Kisumi Shigino
Haruka Nanase un chico frio, “cool” de cierto modo, genial según Nagisa, con un hermoso estilo de nado según Rei, una cara que expresa aburrimiento según Sousuke y un gran amigo según Rin. Para Makoto aquel muchacho es el ser mas especial y admirable de este mundo, de hecho Haru es su mundo. Pero había algo que ninguno de sus amigo ni su novio conocía, ese algo es la actitud posesiva que podía tener con ciertas cosas como la caballa, el agua y en especial con Makoto. Aquella cara inexpresiva podía mostrar un gran enojo con solo molestar al ojis-verde, Haru no entendía como llamarle aquellos sentimientos para algunos eran celos, para él era un malestar, un malestar con nombre propio.
Todo aquello empezó en una hermosa mañana en la ciudad Iwatobi, con un bello y azulado mar, con hermosas arboles floreciendo y dos chicos de unos 12 años compartiendo una paleta azul, caminando juntos a la escuela, hablando de cosas triviales o más bien uno hablando mientras que el otro solo sonreía y asentía; para Haru era una mañana perfecta lo que conllevaría a un día perfecto o eso creyó.
Al llegar la hora de la salida Haru creyó que se iría como siempre con su mejor amigo a su casa pero no, tenía que venir aquel un chico de la misma edad con unos hermosos ojos color magenta, una sonrisa inolvidable, un gran cabello rosa como el algodón de azúcar y con un balón de básquet en las manos para algunos un galán para Haru era un pegoste.
-eto… Haru-chan lo siento hoy tengo entrenamiento con el club de básquet pero mañana nos iremos juntos lo prometo- hablaba aquel chico de ojos verdes, con un cabello castaño, mas alto que el nombrado, mirando dulcemente al peli azabache esperando ansioso el saber si estaba o no enojado; Haru suspiro profundo mirando a Makoto y luego a Kisumi – está bien, nos vemos mañana- dirigió su mirado al castaño, donde el azul y el verde se encontrando dándole cierta paz al peli-negro –bueno Haru me llevare a Makoto, nos vemos- dicho y hecho Kisumi paso su brazo sobre el hombro del nombrado llevándoselo dentro de aquel gimnasio dejando al oji-azul completamente solo.
Aquellas excusas seguían ocurriendo tres veces a la semana, siempre con la presencia de Kisumi al lado del castaño molestando cada vez más a Haru; hasta que un día el peli-negro se harto y antes que Kisumi llegase se llevo a Makoto contra su voluntad al parque donde siempre jugaban
–Haru-chan no me puedo ir, tengo que practicar con los chicos- hablaba Makoto con una leve expresión de tristeza solo molestando mas al nadador de Freestyle
-primero deja el chan- se notaba la molestia en su voz sorprendiendo al menor-segundo es mucho pedir pasar un momento ¡CONTIGO!- Makoto juraba que era la primera vez que había visto una expresión totalmente molesta en el rostro de Haru, sonrojándose levemente y sonriendo dulcemente dejando anonadado al más bajo – si querías pasar tiempo conmigo lo hubieras dicho antes Haru- el nombrado desvió la mirada levemente sonrojado agrandando la sonrisa del más alto, desde ese entonces Makoto se dio cuenta del gran amor que siente por aquel chico y Haru descubrió lo posesivo que podía ser, para ambos solo era el comienzo.