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EL GUARDAESPALDAS por natsuru

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Notas del fanfic:

Vampire Knight y todos sus personajes pertenecen a Matsuri Hino.

Notas del capitulo:

Idea que surgió una tarde de un día XD

Capitulo 1

 

Sentado frente a la barra del bar su cabello plateado refulgía en la tenue luz, con una elegante mano de largos dedos sostenía una copa de tequila. Sobre él una mirada idéntica esperaba que pronunciara palabra. La música no les permitía oír a otros, ni que los oyeran.

 

-Ni-san… ¿Cuántas copas has bebido?- ya desesperado, se apretó el puente de la nariz, sabía que con un par de copas su hermano ya veía doble.

 

-Creo que seis- contestó el aludido apoyando el mentón sobre la barra -No espera, ya llevo diez- se corrigió.

 

-¡¡¡Ja!!!- se burló Ichiru con ganas -si claro, mejor dime para que me llamaste, ¿quieres que te lleve a casa?-

 

-No-

 

-¡¿Entonces qué pasa?! Llegué hace una hora y no has dicho nada- la paciencia era la última de sus virtudes.

 

Zero solo negó con la cabeza mirando cabizbajo la barra.

 

-¿Tuviste problemas en tu trabajo?-

 

-Así es, ese era el problema. Mi trabajo-

 

-¿Era...?-

 

-Aja, bueno es, bueno realmente no fue el trabajo-

 

-No digas nada… te despidieron ¿cierto?-

 

-De hecho si-

 

-Lo sabía ¿a quién golpeaste esta vez?- conocía el temperamento de su hermano, cuando lo sacaban de sus casillas, era mejor rezar.

 

-A nadie Ichi, el problema fue Kuran-

 

-¿Kuran?- pregunto extrañado. -¿Acaso estás hablando de Kuran Rido?-

 

-Claro que no… bueno sí, quiero decir más o menos-

 

-¿Cómo que más o menos?- pensamientos asesinos cruzaron su mente -¡Hey! deja eso ya- peleó un poco antes de quitarle la copa de la mano, Zero alcanzó a tomarse el tequila de un trago.

 

-Ni-san no te entiendo ¿qué tiene que ver contigo el tal Kuran? Creí que trabajabas en un estudio fotográfico-

 

-Ichi yo… perdóname-

 

-¿Perdonarte que?-

 

-Yo… te mentí-

 

-Sobre que me mentiste exactamente- preguntó empezando a enojarse.

 

-No trabajé en un estudio de fotografía… yo fui guardaespaldas-

 

-¡¿QUÉ?!- gritó levantándose de golpe, el aire le faltó en los pulmones.

 

-En Kuran Corp-

 

-Zero ¿estás loco? Ese es un trabajo sumamente peligroso, y si te hubieran disparado o algo ¿Qué hubiera pasado?- le reclamó agarrando las solapas de su camisa.

 

-Nunca pasó nada-

 

-Pero, ¿y si hubiera pasado?- lo sacudió por la camisa.

 

-Pero no fue así-

 

-¡No importa! ¿Por qué lo hiciste?- porqué a mí.

 

-Me pagaron tres veces más- respondió casi en un susurro -Además cada que terminaba mi turno Kain iba por mí-

 

-¿Kain?- frunció el ceño con enojo, después arreglaría cuentas con Kain.

 

-Ichi ese no es el problema- con fuerza logró que Ichiru lo soltara.

 

-De que hablas, ese viejo siempre ha sido perseguido, todo Japón sabe sobre sus negocios sucios, él…- Zero con toda intención le tapó la boca con la mano, logrando enfado en su gemelo, él le contaba todo con tanta calma. Sin embargo, por un segundo Ichiru vio melancolía en su mirada.

 

-No fue Kuran Rido a quien protegí, fue a Kaname- le dijo dejando resbalar su mano lentamente

 

-¿Kaname? ¿Y ese quién es?- preguntó sin poder ocultar sus celos.

 

-Es el sobrino de Kuran-

 

Ichiru tragó en seco, encontrándole rumbo a la conversación. Tenía que terminar con esto ya.

 

-Bueno, ya te despidieron, ya me contaste la verdad y ya no hay nada más que hacer, volvamos a casa- sentenció Ichiru tomando a Zero de la mano y jalándolo con fuerza, solo un paso adelante él lo detuvo en seco.

 

-No quiero-

 

Ichiru tembló un poco, con un dejo de tristeza soltó lentamente la mano de su gemelo. Algo le dijo que su relación con él estaba a punto de cambiar, que ya no sería siempre el número uno, que alguien había conseguido desviar su atención de él. Alguien que ni siquiera sabía que Zero conocía, una ventaja sobre él.

 

Se miraron unos segundos.

 

-Así que Kaname ¿eh?- resignado volvió a sentarse a su lado.

 

-Kaname…- repitió y dejo salir su nombre casi como acariciándolo con los labios -tomar aquel trabajo y conocerlo no significó nada especial- empezó a contar. -Era un niño rico mimado nada más… o eso creí-

 

Ichiru en realidad no quería oír pero ¿Cuantas veces Zero lo había escuchado a él? ¿Cuántas veces lo había aconsejado de la mejor manera? ¿Cuántas veces lo había sacado de problemas? ¿Cuántas veces cubrió su espalda con sus padres? ¿Cuántas? Y hasta ahora ponía atención que quizás Zero jamás quiso cargarle sus propios problemas, para hacer su vida feliz. Nunca había pensado en ello, y ahora, justo ahora que veía por primera vez esa aflicción en él, se decidió a dejarse el mismo en segundo plano y poner a su hermano delante, así como él lo había hecho siempre.

 

Y para agarrar valor levantó la mano y con señas le pidió al barman lo mismo que tomaba Zero, igual y le vendría bien.

 

-Todo era rutina con él. Yo llegaba a su departamento a recogerlo a las seis de la mañana, lo llevaba a desayunar, luego al edificio de la empresa y tenía que estar tras él todo el tiempo, a dos metros de su espalda, si salía tenía que llevarlo a donde fuera, si estaba en su oficina yo estaba tras su asiento, jamás debía separarme de él hasta que regresaba a dejarlo en la misma puerta donde lo recogía, eso me ordenó su tío- al decir la última palabra frunció el ceño con enojo. Para Ichiru eso no pasó inadvertido.

 

-¿Y luego?- preguntó bebiéndose él tequila de un sorbo, haciendo un gesto de asco. ¿Cómo es que Zero se lo bebía como si fuera agua?

 

-Luego… meses después la rutina cambio. Rido lo mando a llamar a su sala de juntas y yo fui tras él como siempre, al llegar a su oficina el tipo lo golpeó en la mejilla, le dijo que era un incompetente por dejar que sus acciones cayeran, lo reprendió frente a toda una mesa de directivos que estaban ahí y a partir de entonces cambiaron muchas cosas- contaba casi inconscientemente a su hermano, haciendo una mueca de disgusto.

 

-¿Qué cosas cambiaron ni-san?- lo alentó a continuar cuando en realidad no quería saber.

 

-A partir de ese día Kuran se volvió exigente y duramente estricto con Kaname, frecuentemente lo golpeaba, sin importarle mi presencia ni la de nadie más y cada vez después de haberlo golpeado lo abrazaba hipócritamente diciendo que lo hacía por su bien, que el mundo estaba lleno de tiburones y él no debía ser carnada- sonrió con ironía, ese sujeto claramente le advirtió que era un tiburón y que a la primera oportunidad lo devoraría. -Jamás oí una queja de Kaname, y empecé a admirar como soportaba al tipo, puso demasiada presión sobre él y aun así él jamás desistió.

 

“Kaname” se repitió Ichiru, ni siquiera lo llamaba por su apellido. Pidió otra copa. Zero entrelazó los dedos y apoyó las palmas en la barra, posó su mejilla sobre ellos y miró a los ojos a su gemelo.

 

-Tiempo después empezó a desahogar la presión sobre él, de maneras muy peculiares, solo yo sabía cómo lo hacía- sonrió de lado débilmente, solo él sabía el “secreto” de Kaname. -Aveces bebía hasta que no podía permanecer en pie y yo terminaba cargándolo prácticamente hasta su cama, al otro día estaba puntual en la puerta como si no hubiera pasado nada-

 

-¿Hasta… su cama?- preguntó con cierto nerviosismo su gemelo.             

 

-Ajá-

 

Se bebió la otra copa de golpe esperando que Zero no agregara nada más, el tequila le quemó la garganta y tosió con fuerza. Un golpe nada cuidadoso en su espalda le devolvió el aire.

 

-¡OYE! Ten más cuidado, recuerda que soy un milagro- protestó Ichiru.

 

-Siempre fui el testigo silencioso de sus desahogos- continuo hablando sin prestarle demasiada atención. -De sus borracheras o sus entrenamientos a media noche hasta que quedaba completamente exhausto, o sus encuentros sexuales con aquella tipa molesta, incluso un par de veces cuando no encontraba como tranquilizarse simplemente lloraba- recordó lo último con un gesto amargo. -Y yo siempre mantuve mi distancia, solo tenía que protegerlo no cuestionarlo, le dirigía la palabra lo necesario- en realidad no conocía mucho de él, jamás le había hecho una pregunta personal o había entablado una conversación normal. Todo fue siempre trabajo, solo era su escudo, su protección.

 

El descontento en el rostro de Zero era más que obvio, algo lo molestaba.

 

-¿Entonces cuál fue el problema?- una ventaja de ser su gemelo era que sabía exactamente que preguntarle a su hermano.

 

-El problema fue que me empecé a cansar Ichi- dijo azotando la copa sobre la barra, pidiendo otra. Ciertamente su voz sonaba cansada, pero estaba muy lejos de ser cansancio físico o emocional, era hartazgo.

 

-¿De qué?-

 

-¡De Kuran!- casi gritó -Me empecé a cansar de la rutina, de ver como golpeaba a Kaname y ver como lo hacía menos día tras día- ahora que lo pensaba no entendía porque Kaname jamás se defendió.

 

-Y… ¿Qué hiciste?- preguntó Ichiru, extrañamente el semblante de Zero cambió; estaba enojado.

 

-¿Por qué crees que hice algo?-

 

-Zero te conozco, sé que hiciste algo ¿Qué fue?- Zero sonrió ante la demanda de Ichiru, nadie lo conocía como él, y no le preguntaba si había hecho algo sino qué había hecho.

 

-Arrojé a Kuran a la pared… antes que volviera a golpear a Kaname- Ichiru procesó lentamente las palabras que acababa de oír.

 

-¡¡¡¿Qué?!!!-

 

-Que lo arrojé a la…-

 

-¡¡Ya te oí!! Quiero decir ¿porque lo hiciste? Ese viejo es peligroso Zero, en serio-

 

¿Acaso Zero jamás había escuchado los negocios sucios de Kuran Corp? ¿Acaso no sabía que estaba en la cima de las telecomunicaciones en Japón por eliminar a sus enemigos potenciales?

 

-Lo hice porque no podía dejar que golpeara a Kaname una vez más, eso me molesta demasiado- finalizó tomando de un sorbo otra copa, sorprendiendo a Ichiru aun cuando ya lo había imaginado.

 

-Sabes para haber hecho algo así debe importarte mucho el tal Kaname- dijo bastante irritado por su misma observación, volteó a ver a Zero.

 

Él lo observó con cierto asombro. ¿Importarle? Si. De hecho Kaname le importaba bastante.

 

-Ni-san tu… tú te has enamorado de Kaname… ¿verdad?- viéndolo a los ojos su tono fue neutro y bajo, aun así él lo escucho.

 

Esa pregunta lo sorprendió aún más y el delirio del alcohol le impidió negarlo. Durante diez eternos minutos lo meditó. Revolvió sus cabellos plateados. Abrió la boca un par de veces intentando decir algo. Al final simplemente asintió.

 

-Así es Ichiru, yo… creo que me he enamorado de Kaname- admitió y cubrió su cara con ambas manos, un poco avergonzado.

 

Ichiru lo vió en sus ojos, no solo se había enamorado. Lo amaba. Apartó la mirada y apretó los puños ¿Cuándo le habían robado a su hermano? De sus ojos sintió las lágrimas queriendo asomarse.

 

-¿Cuándo?-

 

-¿Eh?-

 

No lo volvió a preguntar pero Zero lo comprendió. Que buena pregunta.

 

¿Cuándo se había enamorado de Kaname?

 

¿Cuándo empezó a desear besar su frente al dejarlo en su cama después de que bebiera?

 

¿Cuándo empezó a querer sostenerlo cuando parecía que no podría permanecer en pie de agotamiento?

 

¿Cuándo empezó a enojarse porque estuviera con una cualquiera cuando lo esperaba fuera de un hotel?

 

¿Cuándo empezó a querer consolarlo al verlo por el retrovisor del auto llorando en silencio con los ojos cerrados?

 

Pero sobre todo ¿Cuándo es que Kaname llego a importarle tanto como para impedir que su tío lo golpeara una vez más? No se lo explicaba, simplemente quiso defenderlo del abusivo tipo quien no tenía reparo en golpearlo cuando según él tenía errores. Y algo que lo inquietó bastante fue la mirada que le dirigió Kaname al verlo interceder por él, era obvio que jamás esperó algo así y cuando la seguridad del edificio lo sacaba por la fuerza fue la primera vez que Kaname y él cruzaron una mirada verdadera. “Gracias” tenía escrito en el rostro el castaño. Y Zero sintió impotencia, de no poder hacer nada más, de tener que dejarlo solo ahí. De tener que irse y no poder protegerlo más.

 

-No lo sé Ichi, solo sé que no puedo dejarlo ahí, tengo que volver por él- fue prácticamente una súplica. Un ruego de ayuda.

 

-Entonces vayamos por él- ¿Ichiru estás loco?

 

-¡¿Qué?!- volteó como rayo al oír aquello.

 

-Que vayamos por Kaname- ¿Qué demonios dices?

 

-¿Hablas en serio?- como si hubiera visto un milagro sus ojos se iluminaron.

 

-Por supuesto que sí- Aunque me duela prefiero mil veces verte feliz. Aquella sonrisa de medio lado que lo hacía parecer un ángel pintó su rostro. Tenía el mejor hermano del mundo.

 

-Gracias- le dijo al oído al lanzarse a abrazarlo.

 

-Está bien ya suéltame que me gasto- protestó sonriendo también.

 

Zero sacó unos billetes, los dejó en la barra sin esperar cambio y se lanzó al estacionamiento junto con su gemelo. Subieron a su auto y emprendieron camino al departamento de Kaname. La noche era fría.

 

Ya en camino, Ichiru observó a Zero, parecía distante mirando por la ventana, mordiendo su labio.

 

-¿Qué pasa?-

 

 

-Si él no siente lo mismo ¿Qué voy a hacer?-

 

 

-No lo sabremos hasta estar ahí. Pero… si pasa cualquier cosa Zero apóyate en mí- pase lo que pase, estaré contigo.

 

-Gracias- instintivamente Zero tomo la mano de su hermano y la besó.

 

Minutos después ambos hermanos estaban frente a la puerta de Kaname, Zero tomo aire y tocó. No se escuchaba nada. Tocó por segunda vez. Ni un sonido provenía de adentro.

 

-Talvez no ha llegado, a lo mejor…-

 

-Siempre está aquí a esta hora- lo interrumpió consternado ¿Y si le había causado algún problema? De ser así lo mejor sería irse y no darle más molestias de las que tenía. -Vámonos, es mejor no volver- muy a su pesar dio la vuelta para irse, sin escuchar los argumentos de Ichiru, ignorando su propio dolor, por el bien de Kaname.

 

Salieron de prisa del edificio y Zero hecho un rápido vistazo al parque frente al edificio. Una corazonada hizo acelerar su corazón. A Kaname le gustaba ir a tomar aire ahí, aveces en la noche, aveces de madrugada, no tenía horario para ello. Caminando despacio llego a una banca frente a la fuente. Y ahí estaba, sentado con su elegancia característica, como si no sintiera el frio helado que anunciaba el inicio del invierno, con solo una camisa blanca y su pantalón de vestir. Al escuchar pasos Kaname volteó y al ver al peliplateado una sincera sonrisa se dibujó en su cara y sus ojos resplandecieron de felicidad, felicidad que Zero jamás vio en él durante los meses que cuidó su espalda. Frente al él alzó una mano y aparto sus cabellos de su frente para apreciar su bella mirada color vino.

 

-¿Qué haces acá?-

 

-No sé yo… pensé que vendrías- pareció que apenas se daba cuenta de aquello.

 

-Sonríes-

 

-Tiene tiempo que no lo hago-

 

-¿Vendrías conmigo?- se aventuró a preguntar, sin temor, sacándose la chaqueta.

 

-Por supuesto-

 

Kaname se levantó y Zero lo cubrió del frío, un segundo después lo abrazó con afecto. ¿Acaso estaban destinados a conocerse? A partir de ese momento Zero se prometió protegerlo, no por deber, sino ¿Por qué no decirlo? Por amor.

Notas finales:

Hola a todos :D este oneshot lo escribí hace unos meses, lo publico en lo que acabo de escribir el siguiente capítulo de Come Home, quiero pedirles que por favor esperen un poco más el próximo capítulo, de verdad estoy trabajando en el. Muchas gracias por leer este pequeño fic, espero sus reviews y espero que les guste. Cuidense mucho.


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