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Quiéreme tal como soy (CHENMIN) por Moekare

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Notas del fanfic:

Halla! 

Lo siento pero mi alma ChenMin me estaba pidiendo escribir algo sobre ellos.

El fic no será largo, calculo unos cinco capítulos como máximo. Tal como mis otras historias tendrá su toque de drama y mucho romance. Quizás le agregue algo más subido de tono (?) xDD, eso se verá más adelante.

Si alguien lee mi otra historia, no os preocupeis que no la pienso dejar de lado.

Bueno, ojala apoyen el fic tal como lo han hecho con los anteriores y que lo disfruten tanto como yo disfruto escribiéndolo, porque al final, todo esto es para ustedes.

Comencemos con una nueva historia ~~

Notas del capitulo:

Primero capítulo. Creo que ya he dicho todo. Gracias por darle una oportunidad a la historia y espero que se queden hasta el final.

A leer~~

Las suaves y tibias manos de Minseok se encontraban frías al punto de hacer doler sus  huesos. Tragó nervioso viendo desde su pequeño escondite como Kim JongDae se despedía de sus amigos para luego desaparecer por la entrada de la escuela.


Minseok sintió su corazón palpitar en el pecho, miles de mariposas revolotear dentro de su estómago y un fuerte calor comenzar a invadir sus mejillas. Así era siempre que Kim JongDae aparecía frente a sus ojos.


JongDae iba en el mismo nivel que Minseok sólo que en un curso diferente. Era muy bueno en música y muy popular en el colegio. Minseok por el contrario, era un chico bastante normal, más que normal, un marginado. Sus bonitas y regordetas mejillas atraían las miradas de muchos en el colegio, pero no de la forma en la que él hubiera querido. Era fácil saber que Minseok tenía un poco de sobrepeso y más cuando varios en la escuela se lo recordaban a cada momento. Sus dulces y brillantes ojos marrones eran opacados por las grandes gafas que debía usar para atender las clases, y por último, para agregar más sufrimiento a su vida, seguía siendo más bajo que el resto de sus compañeros. Sin embargo, nada de esto impidió que él se enamorara perdidamente de Kim JongDae aunque jamás en la vida hubieran cruzado palabras.


Fue este mismo enamoramiento el que le dio las agallas para decidirse a hablar con JongDae y confesar sus sentimientos.


Minseok a sus 15 años estaba experimentado lo que es estar enamorado de un imposible.


 


*****


 


 


Día lunes por la mañana, Minseok esperaba por JongDae oculto tras los árboles  de la entrada del colegio. Había llegado más temprano de lo habitual por miedo a que el chico entrara antes y su plan se viera arruinado debido a eso. Así que mientras esperaba, se dedicó a mirar a los demás pasar. Reconoció entre los alumnos a Sehun y Jongin, amigos de JongDae. El primero tenía un rostro que realmente le aterraba, sin expresiones y con una soberbia que se transmitía a través de los poros de su piel, porque Sehun  creía que nadie era lo suficientemente bueno para él. Y por  otro lado, estaba Jongin, un chico muy divertido, con una personalidad y apariencia atrayente, un ligón, una especie de playboy al cual las relaciones serias no le iban. Pero al cabo de diez minutos, Minseok comenzó a desesperarse, JongDae no aparecía y la campana tocaría pronto. Con lentitud salió de su escondite, rendido y cabizbajo caminando directo a su primera clase del día.


En ese instante, como si Dios hubiera escuchado sus plegarias, JongDae atravesó corriendo la reja con una expresión afligida y todo el uniforme desordenado. El corazón de Minseok comenzó a palpitar rápido, llevó la mano a su pecho y con decisión corrió tras su objetivo para alcanzarle y poder hablar con él. Ni siquiera le importó llegar tarde a clases, él sólo quería poder conversar con JongDae y tenerle cara a cara para confesar sus sentimientos.


Vio como el chico tomaba un poco de aire en medio del desolado pasillo para así continuar corriendo hacia su respectiva sala, entonces supo que era el momento de actuar.


—JongDae-ssi—llamó.


Minseok sintió sus piernas flaquear mientras el cuerpo de JongDae volteaba a mirarle. La expresión en el rostro del chico fue de total sorpresa pero al instante cambió a una de curiosidad.


— ¿Te conozco? —dijo al fin, viéndole con una ceja alzada.


El cuerpo de Minseok comenzó a estremecer. Intentó mirar a JongDae pero la vergüenza se lo impidió por lo que sólo se concentró en sus manos las cuales frotaba buscando calor debido a los nervios que en esos momentos sentía.


—N-no realmente—susurró, con la cabeza gacha y los dedos entrelazados—Y-yo…


JongDae observó atento al chico frente a él. Pudo ver sus regordetas mejillas adquirir un color rosáceo suave y como sus enormes gafas parecían querer deslizarse por su también rosácea nariz.


—Perdón pero… ¿podrías hablar un poco más rápido? Vamos tarde y probablemente nos castiguen.


El tono suave con el que JongDae se dirigió a Minseok, hizo que éste al fin alzara el rostro y le viera. La expresión tranquila de JongDae le puso aún más nervioso provocando que sus labios comenzaran a temblar mientras no dejaba de parpadear.


—Y-yo…—repitió intentando armarse de valor para continuar hablando—JongDae-ssi…


—Espera—JongDae le interrumpió. Su palma estaba frente a él y sus ojos puestos en su rostro— ¿por qué no terminas de decir lo que sea que quieras decirme al final de clases? ¿Te parece?


Minseok tenía los ojos y boca bien abiertos en señal de sorpresa. Asintió tímido con un delicado movimiento de cabeza que JongDae  interpretó como aceptación a su propuesta.


—Bien, entonces nos vemos a la salida, en los casilleros ¿estás de acuerdo…tú...? —le apuntó entrecerrando los ojos.


— ¡Minseok!— se apresuró en responder.


—Ah…claro…Minssss…Min, eso. Adiós Min— y apenas terminó de despedirse, desapareció corriendo escaleras arriba.


Una sonrisa surcó los labios de Minseok, si bien no pudo confesarse, logró entablar una pequeña conversación con su amor platónico y además, consiguió una nueva oportunidad para hablar con él.


Minseok se sentía realmente dichoso.


 


 


*****


 


 


Cuando las clases acabaron, guardó rápidamente sus cosas y corrió fuera del aula para encontrarse con JongDae en el lugar que habían acordado. Como salió minutos antes que la campana pensó que quizás, si se perfumaba un poco y arreglaba su cabello tendría más posibilidades con JongDae. Por lo que desvió su camino hacia los baños intentando no demorar.


—JongDae ¿vamos al karaoke?


Minseok quedó congelado al escuchar el nombre del chico salir del aula que estaba a su lado.  Nervioso, tomó los tirantes de su mochila y se acercó un poco más a la puerta para poder oír mejor a los chicos dentro de la sala.


—Los alcanzo después, primero debo librarme de otro chico con intenciones de expresar sus sentimientos—respondió JongDae con una ligera mueca en su rostro.


— ¡Wow! ¿Estás hablando en serio? ¿Qué tal es? — preguntó Jongin jalándolo del brazo con notoria curiosidad.


JongDae se detuvo a pensar un momento. Entrecerró los ojos mientras la imagen de Minseok volvía a su mente para responder:


—Feo.


Jongin quiso reír, en cambio Sehun sólo rodó los ojos intentando prestar atención al libro que estaba leyendo.


—No creo que sea tan feo, vamos, dime como es—insistió el moreno.


— ¡Ya, Jongin! Deja mi brazo— reprochó JongDae zafándose de su agarre— es feo, de esos bien gorditos y con una gafas horrendas que le cubren todo el rostro— agregó, tomando su bolso.


Jongin hizo una mueca no muy convencido.


—Pero…que sea gordito no lo hace feo, yo me he ligado a unas chicas bastante subidas de peso y no ha sido terrible. A veces, tener de dónde agarrar lo hace más excitante además… su delantera… ya sabes— gesticuló con las manos y una sonrisa pervertida.


Sehun le dio un golpe en la cabeza con el libro.


— ¿No lo escuchaste? Es feo, además no es mujer. Tu historia no sirve.


—Gracias—expresó JongDae alzando las manos al cielo—si lo hubieras visto te habrías horrorizado de los tres mentones que parecían salir de su cuello—explicó con una mueca de asco.


 


Los tres comenzaron a reír de inmediato mientras terminaban de arreglar sus pertenencias. Del otro lado de la pared, Minseok intentaba mantener sus piernas rígidas y controlar su respiración, pero inevitablemente las lágrimas comenzaron a caer una tras otra acompañadas de lastimosos hipidos que salían de su garganta. Velozmente secó las lágrimas con su antebrazo y salió corriendo por el pasillo directo a su hogar.  Su corazón martillaba fuerte en el pecho de forma dolorosa, las lágrimas siguieron cayendo y cuando estuvo lejos de la escuela, se dejó caer contra el suelo soltando todas las ganas de llorar que hasta ese momento estuvo conteniendo.


No era posible que ese fuera el JongDae del cual se enamoró. No podía ser cierto, y si lo era, Minseok jamás se sintió más desdichado, desilusionado y ofendido como hasta ese instante. Por esa razón, aunque probablemente después lo lamentaría, decidió nunca volver a enamorarse, porque el amor era doloroso y él ya tenía suficiente con su actual vida.

Notas finales:

Si llegaron hasta aquí, se los agradezco. Ojala dejen sus opiniones, es la única forma de saber si la historia les gusta o no. 

Nos leemos pronto *-*.

 

 


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