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Manderlay por Kikyo_Takarai

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Notas del fanfic:

 Este Fic es secundario, digamos. Mis dos fics principales se actualizan sin falta una vez al mes. Una vez que termine uno de ellos este ocupará su lugar y tendrá actualización agendada. Mientras tanto será siempre que haya escrito algo. Gracias!

Notas del capitulo:

 Este Fic tambièn es culpa de Akira_Taicho. Tiene mucho que quiero escribir algo en Omegaverse y no me había armado de valor. Espero sea de su agrado. Y espero funcione.

Cuando Will levantó la cabeza la imponente mansión Lecter le pareció aún más aterradora que cuando el auto entraba por el camino empedrado, rodeada por casi dos kilómetros de jardines rebosantes de arboles frutales, arbustos floridos y fuentes.

Era una propiedad hermosa, no podía negarlo. De estilo Victoriano con hermosos techos de teja negra y paneles blancos de madera que cubrían sus tres pisos de altura. Sus tejados triangulares incluían una torrecita hexagonal que se unía a un hermoso pórtico que rodeaba la casa y descendía a la puerta principal de gruesa madera negra. Will podía contar 3 chimeneas, y que pudiera distinguir un mínimo de 4 habitaciones, una enorme cocina y, esperaba, baños.

Aquella casa era mucho más lujosa de lo que él habría jamás soñado tener. Su familia no era rica, su padre rara vez tenía dinero de sobra, le había enseñado a todos sus hijos a pescar por si no había nada más que comer. Había esperado mucho de todos sus hijos, todos Alfas que abrieron exitosas tiendas de pesca o restaurantes y se fueron del hogar a vivir en casas como la que Will tenía enfrente ahora. Will sin embargo, el menor de los seis, había sido la máxima decepción de su padre y había representado más trabajo para él desde que nació Omega. Aunque en algunas familias un hijo Omega era un gran oportunidad, arreglar un matrimonio antes de los 15 años por una buena dote era una práctica lucrativa y común, el padre de Will sabía que nadie daría un centavo por su hijo. Un Omega en su familia representaba una boca más que alimentar, una que no podría trabajar por su estatus y peor aún el esfuerzo de encerrarlo en el sótano bajo vigilancia, temeroso a que alguno de sus hermanos violara y marcara como suyo a Will desde que comenzó su celo a los 14 años.

Cuando logró irse de su casa, dejó a tras a un padre y hermanos furiosos, tanto que hasta la fecha no le dirigían la palabra. Mejor para él, pensaba mientras bajaba del auto de Jack  y caminaban juntos rumbo a la casa. Jack Crawford era uno de sus pocos amigos, Will era aficionado a la psicología forense, se había pagado una carrera y ostentaba un título por puro adorno, ningún Omega podría emplearse nunca en la policía o el F.B.I. Pero a Jack, a pesar de ser un Alfa respetado jefe de departamento Will le parecía encantador y brillante. Era uno de los pocos amigos de Will que no le odiaban. Uno de sus posos amigos verdaderos, y podía contarlos con una mano.

Así que cuando Jack le sugirió que conociera a su viejo amigo, un tal Hannibal Lecter, Will no pudo negarse. No opuso resistencia alguna en realidad. Will no podía trabajar en su campo, y no podía trabajar ni en una tienda de carretera porque un Omega viviendo solo era una bomba de tiempo para cualquier Alfa que paseara por ahí. Will no tenía intención alguna de ser reclamado por cualquiera pero su única salida de vivir en la pobreza absoluta era, bueno, casarse de nuevo. No habían pasado ni 4 meses desde que había enviudado, pero el tiempo no es justo con los Omegas, y para Will, que estaba a un año de cumplir los treinta, el tiempo se agotaba. A pesar de su alta fertilidad tenía quizás unos diez, máximo 15 años antes de que su celo bajara y le fuera casi imposible engendrar, perdiendo eso. Bueno nadie quería un Omega que ya no podía cumplir su única función en la sociedad.

Tocaron a la puerta y unos segundos después un hombre alto y de aspecto exótico la abrió para ellos. Cuando les sonrió y los invitó a pasar, compartiendo con Jack un efusivo saludo, Will se dio cuenta de quien era. Hannibal Lecter era europeo, aunque Will no podía definir muy bien de que parte, probablemente Ucrania, Lituania o Dinamarca. Su acento era marcado a pesar de que su inglés era fluido y rico en vocabulario, sin duda era un hombre muy elocuente. Era alto, de piel tostada y ojos color miel, extrañamente crueles y solitarios. Su cabello entrecano estaba perfectamente peinado y su traje de 3 piezas estaba perfectamente coordinado y planchado, su casa reflejaba el mismo cuidado todo era caro, elegante y estaba en el lugar justo, como si esa casa hubiera surgido de la nada, tal y como estaba ahora.

—Hannibal, quiero presentarte a mi amigo, Will Graham.
— Es un placer William.
—Will está bien—. Dijo en voz baja, sin animarse a mirarlo a la cara. Hannibal era un Alfa, no tenía dudas, uno de sangre muy pura, con una presencia imponente y severa.
—¿No eres un aficionado al contacto visual verdad? — Inquirió divertido, mirándolo fijamente.
—Los… Los ojos son próblematicos—. Respondió Will incomodo— Ves mucho, no ves lo suficiente… prefiero evitar los ojos en la medida de lo posible.

Levantó la vista lo suficiente para ver a Hannibal sonreír. Aquel hombre era sumamente interesante.

—Dime, Will— Remarco su nombre y le pareció extraño cuando lo pronunciaba con aquèl extraño acento. — ¿Por qué Jack decidió traerte aquí?
— ¿Disculpe?
—No es un secreto para Jack que estoy buscando una nueva pareja— Jack apenas atino a afirmar con la cabeza, bebiendo el café que Hannibal les había servido antes de sentarse a charlar. — Sí se ha tomado la molestia de conducir una hora desde Baltimore para venir a verme, supongo estás en mi misma situación.
— Supondría correctamente. — Respondió Will, su taza de café súbitamente parecía muy interesante, la situación era tan antinatural, buscando un trato ahora que era tan mayor. Bueno, Hannibal era mucho mayor que él, debía rondar ya los cuarenta años.
— No te importará que haga algunas preguntas.
—Si es inevitable…— Jack le regaló una mirada asesina pero Will no se dio por aludido, Hannibal ensanchó su sonrisa, cruzando una pierna sobre la otra mientras hablaba.
— Jack, ¿te importa?
— En lo absoluto doctor. Will estaré en la cocina si me necesitas. — Will no deseaba quedarse a solas con Hannibal, pero antes de poder abrir la boca Jack ya había salido de la habitación y el se había limitado a seguirlo con la mirada.

—Bien, Will. ¿Qué edad tienes?
— Veintinueve años.
—¿A qué edad tuviste tu primer celo?
— A … los catorce.
— ¿Cuántos días dura normalmente y en qué día comenza?
— Dura tres días, casi siempre empieza el día nueve pero…
— ¿Tienes crías Will? No estoy interesado en criar hijos ajenos y creo que no estoy fuera de lugar asumiendo que no es tu primer matrimonio.
— No.
—¿No qué Will?
—No tengo crías y no, no es mi primer matrimonio… Mi esposo murió hace 4 meses.
— Tuviste un duelo rápido, o es tu naturaleza la que te invita a buscar un nuevo Alfa
— Matt no era un Alfa—Respondió Will, irritado. — Cuando tenía 18 mi padre me prometió a un Alfa amigo de uno de mis hermanos, ese… tipo tenía un harem completo, sólo buscaba como dejar más crías en el mundo… me pareció repulsivo así que hui. Conocí a Matt en la universidad, me ayudo a pagar la carrera y… nos casamos unos años después. Mi padre jamás estuvo de acuerdo porque Matthew era un Beta, pero yo era feliz.
— Lo lamento mucho. — Su disculpa no parecía del todo sincera, Will se alzó de hombros, se había rebajado a ser Omega de un Beta de linaje pobre con quien nunca podría engendrar, no podía permitirse ser quisquilloso con cualquier posible pareja que pudiera conseguir.
— ¿Y usted? Con la sangre tan pura y tanto dinero es imposible que un Alfa este desocupado.
— Si lo que te preocupa es pasar a formar parte un harem como el que has mencionado puedes estar tranquilo— Su voz sonaba divertida, Will lo repudió un poco. — Por desgracia cometí el error de confiar en la persona equivocada, mi esposa, Bedelia, era un mujer hermosa, inteligente y por desgracia sumamente infértil. Me temó que luchando por tener crías con ella perdí mucho respeto y muchos amigos y mucho tiempo. Cuando enfermó y murió hace un año me había dado por vencido.
— ¿Por qué cambió de parecer?
— Realmente me gustaría tener hijos, Will, y a quien cuidar. Debes entender que un Alfa que no tiene a quien proveer, es un Alfa  a medias.

Por primera vez Will lo miró a los ojos, aunque no lo miraban estaban húmedos y parecían enfocados en el pasado, casi sintió pena por él,  cualquier Alfa habría renunciado a una pareja infértil, pero él había luchado por años. Era una buena impresión, tenía que saberlo. Will se preguntó que tanto sería parte de una rutina ensayada, nada en ese hombre parecía del todo honesto. Pero no le conocía, y no sabía de qué razón podría tener para mentirle a un Omega de poca monta como él. Sólo podía suponer que  debió amarla mucho. Él había amado a Matt, pero no volvería.

— ¿Eres fértil Will?
— No tengo crías porque elegí  el amor sobre la descendencia. Soy en extremo fértil, puedo comprobarlo con certificados médicos…
— No es necesario— Dijo Hannibal interrumpiéndolo. —Jack no nos habría presentado bajo falsas pretensiones. ¿Por qué aceptaste venir a verme hoy?
— Ambos sabemos que se nos acaban las opciones, Dr. Lecter.
— Por favor, Llámame Hannibal.
— Hannibal… No puedo… ir por la vida sin un Alfa, necesito su dinero y su… compañía—. No podría soportar otro celo solitario, habían sido los 12 días más horribles de su vida los últimos 4 meses, podía extrañar a Matt con toda su alma, pero lo cierto es que ni su recuerdo podía apagar el deseo de sentirse satisfecho por primera vez en su vida, menos cuando su ausencia no había hecho más que encenderlo.

— Creo que podemos lograr un acuerdo adecuado, Will. Yo puedo darte todo, nunca volverás a sentir la necesidad de trabajar, vivirías aquí conmigo y serías señor de esta casa. Lo único que quiero a cambio es un legado.
— ¿Cuántas?
— Dependerá de ti, pero creo que cinco o seis es un buen número, especialmente para un hombre de mi edad.

¿Cinco o Seis? Will se atragantó con el café, si Hannibal creía que a sus 40 años no podría criar más de cinco o seis hijos que suerte tenía Will de no habérselo encontrado a sus 18 años. A estas alturas ya tendría una docena de cachorritos corriendo por ahí. Pero. ¿Era eso tan malo? Los Omega tenían dos únicas obligaciones en la vida, engendrar crías y cuidar de ellas. Will no había cumplido con ninguna de ellas. Miró a Hannibal, su hermosa casa y su claro deseo de tener una familia numerosa. Si le hubieran prometido todo eso cuando era joven sin duda lo hubiera aceptado. Le habría dado un hijo cada año y luego los habría educado en esa enorme y lujosa casa.

—William, ¿Quieres casarte conmigo?
La pregunta no era romántica, aunque había algo en aquél hombre solitario que sin duda podría llegar a amar. Pero el recuerdo de lo mucho que aún amaba a Matthew le pesó en el pecho. No podía amar a Hannibal, no aún. Tendría que esperar, esperar al menos dos semanas hasta su celo. Una vez marcado, ya no habría nada racional que lo atará a su esposo muerto.

— ¿Puedo mudarme contigo hoy mismo, Hannibal?
— No aceptaría ninguna otra cosa, yo mismo te llevaré a casa a recoger tus pertenencias. De regreso podemos pasar al registro civil, pero si deseas una fiesta puedo encargarme de...
— No es necesario.

Se miraron en silencio un momento, Will se puso de pie cuando Hannibal lo hizo y se quedo anormalmente quieto cuando puso una de sus frías manos en su mejilla, el tacto era agradable y el Alfa despedía un delicioso aroma a especias y madera. No rechazó su tacto, y tampoco el suave beso que le dedicó segundos después. No era nada apasionado, parecía más una formalidad, podía sentirlo imponiendo su aroma y su dominio en aquel contacto casto y sutil. Will nunca había probado el más mínimo contacto con un Alfa en su vida. Ahora que ese simple beso lo dejaba sin aliento se arrepentía profundamente.

Notas finales:

Pues sí. Ahì esta. El próximo capitulo será un poco de unión antes de que el cello llegué con todo prar Wil .D


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