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Luz y Obscuridad por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Los personajes de D.Gray Man pertenecen a Hatsura Hoshino.

Los personajes de Katekyo Hitman Reborn pertenecen a Akira Amano.

Los personajes de Kuroshitsuji pertenecen a Yana Toboso.

 

7o fic de la serie Si l'amour existe.

Continuación del fic Máscara.

 


 


Luz y obscuridad


 


 


 


Hubo tanto dolor en mi vida, hubo tanto odio a mi alrededor,hubo tantas responsabilidades en mis hombros, hubo tantas tristezas y eso que apenas era un niño. Estuve perdido, vagué por las calles, soporté todo tipo de comentarios hirientes y bastantes crueles debido a una malformación en mi brazo… no hubo día en el que no me preguntara la razón de mi existencia, en el que me preguntara lo que una familia, cariño y seguridad significaban… no hubo día en el que llorara hasta quedarme dormido. Así mi infancia, así de lamentable fue hasta que conocí a quien se convirtió en mi padre adoptivo, él era un payaso de circo, un hombre que me mostró mi camino. Me enseñó a hablar propiamente, me enseñó a leer y a escribir… me enseñó a seguir adelante y siempre seguir caminando… me enseñó a sonreír aunque por dentro esté por derrumbarme.


Fue feliz durante un año entero. Aprendí muchas cosas, al fin tuve un nombre, al fin tuve una fecha de cumpleaños… al fin tuve cariño y la protección de un padre. Sin embargo, mi felicidad no duró, él murió en un accidente. Hice algo prohibido y quedé maldecido… él mismo me maldijo… mi brazo y la maldición se convirtieron en un arma en contra de una amenaza que se cernía en el mundo. Un hombre, conocido de mi padre, me tomó como aprendiz. Me ayudó a desarrollar habilidades en contra de la amenaza, me ayudó a entender el mundo de una manera poco ortodoxa, me ayudó a entrar a una organización que luchaba en contra de la amenaza latente.


Tenía catorce cuando me postulé para el campo de batalla. Hice amigos, fui feliz en ciertas ocasiones, me sentí parte de algo, de una segunda familia. Ese sentimiento no duró mucho, la guerra no era un juego, los descubrimientos y las batallas nos cambiaron a todos, el encontrarnos con los enemigos cara a cara fue lo que más nos desestabilizó.


El conocer los planes del enemigo no te da ventaja, te llena de incertidumbre, te lleva a tomar conclusiones erradas, te da una sensación de cuenta regresiva. Como pudimos superamos esos obstáculos. Como pudimos… ganamos en la última batalla.


Sólo yo sobreviví.


Extraña manera de hacerlo, pues, me sentí más muerto que nada. Pero esa enseñanza de mi padre, de seguir caminando, me obligó a no dejarme morir en ese irreconocible campo de batalla… me llevó hacia mi propia perdición.


Conocí a alguien me prometió dejar de sentir dolor. Me prometió alejar el sufrimiento y los malos pensamientos si me quedaba a su lado. Acepté.  Lo que menos quería en ese instante era sentir pena, remordimiento, sufrimiento y dolor. Cumplió su palabra, llegué a olvidarlo todo… incluso mi nombre. Me aferré a él. Fui a vivir con él. Me convertí en empleado donde él trabajaba aunque siempre estuve más al pendiente de él que de cualquier otra cosa.


Me entregué completamente: mis pensamientos, mis deseos, mis sueños, mi corazón, mi voluntad… mi alma. No me importó lo que descubrí detrás de su fachada de hombre perfecto. No me importó descubrir los secretos que tanto se esmeraban en callar. Lo único que no pude soportar, fue que me dejara olvidado por ayudar a su ‘amo’ a acostumbrarse a su nueva ‘vida’. Su indiferencia y su falta de atención me trajeron de vuelta las pesadillas, los sentimientos que tenía bien escondidos bajo llave… en lo más profundo de mí. Dejé de sentirme a salvo cerca de él. Verlo me recordaba esa manera en la que me hacía olvidar y que me negaba sin importar las veces que rogaba me ayudara. Para él no había nadie más que su ‘amo’.


Seguí nuevamente el consejo de mi padre, seguí caminando, escapé de él. El regreso de mis sentimientos fue demasiado duro. Los recuerdos de mi infancia, de la guerra, de lo que me rodeaba… la nada, la soledad, el vacío en mí. Todo causó estragos en mi persona. Y a pesar de ello… noté los cambios en mi camino, el mundo había evolucionado a una velocidad extrema. Me sentí más perdido que nunca. De alguna manera, encontré personas a las que pude llamar amigos, ellos me enseñaron lo mucho que yo ignoraba del nuevo mundo, ellos fueron mi fuerza para superar mis tormentos. Ellos me dieron una familia de nuevo, una razón para sonreír sin tener que fingir… hasta que él apareció de nuevo.


Dijo venir por mí.


En ese momento ya estaba en mis cinco sentidos, ya tenía noción de mi consciencia, entendí lo que él era y lo que quería. Me negué. Mis amigos intentaron defenderme… él los exterminó. Los torturó hasta que logró hacer que mi antes familia me odiara, sus últimas palabras fueron crueles, se arrepentían de haberme visto siquiera. En mi desdicha, él me llevó con sigo, me hizo creer que yo no tenía otro lugar más que estar a su lado… y así estuvimos durante otro tiempo, un tempo muy corto, luego que se volviera a olvidar de mí y enfocarse en su ‘amo’.


Traté de resistir más tiempo sin él. La soledad y el remordimiento me atormentaron desde las primeras horas sin su compañía. Volví a escapar, recorrí nuevamente el mundo cambiante… donde descubrí que mi antiguo poder cambió de igual manera. Fui capaz de hacer que la gente viera cosas que yo quería que vieran, podía hacerles creer que existía algo donde no había nada o hacer que no vieran nada donde había algo. Aprendí sobre las llamas de la última voluntad. Logré dominar las llamas color índigo. Y, justo cuando me sentí parte de algo… él volvió a aparecer… mató a quienes me habían acogido y entrenado, los doblegó e hizo que me dijeran lo mucho que me aborrecían por causarles sufrimiento.


Esta vez intenté pelear contra él. Terminé lastimado y en su cama otra vez. Y otra vez, me dejó de lado por estar al lado de su ‘amo’, le pregunté si así sería siempre, si tan solo era alguien con quien gastaba su tiempo libre y si había alguna posibilidad de llegar a ser su prioridad.


Se rió en mi cara.


Se dio la vuelta y dijo que efectivamente, yo era su pasatiempo favorito. Volví a huir, decidido a no dejarme atrapar por él de nuevo… estuve en movimiento, hasta usé mi poder para cambiar mi apariencia, mi voz, lo que sea que me pudiera reconocer… hasta que llegué a un lugar de ensueño.


No sabía dónde estaba, decidí hacerme pasar por un niño, decidí que el color de mis ojos y cabello sería verde, decidí que mi expresión nunca cambiase y, que mis ojos y mi voz no transmitieran nada. Decidí llevar esa apariencia y la hice permanente con las pequeñas marcas bajo mis ojos, decidí cubrir mi olor con esos grandes gorros que usaba… y, un día, hubo un accidente. Perdí mi memoria. Fui adoptado por una anciana a la que llamaba abuela… y fui feliz viviendo en la ignorancia de mis recuerdos y de mi vida anterior… y luego… luego me vi rodeado de más personas, personas que querían me uniera a ellas. Así inició mi vida como aprendiz de Shisho. Tuve una nueva familia, una muy peculiar y a la que llegué a atesorar.


Atesoré los consejos y enseñanzas de Shisho, su cariño fraternal y la protección con la que me siento tan seguro y a salvo; atesoré los cuidados de nee-chan, sus mimos cuando me despertaba en las noches por horribles pesadillas; atesoré la obsesiva protección de bestia-nii cuando salíamos sin la compañía de Shisho, su impulsiva actitud para evitar que me lastimara o me perdiera entre multitudes, también el que me comprara postres cuando me sentía triste; atesoré el que lentes-nii me acompañara donde había obscuridad, en las noches hasta que me quedaba dormido, en las calles o en el bosque cuando salíamos no se separaba de mi lado por esa fobia a las sombras naturales o artificiales. Ellos se convirtieron en mi familia.


Jamás supe, cómo es que shisho sabía que necesitaba escuchar ciertas palabras; jamás me enteré cómo es que nee-chan sabía de mis pesadillas si ella dormía en un lugar alejado de donde yo dormía; jamás supe, cómo es que bestia-nii sabía cuándo me sentía triste si mi rostro y mi voz no podían delatarme; y, jamás supe, cómo lentes-nii descubrió mi fobia a las sombras y cómo es que se aseguró que nadie más se enterara de mi única debilidad.


Y también, la familia Vongola, el Décimo siempre preocupándose por nosotros, sus visitas y los bocadillos que llevaba a Kokuyoland, siempre preguntando por nuestra salud y procurando nuestro bienestar… haciéndonos parte de su preciada familia. Sin duda fui extremadamente feliz al lado de ustedes, muchas gracias.


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Un joven peliblanco contaba su historia  a la familia vongola, a los de la décima generación, intentaba no decir mucho, intentaba no revelar información que pudiera poner en riesgo a quienes le escuchaban. Los miraba a cada uno, les dedicaba unos momentos de su mirada plateada, se despedía en silencio.


Al terminar con su relato, intentó ponerse de pie y marcharse… pero ni su maestro ni su futuro jefe lo dejaron moverse, fue el cabeza de la familia, Tsuna, quien habló.


--Hay tantas preguntas que no sé por dónde empezar. –comentaba el Décimo Vongola ignorando a Mukuro y a Xanxus –Por el momento creo que la más importante es ¿Qué piensas hacer ahora, Allen-kun? Si mal no recuerdo, al final de tu narración parecía que te estabas despidiendo.


--En efecto Décimo, me estaba despidiendo. ­–aceptaba el ilusionista –No me gustaría ponerlos en riesgo, Él podría volver y esta vez no dudará en hacerles daño. Prefiero alejarme antes de…


--Kufufufu ¿Y con el permiso de quién? Recuerda que sigues siendo mi aprendiz. –intervenía Mukuro con su tridente amenazando a Allen.


--Shisho… –murmuraba Allen –yo… –se vio nuevamente interrumpido por un segundo balazo que pasó muy cerca de su cara.


--No estarás insinuando que somos débiles, ¿Verdad basura? –dijoXanxus.


--Yo… –iniciaba Allen mirando a los que estaban ahí reunidos en la residencia Sawada.


--Ya lo dijiste Allen-kun, eres parte de esta familia, por lo que no permitiremos que te sigan dañando ni que sigas huyendo. Nosotros te protegeremos. –decretó Tsuna.


A su manera, todos los presentes, asintieron ante lo dicho por el Décimo Vongola. Allen seguía sorprendido, en esta parte de la historia es donde debería alejarse, donde ignorando la felicidad de su corazón debería abandonar a tan nobles personas antes de causarles daño, antes de causarles la muerte.


Tenía en cuenta el poder de cada uno, y también recordaba la devastadora fuerza de él.


No.


No quería que volvieran a arrebatarle la familia que tanto ama. No quería llegar a escuchar de sus labios palabras de reproche y arrepentimientos por haberle conocido. No quería ver cómo la vida abandonaba los cuerpos de la familia que atesora como nada en el mundo, como nada en tanto tiempo.


--No temas, Allen-kun. Eso no sucederá. –aseguró Tsuna como si hubiera leído sus pensamientos.


Luego lo recordó, la Súper Intuición Vongola, de alguna manera supo que no lo dejarían huir, no con la intuición de Tsuna, no con la constante vigilancia de Shisho, nee-chan, bestia-nii, lentes-nii y, la vigilancia de los guardianes de Tsuna.


--No temas de las sombras, nosotros estamos aquí para iluminar tu camino. –decía Tsuna con calidez –No temas a tu pasado, aquí estamos para luchar contigo. –decía con determinación –No temas a la soledad, tienes a tu familia Vongola para acompañarte. –decía Tsuna con cariño… que Allen no pudo más que creerle –No temas al silencio ni al olvido, aquí estamos para ti.


--Gracias Décimo… Tsuna-niisan. –dijo Allen con una sonrisa sincera y con un par de ríos en sus mejillas. –Ciertamente, estoy muy feliz. Casi me atrevería a decir que, nunca había sentido tanta felicidad.


--Kufufufu no te acostumbres, es hora de un entrenamiento intenso, no importa la apariencia, sigues siendo mi aprendiz y aún te falta mucho por aprender. –dijo Mukuro –Además aún debo de fijar tu castigo por no defenderte, paralizarte en plena batalla y dejarte toquetear de esa manera.


--Pe-pe-pero Shisho… eso no fue mi intención. –intentaba excusarse Allen.


Pese a esconderlo bien, los integrantes de la familia que estaba reunida seguían curiosos por el cambio de Fran-Allen. Tanto tiempo viendo que el ilusionista no demostraba expresión alguna, que no había cambios en su voz, que su rostro jamás se alterara… observarlo ahora, como antítesis de él mismo era agobiante.


Los Varia estaban más impactados, en sus ‘recuerdos del futuro’ no había rastros de algún cambio en Fran, lo que estaban atestiguando era una clara muestra que el futuro no  está grabado en piedra. Ni siquiera Bel podía decir y pensar algo en concreto, el chico con el que en el futuro tuvo una relación ‘pasajera’ tenía más historia que contar, mientras se quedaba con dudas, una muy importante, una que no le ha dicho a nadie... y una que al parecer se quedará en el olvido, después de todo el ‘futuro’ volvió a cambiar.


--No me digas que esperabas un abrazo y palabras reconfortantes… andando, tienes mucho que hacer. –sentenció Mukuro.


Las palabras del guardián de la niebla sacó a todos de sus pensamientos, haciendo temblar a Allen al recordar que debía entrenar intensivamente y aparte cumplir un castigo.


--Espera Mukuro. –alguien intervino.


--¿Qué sucede exarcobaleno? –preguntó Mukuro.


--Lleva a mi dame-estudiante, él también necesita un entrenamiento intensivo. –dijo un Reborn adulto.


--¡¡¡Hiiiiiii!!! ¿Y yo por qué? –respondió Tsuna ante la mirada divertida de unos, compasiva de otros e indiferente del resto.


--Por las mismas razones que expresó Mukuro, además, porque yo lo digo. –sentenció Reborn.


Así inició una de las tantas escenas comunes en la familia Vongola, Allen se sentía parte de una gran familia, extraña, extrema, sádica-masoquista pero familia al fin y al cabo. Su mirada gris se perdió un momento por el ventanal de la casa Sawada, deseaba que la felicidad durara más tiempo, deseaba que esta vez él se tardara varios años en volver, los años suficientes para que su familia haya partido al paraíso de manera natural, así, su familia estaría en paz mientras él volvía a retomar su camino como nómada.


Pensaba que si su familia no se había dado cuenta o si a propósito evitaban la pregunta de su edad y otros asuntos, estaba claro que hace mucho tiempo que ha estado en la tierra vagando por ahí, hasta que él vuelve y se lo lleva por varios años para luego volver a escapar y actualizarse a los cambios del mundo. ¿Se habrán dado cuenta que cuando ellos hayan al fin encontrado la paz él seguirá existiendo con su misma apariencia? ¿Se habrán dado cuenta que él era inmortal? Inmortal… así como él, así como Sebastian.


Mientras uno siga existiendo, el otro también lo hará. Mientras, Allen seguirá disfrutando de su familia, si Sebastian volviera entonces pelearía por ellos hasta el final, esta vez no se dejará derrotar tan fácilmente, esta vez no vacilará al atacarlo, esta vez, dará lo mejor de él, lo hará por su familia. Sólo por su familia.


 


 


 


Fin.

Notas finales:

Hasta aquí estos fic SebAllen que tenía preparados para este serie. SInceramente una vez que leí sobre esta pareja quedé prendada, habrá más fics no lo duden. Espero que les haya gustado. n.n

Gracias por leer.


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