Cuerda floja
Sobre la felicidad
Mi nombre es Takuma Ichijou, estoy en tercer año de preparatoria, soy el vicepresidente del consejo estudiantil, mi promedio se encuentra arriba de los 95 puntos, y soy el tercer estudiante más popular del colegio. Según esa encuesta, realizada apenas unos días atrás, la razón por la soy tan popular es por mi apariencia atractiva y porque estoy siempre feliz.
Soy atractivo, no voy a negar lo que es evidente, y un poco de egocentrismo no está mal de vez en cuando. Pero creo que las personas confunden felicidad con alegría, que si bien una suele acompañar a la otra, no son lo mismo. Me gusta bromear y reír, soy alegre, pero no puedo llamar a eso felicidad.
Cuando pienso en felicidad, pienso en otra persona. Su nombre es Kuran Kaname, está en el mismo curso que yo, es el presidente del consejo estudiantil, su promedio está en los 100 puntos y es el estudiante más popular del colegio. Nuestras familias se conocen desde prácticamente siempre. Nuestros abuelos eran mejores amigos, nuestros padres también, así que siguiendo la tradición nosotros somos mejores amigos. Y lo somos desde el año 0 de edad.
En fin, mi amigo es feliz, y no sólo por lo que dice está encuesta: su atractivo físico, mental y por su porte de caballero andante, el príncipe de los sueños de las chicas del colegio. Sino porque está loca, completa y estúpidamente enamorado. Le llevó tiempo reconocerlo, y otro tanto convencer a la otra parte involucrada. Pero es correspondido y precisamente eso es lo que lo hace feliz. Tal vez él no ría mucho, tal vez no haga bromas o comentarios mordaces, pero si miras atentamente en sus ojos, te darás cuenta de que en sus pupilas hay un brillo especial, te das cuenta de qué es feliz.
-¡Te digo que no, Kuran! ¡Quítate!
¡Pum! ¡Pas!
-Pero…
-¡Cállate! ¿Estás en celo o qué?
-Estoy en celo siempre que te veo.
-¡Serás idiota!
¡Pum! ¡Pas!
No puedo aguantar la risa, tal vez no debí subir a la azotea, donde sé que mi mejor amigo y su pareja vienen a almorzar. Está recibiendo una paliza, como siempre. Es que, mi amigo, es masoquista.
-¡Ya, suelta!
Aquí está la causa de la felicidad de Kaname. Se ha soltado del agarré de mi amigo con una excepcional patada.
Su nombre es Kiryuu Zero, está en segundo año de preparatoria. Es el capitán del club de tiro con arco, su promedio está por encima de los 98 puntos y es el segundo chico más popular del colegio. La razón que da la encuesta que traigo en mi mano derecha es que es salvajemente guapo, frío y cortante. El tipo estoico que tanto gustan las chicas. Él es la felicidad de mi amigo, estoy seguro que Kaname se volvería loco si este chico desapareciera.
-Ah, Takuma san, no lo había visto.
-Nah, no te preocupes, Kiryuu kun, estaba realmente divertido.
-El timbre ya va a tocar.
-Lo sé. Yo me encargo de que llegue a clase.
-Gracias, Takuma san. Hasta luego.
Kiryuu kun se despide agitando la mano y se pierde en los escalones. No puedo evitar lanzar una risita, al tiempo que me acuclillo para ver a mi derrotado amigo en el piso.
-¿Por qué no aprendes a controlarte?- le digo y él me mira ceñudo.
-Tenemos una semana sin hacerlo, Takuma, no puedo evitarlo.
-Ja, ja, ja ¿y por qué no esperas a que vayan a casa?
-¿Qué parte de “tenemos una semana sin hacerlo” no entiendes? Además, no iba a venir nadie aquí.
-Bueno, yo lo hice-una nueva mirada ceñuda de su parte- Y ¿no pensaste que quizás, Kiryuu kun, no deseaba hacerlo en la azotea del colegio?
-¿Qué tiene de malo?
-Tal vez para ti nada, pero para él quizás sea incómodo.
Incorporado y sentado en el piso, mi amigo, medita mis palabras y asiente poco después.
-Le diré que nos vayamos juntos a casa-resuelve al fin.
-Eso suena bien- Me siento a su lado y le extiendo el periódico escolar con la encuesta.
-¿qué…?-toma el periódico y lee. Me estoy riendo por anticipado, aquí viene, 1… 2… 3…- ¡Qué carajos! ¡¿Por qué Zero tiene el segundo lugar?!
-¿Eh? ¿Lo querías en primer lugar?
-No seas tonto, no lo quiero en ningún lugar de estos-dice enojado y poco le falta para aventar el dichoso periódico- No quiero que nadie lo vea de esa manera.
-¿Sólo tú?
-Sólo yo.
-No seas egoísta, si te fijaste en él, debe a haber más personas que lo hagan.
-Me niego-se pone de pie, está en uno de esos ataques sicóticos suyos donde se cree amo del universo-Haré una ley para que nadie pueda siquiera verlo.
-ja, ja, ja serás idiota. No eres el emperador. Sólo el presidente del…
-Calla… Seguramente fue por esa vez que se quitó la camisa después del festival deportivo.
-Hacía calor y estaba sudando ¿Qué querías que hiciera?
-Nadie puede ver su cuerpo, excepto yo.
-Algún día, Kiryuu kun se hartará de tu monopolización.
-¿Ah?-su mirada cambia a una de preocupación y es así como me mira-¿te ha dicho algo?
Rio de nuevo, por lo bajo y burlonamente.
-No, no me ha dicho nada. Es un presentimiento.
-¡No me vengas con esas cosas! ¿Quieres matarme o qué?
-Ja, ja, Ja
Lo dicho, está loca, completa y estúpidamente enamorado.
-Anda, Kaname, vamos a clase el timbre ya tocó.
Me obedece y bajamos juntos las escaleras. Aún está refunfuñando acerca de la dichosa encuesta. Y es por esa causa que no se da cuenta por donde va. Ha chocado con alguien, y ese alguien probablemente es la persona que más lo odia en el universo entero.
-Fíjate por dónde vas estúpido, Kuran.
-No es mi culpa que no aparezcas en mi campo visual.
-¿Qué demonios estás insinuando?
-No insinúo nada. Estoy diciendo que me eres tan transparente como el aire mismo.
Y bueno, no es como si Kaname se diera a querer un poco.
-¡Púdrete, Kuran!
Él es Kiryuu Ichiru, el hermano gemelo de Zero. Está en el mismo grado que su hermano pero en diferente grupo. Está en el club de ikebana, su promedio es similar al mío y es, según la encuesta el cuarto chico más popular del colegio, la razón: su atractivo físico, su seriedad y cinismo. Lo que me hace preguntar, ¿qué diablos sucede con los hermanos Kiryuu? Y más aún, ¿qué diablos sucede con las chicas de esta preparatoria?
-Buenas tardes, Kiryuu kun dos- le digo y su mirada ceñuda es ahora mía.
-No me llame así, Takuma san.
-Eres el menor ¿No?
-Pero aun así.
Él y yo no nos llevamos mal. De hecho, no nos llevamos. Su hermano y yo siempre nos encontramos en medio de discusiones entre él y Kaname. Quien la tiene más difícil por supuesto, es Zero, teniendo que cuidar no darle la razón y todo a su apoyo a uno u otro, porque si no quien sabe que pasaría.
-Está bien, Kiryuu kun ¿cómo te llamo entonces?
-Déjalo, Takuma-me dice mi amigo y tira de mi saco- pero “estorbo” es un buen adjetivo para él.
-¡Maldito, Kuran! ¡Tu salón queda para el otro lado!
-¿Quién dijo que iba a mi salón?-su risa burlona es evidente-Voy a ver a Zero-canturrea al tiempo que me jala por el pasillo junto a él.
-¡púdrete, Kuran!
Yo me encojo de hombros y sigo a mi amigo.
-¿Por qué no te puedes llevar bien con él?
-Tsk. No puedo, siempre que voy a casa de Zero no nos deja estar a solas. Es como si estuviera enamorado de su hermano. Digo, si Zero fuera mi hermano también lo estaría, pero no puedo soportarlo aunque lo entienda.
-Ya-. Mascullo. Entramos en el área de los segundos años. Falta poco para que se dé el segundo toque-apúrate, Kaname.
-Sí, ya voy.
Llegamos al salón y Kiryuu kun sale. Mientras ellos hablan, los observo en silencio. Es evidente que entre ellos hay algo más que sólo atracción física. Se nota en su expresión corporal, en la forma en la que se miran uno al otro. Si he de ser sincero, me dan envidia. Yo no tengo algo así. Yo no tengo a alguien a quien mirar, tocar y sentir así.
-¿Pero vendrás?
-Sí, Kuran, ya te lo dije.
-Zero
-¿Qué?
-En serio, no te vayas sin mí.
Kiryuu no contestó de inmediato, de hecho no sé si lo hizo. Sólo tiró del cabello de Kaname y le beso rápida y fugazmente en los labios. Alguien que no hubiera estado a mi distancia, probablemente no lo habría notado.
-Te veo al rato, Kaname.
Regresó a su salón y pude ver la sonrisa amplia e idiota de mi amigo. El segundo timbre sonó.
-Es hora de irnos- le digo y ahora soy yo quién tira de él.
-Ah, ya quiero que sea la hora de la salida-suspira. Y no puedo evitar reír. Sé que las próximas horas le parecerán eternas y una tortura. Sé que después del timbre, saldrá disparado a la salida para encontrarse con su novio. Sé que se irán a su casa y tendrán sexo hasta morir, porque mañana es sábado y no tienen que ir al colegio. Sé que la sonrisa de Kaname no desaparecerá jamás, aunque sus labios no se muevan. Él sonríe por dentro, porque es genuinamente feliz.
Y sí, me siento celoso por ello. Y es por eso que tiro la encuesta a la basura. Porque yo no soy feliz, puedo aparentar alegría y tenerlo todo. Pero no lo tengo todo. Quiero una cosa, sólo una: Amar y ser amado así, de esa forma loca, completa y estúpida. Quiero conocer, la felicidad.