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Noche de Luna por Ciel Ritsu

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Notas del capitulo:

 

Hola Hola!!


Luego de un par de semanas me tienen de regreso en este lugar con un nuevo Fanfic, el cual espero que les guste mucho y se animen a dejar sus comentarios. 


Los personajes de Naruto no me pertenecen ellos son de Masashi Kishimoto-sensei 

 

 

 

Capítulo 1


Cerca del El Mirador del Puerto, un popular sitio para observaciones del área de Yokohama, existía una casa estilo occidental abandonada, en la cual las paredes estaban cubiertas de hierba y una veleta rota colgaba desde el techo. La gente le llamaba la casa embrujada, sin embargo un día fue derribada y una estilosa residencia fue construida en su lugar.


Como estaba un poco alejada del mirador, los turistas no espiaban descortésmente a través de las ventanas. Los vecinos, que también vivían en grandes casas con hermosos jardines no mostraban ningún interés en ella, no parecía importarles que tan estilosa y hermosa lucía la casa por fuera.


La casa y el garaje fueron construidos en cuestión de días; las paredes que la rodeaban y la entrada principal acababan de ser remodeladas cuando un hombre ya de mediana edad vestido de negro visitó a los vecinos.


El hombre parecía ser extranjero pero les habló con un japonés perfecto —Soy el mayordomo que trabaja para Uchiha Sasuke-sama. Nos disculpamos por los inconvenientes que pudieron haberles ocasionado durante la construcción. Debido, a que el joven amo ha vivido tanto tiempo fuera del país, no está familiarizado con las costumbres japonesas, pero por favor espero que le tengan paciencia.


Con una sonrisa ofreció a los vecinos frascos de un costoso té inglés, comprado del mismo distribuidor que vendía el té a la familia de la Realeza británica.


Uno de sus vecinos, una mujer mayor dijo, —Ah, lo recuerdo. Mi madre solía hablarme del Vizconde Sasuke tiempo atrás. Este sería su nieto…no, espere, ¿su biznieto?


—Lo siento mucho, pero yo solo conozco al actual Vizconde Uchiha, Sasuke-sama—. Habiendo dicho esto, el mayordomo dio una elegante reverencia y concluyó su visita.


Por un corto tiempo, el Vizconde fue el tema de conversación de sus vecinos, preguntas como ¿qué clase de persona era? y ¿de qué manera se ganaba la vida? Fueron escuchadas por todas partes, pero antes de que los botes de té se terminaran el interés en el tema finalizó.


El descendiente de del vizconde raras veces salía de la casa. Ocasionalmente de noche, la puerta del garaje se abría con un sonido y un jaguar color negro azabache salía del mismo, pero nadie sabía hacia donde se dirigía.


Ninguno de los vecinos había visto como lucía Uchiha Sasuke. Si lo hubieran hecho, probablemente hubiera habido más rumores.


Con una apariencia tan hermosa, las mujeres seguramente hubieran comenzado a entretener la clase de ideas equivocadas. Y los hombres, al ver a alguien tan joven y exitoso seguramente hubieran querido volverse sus amigos, pretendiendo obtener alguna clase de ventaja.


Pero nadie en el vecindario había visto a Sasuke cara a cara. Los únicos que podían saber más acerca de él eran los proveedores de las tiendas quienes les repartían comida y otros bienes a su hogar.


A pesar de la gran cantidad de envíos de los proveedores al único que veían era al mayordomo.


***** NS *****

Uchiha Sasuke pensaba que, los trajes mandados a hacer por la tienda británica Savile Row, eran los mejores del mundo. Cada tienda tenía sus ventajas, pero a Sasuke en particular le gustaban los trajes hechos por uno de los mejores diseñadores.


—Esta línea es muy elegante.


Vestido con un traje gris oscuro, Sasuke admiró su reflejo en el gran espejo cerca de la entrada.


—Kakashi, ¿crees que existan tiendas en Japón donde hagan trajes como éste?— Sasuke sonrió afectuosamente a su mayordomo, quien se encontraba reflejado en una esquina del espejo.


—Supongo que deben de existir. Los hombres japoneses usan trajes diariamente.


Sosteniendo una chaqueta negra, el mayordomo continuó hablando con esa calma que lo caracterizaba —De cualquier forma, Sasuke-sama, me he sorprendido el enterarme que estaría haciendo esta clase de trabajo aquí en Japón. Hay tantas cosas diferentes que podría haber hecho.


—Esto es un juego Kakashi. Tengo suficiente dinero ahora. Seguramente puedo pasármela bien por lo menos durante unos veinte años.


—La vida en Japón se mueve muy rápido ahora. Veinte años pueden ser…difíciles.


—Supongo que puede ser cierto. ¿Me pregunto desde cuándo la vida en Japón se volvió tan acelerada?


Sasuke se quedó pensativo mientras se ponía los zapatos y tomó el abrigo que sostenía el mayordomo. —Las bellas costumbres y elegancia han desaparecido. Es justo como esta casa nueva. Es sólida y funcional, pero hay varias cosas que son inútiles y sin sentido para mí. El darle personalidad cuesta dinero, pero lo más que durará son cincuenta años.


Sasuke tomó la perilla de la puerta y la giró. A primera vista era una puerta esplendida, pero para Sasuke, quién estaba familiarizado con las puertas antiguas en Inglaterra, solo parecía demasiado vistosa.


—Bueno, me retiro.


—Por favor, sea cuidadoso.


El mayordomo le acompañó hasta el garaje, donde presionó el botón para abrir la puerta. Sasuke ingresó en su jaguar negro y aun cuando era una noche fría de noviembre, condujo con las ventanas abajo.


El aire frío de la noche despeinaba su cabello de color azabache, el cual se podía apreciar unos cuantos reflejos azulados. Su piel delicada y facciones faciales, incluyendo su nariz afilada, lo hacían a uno pensar que tenía ascendencia inglesa recorriendo sus venas. Las irises de sus ojos negros y sus labios rosados. Ese gran par de ojos de color profundo hacia que sus facciones estuvieran muy bien balanceadas.


Pero a pesar de todo esto, no daba la impresión de que él fuese delicado. Se esperaba que la gente joven de las familias de clase alta apreciara el valor de las artes de la pluma y de la espada, como prueba de ello, los hombros de Sasuke eran amplios y musculosos.


—Hermoso—. Sasuke murmuró, encantado por la vista que se expandía frente al vidrio de su auto.


Sasuke estaba sorprendido por la vista nocturna de la ciudad. Hasta ahora, había vivido en lugares tranquilos…aun en Londres, había vivido en los suburbios. A causa de esto, el vivir en una ciudad donde las luces jamás eran apagadas era una experiencia nueva para él.


Aun cuando eran ya después de las ocho, el tráfico era pesado, así que Sasuke se alejó de las calles principales y se dirigió hacia el centro de la ciudad. Cerca de la estación, junto a una calle llena de edificios altos, había un garaje el cual Sasuke había rentado. Parqueó su jaguar y vio que vehículos se encontraban allí estacionados.


Había un Mercedes Benz, un BMW, un Audi y un Porsche. Parecía como una exhibición de autos extranjeros. Todos eran autos que pertenecían a empleados que trabajaban para el negocio de Sasuke.


Sasuke se colocó su abrigo y comenzó a caminar. Aquellos que caminaban cerca de él, lo volteaban a ver. Sus rostros estaban llenos de curiosidad mientras disimuladamente veían la espalda del moreno.


No parecía ser un ejecutivo regresando a casa. Tampoco parecía ser un ‘anfitrión’ o gerente de algún club a penas comenzando con su jornada laboral. No parecía ser alguien quien realizara trabajo académico y tampoco parecía estar involucrado en la industria de los servicios. Nadie podía tan siquiera adivinar de qué manera se ganaba la vida.


Sasuke caminó a través de la entrada de un enorme edificio y descendió las escaleras hacia el sótano. Se detuvo frente a una puerta de apariencia barata…o al menos esa era la impresión que Sasuke recibió. Los clientes probablemente la percibían de distinta manera. Sasuke abrió la extravagante puerta cubierta de cuero con la palabra Carmesí escrita en ella e ingresó a una habitación bastante iluminada la cual contenía aproximadamente veinte hombres jóvenes. Todos dieron una reverencia al mismo tiempo.


—Buenas noches, señor.


El primero en acercársele fue Sai, el gerente del establecimiento. Aunque él decía tener veintiséis años de edad, en realidad tenía treinta. A él se le había confiado el manejo del negocio de Sasuke, el cual era un bar de chicos. El anterior dueño había planificado clausurar completamente el bar, pero Sasuke lo adquirió y conservó a todo el personal.


El anterior dueño había sido una mujer, quien se había aprovechado de su propio personal y cuya malversación de los fondos del bar era tan descarada que incluso las clientas hablaban mal de ello. Sin embargo, desde que Sasuke se había hecho cargo, las cosas se encontraban mucho más estables. Lo mejor de todo era que Sasuke no interfería constantemente en el manejo del bar.


—¿Le gustaría comer algo?


Sai guio a Sasuke hacia una mesa. En vez de tomar asiento, Sasuke vio los alrededores del bar, cerrando un poco los ojos cuando alcanzó las luces brillantes del mismo.


—No, gracias. ¿Cómo van las cosas? ¿Tienes problemas con alguna situación?


—No por el momento. Desde que reabrimos, las cosas han marchado bastante bien. Las ganancias han incrementado considerablemente y el personal se encuentra bastante satisfecho.


Sai no solo estaba intentando quedar bien con él. Sasuke había incrementado la cantidad de dinero que los hombres recibían por ser anfitriones  seleccionados y había ampliado el presupuesto para adquirir mayor variedad de bebidas alcohólicas disponibles para ser las botellas reservadas.


Sasuke creía que aquellos dispuestos a trabajar debían ser bien recompensados por sus esfuerzos. Había proveído el capital para el negocio y si mostraba aunque sea una pequeña ganancia después de un tiempo, mucho mejor.


—Señor, puedo preguntarle ¿en realidad, cuántos años tiene?


Sasuke le sonrió como respuesta, aunque la expresión en su rostro parecía decir, ¿te interesa?


—Creí haberte dicho que tenía veintiocho…no era mentira.


—Ya veo. Me disculpo. Se ve mucho más joven, sin embargo cuando hablo con usted, parece tan maduro. Aunque fuera una vez, sería agradable que viniera mientras el bar se encuentra abierto. Estoy seguro que tendría bastantes admiradoras.


—No soy bueno con las mujeres. Solo el verlas hace que quiera atacarlas.


Sasuke dijo esto con una expresión seria, pero Sai rio pensando que se trataba de una broma. —Estoy seguro que hay bastantes mujeres a las que les encantaría ser atacadas por usted, señor. Todas nuestras clientas son mujeres jóvenes.


Al contrario de los clubes de anfitriones normales, el bar de Sasuke era un tanto caro y a los anfitriones no se les solicitaba que tuvieran citas pagadas con las clientas. Era básicamente un lugar en el que las mujeres podían llegar y tener diversión bulliciosa con los anfitriones quienes las trataban como amigas.


Sasuke no había planeado deliberadamente dirigir esta clase de lugar; una noche, por accidente, escuchó a Sai y a otros anfitriones quejándose. Sai había querido comprar el bar para mantenerlo abierto, pero no tenía suficiente dinero. Como un golpe de suerte, Sasuke apareció de la nada y ofreció comprar el bar.


Debieron haberse sorprendido. ¿Quién hubiera imaginado que un hombre como él (millonario con doble ciudadanía de Inglaterra y Japón) ofrecería invertir en un bar de chicos?


No solo eso, era lo suficientemente bien parecido que podría ganar más dinero si él mismo se convirtiera en un anfitrión. Tenía el porte elegante de un hombre millonario, sin olvidar su hermoso rostro. También tenía ese leve refinamiento digno del descendiente de un vizconde.


Los chicos habían creado rumores de que si él tenía ese interés en esta clase de bar, realmente le debían de gustar las mujeres. Pero Sasuke jamás permanecía ahí después de las nueve de la noche, que era cuando el bar abría. O aparecía antes para verificar las preparaciones o llegaba alrededor de las cinco de la mañana, después de que este se encontraba cerrado.


Si Sai hubiese sido un hombre deshonesto, podía haberse llevado todo y Sasuke jamás se hubiera dado cuenta. Sin embargo porque Sai quería tener su propio bar algún día, era bastante confiable, buen trabajador y mantenía cuentas claras.


—Hemos llegado a una época en la cual las mujeres compran chicos para jugar…el mundo es un lugar extraño.


Debido a que Sasuke había vivido tanto tiempo en Inglaterra, Sai supuso que no conocía mucho acerca de Japón.


—¿Qué hay acerca de Inglaterra? ¿Tienen lugares como este allá?


—Hay muchos bares a donde los solteros van para conocer otros solteros, pero no creo que existan bares como estos. Muchas cosas han cambiado en Japón…tal vez más que nada las mujeres. Me parece que las japonesas viven más liberalmente que las mujeres de otros países.


Mientras Sasuke pensaba en voz alta tenía una mirada perdida en sus ojos, todos sintieron la necesidad de asentir sus cabezas afirmativamente. Sai no era la excepción, involuntariamente asintió junto a los demás.


—Ahora parece que los negocios en el que las mujeres explotan a los hombres son los más exitosos. ¿Qué opinas Sai-kun?


Aun cuando era más joven que Sai, Sasuke se dirigía a él con el sufijo de ‘kun’ como si esto fuera lo más natural. Sin embargo, como la fuerte presencia de Sasuke era tan extraordinaria, Sai lo dejaba pasar.


—Pienso que tiene razón. No importa si es en la moda o en una cena gourmet, son las mujeres las que manejan los hilos. Por otro lado, solo son los hombres los que realizan grandes préstamos para comprarse Porsches que apenas saben conducir.


Sai era dueño de un Porsche, así que se rio de su propia estupidez mientras decía esto. Entendía que en un bar tan caro como este, no importaba cuantas veces un anfitrión fuera seleccionado por una de las clientas, las mujeres con más dinero se dirigían a clubes más caros, pensando que dichos lugares tenían más que ofrecer.


—Sai-kun, si las cosas siguen así de bien con este bar, ¿por qué no tratamos uno de clase más alta la próxima vez? Si sabes de algún buen lugar que se encuentre en venta, ¿por qué no lo verificas?


—Sí, señor.


Era como si Sasuke pudiera leer los más profundos deseos de Sai y mientras este hablaba una sonrisa apareció en sus labios -una sonrisa que no alcanzó sus ojos-. Envió escalofríos a todos aquellos que se encontraban en la habitación.


—Me retiraré ahora.


— ¿Ya se va?


—Es la diferencia de horarios. Tengo una reunión de negocios fuera del país a la que asistir desde mi computadora.


Sai asintió su entendimiento, pero aun había algo que no comprendía. ¿Por qué estaba Sasuke invirtiendo en un bar para chicos que jamás tendría muchas ganancias en vez de ganar dinero en un negocio normal? Ideas extrañas atravesaron su cabeza… ¿qué tal si éste se trataba de un experimento para recopilar información que al final serviría para el siguiente gran proyecto de Sasuke?


—Cuando tratas de obtener dinero de las mujeres, tienes que ser bastante inteligente, tanto que sean felices de entregártelo. Tienes que cautivarlas. Son nuestras valiosas clientas después de todo—. Sasuke dijo a los empleados antes de voltearse y retirarse en medio de un bullicio.


Sai le acompañó hacia la entrada y luego se despidió.


Era un poco más tarde que el anochecer, pero aun no era media noche…demasiado temprano para irse a la cama. Sasuke comenzó a caminar solo por las calles.


Aunque le había dicho a Sai que tenía trabajo pendiente, no había nada que tenía que hacer a lo que se le podía llamar trabajo. Los varios negocios en los que había invertido iban de maravilla, así como los pequeños hoteles que le pertenecían a Sasuke, los cuales se encontraban ubicados por toda Europa.


Era una época en la que si tenías dinero, la vida no era para nada complicada. Mientras Sasuke observaba a una solitaria mujer caminar frente a él, pensó que más que cualquier otra cosa, estaba muy agradecido por la tranquilidad.


Las mujeres en este país son realmente energéticas.


—Ten cuidado—, Sasuke se advirtió a sí mismo, retiró su mirada de la mujer y comenzó a caminar nuevamente. 

Notas finales:

 

Gracias por leer n.n 

 

Espero que les haya gustado este primer capítulo, me harian  inmensamente feliz si me dijeran en sus Rw si encuentran interesante la historia, así me apresuraría a subir la continuación. 


Un abrazo fuerte a todos, nos leemos pronto!! 

 

Ciel Ritsu 

 




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