Consiguiendo un ángel de navidad
Resumen: El magnate Tom Riddle está deseoso de amor, sin saber que ese mismo día conocería a un verdadero ángel de la navidad.
Respuesta al reto “31 drabble en 31 días” del foro oesed.
26 de Diciembre
Categoría: Harry Potter
Personaje: Tom Riddle – Lucius Malfoy
Géneros: AU.
Advertencias: Chan
Clasificación: R
Completo: Sí
Capítulos: Único
Disclaimers: Los personajes de este fic no me pertenecen, son propiedad de J. K. Rowling
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Las presiones del mundo actual podían superar a cualquier individuo, incluso al magnate y dueño e las empresas Mortífagos S.A. Tom Riddle. El sujeto en cuestión a pesar de tener casi cuarenta años se conservaba bastante bien, pero no tenía tiempo para nada, ni siquiera en esta noche buena. No era un mal empleador, había dejado ir temprano a todos sus empleados para que estos pudieran pasar las fiestas con sus familias.
A estas alturas ya había olvidado la última vez que tuvo una verdadera cena de navidad. Desde que asumió el control de la empresa cuando su padre murió hace veinte años, que su mundo se puso de cabeza, dejó de ser el alegre joven para convertirse en un tigre en as finanzas, pero ¿De qué servía estar pudriéndose en dinero si no tenía con quien compartirlo? La última de sus parejas le reprochó en la cara que hasta en la cama estaba dejando de ser un hombre. Después de eso dejó de buscar aventuras pasajeras. Él quería estabilidad emocional, encontrar con quien pasar las fiestas y quien le esperara al llegar a casa.
Negando con la cabeza por sus ideas soñadoras se dispuso a dejar la oficina, eran cerca de las diez de la noche y en las calles los autos apurados se veían desde la torre donde estaba su oficina. No quería quedarse encerrado, por lo menos iría a cena afuera, lo malo es que a estas horas los restaurant que solía frecuentar seguramente no tenían ni la más mínima reserva. Entonces vio por la ventana un pequeño local al final de la calle, las luces estaban prendidas y parecía un lugar decente.
Cuando llegó al lugar, diez minutos después, se dijo que fue una buena idea. Aroma a comida casera. Ambiente acogedor. Y por sobre todo, una mesa desocupada al final del local.
Cuando se sintió llegó el mesero con la carta, mas sin embargo Tom se quedó prendado del joven. No debía tener más de dieciocho años, rubio, piel y ojos claros. Hermoso.
-¿Qué va a pedir? –oh, melodiosa y rica voz. Tom tuvo que contenerse el mandarle una mirada apasionada, diciéndose que el joven estaba sólo haciendo su trabajo.
-La especialidad de esta noche, por favor –pidió con educación.
-Enseguida –respondió con una sonrisa arrebatadora.
Tom vio como al alejarse el trasero del chico en esos pecaminosos pantalones negros parecían llamarlo.
Cuando el joven volvió traía un plato humeante de estofado y arroz. El aroma era embriagante, tanto como quien lo traía.
-Que disfrute su cena. Si necesita algo, sólo hágamelo saber –esta vez Tom sí lo notó, un giño que le deba permiso a hacer preguntas.
-¿Tu nombre?
-¿Disculpe?
-Me gustaría saber tu nombre.
-Lucius Malfoy, señor –dijo con voz suave.
-Dime Tom, Lucius, sólo Tom.
Lucius se mordió el labio y asintiendo se alejó en dirección a la cocina.
Tom iba a preguntar si ´podrían hablar cuando terminara su turno cuando vio el nombre del local en las servilletas. “Restaurant familiar Malfoy”. El chico seguramente era hijo de los dueños, lo que a Tom le parecía excelente, una buena razón para ir a comer más seguido al lugar y quien sabe, conseguir para él un ángel en navidad.
Fin
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