Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Solo sexo por Naomiyaoi38

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Esta historia constará de tres partes, de las cuales solo falta terminar parte del último capítulo. Y esta historia está  relacionado con mi one shot Negocios que subí hace más de un año. Desde entonces venía queriendo hacer una especie de continuación de eso con esta pareja que amo y de la cual casi no encuentro un carajo, :'v pero no había tenido tiempo hasta ahora. lol Siempre me tardo que jode para estas cosas pero a la final lo hago.

Los personajes de VK no me pertenecen.

Los gemidos, las pesadas respiraciones y el carnal sonido de carne contra hacían eco en aquella habitación de hotel que yacía en penumbras. Kaito jadeó ante los dientes de Rido marcando su cuello, mientras que este le penetraba una y otra vez de manera salvaje, dura y profunda; justo de aquella manera que le perdía en la bruma del placer, tan diferente a esas veces donde a él solía gustarle a jugar a tener el control como aquella primera vez que estuvieron juntos. Mas, el ser dominado de esta manera por ese hombre de ojos bicolores, era algo que lograba enloquecerle por completo.

—Esto es lo que te gusta, ¿no? — musitó Rido con voz ronca y lujuriosa a su oído, asiéndole por el cuello y obligándole a hundir aún más su rostro contra el colchón mientras Kaito se encontraba sobre sus manos y rodillas, recibiendo cada embestida de Rido con crecientes ansias y excitación —. Siempre tan necesitado y descarado. Pero ruégame, ruega que te lo dé —ordenó y Kaito profirió un quejido al sentir cómo las estocadas iban disminuyendo su ritmo.

Kuran Rido era un bastardo el cual amaba someterle y escuchar de los labios de Kaito cosas que acrecentaran su orgullo, y este aunque detestara esa parte, en esos instantes le daría lo que fuese con tal de apaciguar el orgasmo que arañaba su ser.

—Más fuerte. Házmelo más fuerte —suplicó moviéndose hacia atrás buscando sentir más profundo aquel caliente miembro dentro de él.

Una risa socarrona vibró en su oído y seguidamente su lóbulo fue mordido haciéndole soltar un quejido.

—Así me gusta. Me excita cuando suplicas —ronroneó malicioso asiendo las caderas de Kaito y embistiéndole sin cesar.

Kaito jgimió entregándose por completo. Solo Rido había conseguido someterle de esta manera, y era algo que amaba y a veces detestaba a partes iguales.

El placer se construía con fuerza en él a punto de estallar, ante aquel hombre que le poseía sin compasión. Llevó una mano hacia su propio miembro el cual yacía duro y húmedo en demasía, comenzando a acariciarse enfebrecidamente hasta que el clímax le arrasó, vibrando en cada terminación nerviosa de su ser. Terminó casi agotado y respirando pesadamente, sintiendo a Rido aún penetrarle profunda y erráticamente en busca de su propio orgasmo, hasta que finalmente asió sus caderas con mayor firmeza, enterrándose profundamente en él mientras se corría.

El rostro de Rido se hundió en la espalda de Kaito, y sus dientes mordisquearon con cierta suavidad su columna a la vez que salía de él. Kaito percibió el semen escurrir e hizo una sutil mueca aunque se encontraba satisfecho en demasía como para quejarse. Ya debería haberse acostumbrado a eso. Hacía rato que habían dejado de utilizar protección entre ellos. Tras un año de encuentros y tener la certeza de que ninguno de los dos estaba con alguien más, ni lo había estado en ese tiempo, y que además ambos estaban sanos, llegaron a ese acuerdo. Un acuerdo en esa «relación» la cual sinceramente no sabía cómo catalogarla.

Tenían sexo, eran exclusivos... Pero más allá del increíble sexo y la exclusividad, ¿en sí qué eran? ¿Amantes? Incluso ese calificativo lo sentía tan distante.

Cuando tomó la decisión de seducir y acostarse con Rido, fue algo con lo cual llevaba tanto anhelando y fantaseando, sabiendo que solo podía aspirar a una noche de sexo. Conocía la reputación de Rido. No era imbécil. Sin embargo con tal de tener sexo con este, no dudó en tomar cualquier oportunidad. Pero, luego de lo ocurrido aquella noche, cómo le trató tras aquella reunión y los encuentros que le siguieron a esto, poco a poco empezó a creer que quizá podría aspirar a algún día ir más allá de que esto fuera solo mero sexo. ¡Qué ridículos pensamientos! ¿En qué momento pudo tener creer tales absurdos cual joven iluso? No era ninguno. Había cometido un error, y después de tanto quizá ya era suficiente.

Él era un hombre que siempre había sabido tomar decisiones, moverse en circunstancias difíciles y llegar alto; que supo siempre qué le convenía y qué no. Y era el momento de afrontar lo que tal vez no le convenía.

—¿El próximo fin de semana estás libre? —inquirió Rido a Kaito, mientras se incorporaba un poco, acostándose boca arriba y fijando su mirada bicolor en la avellana de Kaito.

Este reflejó un dejo de exasperación en sus pupilas. Luego del sexo Rido siempre actuaba así buscando concertar un nuevo encuentro de este tipo, de una manera tan fría que más que como algún tipo de amante siquiera, le hacía sentir como él si fuera un vulgar prostituto concertando una cita con un cliente. Y Kaito tenía su orgullo. Más del que Rido podría creer.

Kaito se sentó a un lado de Rido estirando un poco su cuello y recorriendo con apreciación el cuerpo desnudo del bicolor; cada contorno, cada músculo, aquel pene que reposaba y aún así le tentaba.

Se había vuelto casi adicto a este hombre, y por ende le haría falta. Aunque si Rido aclarara qué mierda había realmente entre ellos esto no tendría que ser así. Deseaba saber qué pasaba por la mente de Rido.

—No lo sé. Quizá no pueda —contestó y Rido gruñó cerrando los ojos, mas sin denotar si aquella respuesta le molestaba o no —. Aunque mañana puede que tenga el almuerzo libre, ¿por qué no me acompañas a comer? —inquirió y cierta expectación ante cuál sería la respuesta de Rido latió dentro de él.

Durante este año además de encontrase para sexo o por trabajo, no habían compartido juntos de ninguna otra manera. Solo sexo u trabajo. Con Kuran Rido no se podía tener más allá de eso.

Rido gruñó viéndole fijamente con esos ojos bicolores que solían estremecer a Kaito.

—Tengo trabajo que atender —respondió secamente para acto seguido levantarse e ir hacia el baño.

Una sonrisa irónica se formó en los labios de Kaito. Si Rido no quería darle alguna mejor respuesta ni explicaciones, entonces él tampoco tendría que decir algo sobre lo que haría. Simplemente se alejaría sin decir nada. Al estilo de Rido en las relaciones. Al menos durante este tiempo había aprendido algo más del hombre.

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).