Esto...es Berk, está a 12 días al norte de Calvario y algunos grados al sur de Muere de Frío, Está ubicado justo sobre el meridiano de la tristeza, nieva nueve meses del año y graniza los otros tres
-Hiccup ¿Por qué no tienes listas las dagas que te di a engarzar esta mañana?
Un pueblo que ha albergado a más de 6 generaciones y sufre de remodelaciones cada noche y madrugada
-¡Excelente pregunta Bocón! Estaba esperando a que dijeras eso- Exclamó con emoción aquel joven de cabellos chocolate y ojos esmeralda. Cargando una extraña caja de aspecto pesado a lo que era en realidad, pero eso era por culpa de los blandengues brazos de aquel vikingo que la sostenía en alto con más de un sobre esfuerzo hecho, tanto por su entusiasmo como por la felicidad de que su nuevo invento diera resultado.
Un pueblo, habitado por vikingos. Fuertes hombres que no necesitan otra cosa que sus manos para acabar con dragones.
-No otra vez... Hiccup dime que no has estado perdiendo el tiempo en tus inútiles artefactos.
-No es lo mismo que la vez pasada Bocón. Te aseguro que esta vez funcionará- El chico no espero más para abrir la caja de caoba la cual rechino ante el esfuerzo que llevaba a cabo al dejar ver una extraña armería en miniatura con más aspecto de una trampa para ratas que de una mortífera arma.
Esta vista bastó para que el herrero suspirara con pesar y buscará la forma correcta de explicarle al chico que dejará esos esfuerzos inútiles por sobresalir en la aldea cuando apenas y podía sobresalir por sobre la tierra con su enclenque figura, la cual, daba la impresión de romperse ante el más sutil de los suspiros que un dragón exhalara en su contra.
-Hiccup, ya hemos hablado de esto
-Sólo mira esto- Así es, Hiccup no podía darse por vencido solo por la causa del escepticismo que se había ganado por parte del robusto vikingo que no daba la mayor seña de querer escuchar su explicación entusiasta -Se enrolla en el cuello de mi objetivo y me permitirá obtener mi primera cabeza de dragón.
-Lo que me preocupa es que puedas cargarla al menos- Aclaró sin hacer mucho esfuerzo por detener su discurso.
Antes de que fuera posible que otra palabra saliera de su boca, lo interrumpió al darle una cubeta y pico que lanzó a sus brazos que (con mucho esfuerzo) sostuvieron en alto aquel material -Nos hace falta material para más armas. Haz algo de provecho y ve a entrenar esos fideos para que puedas cargar la cabeza que tanto mencionas...- Una pausa fue necesaria ante el estruendo que había provocado el invento del joven vikingo ante un "error" que ahora dejaba volar cuchillas de manera aleatoria y las que pudieron darle a Bocón se detuvieron en el tarro de cerveza que este bebía -.....-
Una mirada que expresaba un claro "a esto me refiero" fue suficiente para provocar una retirada táctica por parte del joven de mirada esmeralda que ahora retrocedía de manera discreta.
-T-Tienes razón- Fue lo único que soltó a modo de comentario vago, aunque si, algo intimidado por la indiferente y tranquila mirada que su "tutor/niñero" le dirigía con cada paso que daba –Es un trabajo que solo yo puedo hacer
-Si no vuelves para mañana voy a enviar a los chicos a buscarte-
Sabía que aquello era una simple burla sin tono de ofensa.
-No es necesario, yo puedo solo.
-Ten cuidado con los lobos nocturnos.
-Puedo hacerlo antes del anochecer.
-Si claro. De todos modos tu padre está de viaje así que no te presiones.
Más que subestimar, eso era menosprecio. Uno que lo lastimaba tanto como le molestaba más no podía decir mucho a su favor.
Se encamino a los límites del bosque que rodeaba su aldea. Bufando con molestia e ignorando un poco a su alrededor para enfocarse únicamente, en ese pico que amenazaba con tumbarlo al suelo por culpa de su peso.
-"Hey hiccup, no creo que haga falta decírtelo porque toda la aldea lo hace. Pero eres débil y una vergüenza para los vikingos"- Imitó la voz grave de Bocón a cada paso que daba, entre aquella maleza que le estorbaba y al caminar en el bosque no pudo evitar patear una que otra roca que se volvía objetivo de la molestia que ahora embargaba su mente –Con solo uno. ¡Un solo dragón! Con un solo dragón que pueda llevarle a mi padre, sería más que suficiente para que todos me respeten...-
Detuvo sus pasos ante el leve crujido que unas ramas habían provocado cerca de su posición. Un sonido que alertó sus sentidos al saber que en esa zona no había presencia de animales que no fueran peligrosos y el escalofrío que recorrió su espalda sólo lo puso más nervioso.
Aunque intento ocultarlo al retroceder de forma lenta para sujetar en alto la navaja que solía mantener oculta en su cinto. La sensación de una mirada sobre él y el frío que comenzaba a bajar a cada segundo, realmente, no era algo que le ayudara en su objetivo firme de cumplir con su tarea de mantener la calma.
Espero un gruñido, un rugido, garras, colmillos. .pero nada, solo un silencio que era acompañado de los copos de nieve que caían de forma lenta sobre sus hebras y abrigo del mismo color, dejando que los minutos dejarán a los copos cubrir al chico con una suave capa de copos que no podían traspasar su ropa pero si le dejaban una extraña sensación.
La inquietud se había disipado, quizá por el silencio o por la calma que el bosque le regalaba.
Probablemente fue una roca o fruto seco que cayó al suelo.
Un vikingo asustado por el ruido de un fruto seco
Negó con la cabeza mientras recogía el balde y pico que había soltado de forma casi automática.
Papá estaría orgulloso de mí. Los vikingos nunca deben bajar la guardia...sí. Claro
Suspiro con desgano y algo fastidiado de su propia reacción, avanzando a las rocas donde podía obtener el metal deseado.
Sin percibir aquel témpano de hielo que antes era un depredador, sin ver el bastón que sobresalía un poco de las ramas, sin alcanzar a distinguir a aquel joven que parecía divertido por la anterior imitación que había hecho el vikingo con su monólogo.
Sí, no había visto nada.
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