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El hijo de mi jefe por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Yugi-oh! Y sus personajes no me pertenecen. Si fuera así Yami no se hubiera ido y terminaría estando con Yugi, igual que Ryou con Bakura y Malik con Marik.
Además Tea se iría al tártaro por p*rr* xD.
Denle like a mi página de face, se los agradecería un montón, allí se entraran sobre los fics que subo y cuando actualizo, también subo imágenes de Yugioh =3
https://www.facebook.com/pages/DanyNeko/786629491430778?ref=hl

─Finalmente acabó ─suspiró un hombre de cabellos azules hasta los hombros, amarrados en una coleta.

─ ¿Qué tal la reunión, señor? ─lo recibió un muchacho de cabello blanco, alborotado. Piel clara y ojos caoba, vestido con una camisa negra

─Extenuante Bakura, pero bien a fin de cuentas ─le respondió el mayor, recibiendo la taza de café que su asistente le tendía. Bakura trabajaba con él durante sus vacaciones como asistente personal, era un chico bastante extrovertido pero era determinado y siempre activo ─gracias muchacho, regresemos a mi oficina.

─Sí, señor ─caminó junto al hombre.

-o-

Al regresar a las oficinas del mayor les extraño no encontrar a Miho, la secretaria, en su puesto. El mayor tomó sus llaves para entrar pero la puerta estaba entreabierta por lo que pasó sin más.

Bakura se sorprendió enormemente al encontrar un chico algo parecido a él sentado en la gran silla tras el escritorio de la habitación, aunque sus ojos eran los más hermosos y amables que había visto en sus 17 años de vida, su cabello aparentaba ser suave como las mismísimas nubes, una bella sonrisa se plasmaba en su rostro y sus mejillas tenían un tenue rosado natural muy llamativo a sus ojos.

El chico estaba sonriendo y charlando con Miho, la cual estaba medio recostada en el escritorio, parloteando sin parar como era su costumbre.

Su jefe soltó un carraspeo ─Ryou.

¿Ryou? ¿Ese era el nombre de esa bella criatura? Parecía un ángel en persona.

─Oh ¡Padre! ─notó el menor, desviando la mirada al peli-azul ─bienvenido ¿cómo estuvo la reunión?

La chica miró apenada a su jefe, parándose derecha y arreglándose la ropa ─señor.

─Cansada Ryou, pero fructífera ─se sacó la chaqueta ─ ¿entiendes por qué te dije una vez que me recordabas a mi hijo? ─le susurró a Bakura ─hijo, ven, quiero presentarte a Bakura, mi asistente.

Hasta entonces Ryou se fijó en su semejante, intensificando el rosado de sus mejillas ─ah, hola… Ryou Motou, un gusto ─se levantó para caminar hacia Bakura.

─Soy Ba-Bakura Thief ─le respondió él ─es un placer ─tendiéndole una mano.

Cuando sus manos se tocaron ambos tuvieron una sensación muy peculiar, como si una leve descarga de electricidad les rodeara el cuerpo ─sí, lo es ─susurró el menor, soltando lentamente su mano ─padre, ya terminé con el favor que me pidió ─informó, señalando la portátil que yacía en una mesita del lugar.

─Ah, gracias hijo ─le alborotó un poco el cabello con la mano, provocando que Ryou frunciera un poco el ceño mientras se lo acomodaba ─creo que saldré a almorzar antes de ir a comprar lo que hace falta ─reflexionó, tomando de un cajón de su escritorio una larga lista en un hoja de papel ─ ¿quieres almorzar conmigo? ─le dijo a su hijo.

─Ya comí, gracias ─movió su mano en el aire ─lo esperaré aquí si no le importa.

─Bien, Miho ya puedes irte si gustas.

─Ah, sí señor ─hizo una reverencia ─hasta la próxima semana ─se despidió también de los albinos ─espero volver a verte pronto Ryou ─le sonrió coqueta a lo que Bakura frunció el ceño, Ryou simplemente se despidió con un además de su mano.

─Hijo ¿Qué hacían ustedes solos? ─le preguntó el peli-azul al chico.

Ryou se ruborizó de pena mientras Bakura se sentó en el sofá.

─ ¡No pienses lo que no es! ─regañó avergonzado, luego soltó un suspiro, dejándose caer de nuevo en la silla y llevándose una mano a la frente ─no quiero ser grosero pero esa chica es intensa… no me dejaba tranquilo ─removió el flequillo de su frente y se arrecostó mejor en su sitio.

─Jajaja ─su padre solo puso soltar una ligera risa que avergonzó a su hijo y Bakura ya no podía apartar su vista del menor.

─Por cierto ─Ryou miró al ventilador que mantenía fresca la habitación ─el aire acondicionado se averió y el técnico no vendrá hasta el lunes ─informó, agitando el cuello de su camisa que tenía tres botones desabrochados.

─Ya decía yo que hacía algo de calor ─dijo el mayor ─ ¿entonces me esperarás aquí? ─preguntó mientras tomaba algunas cosas ─me tardaré al menos dos horas.

─Está bien, no se preocupe ─reafirmó.

─Bakura, si quieres puedes irte también, gracias por acompañarme.

Bakura se sobresaltó al oírlo, luego regresó sus ojos a Ryou, quien lo miraba de pies a cabeza con sus ojos brillantes. En cuanto sus ojos se cruzaron el menor le dedicó una sugerente sonrisa traviesa mientras sus manos seguían agitando su camisa, dejando ver parte de su piel lechosa.

─No señor, yo… aún me faltan unos documentos que ordenar ─se excusó ─me iré en cuanto terminé con eso.

─ ¿Seguro? Puedes hacerlo el lunes ─ofreció.

─Descuide, prefiero terminar con eso hoy ─insistió.

─Si es lo que quieres ─se encogió de hombros ─le harás compañía a mi hijo… pórtate bien y ten cuidado Ryou ─dijo mientras se iba.

─ ¿No lo hago siempre? ─sonrió y parpadeó tres veces con un carita de inocencia que hizo estremecer a Bakura ─tenga cuidado padre, nos vemos al rato ─lo despidió, moviendo su mano.

El peli-azul finalmente salió del lugar.

Bakura se dirigió a un archivador metálico en una esquina de la oficina, algo nervioso y sin saber muy bien que hacer al encontrarse a solas con ese lindo chico que, con tan solo unos segundos le había hecho saltar el corazón. Ryou tomó su teléfono y se lanzó bocabajo al sofá, siempre sin sacarle la vista de encima a Bakura.

─Así queee… trabajas con mi padre ─inició él.

─Ah, sí… durante mis vacaciones ─respondió el mayor, tomando algunas carpetas.

─ ¿Vas a la preparatoria?

─Sí, segundo año ─respondió ─ ¿y tú?

─A primero ─respondió ahora, revolviéndose sobre el sofá, atrayendo la mirada del mayor ─ ¿Qué edad tienes?

─17 ─caminó hasta una estantería para sacar unos fólderes y guardar los documentos que había cogido antes.

─Yo tengo 16 ─dijo Ryou ─ ¿y tienes novia? ─curioseó.

Bakura lo miró de reojo ─no ¿y tú? ─sonrió de lado.

Ryou sonrió en respuesta, levándose para regresar al escritorio de madera oscura, sobre el cual se sentó de piernas cruzadas con elegancia ─para nada.

Bakura guardó de nuevo aquellos fólderes y luego se acercó al menor ─ ¿y qué has venido a hacer aquí? ─consultó, recostándose al borde del escritorio a su lado.

─No tenía nada que hacer así que pensé ayudar un poco a mi padre con su trabajo ─se encogió de hombros ─y creo que fue excelente idea ─dijo sugerente, acercando su rostro al del mayor.

Bakura afiló su mirada en él ─ ¿Sí? ¿Por qué lo dices? ─le siguió el juego, pasando lentamente una mano por  su cintura para acorralarlo contra el escritorio.

─Porque pude conocerte ─Ryou abrió sus piernas para que Bakura se acomodara mejor entre ellas y pudiera acercarse más a su cuerpo.

─Oh, entonces fuiste muy afortunado  ─le tomó el mentón con una mano ─ ¿Qué quieres de mí? ─dejó sus rostros a tan solo centímetros de distancia.

─Ahora mismo puedo pensar en varias cosas ─le regresó, moviendo sus labios de lado a lado frente a su boca, tentándolo.

─Ponme un ejemplo.

─Bésame ─mandó.

─A la orden ─Bakura junto sus labios dulcemente, acariciando la dulce boca que se le ofrecía. Los labios de Ryou eran suaves y deliciosos, perfectos para su gusto… un verdadero manjar para su boca por lo cual su lengua no tardó en colarse a la cavidad ajena, degustando la dulce saliva.

Ryou levantó sus brazos hacia el cuello de Bakura para acercarlo más a sí mientras su lengua correspondía al bailoteó de la ajena en su boca.

─ ¿Qué tal? ─se separaron para respirar, dejando un hilo de saliva y sus respiraciones agitadas.

─Admito que… nunca un beso me había dejado así de.. agitado ─alagó.   

─ ¿Agitado?

─Prendido… caliente… ¿Qué adjetivo te gusta más? ─Ryou pasó su lengua por la mejilla derecha de Bakura, antes de dejar un beso allí.

─Y yo puedo decir que nunca eh probado un boca tan deliciosa como la tuya ─le regresó el cumplido, apresando más su cintura.

─Ansío descubrir… que tanto más puedes hacerme sentir con esa exquisita boca tuya ─Ryou le lamió los labios mientras rodeaba con sus piernas la cadera del mayor.

Bakura sonrió con malicia ─no sabes lo que dices… te haré perder el sentido ─prometió.

─Hazlo… enloquéceme por ti… y yo te prometo la mejor tarde de tu vida ─le acarició el cuello con las manos.

─Esa propuesta se oye interesante ─Bakura volvió a besarlo.

─Ponle seguro a la puerta, no quiero interrupciones ─le pidió el menor, retirando sus piernas de las caderas ajenas.

Bakura lamió su mejilla como Ryou le hiciera antes, luego caminó hasta la puerta para asegurarla, mientras tanto Ryou retiró el listón celeste que recogía su cabello en una coleta baja, dejando que callera como una cascada de leche por su espalda.

Bakura regresó de inmediato al escritorio, siendo bien recibido entre las piernas del menor ─ven aquí, nene ─tomó la floja corbata vino-tinto que acompañaba la informal camisa negra de Bakura, jalándolo para volver a juntar sus bocas en un desaforado beso.

─ ¿No tenías calor? ─entre beso y beso Bakura empezó a desabrochar los últimos botones de la camisa azul de Ryou, exponiendo por completo su pecho. La prenda terminó en el suelo de la oficina antes de que el menor le deshiciera la corbata y levantara la playera para que siguieran el mismo camino de su camisa.

Encantado con el marcado cuerpo que tenía delante Ryou deslizó sin recato sus manos por los hombros, brazos y pecho de Bakura, acariciándolo con sus dedos y uñas la piel clara.

Sus bocas chocaban y sus lenguas se buscaban sin descanso mientras sus manos recorrían con ardor el cuerpo ajeno, acariciando cada centímetro. Bakura jugueteaba con los pezones de Ryou mientras este le arañaba con ligereza los hombros y la espalda.

En una de esas Bakura desvió sus labios por la mejilla del menor, besando su oreja y bajando por el cuello, cuando lamió aquella zona Ryou se aferró más a él, moviendo sus caderas contra las de Bakura.

─Humm, parece que tu cuello es sensible ─ronroneó a su oreja.

─Quizás ─susurró el menor.

─ ¿Te gusta que te bese el cuello? ─succionó su piel con algo de fuerza.

─Me gusta que lamas mi cuello ─corrigió, ladeando la cabeza para exponer más su cuello a lo que Bakura respondió con gusto ─ ¡Ahhh Ahhhh Nmmm!

─Gimes como un gatito, que voz tan encantadora ─le dijo al oído, entre lamida y lamida.

─Calla ─Ryou se removió en su lugar, separando un poco a Bakura de sí para empezar a esparcir besos por sus pectorales hasta dar con uno de sus pezones, el cual besó y lamió con delicadeza mientras una de sus manos arañaba su abdomen, bajando hasta encontrar el cierre de su pantalón.

Frotó por encima de la tela el prominente bulto sintiendo como Bakura se empujaba instintivamente contra él mientras tomaba en su boca el otro botoncito endurecido.

Bakura gimió al sentir las manos de Ryou en su pantalón ─eso es ─con premura soltó el botón y bajó el cierre, metiendo sus manos por entre las prendas del mayor para ir bajándolo junto a su bóxer gris, acariciando de paso los firmes glúteos del mayor ─quiero sentirte.

─Con gusto ─Bakura terminó por desnudarse, sacándose los zapatos a patadas ─ven aquí, lindo ─le dio un beso mientras le sacaba los tenis y desabrochaba su pantalón ─tengo muchas ganas de ti… nunca había conocido a nadie que me pusiera tanto como tu ─tal como Ryou, el mayor se apresuró a desvestirlo para que ambos quedara en igualdad de condiciones.

─Permíteme devolverte el cumplido, nadie antes a creado en mi esta necesidad… este deseo de estar con alguien ─Ryou se acercó más a Bakura, frotando ambas erecciones ya sin prendas de por medio, mordisqueando el cuello de su amante ─ ¡ahhh Bakura!

─ ¡Ohh sí… así, Ryou! ─aferró su cintura entre sus manos para acelerar el roce y le plantó un beso.

Bakura bajó su boca por la pálida piel, besando aquí y allá, dejando marcas y chupones que señalaban ese divino cuerpo como su propiedad. Acarició los muslos sonrosados con sus manos hasta que su lengua dio con la entrepierna del menor. Ryou soltó un chillido de placer cuando la ávida lengua recorrió su longitud.

─Te dije que te haría perder el sentido, hermoso ángel ─llevó uno de sus dedos a la apretada entrada para prepararlo mientras la viven de su boca el distraía de las posibles incomodidades.

Ryou se echó para atrás, apoyando ambas manos en la mesa de madera con los ojos abiertos de par en par, al igual que su boca. Bakura le levantó una pierna por sobre su hombro para tener mejor acceso a su entrada, moviendo ya dos dedos en forma de tijera.

─Ahh, Ahhh Ba-Bakura ─Ryou gemía y jadeaba agitadamente, presa de un placer que nunca antes había experimentado ─ohh sí ¡Asi Bakura! ─enredó sus dedos en la alborotada cabellera del mayor, acariciándolo para tratar de demostrarle cuanto disfrutaba sus atenciones. Sus piernas temblaban levemente y su abdomen se contraía por los corrientasos de placer y lujuria que le estremecían el cuerpo ─eres-eres grandioso ─se mordió el labio inferior, queriendo acallar sus incontrolables gemidos de deleite.   

─Y tú eres delicioso ─subió a besarlo en los labios ─dime ¿dónde quieres? Vamos al sofá o prefieres hacerlo aquí en el escritorio.

─Aquí, ya después nos las apañamos ─le respondió presuroso.

─ ¿Te he dicho que me encantas? ─Bakura lo recostó sobre el escritorio y se acomodó sobre él, apoyando ambas manos a cada lado de su rostro mientras sus cabellos caían a los lados del suyo como una cortina.

─No, pero es lindo oírlo ─le sonrió ─anda, hagámoslo ─intentó tímidamente tomar una de la manos de Bakura con la propia a lo que el mayor no opuso resistencia.

Bakura se inclinó más sobre él ─si te duele mucho dímelo ─le dijo con suavidad ─y muérdeme si eso te hace sentir mejor ─añadió, besando su frente con ternura.

─Adelante ─se besaron dulcemente y Bakura se acomodó para adentrarse en el delicado cuerpo de Ryou ─Nmm ky-kyaaa ─Ryou trató de mantenerse quieto pero el dolor era punzante y le provocaba arquear la espalda.

─Ryou.

─ ¡No te detengas! ─le dijo decidido ─estoy bien, solo… sigue.

Bakura le besó el rostro tiernamente, apretando sus manos entrelazadas ─Sí ─besó sus labios terminó de entrar.

─ ¡Ahhhhh! ─Ryou enterró las uñas de su mano libre en la espalda de Bakura antes de morder su hombro ─duele ─susurró ahogadamente.

─Perdóname.

─Solo… espera un poco ─Bakura asintió y se dedicó a lamer su cuello… a consentirlo un poco para que se olvidara del dolor hasta que fue el propio Ryou quien empezó a mover las caderas, indicando que se sentía mejor ─Bakura ─acarició los rasguños que le había hecho.

El vaivén de caderas comenzó, Bakura embestía suavemente a Ryou mientras este seguía su compás que imponía, sintiendo como esa punzada en su abdomen bajo iba desapareciendo para dar paso al mero deleite y goce.

─ ¿Se siente bien, Ryou?

─Sí, ahhh… así Bakura.

─Ven lindura ─Bakura lo tomó por debajo de los muslos y lo levantó, haciendo que este le rodeara con sus piernas.

─ ¡Ah ¿qué haces?!

Bakura fue a sentarse en la silla del padre de Ryou, acomodando a su amante a horcajadas suyas ─móntame hermoso ángel… enséñame esa pasión que ocultas.

Las mejillas de Ryou se colorearon en el acto, sin embargo no se lo pensó dos veces puso sus manos en los hombros ajenos como punto de apoyo y, con las rodillas en la silla, empezó a saltar sobre Bakura.

─ ¡Arggghhhh! Eso es, así ─Bakura apretó su cadera con una mano mientras que con la otra acariciaba su trasero, apretándolo a su gusto ─eres tan estrecho, tan… cálido ─succionó su cuello con fuerza ─tu interior se siente… tan bien.

─ ¡Ahhh ahhhhh! ¡Moooo-más fuerte… Bakura, más fuerte, por favor! ─a pesar de que le dolían un poco las rodillas por la postura Ryou no se detenía ni disminuía su vaivén ─se siente… tan bien ¡tenerte dentro mío se siente tan bien! ¡¡Bakura, más… quiero más de ti!

Bakura sonrió con malicia ─será un placer ─salió de su interior y lo levantó en brazos para llevarlo al sofá, allí lo tumbó bocabajo y se acomodó encima para penetrarlo de golpe, haciéndolos gritar de placer. En esa posición Ryou se sentía más estrecho.

─Ahhhhh Ahhhhh Asíiiii ─Ryou se aferró con sus puños a las cojines del sofá, moviendo su caderas hacia arriba con fuerza cada que Bakura se empujaba contra él ─justo allí ¡Bakura, que bien se siente! ─parecía que el mayor había dado con el punto de placer de Ryou ─ ¡¡No te detengas, deseo todo de ti!!

Ryou no se contenía en gritar, demostrando el placer que Bakura le provocaba. Sin embargo de un momento a otro… se detuvo.

─ ¡Bakura! ─chilló insatisfecho.

─ ¿Quieres que siga? ─jugó con él.

─ ¡Sí, por favor!

─Quiero que salgas conmigo ─le dijo al oído.

─ ¿Eh? ─el menor se descolocó. Giró su cabeza para ver a los ojos a Bakura.

─No quiero que esto sea un único encuentro fugaz ─le susurró ─si aceptas salir conmigo uno de estos días, seguiré.

─Que chantajista ─acusó con una sonrisa.

─Solo cuando algo me interesa ─le respondió, besando su nuca y hombros ─tu decides ─se movió lentamente hacia afuera.

─ ¡Sí, sí! ¡¡Todo lo que tú quieras, pero sigue, por favor!! ─suplicó, moviendo sus caderas.

─Espero que recuerdes tus palabras ─lamió el borde de su oreja y lo tomó de las caderas ─ven lindura ─se arrodilló, obligando a Ryou a ponerse en posición de perrito ─te enseñaré lo loco que me has vuelto por ti ─y sin esperar más, empezó a embestir contra él con fuerza.

─ ¡¡¡Arrrgggggg!!! Dale, más fuerte Bakuraaaaa ─gemía Ryou, echando la cabeza hacía atrás.

─Eres mi delirio… tu-tu ¡¡Awwww!! ─mordió su cuello con algo de fuerza, dejando la marca de sus colmillos en la pálida piel ─me gustas Ryou.

─Y tú a mi…  ¡Ah! Me vuelves loco, Bakura ─Ryou contrajo sus músculos internos por el placer, se sentía al borde de la locura ─n-no aguanto más.

─Y-yo tampoco… estás tan apretado ─Bakura se empujaba con más fuerza pues la entrada de Ryou se sentía más estrecho y le complicaba el avance ─ ¡Ry-Ryou!

─ ¡¡Bakuraaaa!! ─ladeó la cabeza, ofreciendo su boca a su amante.

─ ¡¡Ryouuu!! ─Bakura gritó en su liberación, dejando correr su esencia en el interior de Ryou, antes de plantarle un beso.            

-o-

─Ya regresé Ryou, perdona si me demoré… ¿te aburriste mucho? ─preguntó el peli-azul, entrando tranquilamente en su oficina ─ah, qué ¿Bakura?

El hombre se extrañó de ver que su hijo estaba recostado a lo largo del sofá, con su cabeza en el regazo su asistente y dormido mientras que Bakura mantenía una mano en el cabello del menor mientras con la otra manejaba la portátil a un lado suyo.

─Ah, Hola jefe ─saludó el albino amablemente.

─Pensé que ya te habrías ido… ¿le sucedió algo a Ryou?

─Oh, no señor, estuvimos viendo una película y su hijo se quedó dormido… simplemente lo acomodé para que descansara mejor.

─Ya veo… es impresionante ─musitó, ganando la atención de Bakura ─Ryou no suele llevarse mucho con las personas, y el hecho de que se quedara dormido en tu presencia me dice que se llevaron bien.

─Sí, Ryou es muy amable y es un chico agradable ─dijo sincero ─ ¿le molestaría si… no sé, alguna vez salimos a pasear o algo así? Me gustaría conocerlo mejor ─sonrió viéndolo.

─Por el contrario, me sentiría feliz de que fueras amigo de mi hijo ─le sonrió ─no quisiera despertarlo pero hay que ir a casa.

─Yo puedo llevarlo si quiere ─casi sin esfuerzo, Bakura acomodó a Ryou en su espalda luego de apagar la computadora.

─Gracias.

─ “De ahora en adelante… tu y yo tendremos mucho por vivir… juntos”      

Notas finales:

Fin.

¿Qué les parece este ‘pequeño’ one-shot? Se me ocurrió ayer por la noche y lo escribí durante todo el día de hoy entre que salía, cocinaba, y hacía otras cosas, finalmente pude terminarlo hoy mismo.

Espero que lo hayan disfrutado ¡Dejad que el amor Tender invada vuestros corazones! (?

Bueno, nos vemos luego bebes ^^
Ja ne~nya!

Reviews? No muerdo.

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