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La tormenta que precede la calma por Crazyana

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Notas del fanfic:

Esta historia está completa. La continuación, el regreso de Enzo, va a estar a parte y se va a llamar "Después de la tormenta"

Notas del capitulo:

Hola!

Esta historia está siendo editada.

Damián...

Mi nombre es Damián, tengo 20 años y voy por mi tercer año de la carrera de administración de empresa. Mido metro setenta y cinco, pelo negro, ojos marrones.

Trabajo medio tiempo en una tienda de mascotas, para poder mantener mis gastos. Despacho alimentos, baño y les corto el pelo a perros. Mi vida no tiene nada de emocionante. Mi orientación sexual, es hacia las personas del mismo género pero no se lo he dicho a nadie por miedo al rechazo. La única que lo sabe es Pamela, mi mejor amiga, que siempre está tratando de buscarme novio.

Provengo de un pueblo donde la homosexualidad es un tema completamente desconocido. Mi madre trabajó cama dentro con una familia que le permitió que pudiera vivir con ella. Tenían un hijo de mi edad con el cual compartí de todo, éramos inseparables. Lo apoyaba y acompañaba en todas sus ocurrencias. Hicimos primaria, secundaria y preparatoria juntos; y elegimos carreras en la misma universidad, así que nos mudamos juntos a esta ciudad. Pero en preparatoria, a pesar de que seguíamos con nuestra amistad, algo en mí cambió ya no lo veía como a un par, mis sentimientos desbordaron por mucho ese nivel, me había enamorado. Pero cuando nos mudamos, con la maduración y el cambio de ambiente, me di cuenta que era un completo idiota y el amor se esfumó de un plumazo.

Enzo, el amigo con el que vivo, estudia para ingeniero químico. Es castaño, tiene rastas, de ojos verdes, unos centímetros más altos que yo, es realmente atractivo. No tiene una novia fija, su lema es: "Una noche con cada una, no le hace mal a ninguna, y todas me tienen". Es desordenado, relajado, irresponsable, no se baña diariamente, en su tiempo libre sale con amigos que ah hecho en la universidad, fuma marihuana y cuando no hace nada, mira pornografía. Las chicas se mueren por una cita con él, son unas pobres tontas que creen que por ser atractivo y adinerado es un buen prospecto. Y lo peor es su habitación, ropa limpia tirada con la sucia, preservativos usados debajo de la cama, colillas de cigarrillos por todos lados, vaya a saber desde cuando no cambia las sábanas.

Enzo no tiene necesidad de trabajar, porque sus padres le dan un sueldo, aparte de pagar los gastos de la casa y la universidad. Lo tiene todo sin ningún esfuerzo, estudia porque el padre le advirtió que si no lo hace tendrá que trabajar para mantenerse.

 

A las nueve pm llegué de trabajar y estaba todo tal cual lo había dejado cuándo me fui a las cuatro. Me dirigí a la habitación de Enzo para pedirle la plata de las compras para la semana. Abrí la puerta, el olor a mariguana inundó mis fosas nasales y la música me aturdió. Me encontré con una escena desagradable, interrumpí en el momento que Enzo estaba desnudo, sentado al borde de su cama con las piernas abiertas y empuñando su miembro. Tragué saliva y cerré la puerta de un portazo. El corazón me latía a mil, la cara me ardía de la vergüenza; ojalá no hubiera visto eso nunca. Me metí en la cocina y limpié todo a fondo, hasta lavé los azulejos que estaban pegoteados de aceite viejo. Ahora iba a por la heladera, tenía cosas verdes por todos lados. No me di cuenta cuando Enzo apareció detrás de mí.

-¡Guau, limpiaste todo!-. Pegué un salto y hasta se me cayó el trapo que traía en la mano. Enzo rió estrepitosamente. Se había bañado y cambiado, parecía que iba saliendo-. Lo siento, no te quise asustar-. Me dijo entre risas.

-Estaba distraído... no es nada-. Le dije, sin saber cómo disculparme por haber entrado sin llamar.

-Le vas a hacer un agujero si lo seguís fregando así-. Ignoré el comentario y seguí sacando algo pegajoso que había en el piso de la heladera-. Voy a salir. Quedé con unos amigos. No voy a volver a dormir, me voy directo para la uni.

-Oka… siento haber entrado sin…

-¿Viste las llave de la moto?-. No me dejó terminar.

Dejaba las llaves en cualquier lado y luego no las encontraba. Por eso cuando las veía se las colgaba.

-Están colgadas... dónde las dejaste-... Nótese la ironía.

-¡Gracias!-. Gritó desde la puerta.

 

 

Me acosté tan cansado que no me di cuenta en qué momento me dormí. Me levanté seis y media. Me bañé y desayuné. Pamela me mandó un mensaje para que la pasara a buscar.

La mañana trascurría tranquila. Pamela cursa la misma carrera que yo, así la conocí; intuyó de inmediato que me gustaban los hombres y luego de un interrogatorio febril, jamás se volvió a separar de mí. Mientras que Pamela se acercaba más a mí, Enzo se alejaba.

Con Enzo coincidimos en matemática. Cuando apareció tenía unas ojeras que se notaban a la legua. En la primera hora, sé que no había aparecido y no era para menos, se notaba que estaba hecho harapos.

-Mmm tu amigo está para atrás-. Me dijo Pamela.

-Así parece...

-Si sigue de esa manera, va a desaprobar las materias.

-Como lo tiene todo fácil, dudo que se tome algo en serio-. Le respondí sin apartar la mirada de Enzo-.Por hoy terminamos. ¿Quieres ir a mi casa? Jugamos un rato a la play.

-Sí. Aparte quiero ver la página de citas, a ver si esta vez te consigo algo para pasarla bomba este fin de semana.

Pamela trataba de conseguirme algo para ligar por citas en internet. Hasta ahora siempre lograba zafarlas de alguna manera. Quería conocer a alguien por mi cuenta y no por internet, que lo primero que conoces de los tipos, es el miembro. No me gusta ese tipo de cosas, sin mencionar que soy muy tímido cuando se trata de empezar una conversación con alguien que me gusta.

Hacíamos tiempo en mi casa, hasta que era la hora de ir a trabajar. A Enzo todavía le quedaba laboratorio. Enzo, más químicos peligrosos... mmm... algún día iba a volar la universidad.

XOXOXOXOXOXO

Enzo...

Estaba en casa, fumando algo de hierba y oyendo ‘Ciro’. Había quedado con unos amigos de la universidad. Tenía que bañarme porque no me bañaba del martes. Me desnudé mientras miraba un video hot y me dispuse a liberar la tensión antes de meterme a la ducha. La puerta se abrió de golpe dejando a Damián en primera fila en el espectáculo que estaba montando, se puso rojo y cerró con fuerza. Se lo tiene merecido por entrar sin llamar.

Fui a la casa de Mateo, ahí nos encontramos con Esteban. Había invitado unas chicas que habíamos conocido el sábado en Chocolate, boliche que está de moda. Si quieres carne fresca y fácil, ahí es el lugar indicado.

-Hola nene-. Me saludó Romina una de las tres chicas que conocimos. Se sentó a mi lado en el sillón. Era una preciosura y lo mejor, un par de melones para hacerte una buena turca... "y yo me hice una paja antes de venir... haber sabido"

-Hola linda-. Paja o no, igual iba a disfrutarla-. ¿Fumas?

Fumamos, bebimos y más. Eso que todavía no era sábado. La joda de verdad llegó en la mañana cuando debía levantarme para ir a la universidad. Pero como dicen por ahí, 'Calavera no chilla'. Estaba acostado en el sillón, desnudo con un pie colgando en el suelo y aún con el preservativo puesto. Todo un espectáculo. Miré la hora en el reloj de pared, ya eran las nueve de la mañana, había perdido la primera hora y si no me apuraba iba a perder también la segunda. Mi ropa estaba desparramada y por lo que había notado estaba solo o eso creía. De repente salió Mateo de la habitación vistiéndose a la apurada.

-Viejo... ¡no más joda los jueves!-. Me gritó entrando al baño.

Fue tan duro el levantarme, pero no podía faltar a matemática porque estaba en la cuerda floja. La resaca me estaba matando. La luz era lo peor y había olvidado los anteojos en mi casa, por si fuera poco era el centro de todas las miradas.

Vi a Damián irse con Pamela cuando terminó la clase. De seguro la llevaba a nuestra casa para ‘divertirse’, eso que dicen que son solo amigos... ¡chamuyo! Aunque Damián tal vez sea virgen todavía, por su forma de ser dudo que alguna se lo quiera tirar. En cuanto a mí, debía quedarme porque me quedaba laboratorio, estábamos estudiando diferentes tipos de ácidos.

Me crucé al parque que hay frente a la universidad, a fumar un faso. La hora se me pasó volando, cuando me quise poner de pie me di cuenta que no estaba en condiciones ni para caminar, todo me daba vueltas y me entraba la risa floja, pero no podía faltar a la clase. Con un pedo que no me permitía hilar una oración completa, me acomodé en la última mesa del laboratorio con tres compañeros de grupo.

-Lindas condiciones para manipular sustancias peligrosas.

Habló el nerd de la clase. Justo a mí me toca trabajar con un grupo de tragalibros frígidos. De todas maneras aunque me tocó grupo con ellos, les dejo que hagan el trabajo, solos.

-Solo es una resaca... estoy perfectamente-. Eso, no me lo creía nadie.

Elegí la carrera de química porque me gustan los explosivos, quemar cosas, fundir cosas... pero no pensé que iba a ser tan difícil.

XOXOXOXOXOXO

Notas finales:

Gracias por leer!


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