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Otra perspectiva por Goodbye

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Notas del fanfic:

TobiIzu

Notas del capitulo:

Esto es un TobiIzu ,si te gusta,bien,y si no ,te jodes y bailas,OKNO, disfrutar del primer capítulo de...este...intento de fic


Solo cerró los ojos esperó que todo terminase .Estaba cansado de todo, de los insultos, de los abusos, de su vida entera.
Que ellos se rieran de él era su pasatiempo favorito, se reían de sus errores, siempre le elegían el último y nunca le reconocían mérito algunos. Se reían de él por no tener padres y siempre le decían que ni su hermano mayor le aguantaba

Sintió un líquido resbalar por su boca y palpitaciones por todo el cuerpo.
Sintió de nuevo el puño de Tobirama sobre su estómago. Dolía, dolía mucho .Pero ninguno de sus golpes le hería tanto como sus humillaciones diarias.
Quería gritar, pero sabía que nadie le ayudaría, eso era lo más conseguía angustiarle; el que nadie se preocupase por él, exceptuando a su hermano.

Se mordió los labios, porque hoy no iba llorar.
Demasiado tarde, ya estaba llorando.

—Deja de llorar, Uchiha marica—Le dio un golpe en el ojo. —No tienes derecho a conocer sentimientos—Izuna inclinó su cabeza hacia atrás, Tobirama lo odiaba y él lo odiaba a él, sobre todo cuando el albino le decía esa clase de cosas, le trataba como a un monstruo, no como a un persona.

Sintió que los golpes cesaban, Tobirama había parado y se había ido.
Izuna se quedó en el suelo, se sentía roto, incapaz de moverse, ahí tirado en la parte posterior de la escuela, donde nadie venía casi nunca. Volvió a llorar, se odiaba si mismo por no poder plantarle cara, se odiaba a si mismo por no tener la valentía de contarlo, se odiaba a si mismo por ellos ¿Por qué? Después de tantos abusos hasta el mismo terminó creyendo que era una mierda, que en verdad se lo merecía, porque era un idiota y el mundo les castiga.

Se reincorporó, se puso la capucha para que nadie pudiera ver sus golpes en la cara y se bajó las mangas de la sudadera. Se pintó una sonrisa forzada y se encaminó hacia el aparcamiento de su escuela .Le llegó un mensaje texto.

“Hoy no voy a poder recogerte en la escuela”

Suspiró, hoy le tocaba ir a casa a pie, bueno, era viernes, no tenía prisa alguna en hacer nada.

Salió del establecimiento y empezó a caminar .Le dolió, las piernas le escocían y sentía que se le pegaban los pantalones al cuerpo por la sangre que ocultaba. Apretó la quijada y continuó por la acera, bajó la cabeza mirándose sus playeras, tenían unas motas sangre, tendría que limpiarlas cuando llegase a casa.
Miró a su alrededor, había un atasco, los conductores no paraban de apretar el clac son y de gritar, odiaba esas situaciones.
Miró la barandilla del puente, sería tan fácil arrojarse por ella y terminar con todo, el dolor desaparecería y no volvería a ver a Tobirama ni al resto de su clase jamás.

Continuó avanzando hasta llegar a su destino, cogió las llaves de la casa y las metió en la cerradura, al fin en casa, viernes por la tarde, no veía el momento de ponerse a ver la televisión mientras tomaba algo de picar descalzo.

Metió las llaves en la cerradura y abrió la puerta.

— ¡Oh! Ya estás en casa—Le dijo redundantemente su hermano mayor
—Quítate la capucha, estás en casa—. Le ordenó, Izuna negó con la cabeza .Madara frunció el ceño.

—Estoy bien así—Respondió, Madara suspiró. —Me voy a mi cuarto—Le comunicó a su hermano mayor mientras subía las escaleras, una vez estuvo solo, se trancó en y se bajó la capucha, se quitó las playeras y empezó a limpiar la sangre, buscó en el resto de su ropa restos de sangre y las limpió, por último, abrió el espejo del lavabo en busaca de desinfectantes, algodón y betadine. Lavó sus heridas, escocían, pero ya estaba acostumbrado, se limpió la sangre y se atendió las heridas.

Ese ritual era pan de cada día, estaba harto ¿Pero que iba a hacer? Ningún profesor le creía, y no quería darle problemas a Madara, bastante estaba esforzándose para mantenerle tras la muerte de sus padres, no podía der tan desagradecido.


Tobirama suspiró con pesadez, al fin viernes, esa semana se le había hecho estresante con tantos exámenes y deberes, menos mal que tenía al pequeño Uchiha para liberar tensión.

Le observó mientras se iba caminando hacia su casa, tenía la capucha puestas y las mangas de la sudadera más bajadas, un intento de pretender que no había pasado nada.
Una bocina irrumpió sus pensamientos, Hashirama estaba esperándole con el coche en marcha. Se subió.

— ¿Qué tal el día?—Preguntó el mayor

—Bien—Respondió cortante—Me fue genial en los exámenes

—¡Como era de esperarse de ti!

—No celebres tan rápido, el que me haya ido bien no significa que tenga una buena nota


—Eres el mejor alumno del colegio, todos los profesores me hablan muy bien de ti, estudioso, inteligente y modélico ¿Qué quieres que piense?
Tobirama dio por finalizada la conversación, se puso a mirar por la ventanilla del coche, divisó a Izuna caminar.
Dios, como odiaba a ese chaval, era muy orgulloso, cuando el albino se empezó a meter con él, el moreno opuso mucha resistencia, demasiada, tenía más fuerza de la que aparentaba, pero con el tiempo, terminó cediendo, aunque se sabía bien perfectamente que él seguía siendo el mismo chaval que le plantaba cara, ni no que ahora ni se molestaba en defenderse, otra cosa que odiaba de él. Ese chaval siempre se quedaba quieto y esperaba a que terminase con mucha calma.

Al fin llegaron a casa. Se bajó del coche y entró en casa, no tenía nada más que hacer, era viernes, día internacional del vagueo, aún más si has terminado todos los exámenes.

— ¿Te vas a pasar todo el día vagueando? —Le preguntó su hermano. No obtuvo respuesta, se lo tomó como un sí. —Me voy, tengo cita con un paciente ahora—Le informó.
— ¿Uh? Ah, si…genial—Le respondió el albino sin poner atención a sus palabras.

Miró su teléfono móvil, tenía un mensaje.

Había una fiesta, el viernes de la semana siguiente, tecleó un “iré” y bloqueó el móvil.
Oyó la puerta cerrarse, su hermano se había ido, colocó sus manos por debajo de la nuca y se acomodó en el sofá. Cogió el mando de la televisión y puso un canal al azahar.

Empezó a mirar al techo, reflexionando sobre la semana ¿Qué nota habrá sacado en los exámenes? ¿Y en la presentación del trabajo?
Al final, se quedó dormido.


Izuna se miraba al espejo, intentando darse ánimos a sí mismo.

“No les voy a dar el brazo a torcer”

“Soy mejor que cualquiera de ellos”

“Soy fuerte”

“Mejor solo que mal acompañado”

“Les da más por culo verme sonreír que a mí me da por saco que me peguen”

“Ellos son la mierda”

“Tobirama es un amargado”



—Izuna ¿Qué estás haciendo? —Se sobresaltó a escuchar a Madara al otro lado de la puerta. Sintió la ansiedad apoderarse de él— ¿Izuna? —Volvió a preguntar su hermano, se podía notar la preocupación y la tensión en su voz
— ¡Izuna! ¡Si esto es una broma no tiene gracia! —Se empezó a poner nervioso, no le gustaba que Izuna le estaba haciendo.

Se tranquilizó al oír el sonido del cerrojo moverse y ver la puerta abrirse.

— ¿Qué coño estabas haciendo? —Preguntó mosqueado. Izuna se puso nervioso

—E-estaba…preparando un discurso…para clases de ¿Lenguaje?

—Izuna ¿Qué te pasa?

—Nada, solo…necesito descansar ¿Vale?

Madara suspiró, había algo sospechoso, y no pararía hasta descubrir el que























Notas finales:

Me gustaría que opinasen, primer fanfic que subo aquí ,acepto críticas y amenazas de muerte,siempre y cuando haya chocolate de por medio.


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