la sangre correr por sus venas.
Eran almas gemelas, tan similares que podían haber sido la misma persona.
-Quieren que te mate. -Escuchó la voz de Grimmjow vibrar debajo de su cabeza, que estaba descansando sobre el pecho desnudo del Arrancar. Ichico cerró los ojos, disfrutándo de la sensacion que los dedos del peli-azul trazando lineas encima de su espalda y hombros le hacían sentir.
Ambos sabían que el momento iba a llegar, pero habían esperado que llegara más tarde, mucho más tarde...
-Como si tuvieras alguna oportunidad. -bromeó Ichico. Bromear era lo único que podía hacer sobre aquél asunto. Bromear era la forma de esconder sus verdaderos sentimientos. Sonrió ligeramente, disfrutando de la sensación proporcionada por la risa de Grimmjow.
-¿Me estás subestimando, Shinigami? -Cambió su peso, atrapando a Ichigo entre él y la cama. Sus manos traviesas viajando des de la cintura del menor hasta su pecho. Sus ojos azules estaban fijos en la cara de la fresa, mientras que una sonrisa confiada se estaba pintando en sus labios.
-Nop. -Los ojos de Ichigo brillaron. -Simplemente sé que soy más fuerte que tú, Arrancar. -Sonrió, cambiando la posición en un rápido movimiento, atrapándo a Grimmjow debajo suyo.
-Más quisieras...-Grimmjow lo atrapó contra la cama, cogiendo sus manos y bloqueándolas encima de su cabeza. -Simplemente te dejo pensar que lo eres. -Se acercó a Ichico, parándose a escasos centímetros de sus labios. El adolescente intento levantar la parte superior de su cuerpo, cayendo en el ardiente deseo de sentir sus labios juntos de nuevo.
-Un-ummm -Negó su deseo alejándose de su presa con una sonrisa burlona. Empujó a Ichigo en la cama y se acercó a él, su boca atacando desbiadadamente su clavícula, dejando un camino de besos humedos sobre su cuello. Dejó libres las manos de Ichigo, sintiendolas instantáneamente en su ancha espalda. -No quiero pelear fuera de esta cama. -El Arrancar susurró en su oído, mordiendo el lóbulo después.
-Estás obligado. -Ichico susurró, obligándo a Grimmjow a mirarle. Estampó sus labios juntos, un violento juego para la dominancia empezó. El beso se transformo en uno hambriento, caliente, humedo...pero aún así no bastaba.
-Maldita sea Ichigo. -Grimmjow susurró con la respiración entrecortada, sintiendo la boca de Ichico rodeando su miembro. En un rápido movimiento el menor había cambiado el juego, siempre era así: impredecible, y Grimmjow lo amaba. Amaba todo lo que tenían, su follar violento, sus luchas por la dominancia, pero sobre todo amaba la manera en la que se emborrachaban el uno del otro en cada uno de sus encuentros, amaba la sansación que le proporcionaba el cuerpo de Ichigo encima del suyo, acurrucándose como si necesitara de protección. -Fuck...-dejó escapar en un susurro entrecortado. Estaba tan caliente y esa boca, esa maldita boca se sentía tan bien, se sentía tan correcto. Estaba amando las vistas que Ichigo le proporcionaba. Le encantaba verle de esa manera, caliente y con su polla en la boca. Solo suyo y de nadie más. Amaba esa pequeña sonrisa orgullosa que se asomaba en la cara ,normalmente enfadada del Shinigami, siempre que le hacía sentirse bien, de la manera en la que solamente él sabía. Pasó su mirada por todas las marcas que cubrian su cuerpo, admirando sus esculpidos musculos. Vio todas las cicatrices de guerra y se llenó de rabia. Nadie podía tocarle, nadie quitándo Grimmjow. Querría matarles a todos por haberle tocado, por haberse atrevido a hacerle daño. Miró todos los moratones y chupetones del cuerpo de Ichigi y sonrió con posesivida. Ichigo era suyo y en ese momento necesitaba follarlo, duro. Esta podría ser su última vez de verdad. Esta vez era diferente a las demás pues sabía que no iba a poder matarle. Antes preferiria sacarse su propio corazon del pecho.
Le atrapó debejo suyo con un rápido movimiento, besando y mordiendo sus labios sin darle tiempo a protestar. El peli-azul sabía que si no lo hubiera parado, no hubiera tardado mucho más en dejarse ir.
Con una estocada poderosa le penetró, sonriendo como un maniaco al escuchar el gruñido de Ichigo. Empezó a moverse sin despegar la vista de su cara. Quería que Ichigo lo supiera todo, necesitaba que Ichigo le mirara a los ojos y supiera toda la verdad.
Empezó a embestir más fuerte, más rápido como si quisiera romperlo. Y eso era justo lo que quería, tal vez...tal vez de esa manera no sería capaz de pelear. Mordió su clavícula, dejando atrás un moraton y miles de chupetones a lo largo de su tráquea. Si tenía que morir, iba a morir viendole.
Sus labios se juntaron de nuevo, mordiéndose con furia. Esto no bastaba, nunca iba a bastar, ni siquiera si alguna dia se fusionarian el uno con el otro. Ambos estaban respirando entrecortadamente. Sus miradas fijas la una en la otra. De repente el beso se volvió suave, dulce y lleno de palabras nunca dichas. Pero de nuevo, ellos no necesitaban realmente de palabras. Las embestidas de Grimmjow se volvieron lentas pero no faltas de poder. Empezo a masturbar a Ichigo, silenciando sus gemidos con sus labios. Sintió las piernas del Shinigami Sustituto alrededor de su cintura, obligándole a una última embestida poderosa y atrapándole ahí mientras ambos se venian. Sintió la descarga de Ichigo en su mano y sonrió. Se quedaron así por un tiempo, en silencio, sus frentes descansando juntas y mirandose el uno al otro.
-No seas un imbécil. -susurró Ichigo, parpadeando varias veces con rápidez para deshacerce de sus lágrimas.
-Ni siquiera te atrevas, Ichi. -amenazó el Arrancar, sintiendo sus propios ojos aguándose.
-Desaparece, véte...-pidió desesperado.
-Me conoces demasiado bien. -respondió. Ichigo miró para otro lado, sintiendo un fuerte dolor en su pecho. -Deja de torturarte, Kurosaki. -Grimmjow le obligó a mirarle, sonriédole debilmente mientras una lagrima le bajaba por la mejilla, cayéndo y rompiéndose sobre la mejilla de Ichigo.
-Hijo de puta...-susurró el adolescente, sintiendo sus própias lagrimas corriendo sobre sus mejillas. Grimmjow cambió su peso, besando las lagrimas de Ichigo y abrazándole con fuerza contra su pecho.
-No puedo hacerlo. -confesó tras un momento de silencio. -No lo haré...-Cerró los ojos con dolor.
-Ni siquiera te atrevas a pedirme que lo haga...-Ichigo le miró a los ojos, amenazándole con una expresión seria. -No puedo. No lo haré, ¿te enteras? No lo haré...-Empezó a llorar con fuerza.
-Puedes y lo harás. -Grimmjow se sentó en la cama, cogiendo a Ichigo en sus brazos y sentándolo sobre su regazo, atrapándolo contra su pecho como si lo estuviera protegiendo.
-Los mataré a todos. -dijo, cambiando su peso para poder mirar la cara del peli-azul. -Arrasaría con ellos. -Se arrodilló entre las piernas del Arrancar, mirándo hacía abajo para verle la cara. -¿Lo pillas? Los mataría a todos, cortaría sus cuellos solo para ti...-Grimmjow miró la cara de poker del Shinigami, sus ojos abriendose con sorpresa, mirándolo con admiración. Ese chico, ese hombre, era tan jodidamente hermosa y era suyo, solo suyo. Cerró los ojos al sentir los dedos de Ichigo acariciandole la cara, disfrutando de la sensación de su tacto. Estaba llorando, ¿cuándo había empezado a llorar?
-Harás que te maten...-susurró.
-Prefiero morir antes que tener que matarte. -Ichigo dijo en el tono más serio que Grimmjow le hubiera escuchado hablar alguna vez. No podía soportarlo. Lo alcanzó, besándole con suavidad, a penas tocándole. Envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo, abrazándolo con fuerza, miedoso de que iba a desaparecer si le soltaba.
-Eres tan jodidamente hermoso. -Grmmjow susurró con admiración. -Por Dios, si llegan a tocarte simplemente un cabello los asesinaría a todos. -dijo, una expresión oscura oscureciendo sus facciones, incapaz de quitar su vista de Ichigo. -Si alguien te toca arrancaré su puta cabeza de encima de los hombros. Eres mío Ichigo, mío.-Apretó su cuerpo contra el de él. Los labios de Ichigo dejaron escapar una sonrisa, sus ojos brillando con hamre y amor.
Dios, amaba a ese hombre de tal manera que estaba dispuesto a luchar contra el mundo entero solamente por él...