PROLOGO
Hace muchos años atrás, la tierra estaba pasando por una gran pandemia de una enfermedad desconocida por la humanidad, pero era la causante de muchas muertes de personas de diferentes edades; muchos médicos y científicos buscaban la cura a la misma pero sin llegar a tener un resultado favorable. A ese punto la humanidad estaba al borde de la extinción, en ese tiempo la humanidad era regida por cinco reinos para evitar posibles ataques de histeria, pánico en la población.
El rey como científico del reino Kaijo, buscaba desesperante una cura para su esposa e hija no murieran a manos de esa enfermedad desconocida ni mucho menos mas personas; él rey estaba llegando al punto de la locura se obsesionó por la búsqueda de la cura para no perder lo que más amaba fueron años de duras pruebas dando como fruto la manera de refrenar un poco los síntomas; pero la enfermedad evolucionaba de una forma única dejando obsoleto el tratamiento.
Lo inevitable paso, el científico vio morir en sus propios ojos a su familia perdiendo de esa forma la razón de vivir pero decidiendo que daría lo que le quedara de la misma obtendría a como diera lugar la cura a esa rara como extraña enfermedad mortal. Los años pasaron y el joven rey ya era un hombre de cincuenta años, pero aun a su edad era fuerte, vigoroso, en ese tiempo conoció a una joven sirvienta la cual se enamoro, teniendo un hijo y le entregaría su investigación cuando falleciera esperando que la nueva generación encontrara la cura o que la pandemia desapareciera por el bien de la humanidad.
¿BREVE PAZ?
Lo más extraño que vivió la humanidad fue como vino la misteriosa enfermedad desapareció, o eso esperaban todos pero las vidas que se llevo mientras estuvo vigente nunca podrían olvidarlos. La tierra contaba con muy pocos sobrevivientes siendo estos hombres que mujeres por su resistencia, y algunos de ellos ya contaban con la edad avanzada para reproducirse.
En ese tiempo el hijo del antiguo rey de Kaijo era todo un hombre y siguiendo con la investigación de su padre le heredo pudo encontrar en uno de los tantos proyectos la manera de que un hombre quedará embarazado a este tipo de hombre se les llamo: fértiles. De esa manera los humanos volvieron a repoblar las tierras guiadas por los cinco reinos principales, que impusieron embajadores en distintos lugares del mundo.
Todo iba bien hasta el nieto del antiguo rey vivió junto a la humanidad nuevamente la enfermedad pero esta había evolucionado de una manera como nunca se lo imaginaron. Cuando un paciente anteriormente caía enfermo con el tratamiento podría vivir tres años, a diferencia cuando no existía la medicación era de un año máximo dos, pero con este nuevo brote, nada la detenía, empezó llevándose rápidamente vidas, ninguno de los enfermos llegaba a cumplir un año y por el diagnostico previsto el brote empeoraría gravemente al punto de temer que un enfermo murieran en horas.
El joven científico decidió no pasaría por lo mismo que paso su abuelo al ver morir a su amada, no ahora que se acababan de casar con su amado y ambos tendrían mucho que vivir, pero el miedo de pensar que en cualquier momento la enfermedad atacara a ser esposo fértil no lo dejaba vivir en paz. Se concentro tanto en investigar sin descanso con la ayuda de su asistente como ayudante la cura definitiva de esa pandemia.
Fracaso y más fracaso uno tras otro y ninguno de sus experimentos daba los resultados deseados y el tiempo para el joven se acababa cuando se entero que su esposo iba a tener un bebé y la enfermedad avanzaba sin miramientos a una velocidad impresionante. Desesperado y angustiado solo le quedo la idea de experimentar con los humanos mezclando ADN animal con genes humanos.
Experimento con el ADN de todo tipo de animales con características fuertes, agiles, resistentes como él: tigre, león, leopardo, oso, elefante, rinoceronte pero nada todos eran incompatibles con los genes humanos desesperado su asistente trataba de tranquilizarlo pero el científico sentía que pronto todo acabaría y nada podría salvar a la humanidad, en uno de sus momentos reflexivos observo jugar a su perro y gato tan inocentes, resistentes como leales, fuertes, y una idea le cruzó sin pensarlo dos veces tomo los genes de sus mascotas para probarla en su experimento.
Sin saber a ciencia cierta porque esos genes fueron compatibles en el ADN humano, pero ni lento ni perezoso empezó hacer las pruebas para experimentar, el único problema que al no tener tiempo para seguir con la experimentación en objetos como ratas tomo a un pequeño grupo de pacientes en estado terminal procedentes de diversos lugares del mundo fueron los primeros en utilizar la nueva vacuna, su asistente estaba sorprendido por ese nuevo descubrimiento y no era para menos luego de haber sido inyectados los pacientes mostraron anomalías en su genética.
— ¿Qué significa eso doctor Alan? —habló el asistente viendo a uno de los hombres sometidos al experimento con las orejas y cola de perros y otros con el mismo aspecto pero debes de ser perros eran de gatos, Alan al igual que el otro estaba sorprendido con curiosidad se acercó viendo que definitivamente eran parte de sus cuerpos los cuales se movían a voluntad del paciente el cual estaba más asustado que ellos mismos.
—Un resultado del experimento X, pero Armando observa, amigo la enfermedad ha retrocedido un poco —dijo emocionado Alan al verificar que de ser un paciente moribundo, sus signos vitales como resultados daban a entender que se estaba recuperando pero antes de dar la notician debían verificar si era un hecho y otra de las razones si el mundo estaba preparado para aceptar ser mitad animal y mitad humano; a ese grupo en un futuro se llamarían: Híbridos. —Esto debe ser confidencial Armando, nadie debe saber de Los Híbridos, hasta que estemos seguros de los resultados —Ordenó serio Alan para salir del laboratorio sin darse cuenta de la mirada llena de avaricia del otro porque si era un hecho, la cura valdría una enorme fortuna pero debía esperar el momento correcto para tener la investigación del otro en sus manos y quedarse él con el crédito del doctor como científico Alan.
Alan observaba los pequeños cambios en la sangre de sus pacientes logrando por primera vez en la vida catalogar en tres fases la misteriosa enfermedad que era una mezcla rara de los síntomas del sida como Leucemia, pero era tan doloroso que muchos preferían morir antes de llegar a la fase tres, o en los peor casos otros con la esperanza de una cura esperaban hasta que el cuadro fuera critico sangrando en todos partes del cuerpo hasta el punto de hacer explotar el corazón y aun con transfusiones de sangre, anticoagulantes era imposible detenerlo, en algunos casos los medicamentos ayudaban amortiguar el dolor hasta donde fuera posible por ese motivo la llamaron a la enfermedad: “Ángel de la muerte sangrienta”. Alan había logrado con la sangre de los híbridos sin necesidad de cambiar la estructura genética y manteniendo de esa forma su secreto de la nueva especie creada en el mundo, que no tardo que una pareja de la misma especie de perros se reprodujera y era un hecho que muchas más vendrían de las dos especies; creó un tratamiento para la fase uno y dos pero si el paciente llegaba a la fase tres no había marcha atrás, y la única solución era la muerte, aunque no había podido erradicar la enfermedad pero dio una esperanza a la humanidad al dar esa solución temporal, Armando prefirió quedarse callado por el momento porque de algo estaba seguro el científico iba a encontrar tarde o temprano la cura definitiva del ángel de la muerte sangrienta y él seria alabado por su descubrimiento al robarse la formula.
Alan estaba feliz por los logros de ese mes, viendo con amor a su esposo cargaba a una preciosa niña, observando a sus amigos también esperaban sus primeras camadas, los años pasaron y su secreto estaba a salvo la humanidad la cual acepto su tratamiento aunque hubieron perdidas cuando algún paciente rechazaba la medicación cayendo en la fase tres; cosa que le preocupaba por su familia, llego un punto que se obsesiono con la cura, alejándose de sus seres queridos pero el miedo de que la enfermedad evolucionara nublaba su sentido, su esposo muchas veces lo tuvo que sacar de su laboratorio pero cuando su hija cumplió los doce años sus peores temores se hicieron realidad. El tratamiento había fracasado y todo lo que amaba falleció en sus propios ojos, su familia no resistió la nueva evolución de la enfermedad, en igual condiciones estaban sus queridos amigos híbridos.
Armando estaba desesperado los años estaban pasando y su juventud se escapa de sus manos, haciendo una investigación aparte al darse cuenta en el pasar de los años que los híbridos su envejecimiento fue al reverso, ya que era bien sabido que los perros cumplen siete años en un año, pero esta nueva especia envejecía lentamente, a escondías pudo hacer un suero para alagar su vida, pero aun así deseaba mas, su nuevo propósito era encontrar la manera de tener una vida inmortal y lo haría si incluso debía vender su alma al diablo para lograrlo y lo hizo, incluso cuando hizo el pacto en su mente no le vino pedir la cura a ese enfermedad le bastaba saber que él era inmortal sin saber que el demonio sabia que tarde o temprano su arma más perfecta acabaría con esa alma porque el pidió vida inmortal es un hecho pero nunca dijo que su vida no fuera arrebatada por una enfermedad. En ese tiempo Alan llevo por mucho tiempo el luto de su familia perdida teniendo 35 años se enamoró nuevamente de un hibrido fértil y estaban esperando a su futuro bebé cuando la enfermedad azotó el cuerpo débil del hibrido. Al verlo Alan no iba a perder nuevamente a su familia y en su mente se le vino las palabras de broma de su amigo cuando decía que era capaz de vender su alma.
Cuando una persona cae en la desesperación absoluta muchas veces te nubla la razón y el sin pensarlo hizo un ritual para vender su alma cuando se encontró con el demonio ya se imagina que el hombre solo pediría por la vida de su esposo e hijo, pero su mente retorcida le encantaba escuchar los ruegos angustiantes de sus contratantes.
—Solo te ruego, te suplico que me des la cura a esta enfermedad, no deseo que nadie vuelva a sufrir por lo que mi familia ha sufrido generación en generación —rogó Alan, escuchando el alarido del demonio por haber escuchado una petición desinteresada iba a darse la vuelta y dejarlo pero un ángel que había escuchado con una media sonrisa le indico que contrato había sido firmado y el debía acceder a la petición, molesto por el engaño vivido y sabiendo que tarde o temprano el humano sufriría por su noble petición chasqueo los dedos para desaparecer porque la risa del otro ser celestial pronosticaba un don especial para el insignificante humano —Espera mi petición, no desaparezca —grito angustiado Alan al no ver a la criatura de la noche se sintió engañado.
—Tu petición fue dada, pero a tan noble deseo un don se te otorgara. Sabes la humanidad olvida los hechos y todo lo que le rodea, recuerda siempre eso Alan pueda ser que en cualquier momento te arrepientas de esta decisión pero ahora ve a tu casa, tu familia te espera como la cura esta en los brazos de tu esposo —hablo dulcemente el ángel para desparecer pero deseaba saber la vida del rey como futuro hijo decidió cuidar al bebé como su ángel guardián.
El rey corrió al lado de su familia encontrando a su esposo cargando un hermoso bebé fértil de cabellos rubios, piel blanca como la nieve, sus orejitas como cola de perro se movían curiosos de un lugar a otro sus ojos de un color café.
—Ryota, nuestro hijo se llamará así —dijo alegremente Alan, para ver en el muslo de su bebé un lunar en forma de corazón, cargo a su pequeño para sacarle una muestra de sangre el cual como dijo el ángel, el ente oscuro había concedido su deseo. Encontró la cura y la esparció por todo el mundo dos meses había cumplido su bebé mismos meses en que la enfermedad fue erradicada. Armando estaba furioso porque no había podido sacar la formula al rey y un día lleno de rabia revelo el mayor secreto del rey. Muchas personas tuvieron miedo a esa nueva especie e ignorando todo estaban dispuestos a destruir a esa anomalía de la naturaleza como a los reyes incluidos.
El ángel miraba todo con dolor y sufrimiento como la humanidad en unos segundos olvido el sacrificio de la familia real, sus ojos dorados observaron al consorte del rey tirado en un charco de sangre, algunos híbridos se alzaron en armas para proteger a su amigo como hijo, sintiendo por primera vez la furia recorrer su cuerpo, cuando su protegido fue herido mortalmente y él rey solo abrazaba llorando desgarradoramente el cuerpo inerte de su único hijo dejando que una bala acabara con su vida ya que sin ellos el no podría vivir, apareciendo en el lugar vio a todos esos malagradecidos con odio puro.
— ¡Malditos, han derramado demasiada sangre inocente, ¿Quién se creen por castigar a una vida que les dio la oportunidad de vivir?! —Grito el ángel dejando ver a todos que solo gritaron de miedo —Así agradecen aquel que los ayudo, como sus ancestros pero les aseguro que han matado su única salvación, la enfermedad volverá y todo morirán —declaro el ángel dejando ir a todos que salieron gritando de miedo, Armando solo observo eso sabiendo que ni su vida inmortal lo salvaría del castigo divino, salió corriendo jurando que los híbridos pagarían por haber estropeado sus planes.
—Nadie merece morir en un futuro cuando aparezca la enfermedad —dijo como pudo Alan, al escucharlo el ángel entendió que el rey tenía un corazón muy puro tomando al bebé y viendo a los demás.
—Esta será una profecía tanto para híbridos y humanos, cuándo la enfermedad esté a punto de aparecer o sea el momento adecuando este angelito volverá a renacer ya que él es la cura, para poder vivir el corazón de un ángel debe tener y este dar a cambio su vida —susurró el ángel dando un beso en la frente del bebé que abrió sus ojos dejando ver un dorado como ninguno en el mundo para transformarse en una esfera y desaparecer en el cielo, en cambio él ángel solo cerró los ojos para siempre…
¿Qué pasará c con los híbridos y la humanidad en el futuro?
CONTINUARA…