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Mi nombre es Nicolás por jotaceh

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Mi nombre es Nicolás.

El color de mi cabello es el que logra llamar la atención, de un profundo e intenso rojo. Mis ojos son tan claros como la luz de la mañana, grises como la neblina que cubre la ciudad en invierno. Soy alto y esbelto, mis facciones son delicadas, perfiladas y simétricas. Soy atractivo y todos los saben, siempre me observan al pasar, soy el rey en este mundo de pobreza, de carencias y suciedad. ¿Por qué nací en este barrial? Sumido en la miseria, en aquella que te atrapa para nunca soltarte.

Cuando era un niño, solía acompañar a mi mamá hasta su trabajo y es que me encantaba llegar al barrio alto, a aquel paraíso de opulencias. Ella era sirvienta en la Mansión Palmer, en la casa de las personas más importantes de este país. Siempre recuerdo a Antonio, aquel joven hermoso y altivo, quien parecía no caminar sobre el suelo, sino que sobre nubes. Su grandeza y elegancia marcaron mi vida para siempre, es así cómo yo debía vivir, era aquella vida la que yo debía tener. Detesto ser pobre, morar en una choza de madera que más parece una bodega, ser hijo de dos analfabetas, de personas sin educación que deben trabajar como mozos y sirvientes. No, yo saldré de esta miseria y lograré ser alguien, tendré poder y riqueza, porque es ese el futuro que me merezco. ¿Cómo un ser tan hermoso como yo puede marchitarse rodeado de tanta bajeza?

Me llamo Nicolás y tengo diecisiete años. Voy en el último año de enseñanza, en el peor de todos los colegios, el Liceo N°13, una institución enclavada en el barrio más marginal y peligroso de la metrópolis, allí donde viven los jardineros y las sirvientas, donde se trafican las drogas y moran los ladrones de las mansiones del barrio acomodado. Allí es donde vivo, en el lugar donde es común escuchar balazos, donde saber que el hijo de la vecina murió en una redada no es anormal, ni mucho menos que la novia de aquél infeliz quedó embarazada a los trece. El barrio en el que no existen los parques, donde todo es tierra y no hay belleza, donde las casas son pequeñas y están una encima de otra, porque no hay más tierras, porque la mierda debe estar toda reunida en el espacio más pequeño posible.

¿Cómo podría ir al colegio y mencionar mi realidad con orgullo? Eso es imposible y por ello he debido mentir, crear una realidad alternativa, donde no tengo padre y sólo me mantiene mi madre, la brillante enfermera que no tiene tiempo para ir a las reuniones de apoderados. Todos creen lo que les digo, porque un pelirrojo de ojos plateados parece no encajar con todos ellos, con esos pobres de pieles oscuras y cabellos desordenados. No, yo más bien soy como los hijos de millonarios, soy guapo como cualquier Palmer o como cualquier Lancaster.

Debo caminar por las calles malgastadas y apestosas de este barrio para poder llegar a la escuela. En aquel lugar solo poseo dos amigos, los únicos que están a mi altura y con los cuales puedo hablar de los mismos temas. Obviamente ninguno sabe mi secreto, aquel que tanto me avergüenza, jamás han conocido a mis padres, a esas pesadillas que me recuerdan la pobreza de la cual provengo. Iván es el líder, el chico que realmente tiene dinero y que además es guapo. Sus padres son contadores, no es la mejor de las profesiones, pero en este submundo de carencias, ya es bastante. El chico de la piel pálida y el cabello negro, tanto como la noche, es quien siempre nos invita a comer, el que organiza las mejores fiestas y quien siempre decide por nosotros. Suele ser insoportable, pero es el único que puede entregarme cierto estatus, cierto bienestar que ningún otro de estos mendigos puede brindar. Además de él, solemos estar con Noel, el amigo de infancia de Iván, y quien si no fuese porque sus padres son amigos de toda la vida, ni siquiera le hablaríamos. –Es tan estúpido, y además… ¿has visto lo gordo que está? Me da vergüenza siquiera mirarle… Mis padres me han prohibido alejarme de él, porque le cuesta hacer amigos… sino fuera por ello, hace rato que lo hubiera desechado como la basura que es…- Suele repetirme Iván tras librarnos aunque sea un momento de aquella pesadilla regordeta.

Salta como si fuese una foca, ríe con la boca abierta, con esa tan grande que posee y que tal vez alguna vez vaya a comernos; su voz es irritablemente chillona y las palabras que brotan de sus labios, inservibles y estúpidas. -¿Vieron la novela ayer? Yo todavía no puedo creer que Patricia Lucrecia Antonia sea la media hermana de Marco Guillermo Javier, ahora sí que no podrán ser novios… y Elena Loreto María está feliz por ello, yo creo que es todo una mentira de esa estirada, ¿no piensan igual?- Es principalmente de lo que habla, no tiene tema de conversación, tal pareciera que las neuronas han abandonado aquella cabeza hueca. -¿Se han fijado en Pablo? Si es tan guapo… ¿Han visto sus músculos? ¿Y su trasero? Es el hombre más guapo que he visto… ¡Me quiero morir muerto! ¿Vieron los tatuajes nuevos de Pablo?... Fui al baño y me encontré con Pablo haciendo pis… me asomé un poquito y vi su “cosita”, ¿pueden creer que tiene pelitos?- Es una de las tantas cosas que dice, cuando no habla de las novelas que ve con su abuela. Claro, lo de los vellos genitales les sorprende porque él es lampiño, demasiado para alguien que ya ha sobrepasado la pubertad, si es que apenas tiene cejas. ¿Recuerdan la imagen de Buda? Pues así mismo es Noel, gordo y sin vellos, con rostro sereno, tan solo que no es calvo, sino todo lo contrario, posee un matorral de cabellos castaños, unos rulos indomables que decoran su ya infantil rostro. No es que me desagrade, de hecho, creo que es una de las pocas personas por las cuales siento algo de empatía. Claro está que no puedo revelar ese sentimiento, sería mofado de inmediato por nuestro líder, quien cree que soy igual de frío y calculador que él.

Por si no lo habían notado, uno de los grandes temas que tiene Noel es Pablo, y es eso lo que más molesta a Iván. El chico elegante, aquel que observa a todos desde lo alto, quien es mejor que muchos de nuestros compañeros, esconde un profundo amor por aquel salvaje, por el chico más desordenado, maleante y rudo de toda la escuela. Debe ser el tema obligado de muchos, en especial de las muchachas y muchachos que han caído a sus pies, que se han enamorado del macho alfa, del rebelde sin causa que no sigue las reglas y que se muestra poderoso. En realidad no sé qué le ven, es atractivo hasta cierto punto, pero tampoco es un adonis.

Pablo es alto, más que cualquier otro compañero. Su piel tostada resplandece en todo su esplendor y es que suele mostrar mucho de su cuerpo, aún durante el frío invierno. Siempre lleva el cabello corto, como si se tratase de un soldado en combate. Para tener diecisiete, ya ostenta una frondosa barba negra, la que rasura constantemente, pero que sin embargo deja aquella sombra en su rostro. Yo detesto que se vea así, sin embargo muchos se deleitan ante aquella demostración de testosterona y hombría.

Nuestro uniforme es simple, un pantalón gris, camisa blanca, corbata negra y chaleco del mismo color. En una institución decente, los alumnos respetarían la norma, sin embargo en esta escuela perdida en el barrial, no muchos lo hacen. El sueño adorado de Iván no es la excepción.

El pantalón que utiliza es grande, tanto que se arruga en varias oportunidades antes de caer sobre sus zapatillas, y es que ni siquiera se inmuta en utilizar zapatos. Tampoco utiliza la prenda a la cintura, como decentemente se debería hacer, sino que deja entrever su ropa interior casi por completo, tal como visten los delincuentes y raperos. Tal vez lo hace por moda, o como piensa Noel, es una estrategia para hacer resaltar su pene, la única cosa de la cual puede jactarse, porque es holgazán y tarado.

La camisa suele llevarla abierta, mostrando a todos su trabajado cuerpo, ese que ejercita cada tarde en el gimnasio, o como pueda llamarse a aquel antro de madera y cartón ubicado en una de las cosas del barrio. Sus músculos hacen suspirar a muchos, aunque no los muestra descubiertos del todo, porque lleva algunos tatuajes marcados en la piel. Un gran halcón en la espalda, su nombre tatuado en su brazo izquierdo, mientras que en la pierna derecha lleva escrito el nombre de una mujer. Alguno dicen que es su primer amor, mientras que otros el de su madre. No es que yo le tome atención, sino que es lo que siempre escucho de la boca de Noel, y de vez en cuando de Iván.

Los rumores dicen que pertenece a una mafia, que trafica drogas y que por ello gana mucho dinero,  que ha debido matar a sus contrincantes y que de hecho, siempre lleva una pistola entre sus ropas. Lo que también se habla de él, es que se ha acostado con la mayoría de las chicas de la escuela e incluso del barrio, que es todo un semental y que puede con dos al mismo tiempo. No solo dicen que se acuesta con mujeres, sino que también con hombres, es tanto su candor, que muchos insisten que es él el causante del divorcio de nuestra profesora de Ciencias. Verdades o mentiras, no me importan, nada me sorprendería de alguien como Pablo.

En este día tan frío, ingreso a la estructura desgastada de la escuela e inmediatamente después, llega mi pesadilla. -¿Qué tal? ¿Amaneciste bien? ¿Te gustaría salir hoy conmigo? Podemos ir al cine o a comer donde tú quieras… he ahorrado bastante últimamente, ya sé que tus gustos son refinados….- La voz tediosa de Francisco aparece a mi espalda. El chico, uno de los tantos amigos idiotas de Pablo suele invitarme a salir, y es que según él, está enamorado de mí desde que éramos niños. Es un moreno un poco más alto que yo, de cabello levantado a la fuerza con gel, vestimenta desordenada y notas horrendas. Según el gordito con quien hablo, es un chico guapo y de buenos sentimientos, según yo, es un cretino sin futuro, un don nadie del cual jamás me interesaré. -¿Acaso no te cansas? Te he dicho millones de veces que no me gustas, que eres poca cosa… Ahora piérdete y déjame en paz…- Le repito tajantemente una vez más a este sujeto, sin embargo, como hace a menudo, hace caso omiso de mis advertencias y se marcha creyendo que todo ha sido producto de mi timidez. –Ya verás que soy el hombre de tu vida, algún día te dejarás de rechazarme…- Y me besa la mejilla de improviso, corriendo luego para impedir que me vengue y le pegue.

Sigo con mi camino un tanto ofuscado, realmente Francisco logra sacarme de mis casillas. –El amor es tan bello… ¿por qué no le das una oportunidad?- Aparece de pronto Noel con su voz infantil y un brillo especial en los ojos. El romance le hace enloquecer, como si fuese la mayor de todas las drogas y es por eso que siempre me ha aconsejado a que acepte a quienes me cortejan, porque aquel sujeto de antes, es solo uno de los tantos que se han atrevido. Ninguno ha estado a mi altura y por ello, los desecho rápidamente. –Jamás… Eso sería rebajarse demasiado, ¿qué dirán luego de él? ¿Qué es tan común como todos aquí? Recuerda que nosotros tenemos una imagen que cuidar…- Iván arremete con su tono poderoso y decisivo, mientras nos quedamos callados ante su presencia. Él tiene razón y es que si ha podido resistirse a los impulsos que le guían a estar con Pablo, yo no puedo ser menos y debo optar por alguien de nuestro nivel.

Los tres ingresamos a nuestra sala, aquel bullicio de chicos hablando de fútbol y muchachas comentando lo que sus novios le han dicho y hecho. Nos sentamos en los primeros puestos, lejos de toda aquella gentuza, demostrando quienes somos y lo lejos que estamos de sus precariedades. Esta es mi vida, eso es lo que soy y lo que represento. Mi nombre es Nicolás y algún día, seré alguien poderoso. 

Notas finales:

¿Qué les pareció?

 

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