NUNCA LO OLVIDE
‘‘Hana chan’’.
El accidente fue muy rápido.
‘’Hana chan me gustas’’.
…tal vez él hubiera podido salir bien si no fuera por mi culpa.
‘‘Hana chan, eres lindo’’.
En verdad…no quería nada de esto.
‘‘Hana chan, eres lo mejor que me ha pasado en mi vida’’.
Si tan solo nunca hubiéramos salido.
‘‘Hana chan soy muy feliz de poder haberte conocido’’.
Tal vez, lo mejor era nunca habernos conocido en secundaria.
‘‘Hana chan…me gustas, cásate conmigo’’.
…si tan solo el no fuera un estúpido…si tan solo, yo no fuera el estúpido.
CAPÍTILO I: ‘‘COMO INICIO TODO’’
Era sábado por la noche, la nieve caía por la ciudad cubriendo los rastros de luz en su camino.
Aquel día Kiyoshi había decidido que era un buen día para salir a pasear con su pareja, irían a una cafetería y luego irían a patinar en el hielo que estaba a unas cuadras más allá de la cafetería, solo tenía que esperarlo y luego todo pasaría como él lo había planeado.
Por otro lado, en un departamento estaba un chico de cabellos negros tratando de volver a dormir hasta que sonó el móvil con un ruidoso sonido.
-estoy dormido, no jodas-fueron las palabras que dijo a la persona del otro lado.
-Hana chan! Tenemos que salir a pasear, recuerda nuestra cita
-¿cita?
-si, la que acordamos la semana pasada.
-¿es en serio?-Hanamiya trataba de recordar cuando fue que lo hizo, en que momento él y ese estúpido habían programado una cita, hasta que lo recordó. Hace una semana estaba comiendo en una cafetería y de repente entro ese idiota con su sonrisa y se sentó a su lado para comer sin su permiso, Kiyoshi estaba que hablaba y hablaba, entonces comenzaron a discutir del porque el no se callaba, entonces Hanamiya recuerda lo que dijo.
-hay alguna manera de que te calles.
-si.
-dímelo, porque ya no te soporto.
-sal conmigo la próxima semana.
Fueron palabras inocentes y más inocente por aceptarlas rápido, el solo quería comer tranquilo y pasar ese día en paz, lo único que quería aquel día es que Kiyoshi se fuera. Pero las consecuencias de sus actos se reflejaban hoy en la tarde, donde la promesa que no quería hacer se debía de cumplir.
-¿debería pasar a recogerte?
-no jodas.
-Hana chan, ¿Cuándo te vas a demorar en venir? O ¿voy para tu casa?
-mierda, como jodes Kiyoshi, ya estoy saliendo-corto la llamada, muy dentro de si podía sentir que aquel no sería un buen día para el, algo se lo decía, un presentimiento que lo mantenía angustiante, pero de igual forma se vistió y salió camino a aquella cafetería.
Cuando llego y vio dentro ahí estaba Kiyoshi, con una gran sonrisa como siempre, Hanamiya pensó que si no existiera una vez en donde ese sujeto dejara de sonreír, pero a sus amigos les gustaba esa sonrisa, y por qué negarlo, a él también le gustaba aquella sonrisa.
-solo acabemos de una vez.
-toda va a estar bien-y ahí estaba, una vez más sonriendo como si él hubiese nacido con esa sonrisa puesta en su rostro de idiota.
Como era una costumbre extraña de ellos, sentados en una mesa de una cafetería comenzaron a pedir comida y comerla en silencio, Hanamiya agradeció aquello dentro de si, no le gustaba estaba estar mucho tiempo al lado de Kiyoshi y la respuesta era obvia por algunas razones.
En el pasado Hanamiya era un caso, rebelde hasta la punta de su dedo y no había alguien que lo hiciese cambiar y todo para ganar, con esa misma lógica había lastimado a su ‘‘amigo’’ y ex compañero de equipo, el lo había herido con una eterna marca que llevaría toda su vida y esa misma herida era la que le había traído dificultades para jugar a Kiyoshi, recuerda como Reo lo estuvo regañando un buen rato por lo ocurrido, pero ya estaba hecho y no podía hacer nada, ni siquiera una disculpa podía arreglar aquella lesión; pero cuando lo volvió a ver en esa cancha en el campeonato y verse perdido ante Seirin, no lo había podido soportar, lo odiaba más que antes, pero algo muy dentro de el había cambiado aquel día y eso se reflejaba ahora, se veía más tranquilo y sereno, aunque seguía con su lengua mordaz a la hora de hablar.
-¿te gusta la comida?
-solo es comida idiota.
-eh estado pensando esto por un largo tiempo Hana chan.
-no me importa tu vida.
-creo…que lo mejor es que seamos pareja.
-…-en ese momento Hanamiya dejo caer la cuchara sobre el plato, levanto su rostro y vio a la cara a ese idiota y su sonrisa como si nada-… ¿Qué?
-sí, salgamos como pareja, yo te quiero y me gustas, además hay cosas que nos gustan a los dos como el básquet.
-eres un estúpido-dicho eso Hanamiya comenzó a comer otra vez, tratando de pensar que aquellas palabras solo eran una broma estúpida.
-me gustas.
-no jodas Kiyoshi, estoy comiendo.
-se mi novio.
-ah… ¿Por qué?
-ya te lo dije, me gustas y no hay otra persona a la que pueda amar más que a ti.
-Kiyoshi, yo te rompí la rodilla y sabes que podría romper otros huesos tuyos, a cada rato te llamo estúpido y no me caen tus amigos, en especial ese cuatro ojos, aun así ¿tu, quieres salir con alguien como yo?
-si, ¿Qué tiene de malo?
-ah…-suspiro, metió su mano en sus pantalones y saco dinero para pagar su parte de la comida-…ya me voy, cumplí con mi parte, no me vuelvas a molestar-se paró y camino por la salida, afuera vio que la nieve comenzaba a caer, había parejas agarradas de la manos caminando y el, solo quería irse a casa a dormir.
¿Amar? Esa no era la palabra favorita de Hanamiya, incluso la quito de su diccionario desde que vio que sus padres, aquellas personas que se casaron por amor, se divorciaron. El amor acaba de un día para otro y eso el no se lo podía permitir; es cierto que le gustaba Kiyoshi, pero por ese mismo hecho el no se podía permitir estar a su lado, ya lo había lastimado en el pasado ¿Quién impediría que no lo vuelva a lastimar? Nadie, fue la respuesta a la que el llego, Hanamiya sabía que aunque los dos iniciaran una especie de relación esta estaba condenada al fracaso, en algún momento de esa supuesta relación Kiyoshi se cansaría y le tiraría en cara la herida que Hanamiya le había causado…simplemente lo suyo era imposible.
Hanamiya guardaría todos esos sentimientos dentro de si, los encerraría para que nunca salgan afuera, para que nunca crezcan.
-Hana chan! Espera-con pasos rápidos Kiyoshi había podido alcanzar a Hanamiya antes de que este se perdiera entre la multitud.
-¿Qué quieres?
-lo digo en serio, por favor sal conmigo.
-que moleste eres!- Hanamiya comenzó a correr, lo último que quería era poder estar al lado de Kiyoshi, sabía que no había un futuro para ellos.
-Hanamiya!-al momento de cruzar una pista, el pelinegro sintió como alguien lo jalaba desde atrás, terminando de un golpe seco sentado sobre las veredas que aquella calle.
-pero que mierda te pasa Kiyo…shi.
Ante sus ojos verdes, vio el cuerpo de Kiyoshi siendo golpeado por un auto y el accidente paso muy rápido para todos, Hanamiya solo se quedó paralizado ante esto, sus pies temblaban y no podía hablar, frente suyo estaba el cuerpo de Kiyoshi tirado en medio de la pista, trato de levantarse, pero sus pies se tropezaban entre si, una vez parado al lado del castaño se agacho; sus ojos castaños lo miraban fijamente.
-es bueno…que nada te pasara.
-tonto…
-Hana chan…sal conmigo…
-…si, salgamos juntos otra vez…
-que…bueno…-en el rostro de Kiyoshi se formó una sonrisa, una pura y gran sonrisa al escuchar que la persona que amaba aceptaba salir con el.
-¿Por qué lo hiciste?
-…no quería…que nada malo te pasara.
-…no tenías que hacerlo-después de tantos años, Hanamiya se permitía llorar abrazando el cuerpo de Kiyoshi-…no te vayas.
-no me iré nunca…debes aprender a amarte a ti mismo, confiar en ti y en los demás Hana chan.
-ya no hables Kiyoshi…la ambulancia vendrá pronto.
-cuando me recupere…prometo hacerte el amor Hana chan…
-no cierres los ojos, por favor no los cierres…por favor, no te vayas Kiyoshi…
Poco a poco la nieve blanca y pura se comenzó a teñir de un rojo intenso, las personas alrededor solo podían ver la escena con algo de melancolía, un joven tirado en medio de la pista apenas debía tener unos 17 o 18 años, aun le faltaba toda una vida por vivir y ocurría esto.
¿Crees que es extraño temerle a las sombras?
Una luz de vida sopla en el camino
¿Llegaremos a lo más profundo de nuestros recuerdos?
Un camino de sonido interminable
Flotando en las montañas y agitando el bosque
Incluso esas peleas que tanto odiamos, son tragadas por las olas
Esta canción está dejando un camino que fluye a ti.
(L’arc ~en~ciel)
-Kiyoshi…-susurro Hanamiya mientras se aferraba más al cuerpo de su ex compañero, no lo quería soltar, sentía que si lo dejaba no lo podría volver a recuperar.
Aquel día se levantó con un mal presentimiento, aquel día solo quería quedarse en casa y estar seguro, aquel día…nadie pudo escapar de su destino.
‘‘Las ruedas de la fortuna, en ese momento se detuvieron para ambos chicos. ’’