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Deseo de cumpleaños. por Maby de Sagitario

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Notas del fanfic:

Mi primer oneshot, dedicado por el cumpleaños del arquero al cual considero uno de los caballeros más fuertes y bondadosos.

Aparte de que pronto es mi cumpleaños y de aquellos que cumplieron y van a cumplir nacidos bajo este signo.

Notas del capitulo:

Enfocado en un universo alterno.

Deseo de cumpleaños.

A diferencia de otros días, Aioros se levantaba a las ocho de la mañana, pero ese día justamente se había levantado dos horas antes...
Un pariente le diría que se había vuelto loco, qué había bebido la noche anterior o algo por el estilo.

Descorrió la cortina, abrió la ventana de su modesta habitación y se asomó a ver el nuevo día que al parecer estaría fresco perfecto para caminar un buen rato.
Estaba contento, era su cumpleaños y pretendía disfrutar ese día al máximo así sea que no le hagan un "fiestómetro", por lo menos que se acuerden de su onomástico.

Los pasos en el pasillo alertaron sus sentidos, oyó la puerta abrirse, topándose con sus padres y hermano menor quién sostenía un pequeño pastel con el número de velas correspondientes al número de años que cumplía.

—¡ Feliz cumpleaños, hermano!

—¡ Feliz cumpleaños hijo!—dijo la madre abrazándolo con efusividad.

Su padre que permaneció hasta esos momentos en silencio, le entregó un sobre cerrado, pero antes de abrirlo tenía que soplar las velas.
 
—pide un deseo.

—sí, Aioros.

El cumpleañero asintió con una sonrisa, cerró los ojos y pidió su deseo luego apagó las velas.

—¿ Qué pediste hermano?—preguntó curioso Aioria.

—eso no se pregunta—reprendió la madre.

—pero mamá....

—¡ Nada! Cuando te toque a ti, Aioros no preguntara nada—sentenció la madre.

—¿ Puedo abrirlo?—preguntó el cumpleañero.

Su padre asintió entusiasmado, el joven con 28 años recién cumplidos desprendió con sumo cuidado la tapa del sobre y sacó algo que al parecer eran boletos o entradas...

—s-son m- membresías al club de tiro con arco.

Sus piernas flaquearon al recibir ese tan ansiado regalo, desde hacía algún tiempo añoraba practicar ese deporte que le llamaba la atención, pero a falta de tiempo y dinero no podía ingresar. Era el mejor regalo, si bien el cariño de su pequeña familia lo confortaba, había algo que le faltaba... Y era Shura, su novio de la adolescencia y el cual estaba en un viaje de negocios y no regresaría hasta después de unos días.

—¿ Qué pasa, Aioros?—preguntaron sus padres al verlo distraído.

Aioria sabía las razones de por qué su hermano se puso así de repente, pero dejaría que él decidiera si lo decía o se lo guardaba .

—nada, es que es el mejor regalo—dijo volviendo a sonreír.

—en ese caso—aplaudió la madre—te esperamos en el comedor.

—sí, me asearé y me cambiaré. No tardo.

Ya en la ducha, su mente rememoró el instante en que con mucho pesar, Shura le comunicó que no pasaría a su lado su cumpleaños.


Flahsback.


Se habían citado en una cafetería cercana al trabajo de Shura.
El castaño llegó al lugar en la hora de almuerzo, Shura estaba sentado en una de las primeras mesas con la mirada fija en varios papeles. Tomó asiento frente suyo en tanto Shura abandonaba los papeles para dedicarle la atención a Aioros.
—Aioros yo...—comenzó titubeando y preocupado.
Le alarmó verlo preocupado, Shura no era de los que se inmutaba por nada ni por nadie a excepción de oír mencionar a los padres de su novio a los cuales no conocía.

—¡ Lo siento!—tomó sus manos entre las suyas—me hubiera encantado pasar contigo tu cumpleaños, pero no se puede.

—¿ Como qué por qué no puedes? Shura tú me...

—lo prometí, pero Saori se le ocurrió mandarme de viaje por que una de las agencias está casi en el abismo_aferró más su agarre en las manos pues Aioros trataba de zafarse—ya no depende de mi
.
Quería llorar, percibía que inventaba una excusa para no conocer a sus padres, sentía que Shura no quería compromisos. O peor aún, que ya no le gustaba y por eso trataba de decirle que terminen.

—no voy a terminar contigo, Aioros.

Él agachó la cabeza un poco avergonzado, los cafés que habían pedido quedaron olvidados y hasta se enfriaron, si bien le aclaró que no deseaba poner punto final a la relación ¿ Cuanto tiempo resentiría de su ausencia? ¿ Hasta cuando se verían a escondidas?

Todo eso pensaba mientras Shura se acercaba discretamente a su rostro y le regala un suave y casto beso que erizó cada centímetro del castaño, las personas a su alrededor desaparecieron, es más ni siquiera se percataron de aquella muestra de amor sincero.

—sino fuera por ese estúpido viaje, me quedaría a tu lado y conocería hoy mismo a tus padres—comentó sin despegar sus orbes de las azules de Aioros.

—te extrañaré.

—yo más.

Esas fueron la últimas palabras, al día siguiente Shura le mandó un mensaje de texto diciéndole que ya viajaría y que estarían comunicándose por medio del chat.
Sólo le mandó un seco " está bien" y luego se refugió en la soledad de su habitación.

Fin flashback.

Al salir, revisó la bandeja de entrada de su celular, ningún mensaje de su parte, bueno en cierta forma era muy temprano así que se vistió y bajó al comedor donde aguardaban sus padres y Aioria.
 
—¿ qué haras hoy, hermano?
—no lo sé campeón ¿ qué propones?
—podemos irnos con los muchachos....—se calló abruptamente al ver la amenazadora mirada de su madre.
—ni lo pienses.
—pero mamá...
—no quiero verlos llegar arrastrándose uno al otro a las tres de la mañana, ¡ he dicho!
—ya oíste a mamá, nada de licor.
Aioria asintió con un gracioso puchero en tanto se llevaba un trozo de tocino a la boca, a pesar de que tenía 21 años aún su madre lo trataba como un nene de 15 años, pero era con razón por que Aioria no era prudente con el alcohol y a veces sus amigos parranderos lo traían a rastras pasados de las cuatro de la mañana.
—entonces celebremos con juguito de naranja—dijo levantando un vaso con el mentado líquido en su interior causando las risas de sus padres y hermano.
—sí, brindemos.....
                                                                                                      
                                * ***************
La alarma de la agenda de su teléfono sonó, sabía por qué, era el recordatorio de que ese día Aioros cumplía años y no estaba a su lado. Vio la hora casi las siete de la mañana, tenía que estar en la oficina de la sucursal de las empresas de Saori Kido a supervisar el trabajo de los empleados que laboraban en esa agencia.
Lo llamaría en la hora de almuerzo, sólo esperaba que no lo mandara al "carajo", más era una presunción por que Aioros no era de las personas que se enfadaban fácilmente.
Se dio una ducha rápida, tomó una taza de café para estar más despierto, se cepilló los dientes nuevamente pues ya lo había hecho minutos antes y salió rumbo a la dichosa oficina.
Con el paso de las horas empezó a sentirse intranquilo, le faltaba algo.
De repente su celular sonó, vio en la pantalla, se trataba de Saori, bufando molesto le contestó.
—diga señorita Kido.
La mujer comenzó a decirle los motivos de su llamada, a cada palabra el semblante de Shura graduada en su expresión hasta que una sonrisa se dibujó en sus facciones.
—se lo agradezco señorita, buscaré en mi teléfono el número del boleto de avión.
La mujer le decía que gracias a su trabajo la agencia pudo demostrar que es capaz de llegar al presupuesto requerido por sus superiores y que podía regresar a casa y tomarse unos días de vacaciones.
Al cerrar la llamada, recogió los papeles de reportes y se los entregó con una indescriptible felicidad a la secretaria recepcionista que lo miró cara  de extrañeza pues Shura en todo el tiempo mostraba a una actitud estoica y un poco intimidante que impedía entablar una conversación aparentemente.
Fue al hotel donde tenía su equipaje, guardó las cosas que había sacado, buscó en su celular el código del boleto de su avión y cuando lo halló emprendió el camino en dirección hacia el aeropuerto.
Era de noche cuando llegó finalmente, revisó su celular y halló varias llamadas del hermano de Aioros, seguramente los padres le habían organizado un pequeño agasajo y lo llamaba para invitarlo seguramente.
Le escribió un mensaje.
" Hola Aioria, no pude contestar estaba en el avión"
Respondió a los pocos segundos.
"qué bueno que hayas llegado, estamos organizando una mini reunión"
" pero y Aioros..."
"no se imagina que has regresado, por lo tanto puedes venir como sorpresa"
" no sé la dirección de tu casa"
Aioria le pasó la dirección de su casa.
"temo que no quiera recibirme."
" ya tranquilo, es su cumpleaños y se alegrará al verte"
" está bien... iré"
Mandó ese último mensaje antes de tomar un taxi que lo dejaría en casa de Aioros.
En tanto en la casa de Aioros.
Habían algunos amigos de Airos y Aioria que también eran amigos del cumpleañero conversando entre ellos, bebiendo ponche, comiendo bocaditos y bromeándose. Los adultos se hallaban en el otro ángulo de la casa.
Aioros quería llamar a Shura, no era lo mismo sin su presencia, pero si se desaparecía un rato sería muy descortés de su parte hacia sus invitados.
—¡ Hola! ¿ eres Aioros?
Se volteó ante el sonido de la voz, un muchacho de larga caballera rubia lacia y ojos azules cielo, según Aioria aquel joven le parecía el más hermoso del universo, pero no encontraba una forma de cómo declarársele, su hermano menor era muy tímido.
—¡ hola! tú eres Shaka ¿ verdad?
—sí, tu hermano me invitó, por cierto muy bonita tu casa y el agasajo.
—¡ oh! me halagas.
—¿ ya pediste tu deseo de cumpleaños?
Le pareció extraña la pregunta, pero por educación la respondería.
—claro ¿ por qué?
Shaka emitió una sonrisa enigmática.
—porque al ser un deseo de cumpleaños, se cumple.
—¿ tú crees?
El rubio asintió con seguridad.
Un taxi se estacionó frente a la casa, Shura bajó apresurado del vehículo, pagó el precio acordado y se dirigió a la puerta donde se hallaba Aioria esperándolo con los brazos cruzados, que al verlo exhaló un suspiro de alivio.
—entremos, ya mismo le cantan el feliz cumpleaños.
—si.
Al entrar un silencio se formó, Aioros extrañado volteó a ver la razón de por qué topándose con que su hermano venía junto con Shura, era un sueño....
—S-Shura ¿ qué- qué hacesss aquí?
—Saori me liberó hoy.
—yo creí...
—sé que te dije que no estaría, pero algo quiso que ese trabajo terminaría hoy, podría olvidarme de cualquier cosa menos de tu cumpleaños.
Nuevamente todo desapareció de su alrededor, hasta las miradas sorprendidas de sus padres que ignoraban que su hijo mayor tenía un novio al que recién conocían.

El deseo de cumpleaños de Aioros había sido que Shura regresara pronto, si bien no exactamente el día de su cumpleaños aparte de que no era tan afecto a algunas creencias, pero la tradición reza de que debes pedir un deseo cuando cumples años pues se tiene la certeza de que se cumplirá.







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