Me detengo ante una tumba especialmente bonita e imponente. Es negra, alta y brillante. Un ángel con las alas extendidas, igualmente negro, vigila la escena desde arriba. Leo las letras plateadas de la lápida, grabadas con letra cursiva...
Un nombre, un apellido, una fecha, una inscripción. En contra de mi voluntad, unas lágrimas resbalan por mis mejillas. Las retiro de allí con el reverso de la mano. Apreto fuertemente las rosas de mi mano. Las espinas se hunden en mi carne, pero no me importa. Nada importa. Dejo las rosas sobre la tumba. Negras. Rosas negras. Como la Oscuridad, como el negro abismo en el que se ha convertido mi vida sin tí. Unas gotas de sangre gotean sobre tu tumba.
Ojalá estuvieses vivo. Ojalá estuvieses junto a mí. Ojalá que las lágrimas que lloro no fuesen por tí. Ojalá pudiese morir...
Observo tu tumba, donde tu cuerpo reposará por siempre. No tengo ya fuerzas para tenerme en pie y caigo de rodillas junto a tu morada, llorando tu muerte…
Alguien viene. Camina lentamente. No puedo hacer nada. No puedo moverme. No ando, no hablo, no... respiro. Simplemente, floto. Alguien viene. Se acerca a mi morada de Eternidad. Es él, Se detiene ante mi tumba. Entre lágrimas y sangre, deposita unas bellas rosas negras sobre mi lápida. Sé que, si aún tuviese cuerdas vocales, gritaría hasta que mi garganta explotase de dolor.
Quisiera decirte de nuevo adiós. Quisiera verte sonreír... una vez más. Quisiera que supieras todo lo que te amo. Quisiera besarte hasta que mis labios se desgastasen.
Sólo tu y yo sabemos lo que sufrimos. Yo... te vigilaré desde aquí. Seré tu Guardián en la vida, tu Guía en tus sueños...
Pero no llores, amor. No llores. Ahora... soy feliz, me gustaría que tú también. Te veo caer junto a mi tumba y echar a llorar. Te oigo repetir, una a una, palabra a palabra, todas nuestras conversaciones. Te oigo también lamentarte por no haber podido hacer nada. Te veo maldecir a ese estúpido conductor borracho. Pero no llores, oh, no llores más. Vuélvete a enamorar. Nunca me olvides... pronto volveré.
Vuélvete a enamorar, sonríe, canta, grita, baila... sólo quiero, lo único que te pido... es que cumplas la promesa que me hiciste...
Nunca te olvidaré.
Cita:
Perder a un ser querido es malo, pero es peor aún no poder recuperarlo nunca.