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Oda a un cachorro por Yakumo

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Notas del capitulo: Feliz Cumple Syry-chan!!!!!!!!!!!!!!!!!! dedicado a todas mis niñas bellas n_n un besito amadas!!!
Oda a un Cachorro
Serie: Yu Gi Oh!
Yakumo Kaiba Eiri

 

Nota: Bueno, los personajes de Yu Gi Oh! no me pertenecen... solo los utilizo como forma de entretención para mi y para las personas que leerán esto (alguien lo leerá, cierto? ,o_o,)... Yaku-chan se unen a la Campaña liderada por Katrinna Le Fay: No permitamos que el PLAGIO se lleve nuestro trabajo, así que si conoces una historia Robada, por favor denúnciala a sus respectivos dueños. No es justo que nuestras horas de dedicación se vayan a la basura y se vean inmiscuidas en una total falta de respeto para el Autor y los lectores. Entre más luchemos, más saldremos adelante. Muchas gracias Katrinna por prestar tus palabras y seamos muchos los que las gritemos. Ahora, sin más preámbulo, el fic...

 

Oda a un Cachorro
Yakumo Kaiba Eiri

 

One-Shot
Era el 25 de Enero por la noche. Acababa de terminar la fiesta que hizo Seto Kaiba para conmemorar el cumpleaños número 23 de su nuevo y flamante esposo: Joey Wheeler.

Cómo es que esa extraña pareja había quedado junta y unida para toda la eternidad era algo que muy pocos conocían, una relación amor-odio mantenida por casi 5 años que luego resultó en un noviazgo de un año para culminar en la ceremonia llevada a cabo el 12 de enero del presente año: El Matrimonio Kaiba-Wheeler.

Joey se estaba desnudando mientras una hermosa sonrisa se posaba sobre sus sonrosados labios. Habían venido a su fiesta todos sus amigos y conocidos, él no se esperaba esa celebración, pero su siempre atento y hermoso esposo la había planeado en secreto para sorprenderle... y si que lo logró.

El rubio sonrió más mientras se ponía la camisa de dormir negra y su bóxer para luego mirar la puerta del baño. Detrás de esa puerta blanca se encontraba su hermoso esposo ojiazul con su ritual normal del día. No sabía que tanto hacía, no es que Seto fuera muy vanidoso pero se pasaba aproximadamente una hora en la baño antes de acostarse... y a Joey en vez de molestarle le divertía esa costumbre de su querido koneko, pero si él necesitaba esa hora de privacía, él no se la iba a quitar.

Se iba a colocar el pantalón de dormir cuando vió un sobre en la cabecera de su lado de la gran cama de cuatro postes que compartía con Seto. Lo tomó con curiosidad y vió que estaba escrito con hermosa caligrafía su nombre y sin poder contener su curiosidad lo abrió.

Se sentó en la cama con una pierna cruzada mientras comenzaba a leer una carta y dejó salir un gemido de alegría mientras sus ojos se llenaban de pequeñas lágrimas de felicidad.

La carta era de parte de Mokuba para él...

¡Querido Joey!... quiero desearte un muy feliz cumpleaños, no quiero gastar el dinero que me da Seto en un regalo por qué sé que a ti lo material no te interesa y por eso preferí escribirte una carta... quiero que sepas que me hace muy, pero muy, muy feliz que tú estés al lado de mi hermano, de verdad... ¡te quiero mucho, Joey, mucho, mucho, mucho! Eres la mejor persona del mundo junto con Seto y con Anecuze, las dos personas más valiosas para mi... de verdad te quiero... te quiero mucho... y ¿sabes? Me voy a portar muy bien y voy a sacar el primer lugar en el colegio para que estés muy orgulloso y ese será mi regalo... ¿te parece bien? Te quiero mucho, Joey, ¡Feliz Cumpleaños! Te adora, Mokuba Kaiba

Joey se llevó una mano al corazón mientras seguía mirando la carta con ojos llorosos. Cuando se casó con Seto siempre pensó que iba a ser complicado para Mokuba, puesto que sabía que para Moki su hermano mayor era algo así como un héroe, más que un padre incluso, por lo tanto era comprensible que se pusiera celoso o se molestara. Aunque Mokuba hubiera recibido bien su compromiso y la boda siempre quedaba la duda, y por eso recibir esa hermosa carta... le había conmovido.

Miró la hora y vió que eran las once y treinta, y sabiendo que Seto se tardaría más de veinte minutos más, Joey decidió ir a desearle las buenas noches a Mokuba a su habitación que quedaba en la otra ala de la Mansión. Tanta era su emoción que no se puso el pantalón si no que salió así simplemente.
Caminó por la suave y mullida alfombra hasta que llegó la habitación del chibi que para su alivio se encontraba con la luz prendida puesto que el pequeño se dedicaba a leer por las noches.

Tocó con los nudillos y abrió la puerta levemente.

 

- Permiso, Moki...- habló Joey mientras empujaba la puerta y se topaba con la habitación del menor.


 

Allí en medio de la habitación, metido en su mullida cama se encontraba Mokuba Kaiba enfrascado en un grueso libro, pero que bajó al ver que su puerta se abría y aparecía el rubio.


- ¡Joey!- exclamó el pelinegro mientras cerraba el libro y se sentaba en la cama mientras sonreía con ganas y sus ojos brillaban-... ¡Joey! ¿Qué haces aquí?-.


-Te vengo a dar el beso de buenas noches...-rió el ojimiel mientras se sentaba en la cama y le sonreía al pequeño. Pero para su sorpresa Mokuba se sonrojó levemente y esquivó su vista luego de haberla bajado por un segundo. Joey se miró y descubrió la razón del sonrojo de Mokuba, estaba solo con bóxer.- Jejeje....- rió nerviosamente mientras tomaba las mantas y se tapaba-... bueno, Moki... encontré tu carta...- sonrió con dulzura.

 


Los ojitos de Mokuba brillaron de la emoción y casi salta de la cama.

 


- ¿De verdad? ¿Te gustó?- preguntó con una nota de temor en su voz. Joey asintió con una hermosa sonrisa.


- Es el mejor regalo de cumpleaños que me han dado nunca, peque...- dijo mientras lo abrazaba con dulzura acariciándoles los cabellos. El niño sonrió emocionado y sin temor se abrazó al cuerpo delgado de su cuñado.- ¿de verdad me quieres tanto como dices?- preguntó luego de un rato el rubio. Mokuba asintió con fervor.


-Te adoro Joey, te quiero con toda mi alma...- rectificó mientras se alejaba del pecho del ojimiel y le miraba a los ojos-... de verdad...-

 


Mokuba acercó su rostro al de Joey, mientras este sentía un leve cosquilleo en su estómago, y le besó la mejilla con dulzura y sus mejillas sonrosadas.

 


- Yo también te quiero Mokuba... yo también...- Joey sonrió y le besó la frente.


- Yo igual, yo igual, yo igual...- repetía Mokuba mientras le abrazaba más y comenzaba a llenarle el rostro de pequeños besitos.

 


Joey se reía por las cosquillas y luego de un rato se alejó un poco del pequeño de cabellos negros.

 


-Bien, Moki... será mejor dormir, ¿si?- sonrió. Mokuba asintió.


- Si, a dormir...- Mokuba se recostó y se tapó con las sábanas hasta la nariz mirando con sus grandes ojos grises al rubio el cual le acariciaba los mechones de la frente aún sentado en su lugar.


- Que sueñes bonito...- rió mientras le arropaba y luego se agachaba a besarle la frente, pero Moki movió levemente haciendo que sus labios se rozasen por medio segundo para luego parar en su mejilla.


- Buenas noches...- habló un inocente y tierno Mokuba con una sonrisa. Joey aún estaba un poco shockeado pero asintió y salió de la habitación mientras apagaba la luz.

 


Se apoyó en la pared del lado de la puerta mientras se pasaba una mano por sus labios. Solo fue una fracción de segundo pero había besado a Mokuba y... y... un millón de cosquilleos habían llenado su cuerpo.


Joey sacudió la cabeza mientras pensaba si el inocente Moki lo había planeado... no, era imposible... Moki era demasiado tierno e inocente, para saberlo no había más que mirarle... apenas tenía 12 años...

 


-Eres tú el sucio, Joey Wheeler- se regañó mentalmente mientras entraba en su habitación con una sonrisa.

 


Adentro le esperaba acostado leyendo un libro su esposo, su koneko. Tenía puestos sus lentes para lectura y cuando llegó el rubio se los quitó mientras le miraba atentamente para luego sonreírle.

 


-Cachorro malo...-habló el CEO de Kaiba Corp. mientras abrazaba el cuerpo delicado de su esposo cuando se acostó.- ¿A dónde te fuiste?-.


- Ay, Koneko... fui a darle su beso de las buenas noches al chibi... ¿sabes que me hizo una carta? Casi me pongo a llorar, fue tan tierno...- rió mientras se acomodaba entre los brazos fuertes de Seto.


-Mokuba es un chico muy dulce...- corroboró el ojiazul.


-Así es...- en ese momento se acordó de la incómoda situación por el bóxer y recordó su pijama.- espera, necesito ponerme mi pantalón...- dijo mientras se soltaba del abrazo y trataba de salir de la cama pero un brazo en su cintura le hizo caer sobre el pecho fuerte de Kaiba.


- ¿Para qué? No lo vas a necesitar...- murmuró lujuriosamente sobre sus labios haciéndole sentir un escalofrío-... además aún no me agradeces como es debido todas las molestias a las que me tuve que atener por hacerte tu fiesta...- agregó mientras mordisqueaba levemente los labios sonrojados de Joey.


- ¿Cómo es debido? ¿Qué quieres que haga? Te estuve dando las gracias toda la noche...- reclamó con un puchero el rubio.


-Mmm... creo que te falta imaginación como para preguntarme que qué quiero que hagas, ¿no?- Joey se sonrojó-... si, ya veo, creo que se te ocurrió ¿no, cachorro bobo?...-


- ¡Koneko!- reclamó mientras le golpeaba el pecho levemente.
Seto sonrió lujuriosamente mientras llevaba su mano al trasero cubierto del cachorro mientras que este se ponía a gemir de manera baja a los masajes que le daba su esposo... si, sin lugar a dudas jamás se cansaría de todo eso.

 


+_+_+_+

 


Habían pasado cuatro días desde el cumpleaños de Joey. Este estaba en su habitación arreglando sus cuadernos para irse a la Universidad mientras pensaba en lo tierno que era Mokuba.
El peque se había comportado con él como un ángel, siempre le decía que le quería mucho o se colgaba de su cuello o le tomaba de la mano. Seto disfrutaba mucho saber que sus dos seres más amados se llevaban tan bien por lo solo observaba con una gran sonrisa al igual que Anecuze Aeló, un chico de ojos verdes y cabello castaño ondulado en las puntas el cual era el tutor legal del pequeño de los ojos grises y que vivía en la Mansión Kaiba.


Joey seguía divagando cuando de pronto se escuchó el toque de la puerta. El rubio aceptó la entrada y la puerta de abrió dejando ver la figura delgada y bella del tutor del hermano menor de su marido.

 


- Aeló-kun, ¿A que debo esta visita?- preguntó cordialmente. El castaño se veía un poco nervioso. Apretaba sus manos y miraba a su alrededor.


- Bueno, señor Wheeler...-


- Dime Joey...- sonrió.


- De acuerdo, señor Joey...- el rubio hizo un mohín de disgusto pero no dijo nada-... lo que sucede es que... tengo que contarle algo... a usted...-


- ¿A mi? ¿Es acerca de Moki?- preguntó mostrando su preocupación.


- Mmm... Si... es acerca de Mokuba...- Joey pensó que era grave por la preocupación que mostraba el tutor por lo que se sentó en la cama y le hizo señas de que se sentara a su lado y continuara...- De acuerdo, lo que sucede es que... mmm... es algo grave, señor...-


- ¿Muy grave?- preguntó angustiado.


- Bueno... es que yo... yo le descubrí espiándole...-


- O_O... ¿Es-espiándome?? ¿A mi??-


- Si señor...


- Pero... ¿por qué?


- Lo mismo le pregunté yo, y me dijo que por que le encontraba muy bello y le quería mucho, por eso le gustaba verle...- las mejillas de Joey se encendieron y sonrió nerviosamente.


- Ah, bueno... creo... creo que tendré que conversar con Moki acerca... acerca de esto...


- Yo también lo creo...- asintió el ojiverde mientras cruzaba su pierna.


- Dime, ¿Cuándo me espía?

 


Las mejillas de Anecuze se encendieron y bajó la mirada por un segundo para luego murmurar.

 


- Mientras se baña......


-..... o.o.............O///O........... ¡¿QUÉ???!!!!!! >///<


- Bueno... yo lo que creo es que Mokuba ha visto en usted a su primer amor, señor... siempre cuando lo ve está sonriendo, y cuando estudia me dice que es para que usted este orgulloso, o cuando llega de la escuela lo primero que pregunta es si está, y si no está se pone muy triste y se va a su habitación....- relató el tutor.

 


Joey estaba totalmente desconectado y sonrojado... miraba sus manos las cuales estaban juntas y apretadas mientras que Anecuze le seguía mirando.


Unas de las manos cálidas del ojiverde se posaron en el hombro del rubio y cuando este levantó su vista se topó con la sonrisa de este.

 


- No se preocupe, solo hay que cuidarlo y hacerle a entender que usted es alguien imposible para él, que se busque a alguien más... pero supongo que va a ser difícil, por que...


- ...“Los Kaiba siempre consiguen lo que quieren”- completó la frase Joey mientras suspiraba y Anecuze aceptaba con la cabeza.- Solo necesitaré decisión para romperle el corazón a Moki....- sus ojos mieles se veían tristes.

 


Anecuze asintió y le sonrió mientras le ayudaba a levantarse.
- No se preocupe, yo le ayudaré...- Joey asintió mientras sonreía y tomaba su mochila.

 


- Te lo agradeceré eternamente...- Ane negó con una sonrisa y le abrió la puerta mientras le rubio salía.

 


El castaño se quedó mirando la habitación y suspiró mientras pensaba en el ojiazul esposo del rubio que acababa de salir... mientras él fuera feliz nada más sería importante... mientras su ser amado fuera feliz... él sería feliz...

 


+_+_+_+

 


Joey se había entrado a bañar, Seto había tenido una reunión y el rubio se había negado a ir. Ahora tenía puesta una bata de color arena (N/Y: Por diox, ¿me tiene que afectar a mi también? ;o; ¡Todas con mi gata, miau!! XD)... estaba parado frente al espejo mientras se cepillaba el cabello rubio... de pronto se escuchó la puerta y Joey preguntó que quién era.

 


- Anecuze Aeló...-


- ¡Ah, Adelante!- El castaño entró y se veía angustiado- ¿Sucede algo?


- Es que...- él apretó sus puños-... el niño está... ya sabe... ahora...-

 


El de ojos mieles no necesitó más explicación. Asintió y le hizo marcharse para luego volver a su lugar frente al espejo y mirar por él hacia la ventana de manera disimulada.


Allí estaban. Los ojos grises mirando sin saber que Joey también le veía. Estaba arriba de un árbol el cual estaba justamente al lado de la Mansión y del cual una rama llegaba justo a la ventana, estaba mirado desde allí.


Joey apretó los dientes mientras se seguía cepillando.


¡¿Qué se creía ese niño para venir a vigilarlo así??!! Ni Kaiba era así... no, no se lo podía permitir.


Un plan se fraguó en su mente y lo puso en práctica sin ni siquiera pensarlo dos veces... vamos, ¿Cuándo ha pensado dos veces las cosas Joey? ¬¬


Se quitó la bata con soltura y la dejó tirada en el suelo mientras se agachaba un poco para tocar el agua de la tina para comprobar su temperatura. Dejó expuesto su trasero y luego se sentó en el borde mientras acariciaba el agua.


Tomó un poco de agua entre sus manos y se la dejó caer en el pecho mientras miraba el recorrido de esta.


Todo ese juego le estaba excitando mucho por lo que decidió simplemente meterse al agua... pero ¿qué le estaba excitando más? ¿El juego o saber que su pequeño cuñado le estaba mirando atentamente desde la ventana?
Se metió en la tina y comenzó a jabonarse el cuerpo con suavidad. Se mojó el cabello (cosa que no iba a hacer antes) y le echó Shampoo de Vainilla que era el que usaba y que tanto gustaba al CEO de Kaiba Corp.


Se jabonó con cuidado el cuerpo y se lavó el cabello para luego quitarse toda la espuma y levantarse con sensualidad.
Se colocó una toalla en la cabeza y se la comenzó a secar sentado en el borde de la tina mientras permanecía todo desnudo y con el agua por todo el cuerpo. Se terminó de secar el cabello rubio y luego comenzó por el cuerpo, parte por parte.


Joey estaba sumamente excitado, pero él no iba a hacerle show a ese niñito... ¿no hacerle show?? ¡¿Y que era todo eso que le había hecho hasta ahora?!! El rubio sacudió su cabello aún un poco húmedo y siguió secándose hasta que llegó a esa parte la cual pasó de largo para evitar contratiempos y luego salió del baño para luego dejarse caer en la cama.


Había podido ver de reojo como Mokuba aún le seguía mirando... apretó los puños con furia. Su intención había sido que se asustase y se fuera... pero...

 


- No fue la manera correcta...- murmuró mientras se ponía un brazo por sobre los ojos.

 


+_+_+_+

 


Una semana había pasado. Joey estaba en el despacho de Seto estudiando. Su esposo había tenido un viaje a EEUU ayer por lo que al no tener nada que hacer se había enfrascado en unos pesados volúmenes de Historia que necesitaría para una cátedra que sería pronto.


De pronto la puerta se abrió y apareció un temeroso Mokuba el cual miró a Joey mientras que este levantaba la vista.

 


- Ah, eres tú...- murmuró vacíamente el rubio ocasionando que los ojitos del pelinegro se humedecieran.


- Yoo... Buenas tardes, Joey...-


- Buenas...- murmuró y siguió leyendo.


- Yoo...


- ¿No tienes tareas que hacer?- preguntó el ojimiel cortándole. Moki asintió y luego de murmurar un parco “permiso” salió de la habitación para luego correr a la suya.

 


Joey dejó caer el libro mientras pegaba su frente a él en el escritorio. Le dolía tratarlo así, pero es que no encontraba otra manera.


Llevaba una semana tratándole así, desde que había sucedido lo del baño.


Antes cuando llegaba Mokuba este corría al despacho de su hermano donde siempre estaba Joey le saludaba y se le tiraba al cuello abrazándolo y besándole las mejillas... un par de veces los labios del menor se habían topado con los suyos, pero el contacto nunca había durado más de dos segundos y Mokuba parecía no darse cuenta por lo que Joey solo le correspondía todos estos gestos sintiendo una gran alegría al sentir el cariño del peque y a la vez un gran malestar al ser mal pensado en cuanto a los sentimientos del inocente Moki... pero luego no pudo seguir aceptándolo, no después de ese día.


Desde ese día cada vez que veía a Mokuba se lo imaginaba mirándole lujuriosamente mientras se bañaba y que él le hacía show... no, no podía soportarlo...


Pasaron un par de horas. Joey se había ido a acostar. Hace media hora había llamado Seto preguntando que como estaban las cosas, que le mandara muchos saludos a Moki y que le amaba mucho... Seto... él también le amaba, más que nada en el mundo, más que la vida misma... lo amaba... y le dolía la situación que había con el pequeño Mokuba, por que también le apreciaba mucho...


En ese momento escuchó el toque de la puerta. Se levantó poniéndose la bata y abrió la puerta.

 


- ¡Anecuze-kun! ¿qué sucede?- preguntó dejando pasar al castaño el cual se veía conmocionado.


- ¡Joey, Joey, Joey!!- decía desesperado. Tenía pequeñas lágrimas en sus ojos verdes. El ojimiel le abrazó tratando de tranquilizarlo.


- Ya, Ya... dime que es lo que sucede...


- Mo-Mokuba...- Anecuze tartamudeaba-... Mokuba está escribiendo una carta...


- ¿Una carta?- Aeló asintió mientras lágrimas corrían por sus mejillas.


- Una carta de despedida para... usted...- murmuró.


- ¡¿Para mí?!!- preguntó Joey aterrado.


- Dice que no puede soportar la manera en que le trata, que lo único que deseas es morir... y es lo que planea... ¡Estoy asustado, Joey!! Puede hacer alguna estupidez... ¡por favor, acompáñeme!- Joey asintió y ambos corrieron rumbo a la habitación del peque.

 


Cuando estaban al frente de ésta Joey le dijo a Anecuze que iba a entrar solo y el castaño asintió dejando que el rubio suspirara y luego entrara a la habitación.


La habitación estaba igual que siempre, Mokuba estaba sentado frente al escritorio escribiendo pero cuando escuchó la puerta dejó caer el lápiz y volteó a mirarla encontrando a Joey apoyada en la puerta cerrada.

 


- Hola Mokuba...- susurró con una sonrisa falsa mientras el niño le daba la espalda y seguía escribiendo.


- Hola...- murmuró con voz quebrada.

 


Joey se mordió el labio inferior para luego suspirar y acercarse a donde se encontraba el pequeño. Miró por sobre su hombro y vio la carta la cual efectivamente estaba comenzada con su nombre como destinatario.

 


- ¿Qué escribes, Moki?- preguntó con una sonrisa falsa tratando que simular que nada pasaba. El pelinegro le miró por un segundo para luego seguir escribiendo.


- Una carta... de despedida, para ti...


- ¿Para mí?- preguntó con falsa voz sorprendida- ¿de despedida? ¿Te vas a algún lado?

 


Mokuba clavó sus ojos grises llenos de dolor y tristeza en las mieles de Joey y soltó la pluma.

 


- ¡No me voy a ningún lado, me voy a suicidar!!- Joey dio un respingo mientras Mokuba se ponía a llorar y se levantaba de su silla.


- ¿Suicidarte? No podrías...


- ¡¿No podría?! ¡¡Tú no sabes!!- Mokuba siguió llorando- ¡Tú me odias, Joey!!! ¡Tú me odias, ¿cierto?!!! Por eso me tratas de esa manera... de esa manera... tan... tan fría...- Mokuba cayó de rodillas al suelo y se puso sus manos en el rostro mientras seguía sollozando.

 


A Joey se le partió el corazón. Tomó en brazos el cuerpo menudo del pequeño y le hizo sentarse en la cama mientras que él se sentaba en el suelo delante y tomaba una de sus manos.

 


- Yo no te odio, Mokuba... no te odio, chibi, y jamás podría hacerlo...- Mokuba levantó su vista aún llorosa.


- ¿No-no me odias?- preguntó temeroso. Joey negó con una sonrisa.

 


Mokuba volvió a sollozar pero se lanzó a los brazos de Joey el cual le recibió mientras le acariciaba los cabellos. El pelinegro se abrazó al cuerpo del mayor mientras lloraba en su pecho.

 


- Nunca más, Joey, por favor, nunca me vuelvas a tratar así.... por favor...- pedía mientras sollozaba. Joey le acariciaba con dulzura la negra cabellera de su cuñado.


- Nunca más, Moki, nunca te volveré a tratar así, te lo prometo...- le dijo el rubio.


- ¡¡Muchas Gracias!!!- dijo Mokuba sonriendo mientras las lágrimas seguían presentes en sus ojos. Le besó las mejillas con fervor y luego por un segundo sus labios se toparon con los de Joey ocasionando que el estómago del rubio diera un vuelco, pero tan rápido como llegó la sensación se fue al volver Mokuba a tomar su distancia sonriendo levemente sonrojado.

 


Joey le sonrió levantándose luego de Moki. Le esperó a que se pusiera su pijama para luego arroparle y darle el beso de las buenas noches, pero cuando se agachó Mokuba levantó suavemente la cabeza hasta robarle un beso en los labios para luego bajar la cabeza ocasionando que los labios de Joey quedaran en su frente como debió ser en un principio.
El rubio miró a su pequeño cuñado sorprendido, pero al verle arropado hasta la nariz y sus ojitos brillantes decidió dejarlo pasar y luego de revolverle con cariño los cabellos salió rumbo a su propia habitación.


Afuera le estaba esperando Anecuze el cual estaba dando vueltas en círculos  y que cuando salió Joey le miró angustiado.

 

 


- ¿Qué sucedió?


- Nada, nada, tranquilo... ya converse con él...- al castaño le brillaron los ojitos.


- ¡¿En Serio?! ¡Muchas gracias!!- Le abrazó y luego le soltó sonrojado por su efusividad- perdón... ú///ù


- No te preocupes ñ_ñUU... Se nota que tú quieres mucho a Mokuba, ¿no?- Anecuze asintió con una sonrisa melancólica.


- Quiero a ambos Kaiba...- sonrió haciendo que Joey enarcase una ceja-... los conozco desde que tenía, mmm, 13 años... ¡mira, quien lo diría! Ya son 12 años...- sonrió con melancolía.
El rubio le miró sorprendido. Le quería preguntar más pero el castaño le sonrió y le deseó buenas noches mientras que se iba a rumbo a su habitación.

 


Joey suspiró y se encogió de hombros mientras se iba a su pieza.

 


+_+_+_+

 


Seto había regresado dos días después y había sido recibido en el aeropuerto como de costumbre por un Mokuba muy alegre al igual que Joey.


Les había llevado a comer afuera junto con Anecuze y ahora ya de noche habían regresado puesto que al día siguiente era jueves.

 


- Voy a ir al baño, amor...- dijo Seto mientras le daba un beso en los labios a Joey, el cual estaba leyendo un libro.


- De acuerdo, yo voy a desearle buenas noches a Moki...- Seto asintió mientras entraba en el baño.


- Hey, cachorro... si sigues pasando tanto tiempo con mi hermano creo que me pondré celoso, Jajaja...- Se rió Seto mientras cerraba la puerta, pero Joey se puso levemente pálido y luego sonrojado. ¿Sería que Seto había notado algo extraño en Mokuba? No, no lo creía.

 


El rubio tomó su bata y se la puso para luego ir hacia la habitación de Mokuba. Tocó y salió Anecuze el cual traía en sus manos un grueso libro.

 


- ¡Ah, joven Joey! Pase, yo ya me iba ^^- le hizo pasar. Miró a Mokuba el cual estaba acostado y muy sonriente por la visita de Joey- Yo me voy a dormir, buenas noches, Moki, buenas noches joven Joey...


- ¡Buenas noches, Ane-kun!!! ^^- se despidió Mokuba.


- Buenas noches, Anecuze...


- Buenas...- el castaño cerró la puerta.

 


Joey se sentó en la cama al lado de Mokuba el cual le sonrió a su cuñado en silencio unos minutos para luego lanzarse a su cuello y robarle un beso apasionado el cual Joey contestó.

 Tenía entre sus manos la cintura pequeña del menor y Mokuba sus brazos por los lados del cuello del rubio mientras se besaban.


Joey se soltó y se acercó a la puerta para cerrarla con pestillo y luego volver con Mokuba al cual comenzó a desnudar lentamente mientras iba besando su piel. El pelinegro mantenía sus ojitos cerrados y gemía pasito con sus mejillas tornadas de escarlata y sus labios curveados en una sonrisa y levemente abiertos.


Joey terminó de desnudar a Mokuba y se sacó la bata mientras comenzaba a bajar desde el cuello del menor besando toda su piel hasta que llegó a su ombligo y comenzó a soplar y jugar.

 


El día siguiente al hecho de la carta, Joey y Mokuba habían tenido sexo por primera vez, y había sido sublime.


Para el rubio había sido demasiado extraño, tenía claro de que había engañado a su marido, pero no se sentía culpable. Hacerlo con Mokuba era como hacerlo con una fantasía, como hacerlo con un ángel, con un querubín... no podía creer que era cierto, pero lo era.


Lo habían hecho con dulzura y tranquilidad en la habitación del pequeño cuando Joey le había ido a dar las buenas noches, como ahora.

 


Joey lamió su entrada preparándole mientras que tocaba el miembro del ojigris el cual jadeaba ya sin control.

 


- J-jo-Joey!!!- jadeaba Moki.

 


El ojimiel sonrió sacando su lengua al descubrirle ya listo y terminó de desnudarse quitándose la camisa del pijama y el bóxer mostrando su listo miembro.

 


- Relájate, Moki...- susurró en su oído mientras el chico levantaba sus piernas y se afirmaba de la espalda del mayor mientras asentía.

 


Empujó levemente hasta sentirse envuelto totalmente en esa deliciosa estrechez. Se mantuvo allí quieto unos segundos esperando que su pequeño se acostumbrase para luego comenzar a entrar y salir desenfrenadamente mientras sus manos se apoyaban a los costados de Mokuba para no aplastarle.

 


- Ah.... ahhh... Joey... Joey.... te quiero...- Mokuba buscaba los labios de Joey y este no se negó comenzando a besar su boca con pasión mientras sacaba su lengua y lamía todo el rostro del pequeño el cual se movía bajo él con pasión mientras el rubio seguía entrando y saliendo de su cuerpo.

 


El miembro del pequeño se mantenía entre ambos cuerpos ocasionando que en el frenesí se masturbase deliciosamente ocasionando que en unos pocos segundos el pelinegro culminara entre los vientres de ambos. Joey al sentir su vientre húmedo y como el pequeño ano de Mokuba le apretaba el miembro aún más no pudo más que empujar aún más en un último esfuerzo y tener su clímax en el interior de su cuñado.


El rubio se quedó adentro de Mokuba unos minutos mientras que las respiraciones de ambos se tranquilizaban. Mokuba estaba abrazado al pecho del ojimiel y daba suaves besos en este haciendo que una sonrisa se posase en el rostro de Joey. Salió del pequeño cuerpo y se acostó a su lado mientras le sonreía.

 


- Delicioso...- murmuró. Mokuba se sonrojó y asintió mientras se volvía a abrazar a su pecho.

 


Al rato, luego de haberse lavado el cuerpo en el baño de Mokuba y de haberle dado su beso de las buenas noches, Joey se dirigía muy sonriente a su habitación. Cuando llegó Seto aún no salía del baño por lo que se metió en la cama y espero allí acostado, pero el recuerdo de lo que habían hecho con Mokuba le excitó y se levantó comenzando a caminar hacia el ventanal que daba al balcón.


Luego de unos minutos salió Kaiba del baño y al ver a su cachorro parado en el frío se acercó con una sonrisa.

 


- Cachorro, te vas a resfriar...- habló mientras le abrazaba por la cintura. Joey se abrazó a esos brazos.


- Quizás...- se dio vuelta en su mismo eje quedando cara a cara a su esposo-... pero antes...- sacó su lengua y lamió la mejilla del CEO- quiero que me hagas el amor...

 


Seto le miró sorprendido pero luego sonrió y comenzó a besar esa piel de porcelana sin temor.


Joey respondía a los besos de su amado mientras este le arrastraba hacia la cama. ¿Culpa? No, no sentía la menor culpa... amaba a Seto, y a Mokuba le quería... incluso sentía que su relación con Mokuba podía incluso mejorar su relación con Seto...


¿Hipocresía? Para nada...

 


+_+_+_+

 


Joey estaba acostado abrazando a Mokuba luego de una apasionada sesión de buen sexo. Habían pasado dos meses. Su relación con Seto iba cada vez mejor y con Mokuba era un sueño.


Era increíble, Joey en algún momento pensó que esa situación llevaría a que Mokuba odiara a Seto o sintiera celos de él, pero para nada... parecía incluso que Moki quería cada vez más al ojiazul de su hermano.


El rubio estaba acariciando algunos cabellos negros de Moki cuando miró el reloj y se sorprendió al ver que ya era tarde.

 


- Mokuba, se nos hace tarde para ir a buscar a Seto...- dijo mientras le besaba la frente-... sabes que adora vernos allí juntos esperándole cuando llega de sus viajes...- sonrió.


- Tienes razón, cachorro, es mejor ir...- asintió Moki mientras se sentaba en la cama para luego ir a buscar su ropa caminando desnudo sin pudor frente a Joey.

 


El rubio le miraba algo sonrojado y con el entrecejo arrugado. Desde hace un mes el pequeño había tomado la costumbre de llamarle en privado “cachorro”... era cierto que solo lo hacía cuando estaban solos, pero a veces se le había salido delante de Anecuze logrando que el chico comenzase a dudar.


El tutor de Moki no era tonto. Se daba cuenta de que algo raro había allí, pero no decía nada, solo se mantenía en silencio y con los ojos cerrados cuando pasaban cosas extrañas, como si no quisiera saberlas.

 


- ¡Cachorro! Ya es hora de partir...- habló Mokuba. Estaba con una mano en su cadera y vestía de negro con una gorra con el logo de KC. Joey se mordió el labio inferior mientras se levantaba desnudo y tomaba la barbilla de Moki para darle un beso.


- De acuerdo, pero no me llames cachorro...- dijo mientras tomaba sus pantalones y se los ponía puesto que tenía puestos los bóxer.


- ¿Por qué?- preguntó el ojigris con un puchero.- Mi hermano te llama así...-


- Por eso...- dijo Joey mientras se ponía la camiseta roja, cosa que le impidió ver como Moki arrugaba el entrecejo.

 


+_+_+_+

 


Seto estaba sentado en su escritorio en su despacho mientras revisaba unos papeles pero su mirada se clavó sin intención en aquella foto que habían tomado hace un mes y medio cuando había llevado a su adorada familia a Kaiba Land.


Dejó los papeles de lado mientras tomaba la foto y pasaba su dedo por sobre el rostro de su amado esposo, tan bello... estaba... estaba mirando a Mokuba...


Seto arrugó levemente el entrecejo mientras miraba a Mokuba el cual efectivamente respondía a la casi imperceptible mirada del rubio. Anecuze le estaba mirando a él y solo el CEO miraba la cámara.


Dejó la foto en el escritorio mientras sacudía la cabeza y sonreía. Adoraba como Mokuba y Joey se llevaban tan bien.

 Le dolía tener que dejarlos solos, pero ser el dueño de Kaiba Corp. era una gran responsabilidad y tenía que hacer múltiples viajes de negocios, se alegraba de poder dejarles juntos.


En ese momento un golpe en la puerta hizo que levantase la vista y antes de que pusiera decir adelante la puerta se había abierto y había entrado corriendo Mokuba.

 


- ¡Cachorro, cachorro!!!- pero se paralizó cuando vió a Seto.- ¿Se-Seto? ¿Tú no deberías estar en la Corporación?- preguntó con inocencia.

 


El ojiazul enarcó una ceja haciéndose una nota mental de preguntarle a Joey por que su hermano le llamaba cachorro.

 


- Hoy decidí quedarme... vaya, ni siquiera un “Hola Seto” o “¿Cómo has estado?”, ¿no?- preguntó con ironía. Mokuba se sonrojó.


- Buenas tardes, Seto...-


- Buenas, Moki... ¿Para qué necesitabas a Joey?- preguntó a su hermano menor mientras se volvía a colocar su lentes y levantaba los papeles.


- Es que quería mostrarle una composición que hice para él en la clase de Lenguaje...- dijo con una sonrisa- pero como no está.....-


- Se fue a juntar con Yugi y la bola de estúpidos...- dijo Seto mientras arrugaba el entrecejo sin mirar a su hermano el que le imitó el gesto.


- Ah...- se levantó-... entonces me voy...- Seto levantó su vista.


- No te vayas, Moki, hace mucho que no hablamos los dos...- le sonrió mientras se quitaba los lentes y dejaba los papeles- ¿qué te parece si conversamos?- Moki sonrió emocionado.


- ¡¡Me gustaría mucho, hermano!!!- dijo con sus ojitos brillando.


- Entonces, siéntate...- rió Seto contento de poder hablar con su pequeño y adorado hermano. Mokuba le obedeció- ¿Y como te ha ido en el colegio??


- ¡Cómo siempre: Bien!!- rió. Seto sonrió.


- Me alegro. ¿Y no has tenido problemas con algún profesor o algo así? ¿Con algún compañero?- preguntó mientras se levantaba y abría las cortinas para dar un poco más de luz al lugar.


- No, nada... ^^


- que bueno... ¿Y chicas?- preguntó mirándole maliciosamente. Mokuba le miró sin entender.- Novias...


- Ah...- el pelinegro se sonrojó hasta las orejas y negó- no...


- Me parece bien... no debes perder tu tiempo en esas cosas a esta edad, tienes que esforzarte en estudiar...


- lo sé hermano...-

 


Se quedaron un rato en silencio mientras Seto volvía a tomar sus papeles cuando de pronto Mokuba le preguntó algo a Seto que le hizo sonrojar y toser.

 


- Nii-san ¿Qué significa “Orgasmo”?- preguntó inocentemente. Seto se atoró y miró a su hermano sobre sus lentes para luego dejar los papeles y los lentes y cerrar los ojos mientras apoyaba su barbilla sobre sus manos entrelazadas.


- Bueno... se refiere al punto máximo del placer durante una práctica sexual... eso ya te lo pasarán en biología...- dijo mientras se volvía a poner los lentes pero luego le miró fijamente- ¿Dónde lo oíste?-


- ^^ me lo dijo Joey....-


- ¡¡¿Qué??!!!- exclamó Seto mientras le miraba con los ojos desorbitados. Eso era imposible... no, Mokuba se estaba pasando películas... era solo su imaginación, claro, estaba en esa edad, y, como él pensaba, Moki había tomado a Joey como su muso sexual, es que como no hacerlo, Joey desprendía sensualidad por donde pasaba.- ¿Te lo dijo Joey?- habló calmadamente- ¿y como?


- Bueno, él me dijo “Moki, tuve un orgasmo riquísimo”- respondió sonriendo Mokuba.

 


Seto sacudió la cabeza mientras apretaba sus puños, eso era una mentira, Mokuba se estaba imaginando cosas y ya no sabía distinguir la verdad de la ficción.

 


- Eso es mentira...- murmuró. Mokuba le miró sorprendido y luego reaccionó violentamente.


- ¡No es mentira, yo no miento!!- dijo mientras se levantaba y miraba furioso a su hermano. Seto clavó sus zafiros en los ojos grises de su hermano pero este le mantuvo la mirada.


- Está bien, olvidémoslo, Mokuba, ¿si? no quiero pelear...- dijo mientras volvía a mirar los papeles. Mokuba asintió y se sentó.- Moki...- dijo después de un rato su hermano.


- ¿Si, nii-san?


- ¿Quieres que lea yo tu composición?- le preguntó sonriendo. Mokuba miró sorprendido al castaño.


- ¿En serio? No te lo quise pedir por que pensé que estarías ocupado.


- Claro que no, onni-chan, tráela n_n


- Voy corriendo!!!

 


Mokuba salió corriendo rumbo a su habitación mientras que Seto sonreía en su despacho. Cuando volvió se topó con un sombrío Anecuze al cual le sonrió.

 


- No te preocupes, Ane-chan...- le dijo mientras le daba un beso en la mejilla para sorpresa y temor del de ojos verdes.


- ¿De que hablas, Moki?- el pelinegro le cerró un ojo y entró en el despacho de su hermano para luego cerrar la puerta.

 


Anecuze se quedó mirando la puerta oscura para luego suspirar mientras se apretaba el pecho y se iba caminando rumbo al living donde se sentó a esperar... a esperar nada.

 


Adentro de despacho Mokuba le pasó la composición a su hermano el que la tomó gustoso.

 


- ¿”Oda a un Cachorro”?- preguntó Seto levantando su vista. Mokuba asintió mientras sonreía- veremos...

 


Seto se veía tranquilo mientras leía, pero de pronto abrió muy grandes sus ojos azules y comenzó a leer rápidamente pasando de una línea a otra. Comenzó a sudar en frío mientras Mokuba mirada sorprendido las actitudes de su hermano para con su composición.


Cuando el mayor de los Kaiba terminó y levantó su vista se encontró con la mirada ansiosa de su hermano esperando su visto bueno, pero a Seto se le había trabado la lengua.

 


- Tú...tú...- Seto tomó el vaso de agua que había en el escritorio y lo pasó rápidamente para luego limpiarse con la manga y mirar prácticamente con repudio a su hermano- ¿Cómo pudiste escribir... escribir... esta sarta de mentiras?!!!!- gritó furioso mientras lanzaba el vaso lejos. Mokuba saltó en su asiento cuando el vaso se rompió en mil pedazos.


- ¿Men-tiras? No es cierto, todo lo que está escrito es cierto...


- ¡¡No es verdad!!!- gritó Seto furioso.


- ¡¡Si lo es!!!- le respondió Mokuba mientras lloraba. Seto se paralizó y de pronto volvió a leer una línea y se dejó caer en su asiento... ¿cómo era posible que su pequeño hermano supiera de aquel oculto lunar de su cachorro si es que todo eso era mentira?

 


Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras cerraba los ojos y de pronto la puerta se abrió dejando entrar a un sonriente Joey.

 


- ¡Buenas tardes, bellos Kaibas!!- sonrió mientras lanzaba un beso con su mano derecha al aire mientras Mokuba le miraba con una sonrisa y Seto mantenía en su mano derecha la composición, la izquierda empuñada y sus ojos cerrados.

 

       
+_+_+_+

 


Anecuze entró en la habitación de Mokuba y suspiró mientras le veía leer un gran libro de tapas azules.


Se acercó y movió las cortinas cerrándolas mejor mientras que el peque de cabellos negros y ojos grisáceos bajaba el libro y le miraba con una amplia sonrisa, tan cálida e inocente como la de siempre.


El castaño volvió a suspirar.

 


- Ya es hora de dormir, Moki...- dijo mientras tomaba el libro y lo dejaba en el escritorio.


- No tengo sueño, Ane-kun...- dijo el niño con su sonrisa mientras se sentaba en el asiento.

 


El de ojos verdes miró seriamente a Mokuba. ¿Cómo era posible que detrás de esa carita de inocente se ocultara una mente tan malvada? ¿Tanto odiaba a su hermano?

 


- Mokuba... quiero que me digas algo... ¿Hiciste todo esto para que Joey se alejara de tu hermano? ¿Todo? ¿Lo planeaste cuidadosamente, cierto? Desde el espiarle y que yo te viera haciéndolo, el conquistarlo con tu inocencia, el del trabajo para la escuela y contárselo a tu hermano... ¿lo hiciste por que odias a tu hermano, a Joey o por que quieres demasiado a tu hermano y no lo quieres compartir?- le preguntó parado, seriamente.

 


El pequeño le miraba sorprendido y extrañado.

 


- ¿De qué hablas, Ane-kun? Yo no sé nada de eso...


- ¡Cómo que no sabes nada de eso!!- exclamó enfadado el castaño- ¡Tú hiciste que el joven Joey y Seto se separaran, que Joey ahora esté quien sabe donde muriendo de tristeza y que tu hermano más que ser vivo parezca un alma en pena!! ¡Tú lo hiciste!!!- le gritó.

 


A Mokuba se le llenaron los ojos de lágrimas y negó.

 


- ¡¡No es cierto!!! ¡Yo no ocasioné eso!! Yo quería mucho a Joey... y adoro a mi hermano...- dijo mientras bajaba la vista.
Anecuze le miró y se sorprendió cuando el pequeño levantó la vista y le vió tan triste en realidad. Mordía su labio inferior mientras apretaba las sábanas y sus manitas temblaban. Sus ojitos acuosos pedían comprensión mientras que su expresión se veía tan triste como nunca.

 


El tutor tuvo deseos de abrazarle y pedirle que le perdonara, pero no lo podía hacer... no volvería a caer en aquel juego... Mokuba estaba mal, estaba enfermo... era demasiado manipulador y exacto para ser un niño pequeño... no volvería a caer.

 


- Tú me odias, ¿no es cierto, Ane-kun?- Mokuba bajó la vista mientras por sus mejillas pálidas corrían dos lágrimas solitarias-... tú me odias...-


- ¡No, no!- el tutor castaño abrazó a Moki mientras se sentaba a su lado en la cama. Le acarició los cabellos mientras le consolaba diciéndole palabras dulce mientras pensaba “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”...- no te odio, jamás podría, como hacerlo... es imposible... yo te quiero mucho...-

 


Mokuba levantó su vista con una gran sonrisa y rió mientras limpiaba sus lágrimas.

 


- ¡¿De verdad?!- Ane-kun sonrió.


- De verdad...


- ¡Qué bueno! Yo también te quiero mucho...


-Y yo... por eso me vas a decir por qué hiciste todo esto, ¿no?- le chantajeó el castaño.

 


Mokuba miró a su alrededor como vigilando que no hubiera oídos ajenos y luego sonrió.

 


- De acuerdo...- Anecuze se acercó para oírlo mejor-... la verdad es que lo hice para que...- el pelinegro pasó sus brazos por el cuello del mayor sorprendiéndole-... para que solo estemos los tres, tú, Seto y yo... solo los tres, nuestra familia...- se acercó y le dio un suave beso en los labios.

 


Anecuze se quedó paralizado dos segundos pero luego empujó a Mokuba que cayó en la cama soltando carcajadas cristalinas mientras que el tutor salía corriendo de la habitación con una mano en la boca y murmurando constantemente que todo eso debía ser un sueño mientras las risas aún se oían en la habitación del menor.

 


FIN

 

 

Nota de Yakumo: (Con orejas y cola de gato. Lamiéndose las patas) Miau, no me reten, no es mi culpa... ¿Cierto que quedó raro, miau? =^.^=
Kurama: ¬¬ Raro es poco...
Joey: Y me hizo sufrir de nuevo TT.TT, engañé a Seto... ¡¡con el chibi!!!!!!!!! >///<
Anecuze: >< y a mi casi me viola Mokuba de nuevo!!! Y me puso como que amo a Kaiba O.O
Mokuba: Y a mi me hizo quedar como le malo de la película ;_;
Seto: ¡¡¡Y yo casi ni aparecí!!! >.< y el cachorro me engaño ¬¬
Yakumo: Miau, ^^U no es mi culpa, miau, reclámenle a quien aceptó la propuesta: ¡Syry-chan!!!! Por cierto, este es su regalo de cumpleaños por adelantado, miau, ella está de cumpleaños el 18 de mayo ¡Feliz Cumpleaños, Syry-chan, miau!!! =^o^=
Anecuze: Wow, dos días antes que nosotros...
Yakumo: Neee... ship... n_n… pero a mi me gustó la historia... al comienzo no me latía hacer sufrir tanto a Joey e iba a colocar a Pegasus en su lugar...
Todos: OO! ¡¡¿QUÉ?!!!
Yakumo: Si, lo sé, mala idea, miau... así que decidí dejar a Joey nomás... o sea, Mokuba iba a ser si o si ese personaje e igual Seto... el que quedaba en ? era Joey y Anecuze... pero creo que quedó kawaii, miau...
Joey y Anecuze: ¬¬
Yakumo: XD, pero espero sus comentarios, miau... nos vemos!! Bye-Bye Nanoda!!!   

 


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