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Virgo y Leo por J Aioria

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Notas del capitulo:

Hola otra vez, si ya se me pierdo medio siglo, pero aqui les presento mi tercer fic.

Espero que lo disfruten.

Un año más ha pasado, un año en el que sigo enamorado de él, un año en el que he compartido bellas experiencias con él, pero sólo como un compañero de batalla para él.

                                  

~Ser el caballero más cercano a dios, no significa que no pueda enamorarme, aunque a decir verdad anteriormente lo creía~ pienso, mientras medito hasta que escucho una voz, la cual interrumpe mis pensamientos.

 

Shaka, ¿me permitirías pasar por tu templo?- pregunta el caballero de Géminis, Saga.

 

Suspiro hondo, ya que me ha molestado un poco -adelante Saga-.

 

El tercer guardián se adentra a mi templo, apenas me visualiza y me observa detenidamente.

 

¿Qué pasa?- abro los ojos debido a que siento su mirada y le pregunto extrañado.

 

Shaka -hace una pequeña pausa y se acerca a mi- últimamente has estado extraño, no sé que sucede, pero la mayoría de nosotros ha estado preocupado por ti, especialmente una persona.

 

¿De quién hablas?- pregunto de manera tonta a la vez que me sonrojo levemente y pierdo la compostura, pensando que podría ser el.

 

En respuesta, Saga solo sonríe al ver mi actitud y sigue su camino- Shaka, aún eres joven pero sólo te diré que el amor, cambia a las personas y tú no eres la excepción -acto seguido sale de mi templo.

 

Su comentario me ha dejado algo confundido, pero ahora más que nada me gustaría saber quien es aquella persona al que le preocupó. Por otro lado Saga tiene razón, últimamente he dejado de ir a los entrenamientos, ahora más que antes soy más cortante, a la hora de meditar me centro en otras cosas menos en alcanzar el nirvana y evito lo más posible salir de mi templo puesto que lo he visto con otras personas, y eso provoca una presión sobre mi corazón.

 

Interrumpo mi meditación y de manera instintiva salgo de mi templo para dirigirme a Aries.

 

Desciendo hasta leo, esperando no encontrar a su guardián, entro de manera apresurada sin preguntar si puedo hacerlo, salgo de aquel templo, y suspiro en forma de alivio, pero repentinamente alguien ha cubierto mis ojos.

 

Escucho una risa de forma burlona e inmediatamente reconozco al dueño de ella.

 

-Aioria- susurro de manera apenas audible.

 

El León al ver que le he reconocido, retira sus manos permitiéndome ver nuevamente, volteo hacia él, y me encuentro con sus hermosos ojos, los cuales me miran de manera fija y con una gran sonrisa. Sin poder evitarlo sonrió de manera inconsciente y levemente me sonrojo, Aioria pasa por alto mi reacción.

 

-Shaka, por fin tengo la oportunidad de verte- me comenta manteniendo el buen humor.

 

Me siento nervioso ante sus palabras de modo de no poder responderle, comienzo a perder la compostura el simple hecho de que me hable hace que yo sufra un cambio.

 

-¿A dónde te diriges?-

 

-Me dirijo al pueblo- le contesto sin pensarlo, pues quiero salir de su alcance.

 

-Te molesta si te hago compañía-

 

Me sorprendo a la vez que mi corazón se acelera -no me molesta en lo absoluto-.

 

Aioria me sonríe, y de manera inmediata descendemos por las escalinatas de los templos. Durante este transcurso me sentía feliz, pero a la vez tonto, ya que por una pequeña mentira, ahora tengo que cumplirla.

 

Al estar en el pueblo me dirijo a los diferentes puestos, para distraerme e ignorar la presencia del León. Lo cual a estas alturas me resultaba bastante difícil.

 

Caminamos aproximadamente tres horas en las cuales nunca decidí que comprar.

 

-Shaka- me llama el León - ¿te gustaría que fuésemos por un helado?- me dirige una mirada tierna, y yo le respondo con una leve sonrisa.

 

Me mantengan algo pensativo -de acuerdo, vamos- término por darle una respuesta, de la cual yo no me podría resistir y más si aquello viene de él.

 

El resto del día transcurre de manera normal y divertida por las ocurrencias de Aioria. Finalmente ambos regresamos al santuario.

 

Me despido del León para ir a mi templo, llego a este e inmediatamente me siento cansado, me dirijo a mi habitación y me tumbo en la cama, mientras miro el techo detenidamente, cierro mis ojos y suelto un suspiro.

 

-Hoy fue un gran día, y me gustaría que se vuelva a repetir, pero -hago una pausa- a la vez no, no quiero que Aioria se entere de lo que siento por él, además presiento que el León está enamorado de una amazona- inconsciente suelto una lágrima.

 

Rápidamente secó aquel líquido que comenzaba a rodar por mi mejilla, esta acción hace que descubra que verdaderamente me he enamorado de una forma que no creía posible. Quien diría que yo sufriría de un amor no correspondido.

 

- Me siento como una adolescente enamorada- al darme cuenta de mis palabras, río de manera baja -nunca creí que un hombre como yo pudiera pasar por esto-.

 

A decir verdad me gustaría imaginarme un futuro junto a Aioria, sin embargo pensar en ello es muy apresurado, no he tomado el valor suficiente para decirle lo que siento y eso me deprime un poco, pero al haberme impuesto el voto de castidad todo se dificulta más para mi.

 

Comienzo a reflexionar acerca de ello y en el proceso, me quedo dormido.

 

Me despierto a media noche, sin saber el motivo, y de momentos trato de conciliar el sueño, cosa que no sucede y nuevamente a las cinco de la mañana consigo dormir.

 

Dadas las siete, me despierta un soldado el cual ha venido por órdenes del patriarca, me cuesta levantarme pues no he dormido bien, de manera rápida tomo una ducha y me alisto para ir al templo del patriarca. Al llegar hago reverencia pero, noto que el patriarca Shion me mira serió y pensativo.

 

-Shaka- se levanta del trono (no, no del wc)- necesito que vayas a Madrid España, últimamente se ha mantenido una actividad sospechosa dentro de esta ciudad y necesito que vayas a investigar, te quiero en la entrada de Aries a las 10:30, después te haré saber más detalles de la misión.

 

Asiento con la cabeza, y me levanto dirigiéndome a la salida.

 

-Antes de que te vallas, te hago saber que alguien más te acompañara- termina por decirme y esto hace que pare en seco.

 

-¿Pasa algo?- me pregunta, al notar mi comportamiento; a decir verdad no me molesta que me asignen un compañero para una misión, pero normalmente estoy acostumbrado a ir yo solo.

 

-No sucede nada- reanudo mi andar ignorando mis pensamientos

 

Ya estando en mi templo, me dedico a hacer una maleta, prefiero prevenirme, a que hacer todo a la mera hora como algunos.

 

Dadas las 10, comienzo a descender por los templos, los cuales a esa hora están solos, debido al entrenamiento.

 

Al llegar a la entrada de Aries veo al patriarca, quien ve en mi dirección, me hace una señal para que me acerque, la cual obedezco.

 

-Shaka, toma esto- me acerca un sobre, el cual agarró- dentro de este, hay información acerca de tu misión-

 

Lo miro extrañado -patriarca si me permite, porque tanto misterio, ¿desde cuándo explica las misiones de este modo?-.

 

-Es una misión sencilla, nada complicado, sólo que Athena quiere más seguridad en cuestión de sus misiones- me explica el patriarca, quien dice aquello como si fuera una estupidez por parte de nuestra Diosa.

 

-Bien Shaka, parece que ahí viene tu acompañante-

 

Volteo hacia la entrada del templo, y observo al gran León -¡¿Aioria será mi acompañante?!- pregunto nervioso-

 

-Si, lo seré ¿acaso hay algún problema con ello Shaka?- dice el León, disgustado por mi reacción.

 

-N...no, no hay ningún problema- fijo mi mirada en Aioria, para luego posarla sobre el patriarca quien parece divertirse por la situación; ~Mierda, esto no puede estar pasando en verdad, porque Aioria, todo menos el~.

 

Sin darme cuenta, ya me encontraba camino al aeropuerto, no recuerdo en que momento subí a la camioneta junto a Aioria, pero si recuerdo la fría mirada del león. Durante este transcurso de tiempo ninguno le dirigió la palabra al otro, yo no tengo el valor para darle la cara ahora ni la manera de disculparme por lo sucedido, sólo no quiero pasar una semana entera junto al león, y más si tengo sentimientos hacia este.

 

Llegamos al aeropuerto algo tarde, si bien Saori mantiene un jet privado para nuestro transporté pero el piloto es tan puntual y tan capaz de dejarnos sin transporte.

 

-No vamos a llegar a tiempo- digo calmo -será mejor...

 

-No, Shaka si llegaremos- acto seguido, toma mi mano y comienza a correr y a abrirse paso entre la gente mientras yo le sigo el paso.

 

Después de que me hiciera correr tan rápido, llegamos a tiempo nos subimos al famoso jet, y a los pocos minutos de despegar me quede dormido.

 

No sé cuando y como es que llegue a la habitación, pero cuando desperté ya me encontraba acostado sobre una cama; se escucha un sonido sordo que pareciese provenir del baño, acto seguido se abre la puerta y veo a Aioria, quien sólo lleva una toalla alrededor de la cintura, para mi es imposible no admirar ese escultural cuerpo, por el cual algunas gotas de agua resbalan, me dan nervios de tal manera que me sonrojo y caigo de la cama por tremenda imagen, si soy todo una caja de sorpresas, pareciese que los dioses han decidido molestarme el día de hoy.

 

-Oye Shaka, ¿estás bien?- se acerca a ver como me encuentro.

 

-Si, lo estoy- me ayuda a levantarme y nuevamente mis mejillas se tornan color carmesí -v…voy al baño.

 

Siento como me observa y en cierto sentido estoy incómodo, cierro la puerta tras de mí y recargo mi espalda en ella dejándome caer.

 

~ ¡¿Qué diablos acaba de pasar?!~ me pregunto ~ ¿por qué he perdido la postura ante el?, si esto sigue así no podré ni verlo.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer :D

Agradezco acierta personita por sus consejos, gracias maxi anime.


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