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Fortaleza de la primer sonrisa. por chibibeast

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Notas del fanfic:

¡Hola! Ya actualicé “Eres como una tormenta

Kai como Uke…-se hace bolita en el piso- Kai…uke… Después de leer y escribir a Kai como seme, no lo he vuelto a ver de la misma manera ;-;

Recuerden que Uruha es 4 meses mayor qu Kai.

Expermiente con otro tipo de narración: Tercera persona – tiempo presente.

Imaginense con los looks del STANDING LIVE TOUR14 HERESY LIMITED

Spoiler: Kai muere.

 

 

Nah, no es cierto xD

14 páginas y media.

Errores ortográficos, disculpen si ven alguno ;-; 

Notas del capitulo:

¡JUNJI! ¡ESTO ES PA’ TI! X3 Ojalá te guste y si no, pues, tengo la satisfacción de haberme esforzado.

Si ven rodar por el piso un huevo y medio, son míos(?) Oc no xD

Es un día pacífico y sin novedades, las aves vuelan y trinan, el tráfico está estancado debido a que es hora pico, el Calentamiento Global sigue en aumento… sí, todo  impasible. Especialmente en cierta compañía donde labora una de las bandas de J-Rock y Visual Kei más reconocidas en el País del Sol Naciente, más específicamente en la sala de ensayos de dicha banda: The GazettE; un silencio profundo y un ambiente expectante se apoderó de los cinco integrantes, luego de que el alto guitarrista principal hiciera la pregunta que dejara a cuatro de ellos con la respiración cortada.


─ ¿Quieres salir conmigo hoy, en una cita, Yutaka?─ he ahí la pregunta del millón.


A todos, a excepción del más alto, esa pregunta los toma por sorpresa y vaya sorpresa. Los cuatro restantes tienen los párpados abiertos a más no poder, la boca semi abierta y sus cuerpos estáticos; el guitarrista secundario, tiene un bentō en su regazo, suelta el arroz que había entre los palillos y que estaba a punto de ingresar a su boca; el vocal está de pie frente al pedestal del micrófono que ahora yacía en el piso, rodando, luego de que lo dejara caer; el bajista, estaba inclinado para sentarse al lado del que tenía el bentō pero se dejó caer hacia atrás, moviendo al que tiene al lado haciendo que soltara los palillos; el aludido batero se encuentra de pie con el alto frente a sí, los papeles que antes estaban entre sus manos, ahora están desperdigados por el piso.  


─ ¿Entonces, sí o no?─ Uruha por fuera luce la misma expresión de siempre, inmutable y como si nada a su alrededor tuviese mayor importancia; en su interior es completamente diferente, se encuentra nervioso por la posible respuesta que Kai le daría, se siente incómodo y como un mono de feria por tener la atención de sus compañeros sobre sí.─ ¿Sabes qué? Olvídalo, has como que nunca escuchaste salir eso de mi boca.─ empieza a caminar hacia la salida, molesto y triste, es obvio que si no le responde es porque el batero piensa en una manera de rechazarlo amablemente; pasa el lado del castaño claro sin dirigirle la mirada, posa una mano sobre el picaporte de la puerta, pero un tirón en uno de sus brazos lo hace detenerse y voltear encontrándose con el castaño ligeramente sonrojado y visiblemente apenado.


─ Lo siento, me tomaste desprevenido, que no pude responderte al instante.─ deshace el agarre en el brazo contrario─ Yo… la verdad, es que… sí.─ dice en un susurro─ Acepto salir en una cita contigo hoy.─ le regala tal sonrisa que remarca su hoyuelo, el corazón del cabello color chocolate late acelerado de la emoción.


─ Gracias, te prometo que no te arrepentirás.─ el más alto sonríe de igual manera y lo rodea en un fuerte abrazo.


Los otros tres observan el abrazo apretado que ambos se dan, se enternecen con eso; ellos están al tanto de los sentimientos que profesan el uno por el otro, no enredan con eso, lo que realmente importa es que haya amor de por medio y con los años como banda que ya cargan, pues, seguro que un pasatiempo no podría ser y que amor verdadero es lo que sienten; sólo esperan que no empiecen a besarse porque sería incómodo interrumpir el momento.


Uruha y Kai se separan del abrazo, se dirigen a los sofás donde ahora están sentados los demás y así empiezan a almorzar entre bromas y miradas cómplices.


Lo que resta de la tarde la pasan ensayando, al final el líder anuncia que ya hay fecha para un nuevo tour por algunas ciudades, en tres semanas darán inicio. Después, todos emprenden marcha hacia sus hogares; Uruha con un: Paso por ti a las 9. se despide del batero y le da un beso muy cerca de los labios, haciendo a éste sonrojar.


 


 


*****


 


 


Kai va de un lado a otro en la habitación de su apartamento, buscando el atuendo adecuado para lucir apuesto a ojos del guitarrista, se decide por un conjunto sencillo: camiseta gris, chaqueta de cuero negra, pantalón y botas de igual color; todavía faltan 3 horas para reunirse con el alto hombre, su estómago ruge y va a la cocina por algo que lo calme por mientras, seguro Uruha lo llevaría a cenar.


El timbre escucha por todo el apartamento, abre la puerta encontrándose con el manager, que le extiende una carpeta llena de papeles que debe revisar, firmar y entregar mañana a primera hora, el hombre rollizo se retira y Kai suspira abatido; le tomará mucho tiempo terminar con esos papeles, saca su celular y marca el número de Uruha para decirle que no pase por él, sino que mejor le diga el lugar y que se encontrarían allá.


Voltea a ver el reloj de pared que marca las 8:50 pm, le queda poco tiempo para arreglarse y llegar al restaurante donde Uruha lo debe de estar esperando; todavía le faltan papeles, al parecer esta noche no dormiría luego de regresar de su cita.


En seis minutos está listo, baja al estacionamiento del complejo de apartamentos y da partida a su auto. El restaurante al que se dirige se encuentra a una buna distancia, por unos minutos de retraso Uruha no se enojaría.


Las calles están despejadas, pocos vehículos transitan, casi no hay personas, lo que es extraño porque hablamos de Tokio, la cuidad más iluminada y poblada de Japón; al detenerse por un semáforo en rojo, lee el nombre de la calle en la que se encuentra, es en ese momento que se da cuenta… ha tomado la vía equivocada. Tan nervioso y entusiasmado iba por la cita que no notó cuando se desvió del camino, suspira con frustración y apoya la frente sobre el volante, dando ligeros golpes a éste. Debido a ese error, llegaría mucho más tarde de lo previsto, piensa avisarle a Uruha pero… genial, también olvidó su celular, bufa fastidiado por su pésima memoria y no sólo eso, sino también porque no tiene ni la menor idea de adónde fue a parar.


Busca con la mirada alguna persona que pueda ayudarlo a ubicarse, pero no hay nadie, ni personas ni otros vehículos.


─ Demonios. ¿Adónde vine a parar?─ no conocía el nombre de esa calle, si alguna vez lo escuchó, pues lo olvidó.  


Mira a todos lados, pero de nada sirve. Derrotado, decide dar unas vueltas hasta encontrar algo que reconozca y así poder llegar a su cita, espera que Uruha lo comprenda. De nueva cuenta pone en marcha el auto, a los minutos observa que un par de vehículos vienen tras en suyo, se siente aliviado por unos momento al creer que podría pedirles ayuda… o no.


Da un respingo del susto cuando algo sólido atraviesa los vidrios de la parte trasera y delantera del auto, afortunadamente sin dañarlo a él, por el retrovisor puede ver que alguien en uno de los vehículos tras el suyo, está sentado en el hueco de una de las ventanas y le apunta con un arma; el miedo comienza a embargarlo, aprieta el volante entre sus manos y pisa afondo el acelerador mientras piensa [Esto no puede estar pasando, no puede, no a mí.]; el terror se dibuja en su rostro cuando un golpe en la parte trasera sacude el auto y lo hace casi perder el control del mismo. Intenta perderlos de vista acelerando cada vez más, pero resulta imposible, los que lo persiguen aumentan igual la velocidad, lo alcanzan y ubican un vehículo a cada lado del suyo.


[ ¡¿Cómo es posible que en todas las calles por las que conduje no se asomara ni un alma?!] Su corazón late velozmente, su respiración se hace pesada, suda frío debido al miedo y la desesperación al percatarse que los sujetos apuntan sus armas hacia él, las caras de todos están cubiertas, apenas se distinguen los ojos. [Es mi fin.] escuchó disparos, un dolor espantoso abarcó su brazo derecho haciéndolo perder el control del volante, cerró los párpados por unos segundo y cuando volvió a abrirlos… todo daba vueltas, literalmente.


Puede escuchar perfectamente cómo la carrocería se destruía debido al impacto contra el suelo, los vidrios rotos se incrustan en los asientos y herían más su cuerpo, sentía cómo el auto giraba en el aire para luego caer pesadamente contra el asfalto; debido a la fricción y a que hay baches en el suelo el auto continua girando hasta estrellarse con un poste grueso de cemento. Kai no percibe nada a su alrededor, no siente dolor ni sangre escurrir por las múltiples heridas, su vista es borrosa y un zumbido es lo único que oye.


─ Kou… you…─ logra articular antes de que la oscuridad se apodere de sus sentidos.


 


 


**********


 


 


Uruha arribó puntual al local acordado, hace 2 horas que espera a Kai y eso ya es demasiado, él no suele esperar más de media hora y Kai no suele tardar ni 5 minutos.


Se sentía estúpido esperando por alguien que, obviamente, no va a aparecer. Qué ridículo, Kai debe estar burlándose de él en la comodidad de su apartamento, mientras el castaño chocolate continúa sentado frente a la mesa de aquel restaurante con dos botellas de licor: una vacía y la otra a la mitad. Ha llamado más de 10 veces al celular del líder, sin obtener más que la voz pre-grabada del buzón.


Harto de estar como un idiota que ha sido plantado y se deshaga bebiendo alcohol como si no hubiese más hombres en el mundo, paga la cuenta y sale del local tambaleándose ligeramente; subiéndose a al automóvil, su celular empieza a sonar, ilusionado porque cree que es Kai contesta rápidamente sin ver quién es el que llama.


─ ¿Yutaka? ¿Dónde estás? ¿Por qué tardas tanto?─ pregunta de corrido sin dejar hablar al del otro lado de la línea.


//─ Kou.─ esa no es la voz de Kai, es la de Reita.


─ Ah, Akira.─ es notoria su decepción.


//─ Kou, ¿sigues en el restaurante?


─ Sí.─ eleva la mirada al cielo oscuro, tan oscuro que las estrellas no se ven.


//─ Yutaka no llegara.─


─ Lo sé. Me plantó, Aki. Jamás pensé que Yutaka haría algo así, creí que…─ muerde su labio inferior, evitando un sonido que delatara su tristeza.


//─ No, no. Kouyou, Yutaka no te plantó.


─ ¿No? Ah, entonces está aquí a mi lado, diciéndome cuánto me quiere y yo ni en cuenta.─ rueda los ojos y habla sarcásticamente.


//─ Deja de hablar así, Yutaka podría estar allí diciéndote todas las cursilerías que quisieras, pero no puede, ¿sabes por qué?─ no espera a que responda─ ¡Porque se encuentra dentro del maldito quirófano, luchando por su vida, mientras tú hablas tontería y media!─ grita perdiendo la calma.


─ ¿Qué?─ sentía la boca seca y su cuerpo temblar.


//─ Ven al hospital central, rápido y más te vale conducir con cuidado.─ termina la llamada.


Avienta el celular al asiento del lado. No puede creerlo… Yutaka… Yutaka se encuentra en quirófano, pero ¿cómo es posible, si cuando se despidió de él en la tarde estaba completamente sano?


Agita la cabeza, despejando la mente e inhala suprimiendo las ganas de llorar debido a la preocupación. Parte el automóvil al Hospital Central de Tokio.


 


 


*********


 


 


Reita, luego haber llamado a Uruha, guarda su celular, cierra los ojos y recuesta la cabeza sobre el hombro de su pareja sentado a su lado.


Exhalan en conjunto los tres presentes en la sala de espera, inquietos por la situación actual de su líder de banda y amigo;  Ruki acaricia los cabellos castaños, casi rubios, de Reita en un intento por tranquilizarlo y tranquilizarse; Aoi mira en dirección hacia donde debería salir un médico o enfermera a darles noticias acerca del estado de Kai. Los tres sentados en un duro sofá de la sala de espera, Reita y Aoi a cada extremo, dejando a Ruki en medio de ambos; el ambiente es pesado, silencioso, sus rostros sólo expresan turbación.


El silencio es roto por los pasos apurados del alto guitarrista, se para frente a ellos preguntando por el batero.


─ ¿Qué pasó? ¿Por qué…?─ la agitada respiración le impide hablar.


─ No sabemos exactamente cómo sucedió, cuando nos dimos cuenta que era Yutaka corrimos a socorrerlo.─ dijo el pelinegro, Aoi.


─ Taka y yo fuimos a varias tiendas a buscar algo que él quería pero no lo encontrábamos, cuando salíamos de la última que visitaríamos, vimos un auto estrellarse contra un poste de cemento; no queríamos acercarnos pero reconocimos el número de la placa… era el auto de Yutaka, corrimos hacia allí… al llegar vimos a unos hombres tratando de hacer lo posible para sacarlo sin lastimarlo más de lo que ya estaba, el auto estaba de cabeza y el cinturón de seguridad mantenía suspendido el cuerpo inconsciente de Yutaka. Su cuerpo… esa imagen jamás podré borrarla de mi mente.─ Reita no soporta y llora en el hombro de Ruki, que lo abraza lucha por no hacer lo mismo.


─ Yo… justo iba pasando, vi el tumulto de personas alrededor del auto y escuché voces conocidas; baje de mi coche y yo tampoco olvidaré esa escena.─ explicó Aoi, desviando la mirada hacia el pasillo.


─ No… No…─ repetía el castaño chocolate, mientras presionaba su cabeza entre sus manos, todavía sin querer creer lo que sus amigos le decían.


[ ¿Qué había hecho tan mal Yutaka para que le sucediera tal accidente? ¿En verdad fue un accidente? No lo creo, de los cinco, Yutaka es el más prudente. Aunque haya poco transito espera a que el semáforo cambie a verde. Esto no puede ser verdad, no, no quiero perderlo… Yutaka.]


Siente unos brazos rodearle y se derrumba, llora por la angustia que se anega en su pecho, por no saber qué tan grave es el estado de Yutaka… si sobrevivirá.


En la madrugada, un médico sale por la puerta que estuvieron viendo todo el tiempo, ellos se levantan velozmente y el médico se aproxima, usando todavía la bata del quirófano; ansiosos, aguardan a que el hombre de edad mayor hable.


─ Seré directo.─ pasa la mirada en cada uno de los hombres frente a él, inexpresivo, poniéndolos nerviosos─ Tiene una quemadura por el roce de una bala en el brazo derecho.


─ ¿Una… bala?─ murmuraron con dificultad.


─ El tobillo izquierdo está fracturado, hay cortes y magulladuras en todo el cuerpo. Eso es daño leve, el daño grave fue interno.─ hizo que cuatro volvieran a sentarse─ El cinturón de seguridad evitó que el cuerpo se sacudiera dentro del vehículo, pero presionó en demasía el pecho impidiéndole respirar correctamente; aunado a que un trozo grande de vidrio del parabrisas se incrustó en su abdomen, perdió mucha sangre y causó una severa lesión; hicimos lo qu pudimos para salvarlo. A parte de todo lo anterior, el paciente está fuera de peligro.


Respiraron aliviados al saber que la vida del castaño no corre peligro, aun así la preocupación continua presente, esa fractura y herida en el abdomen son de tener cuidado.    


─ ¿Podemos verlo?─ pide Uruha con la voz entrecortada y las pestañas húmedas, los otros tres tienen ka misma expresión acongojada.


─ Es mejor aguardar a que el paciente despierte, aunque haya peligro, el paciente debe reposar el tiempo necesario.─ dicho eso el médico se fue.


Se sentaron otra vez, suspiraron tranquilos… La vida de Yutaka se encuentra a salvo.


─ Debemos avisar al manager.─ dice Ruki, siendo abrazado fuertemente por Reita.


─ En eso estoy.─ Aoi teclea en su celular, sabe que no contestara de inmediato, es de madrugada pero hace el intento.


─ Esto es mi culpa.─ menciona Uruha, luego de un rato en el que sólo la voz de Aoi sonaba.


─ No lo es, tú ibas con él.─ trata de consolar Reita.


─ ¡Exacto! No iba con él, en un principio yo iba a pasar recogiéndolo pero me dijo que debía revisar unos papeles y que tardaría, de todos modos le dije que pasaría por él pero no quiso; no debí hacerle caso, en ese momento me encontraba fuera de su edificio, si hubiese entrado a convencerlo de quedarnos en allí… ¡Esto no habría pasado!─ la culpa lo carcome, porque así es, piensa que es su culpa que Kai haya tenido que pasar por tal agonía.


─ Ninguno tenía manera de saber que algo así ocurriría.─ Reita se aproxima a Uruha y lo envuelve en un abrazo, luego Ruki y Aoi también los rodean.


Lo que pueden hacer, es ayudar al batero en lo que necesite mientras se recupera, respecto a la banda… el manager se hará cargo.


 


 


*********


 


 


1 meses y medio han transcurrido desde aquel fatídico día.


Cuando despertó dos días después, les permitieron entrar a verlo. El batero narró lo sucedido,  contactaron a la policía y estos les dijeron que sucesos de ese tipo son comunes en las calles por donde el castaño se perdió, esos sujetos son parte de una pandilla y que estaban trabajando en atraparlos; la policía no fue de ayuda, ya que esos vándalos andaban libres; el manager firmó un acuerdo con los mandos de la PSC: The GazettE estaría exento de actividades hasta la recuperación del líder, Kai.


Lo único que agradecen los integrantes de GazettE es tener a Kai vivo y, aún lastimado, regañándolos como siempre. El más atento y servicial es Uruha, ha demostrado que que sus sentimientos por el castaño son sinceros, que está dispuesto a permanecer a su lado en todo momento. Kai y Uruha no han conversado referentes a lo que sienten, no han declarado su amor, sin embargo eso cambiará hoy porque el castaño está decidido a expulsar el cariño que guarda.


─ Oye, Kouyou.─ el eludido vira hacia Kai, después de colocar en una buena posición la pierna con escayola.─ No concretamos la cita de hace unos meses.─ toma una mano del mayor, éste se encuentra sentado en el borde de la cama y el batero recostado en el espaldar, encima de unas almohadas.


─ Podríamos salir el próximo mes, pronto estarás totalmente recuperado.─ aprieta más el agarre de las manos y la otra la hunde entre las hebras castañas, Kai niega con la cabeza.


─ No es necesario salir del apartamento para tener una cita, tampoco esperar mucho.─ la mano que acariciaba su cabello, ahora está en su mejilla y Kai aprovecha para sentir el calorcito que emana.─ Quiero nuestra cita aquí y ahora. Es hora del almuerzo, imaginemos que es comida ‘gourmet’ y que nos encontramos en un restaurante, luego ‘vamos’ a mi apartamento y hacemos ‘cositas sucias’.─ ríe ante su idea, contagiando a Uruha.


─ Estás loco, Yutaka.─ desciende la mano de la mejilla al cuello de Kai, juega con los mechones que cuelgan─ Sin embargo, tu ideas raras son una de las muchas cosas que me enamoraron de ti.─ sonríe de costado y un rubor tiñe los pómulos del batero.


─ ¿Ah sí? Dime qué más.─ hizo que Uruha se recostada a su lado, aun con las manos entrelazadas.


─ Obviamente, lo primero que atrae es el físico y en este caso no fue la excepción; en los primeros años de GazettE eras delgado pero con músculos sólidos y poseías esa carita de niño bueno, claro que en ese tiempo yo tenía novio y no  te veía como una pareja; al pasar de los años fue que inicié a notar tu atractivo: tus ojos grandes y marrones, la forma de tus labios y cómo se estiran cuando sonríes.─ pasa el dedo índice delineando los labios del menor.


─ No son tan llamativos como los tuyos.─ realiza el mismo delineamiento en los labios del contrario.


─ Para mí, tus labios son los más hermosos y apetitosos.─ cambia el índice por el pulgar, sólo que ésta vez ingresa ligeramente el dedo hasta separar un poco los belfos y tocar los dientes superiores, Kai saca apenas la lengua tocándole el dedo; ambos se ven fijamente a los ojos.─ Tus facciones que se veían casi igual de femeninas que las mías, fueron adoptando esa madurez masculina conforme transcurría el tiempo; sin saber cómo, memoricé tus gustos en general, cada vez me fijaba más en ti, eres una persona serena y centrada que pocas veces algo lo hace perder los estribos pero cuando te enojas eres intimidante y provocas terror por donde caminas.─ ríen divertidos por tal comparación.─ Sabes que es verdad.


─ Bueno, sí, un poco.─ muestra esa sonrisa con hoyuelo que al mundo entero le fascina.


─ También noté tus cualidades más allá de lo físico: tu personalidad, tus facetas tanto maduras como infantiles, la actitud que tomas frente a las cámaras, el papel de líder que te sienta tan bien, tus habilidades culinarias, la manera en que lidias con nosotros cuatro y más detalles que son demasiados como para enumerar cada uno.─ a sus rostros los separa un pequeña distancia─ Sencillamente, eres perfecto, en muchos sentidos; al menos para mí.─ sus narices rozan, debido a la cercanía.


─ No soy perfecto, pero si así es cómo ves… entonces, nunca cambies tu opinión.─ cumplen lo que tanto deseaban: unen sus labios, mas parece sólo un toque. Suavemente, inician el movimiento, percibiendo la textura, disfrutando del cosquilleo que les recorre a lo largo de la columna; demuestran el cariño mutuo.


─ ¿Sabes?, Saltémonos la parte del restaurante.


Sus manos no quedan quitas, se cuelan bajo las camisas, vagan por cada rincón del torso contrario, se enredan entre las hebras castañas y chocolates; deshacen el beso durante un segundo para quitar las prendas que cubren las pieles que desean acariciar. Uruha posiciona encima, teniendo cuidado con la herida de su abdomen y la pierna lastimada, de Kai; da leves mordiscos y lamidas en el cuello, mientras pasea las manos con sinuosidad por el torso y sobre la tela del pants, donde comienza a marcarse la excitación; deja el cuello, desciende al par de botoncitos cafés que reaccionan ante el jugueteo de su lengua, contento escucha el llamado a su nombre combinado en jadeos. Desliza la lengua hacia el ombligo, queda ahí un rato y luego sube, de nuevo, al rostro del batero.   


─ ¿Seguro de querer hacerlo?─ obtiene un asentimiento de cabeza como afirmación, besa los belfos que son tan deliciosos y blandos.


Un par de segundos son suficientes, ahora ambos yacen desnudos, sus pieles mantienen contacto directo, las extremidades inferiores se enredan entre sí debido al constante movimiento de sus caderas, frotan su erección con la contraria; Uruha no soporta más y toma a Kai de las caderas, hunde su rostro en el cuello del mismo, respirando su aroma, ese que tanto le gusta, comienza a besar apasionado la piel del batero; si era sincero, no le interesan si esos besos y mordidas están dejando marca, Kai se limita a jadear con los ojos cerrados hasta el instante en que Uruha concluye es suficiente de ‘preliminares’.


 El guitarrista eleva las caderas del menor para hacerlo rodear su cintura con las piernas, Kai siente las manos del mayor en el trasero, quien le aprieta los glúteos a antojo, apretando más sus caderas y de la misma forma, sus miembros; Uruha se llena dos dedos con el líquido preseminal que emana de ambos miembros, cuyas manos no se detienen y de un rápido movimiento, introduce un digito en aquel agujerito ceñido. El menor arquea la espalda de placer y de dolor, ignora las punzadas  y se concentra en la sensación de goce venidero.


La dilatación dura pocos minutos, el guitarrista se posiciona en medio las piernas del batero, toma aire y le besa la frente, de un sola estocada su virilidad abre paso dentro de aquel anillo de músculos, obligando a Kai a arrugar las sábanas entre sus dedos y soltar un largo gemido; guitarrista y batero gimen al unísono, sintiendo como las paredes del batero, estrechas y calientes, rodeaban la hombría ajena y lo apretaban con gula.


Ésta es la primera vez que sus esencias se mezclan, la primera de muchas que eventualmente acontecerán.


 


 


******


 


 


Después de infortunado ‘accidente’ del líder y batero de The GazettE, retomaron actividades normalmente. Aunque al principio Kai tuvo dificultades en volver a utilizar el pedal de la batería como solía hacerlo, pero lo superó y ahora toca igual o con mayor maestría… ¿Cómo podría ser llamado Líder si no afrontara cualquier impedimento y salir vencedor?


Hace unos minutos finalizó una, de las varias, reuniones acerca de los planes que tienen de próximas giras, entrevistas, sesiones fotográficas, entre otros. En este momento camina por los pasillos de PS Company con semblante serio, podría decirse que luce sumamente irritado, sus pasos son fuertes y pesados, algunos de los pobres desafortunados del Staff que se cruzan en su camino pueden percibir el aura imponente e intimidante que rodea al integrante más responsable y carismático de GazettE; su mirada podría compararse a la de un demonio de alto rango sediento de sangre. Esa sola mirada, que no es dirigida específicamente a alguien, hace estremecer del miedo a cualquiera que se le ponga en frente, por eso los del Staff e incluso integrantes de otras bandas que rondan los mismos pasillos que él, no interfieren en su ruta, no lo ven a los ojos o siquiera voltean a verlo; algunos regresan sobre sus pasos –huyen─, otros pasan al lado pegados a la pared y de frente a él, otros se esconden detrás de cajas enormes o cualquier cosa que esté en el pasillo y pueda cubrirlos de esa mirada siniestra.


Aborda el ascensor, donde más personas tienen la desdicha de presenciar tal aterrador semblante, exhalan aliviadas cuando el batero baja en el piso indicado.


Unos metros antes de la puerta de la sala de ensayo de su banda, bajista y vocal se comen la boca, mientras se tocan como si estuviesen en la privacidad de una habitación; los separa de manera un tanto brusca: jala el borde del pantalón del bajista, haciéndolo trastabillar hacia atrás y casi caer sentado en piso; los interrumpidos iban a reclamar pero guardan sus réplicas al ver que el líder no está de humor, tragan saliva y siguen al batero dentro de la sala.


Ambos guitarristas se encuentran ensayando, al verlos entran piensan saludar pero guardan silencio. Kai realiza una seña para que los cuatros tomen asiento en el sofá dispuesto, él camina en la línea horizontal corta de ida y vuelta enfrente de ellos. Silencio incómodo se hace del ambiente, el guitarrista alto lo rompe.


─ ¿Qué pa…?─ no termina de preguntar, el batero ha levantado una mano, indicándole guardar silencio. 


Luego de eso, los cuatro presentes se levantan apurados del asiento corriendo en dirección al batero, que ahora yace en el piso inconsciente. Uruha lo toma entre sus brazos llamando su nombre y sacudiéndolo, los demás observan preocupados y piensan en qué le pudo suceder a Kai si hace 5 segundos estaba bien.


─ Está pálido.─ murmura Ruki.


─ Esto no pinta nada bien.─ dice Aoi.


 


Al contrario de lo que piensan, ese desmayo revelaría la existencia de un nuevo miembro. 


 


 


*********


 


 


─ Es una broma, ¿cierto?─ nadie puede creerlo, incrédulos a las palabras del hombre frente a ellos.─ Deben haber cámaras escondidas por aquí. ¿Dónde están?─ el bajista buscaba las supuestas ‘cámaras’ con la vista.


─ No creí… ser testigo de algo así.─ susurra el guitarrista mayor con la vista puesta sobre cierta persona.


─ Yo… no sé… qué decir…─ habla entrecortado el vocal.


─ ¿Cómo es posible?─ dice para sí mismo más que para los demás.


─ Les daré una breve explicación. Pero antes, joven Suzuki le pido por favor deje de desordenar la habitación.─ Reita había empezado a buscar las cámaras en los muebles de la habitación, desordenando lo había sobre ellos hasta que el doctor le llama la atención y Ruki lo agarra del brazo, conteniéndolo de hacer más ridiculeces.─ Hace más de treinta años hubo la expansión en todo Japón de cierto gas que se creía ‘tóxico’, en realidad lo que hizo fue alterar los genes, al principio nadie sabía exactamente cómo los alteró hasta que hubieron casos como el del joven Tanabe; a pesar de haber transcurridos tanos años las investigaciones sólo han revelado que el cuerpo sufre cierta mutación: la creación de una matriz funcional. No se sabe cuál hombre la posee hasta que se inicia práctica sexual y un huevo* es fecundado; aunque con la edad que tiene Tanabe me sorprende que no haya gestado antes.─ todos, incluido el médico, observan con intriga a Kai, quien no halla dónde ocultarse para no tener que responder a eso.


─ Pues, verán… Eh, yo… Kouyou…─ sonrojado hasta las orejas suelta una risa nerviosa y rasca con un dedo una mejilla.


─ Oh…─ un sonido de comprensión general es emitido junto a otras frases como: “Todo tiene sentido.” “¡¿Siempre fuiste activo?!” “¿De verdad no hay cámaras aquí?” “Yo quiero…” “Eso explica su mirada matadora, atravesadora de corazones, incendia cerebros y arrastra almas al averno.” y una risita de total satisfacción de parte de Uruha.


 Súper avergonzado por haber revelado información privada, Kai no soporta tanta atención puesta en él, deja caer su espalda hacia atrás y se cubre totalmente con las sábanas blancas de la camilla en la que se encuentra recostado, como si fuese un refugio del exterior; deja de dar importancia a lo que los demás dicen.


De repente siente hundirse un costado del duro colchón de la camilla, la sábana es retirada de su cabeza y sin dejarlo reaccionar un beso es plantado en sus labios, un beso cargado de: cariño, felicidad y amor… mucho amor; responde a la caricia con el mismo entusiasmo, mientras siente cierta calidez en el vientre, donde una pequeña criatura es albergada.


─ Gracias.─ un suave susurro y un suspiro son exhalados sobre sus labios.


─ Gracias a ti.─ volvieron a besarse, un carraspeo los interrumpe.


─ Sí, sí, muchos besos. ¡Ya! Déjanos un poco también.─ el pelinegro guitarrista aparta a Uruha y abraza efusivamente al batero.


─ ¡Hey! ¡No lo beses!─ el alto jala al pelinegro de la camisa, evitando así que bese a su pareja; el guitarrista ya tenía la trompita lista.


─ Qué aguafiestas eres.─ frunce el ceño, todavía con los labios estirados.


Minutos después, Uruha casi se dividía en dos para evitar que el par de disparatados que tiene como amigos se acerquen a su pareja, ya que el rubio se unió al ‘juego’ del mayor de los cinco. Ruki sentado en la camilla junto a Kai platican acerca del cuidado que deberá tener, la nutrición, entre otros, en los cuales mencionan un nuevo ceso de actividades de la banda.


 


**********   


  


 Los primeros meses del embarazo han sido difíciles… para el trío de cuerdas y el vocal.


Tener que soportar los constantes cambios de humor, complacer los antojos, las náuseas producidas por olores que antes le eran agradables hasta el punto de hacerlo devolver el escaso alimento ingerido, las continuas ganas de ir al baño presentes regularmente durante la madrugada y otros síntomas, tienen a Kai por demás irritado; aunado la falta de sueño o al exceso de éste y las, para él, nada graciosas bromas del bajista y segunda guitarra, le daban ganas de arrojarles cualquier cosa y para desgracia de los mencionados, Kai tiene una excelente puntería.


Los desmayos, causantes de muchos sustos, desaparecieron al tercer; alivio para los cinco, a ninguno le gusta ver al batero desvaneciéndose de la nada y a Kai le agrada menos desvanecerse cuando está tranquilo y despertar con un moretón.


A veces, el batero se escabulle al estudio instalado en su apartamento; aunque la curvatura en su abdomen le dificulta algunos movimientos, toca la batería con gusto, es así hasta el cuarto mes de gestación. En ese mes, Uruha decidió mudarse con el batero, con la excusa de: “Es mejor si vivimos juntos, así podré vigilar que no hagas algo indebido.”, obteniendo como alegato un: “Al contrario, tendré que ser yo quien asegure que tú no harás algo indebido.” Después de ese dialogo, digamos que, fueron a la habitación de Kai a asegurarse que la cama pudiese resistir el ‘aumento de peso’ o ‘cualquier movimiento brusco’ que pudiera realizar el gestante por las noches.


Kai no puede seguir tocando su preciada batería, le fue prohibido por el doctor y Uruha, cosa por la que hace berrinche hasta tener un tazón de algún postre combinado con alguna añadidura extraña y asquerosa, a ojos de sus compañeros; sin embargo a los ojos del líder es un deliciosos manjar que calma sus hormonas y su antojo… de momento.


La alegría, felicidad, emoción, entusiasmos y… cualquier otro sentimiento positivo que sea sinónimo de los anteriores, los embarga cuando al quinto mes se enteran de que tendrán un varón; un fuerte varón que al parecer le gustará el fútbol… o el kickboxing porque algunos movimientos le causan tremendos dolores al batero, que descarga gritándole a sus compañeros o pareja y maldiciendo a diestra y siniestra. Cada que una palabra soez es escupida por el embarazado, Reita menciona cuan tierno llega a verse y que le dan deseos de abrazarlo, pero no lo hace por dos razones: -Ruki se pone celoso y lo amenaza con dejarlo sin sexo. -Kai es capaz de arrancarle una oreja a mordiscos si se atreve a tocarlo estando de un humor del diablo.


A pesar de todos los malos tratos recibidos, los cuatro consienten al gestante, le brindan lo que necesite o antoje; estando los dos solos, Uruha es el encargado de contentarlo… de una manera diferente.


Embobados, trío de cuerdas y vocal, observan enternecidos al batero, sin que éste sepa. Kai parado frente a un espejo, detalla el reflejo que este le devuelve de él acariciando su barriga de siete meses y medio, mientras ‘conversa’ con su bebé.


─ Ojalá seas tan alto como tu papá, tengas la forma de sus labios…─ dibuja trazos invisibles encima su barriga con los dedos de una mano y con la otra acaricia unos centímetros debajo del ombligo, como sosteniéndola.─ y el color de sus ojos, aunque no importaría si fueses una copia de él.─ ríe adorablemente al sentir un par de pataditas.


Uruha no resiste tan encantadora escena y sale del ‘escondite’; abre la puerta, antes entreabierta, de la habitación, asustando a Kai y haciéndolo sonrojar al saberse descubierto en uno de sus ‘ataques maternales’.


─ Yo quiero que sea una copia tuya, ojos grandes y un hoyuelo…─ no obtuvo la reacción pensaba tendía, Kai empieza a gritarles y lanzar lo que tiene al lado: ropa, suya y del alto guitarrista.


─ ¡Salgan de aquí cuarteto de pervertidos!─ les grita, porque desde que se paró frente al espejo ha tenido la camisa enrollada, dejando su barriga descubierta.


*


Ha llegado, el anhelado día… o mejor dicho: noche.


Kai despierta por un agudo dolor en el vientre, primero cree que es normal porque se despertaba cuando su bebé buscaba una posición cómoda dentro del reducido espacio, pero esta noche le duele más y duda de que su bebé haga lo pensado. Ve la hora marcada en el reloj digital al costado de la cama, 6:10 pm, pinchazo violento le hace doblarse sobre sí mismo y jadear del dolor combinado con miedo, mucho miedo.


La pareja estaba tomando la siesta de la tarde, costumbre por parte del batero que cada vez se cansaba más, he ahí la hora temprana.


Endereza la espalda lo que el dolor le permite, se voltea y remueve a Uruha, quien lo abrazaba detrás; éste despierta y gracias a la luz solar que todavía ilumina tenuemente la habitación, nota el semblante adolorido y angustiado de su pareja.


─ ¿Qué pasa?


─ Ya…─ inhala varias veces antes de continuar─ Ya quiere salir.─ trata de sonreír, pero una mueca rara es lo único que se ve.


─ ¿Ya…?─ como un rayo sale corriendo de la habitación compartida, dirigiéndose a la habitación asignada al bebé, regresa donde Kai de su hombro cuelga un bolso rojo con dibujos infantiles.


Kai, semi sentado en la cama con la piernas abierta y apoyándose en sus manos hacia atrás, inhala y exhala como le explicó Ruki en algunas ocasiones debía hacer cuando el alumbramiento llegara; su frente y cuello perlados del sudor frío no son buena señal para Uruha.


 


*


 


8:45 pm.


Un estruendoso llanto es lo único que se escucha en el quirófano, aparte de las máquinas que marcan el ritmo cardíaco de ‘la madre’ del pequeño. Durante un par de segundos le es mostrado, al sonriente y algo adormilado castaño, un cuerpecito frágil y colorado llorando al máximo que sus bien desarrollados pulmones le permiten, con las manitos hechas puños y los piecitos encogidos… la primer imagen de su hijo almacenada y atesorada para siempre en su memoria.


No puede esperar a cargarlo entre sus brazos, besarle la cabecita y decirle cuanto ansió su nacimiento para poder darle el amor que estando dentro suyo no era posible.


 


*


 


Observa sin perder detalla de las facciones de su hijo, la combinación perfecta entre él y Uruha. El color rojizo de la piel disminuía de a poco, ahora es un tono rosadito, la hinchazón de la carita también ha disminuido; acaricia delicadamente la matita espesa de cabello negro, mientras el bebé torpemente mama de su pecho. Es una sensación extraña y asombrosa, cualquiera reiría al imaginar a un hombre amamantando y diría que es imposible; sin embargo no lo es, se ha comprobado que con la precisa estimulación, un hombre es capaz de producir leche porque posee glándulas mamarias… igual a una mujer.


Concentrado en analizar y memorizar cada segundo del cuerpecito entre sus brazos, no advierte el ingreso a la habitación del otro padre de su hijo y de sus amigos, sino hasta que una mano ajena entra en su campo de visión y acaricia con la misma delicadeza la mejilla sonrosada de su bebé.


─ Es hermoso.─ aproxima un dedo hacia una de las manitos posadas en el pecho de Kai, ésta lo atrapa y presiona sin querer soltarlo.─ Es más parecido a ti.─ sentado al borde la camilla, acariciando con la otra mano una mejilla de Kai─ ¿Cuál nombre, de todos los que mencionamos, tendrá?─ los otros tres aproximándose a conocer al nuevo integrante.


─ Kento.─ pronuncia viendo fijamente al pequeño que ha apartado su boquita del pecho y se remueve haciendo sonidos, que a los cinco les parece tierno y lindo─ Será un hombre sano y fuerte.─ ahora ve hacia sus compañeros y estos asiente en aprobación.


─ Kento Takashima, el primogénito de nuestra familia.─ ambos padre sonríen y dan un amoroso beso.


Las felicitaciones, exclamaciones y bromas no se hacen esperar, abrazos emocionados son repartidos; el próximamente mimado, Kento es acunado entre los brazos de su padre y cada uno de sus tíos. Estando de vuelta en el regazo de su progenitor, emite ciertos sonidos que captan la atención de los cinco hombres que halagaban tal encantador niño… Kento abre por primera vez sus párpados mostrando sus ojitos oscuros y, lo que distinguen como, una sonrisa con un pequeñito hoyuelo es  exhibida como una promesa de ser aún más extensa y carismática en un futuro cercano. Es en ese momento que la masculinidad de todos va derecho al caño…


Dos corazones sienten estallar en cualquier instante, inundados de una felicidad y euforia desbordante, sus ojos anegados en lágrimas tallan con fuego la primer escena de muchas que atesorarán de esa estará bajo su manto y recibirá en grandes cantidades su afecto durante muchos años. 

Notas finales:

¿Cómo estuvo? ¿Te gustó? ¡JUNJIIIIIIIII! ;o;


Me arrepiento de haber escrito el accidente de Kai, mucho; pero ya está, tampoco quise cambiarlo… Kai TcT


Espero no haberlo arruinado con mi experimento de “narración”.


*huevo: también es una manera de llamar al “Ovulo”, no quise poner esa palabra porque… bueno, se oye feo en un hombre ._. xD


*Ken= sano, fuerte. To= ‘hito’ (hombre, persona), Hombre sano y fuerte, literal. Nombres más feos han leído :v A mí me gusta mucho ;3


“Eso explica su mirada matadora, atravesadora de corazones, incendia cerebros y arrastra almas al averno.” ---Mi frase favorita <3 xD


¿Reviews? Ya saben, son gratis y alimentan la inspiración :3


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