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Recuerda otra vez por Onigiri-kun

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Notas del fanfic:

Es mi primer fanfic y espero que les guste... 

SASUNARU n_n

Notas del capitulo:

ESTE ES MI PRIMER FIC Y ESPERO QUE LES GUSTE 

Se encontraba llorando mientras caminaba sigilosamente entre la multitud, la sudadera negra que cubría sus mechones rubios y ocultaba parte de su mirada relucía sucia y polvosa, tenía las manos metidas en los pantalones y la espalda encorvada sin rumbo fijo. Los problemas en casa eran cada vez más recurrentes: su hermano estaba fugado por un capricho metido con su novia y una banda de mala muerte mientras que sus padres discutían por todo.

Cansado de gritos e insultos decidió que la mejor opción era salir de ese lugar que una vez fue un bello hogar y del cual solo quedaban despojos de un árbol seco. Pensar en su familia en esas circunstancias era un dolor de cabeza y el con apenas 15 años estando en plena adolescencia en donde su personalidad era afectada por las hormonas de la pubertad se sentía con ganas de desparecer, aunque claro que nuca lo haría en verdad pues tenía la esperanza que sus peleas terminara y todo regresara a ser como antes.

Sin darse cuenta de sus pensamientos, choco con otra persona logrando que tropezara y callera al suelo entre la multitud. Como de costumbre nadie lo ayudo y solo se levantó más irritado de lo que se encontraba.

Miro el suelo en donde había caído unos segundos antes y vio una moneda. Un poco de suerte o tal vez el destino, eso pensó. Estaba a punto de tomar la moneda pero una de las muchas persona ahí  la pateo y el instintivamente la sitio tratando de no perderla de vista mientras esta moneda navegaba por un mar de pies. Derecha, izquierda, adelante, atrás y muchos cursos siguió la moneda hasta que la trayectoria de una joven con tacones la mando en dirección a una máquina. Finalmente, suspiro con profundidad y se agacho a tomar aquella moneda, a penas y la toco con la yema de los dedo y sintió la vaga sensación de que le mundo quedo en blanco.

Con decisión firme toma el objeto y ahora la multitud de personas que pasaban había desaparecido; el silencio llego a sus oídos y el tiempo se detuvo al alzar la vista. Con su mano derecha sostenía la moneda entre el dedo índice y el pulgar frente a sus ojos y tratando de apartar la mirada de su curiosidad lo segundo que noto fue una maquina llamada grúa en la cual manejabas una pinza con una palanca para sacar un juguete del interior. Una corazonada seguida de un escalofrió recorrió su cuerpo, el objeto extrañamente lo llamaba y él solo atino a pensar: suerte y destino.

Introdujo la moneda que era del valor  requerido en la máquina y con ligereza la manejo de modo que  la pinza se movía con pereza, miro que objetos podría conseguir como premio ya que él era muy hábil en cuanto a los juegos y lo tenía que concentrarse para ganarlo.

Lastimosamente nada del contenido logro llamarle la atención y termino por querer arrepentirse de haberlo intentado así que se dijo: suerte o destino.

Cerro los ojos un momento y tomo lo primero que vio al abrirlos. Un gato negro de peluche del tamaño de una regla. Hábilmente la pinza tomo al peluche y lo saco en un dos por tres. Saco al muñeco y lo vio entrecerrado los ojos, una sonrisa sincera curveó sus labios: es lindo, dijo tomando el peluche de su cola y extrañamente la multitud y el ruido regresaron al igual que antes, con la única diferencia que ya no se encontraba tan triste como el inicio.

Tomo aquel peluche con ambas manos, alguien a quien contar sus penas, pensó abrazándolo con un solo brazo y saliendo de la multitud a un lugar más apartado. El peluche de ojos ónix que cruzo su destino.

En la fría noche de ese invierno se sentó en una banca vacía y miro a los ojos a aquel animal de peluche y comenzó a hablar con el ignorando a las personas que pasaban frete a él y dudaban de su cordura. En otras situaciones él también lo dudaría pero ahora solo quería dejar salir la presión del momento con algo que no interrumpiera su plática y que tampoco le daría consejos estúpidos que de por sí ya se sabía de memoria.

 

Su nombre era Naruto Namikaze Uzumaki y para ser descriptivos su tono de piel era moreno claro que combinaba perfecto con su cabello rubio y sus ojos azules, tres marcas en su cara que por cierto el aborrecía pues siempre le causaron problemas en todos los lugares en los que iba, Naruto era una persona muy insegura de sí y esto debió a sus marcas, sumados con unos cuantos insultos en la primaria y una condición atlética decadente, un gusto para los demás pésimo de la moda y para rematar un excelente historial educativo lo cual debería ser algo bueno pero en su caso solo le había traído burlas y problemas. A pesar de todo él era una persona pacifista y su truco era más que simple…

 

Mientras yo no le haga nada a nadie, nadie me hará nada a mí.

 

Con ese pensamiento siempre presente hasta ahora no había tenido nuca una pelea física y está por demás decir que quisiera una lo cual era un rotundo NO.

Él era una persona solitaria pero con grandes sueños e igualmente una grandiosa imaginación, donde sus padres veían un garabato el veía un caballo siendo libre en un hermoso campo luchado contra dragones y así era siempre con todo, solo se la pasaba creando historias imaginarias en donde él era el protagonista y era querido por todos; Se sentía bien, Hundido en su mundo sin que nadie lo perturbe, convirtiendo a sus compañeros de clase en enemigos mitológicos que desafiaba a muerte y el salía triunfante. Si tan solo pudiera tener un confidente a parte de su conciencia en el mundo real.

Él nunca había tenido una amistad y a pesar de que era algo que añoraba aunque también le daba miedo. Siempre hablaba en voz baja y respondía a todo educadamente, por esa razón los adultos son los que más le agradaban, mientras veía a los chicos de su edad haciendo todo tipo de actividades que a él se le hacían más que ridículas.

Él nunca había dado su primer beso, es más, ni siquiera sabía si le gustaba las chicas, aunque las veía atractivas y todo el sentimiento era el mismo con los chicos, solo mirar he imaginar un mundo en donde todos lo rodeaban. Pero daba igual sus únicas metas eran pasar la escuela, trabajar, comprar una casa propia y adoptar todos los gatos callejeros que encontrara pera después morir viejo y solo siendo llamado: El loco de los gato

SIP. Sonaba patético y en realidad lo era pero en fin ya se había resignado a terminar así, solo y soñando aventuras que veía en animes y libros.

En fin. Solo podría regresar a casa ahora, la sudadera que tenía ahora empezaba enfriarse y pensó que sería mejor regresar a casa después de todo si no regresaba pronto sus padres comenzarían una nueva pelea y no lo dejarían dormir. Tomo el peluche y sonrió tristemente.

 

-        A partir de ahora te llamaras… Neko.- “que original” se dijo con sarcasmo pues era un gato pero ya lo había dicho y no podía retractarse.

 

Camino sintiendo más frio, hubiera tomado el bus de no ser porque no llevaba ni cinco centavos, suspiro frustrado, viendo su casa a unos pares de metros, era un lugar pequeño solo tres habitaciones, un baño y una cocina sala comedor. Tenían un jardín que en otra época daba una gran  impresión pues todo era hermoso pero ahora nadie cuidaba de las plantas y todas estaban más marchitas que un papel quemado.

Suspiro fuerte y abrió la puerta con la llave que tenía atada al cuello. Estaba silencioso y eso significaba que su padres ya debían estar dormidos, no sabía si alegrarse porque ya no pelearan o sentirse aún peor por no haber notado su ausencia.

Entro tratando de no hacer ruido y se dirigió a su habitación en el fondo, encendió la luz de su cuarto y miró con detalle como todo estaba tan ordenado que le daba la impresión de que era un amargado amo del orden. Entre sus libros coloco a aquel peluche y se desvistió para ponerse la piyama he ir a dormir, en la que mañana tendría clases.

Se dejó llevar por el sueño pensando en zombis tratando de entrar a su casa y el con un enorme rifle salvando a todos.

 

-        Buenas noches Neko…- dijo en susurro.

 

 

*********

A la mañana siguiente su celular comenzó a sonar por la molesta alarma y se dedicó a apagarla mientras bostezaba.

 

-        Un día más- dijo poniéndose de pie con una cara somnolienta.

 

Se colocó su uniforme y se dispuso a salir a la escuela. Sus padres aun no despertaban y eso significaba que su madre había tomado pastilla para el sueño y que su padre no iría a trabajar hoy. Suspiro con frustración añorando los días en los que le avisaban que ya era tarde a la escuela y tenía el desayuno preparado en la mesa… tiempos aquellos.

Preparo un licuado simple y con eso salió de casa ara caminar un kilómetro hacia su escuela. Una bufanda roja adornaba su cuello y  resaltaba lo bien que se veía con el uniforme aunque esto él no lo sabía. El uniforme consistía en un pantalón azul marino, una camisa blanca, chaleco crema y un saco igual al pantalón.

Llego a la escuela en la cual tenía una beca que cobraba solo él ya que si sus padres supieran que tenía dinero de seguro lo gastarían en alcohol u hoteles. Aunque el dinero no era mucho ya que se lo daban cada mes, le alcanzaba para subsistir tranquilamente.

Entro al gran patio y luego subió los escalones para dirigirse a su salón en el segundo piso. Vacío. Como siempre… realmente no entendía como era posible que los alumnos que tenía autos o Vivian cerca o ambas podía llegar tan tarde todos los días, pero tener el salón completamente vacío le reconfortaba un poco.

Sus compañeros empezaron a llegar uno por uno hasta que el profesor llego también y comenzó la clase. Clase de ecología era lo primero que tenía y era de lo más tediosa debido a que su maestro solo dictaba toda la hora datos que a nadie importaba, ni siquiera eran de su materia pero nadie podía contradecirlo.

Todo un día normal, hasta que…

 

-        ¡HOLA NARUTO!- grito una voz masculina que dejo a todos sorprendidos, seguido de un portazo. Un azabache de ojos negros con el uniforme escolar entraba como si fuese el rey de Inglaterra ante la mirada curiosa de todos y la mirada de furia del maestro. El azabache camino con elegancia hasta el lugar del rubio que miraba sorprendió y asustado al pelinegro que llego con la sonrisa más hermosa que hubiera visto. Las chicas de inmediato pensaron cosas indebidas con el guapísimo hombre que entraba al salón, casi hasta podrían ver rosas a su alrededor- ¡¿NARUTO?!... ¡¿Qué PASA?! Estas pálido.

 

 

-        Ahh disculpa ¿te conozco?-pregunto el rubio en tono bajo.

 

 

-        ¡¿QUE?! ¡¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿¿¿¿SOMOS NOVIOS Y NO TE ACUERDAS DE MI NOMBRE??????????!!!!!!!!!- grito el azabache dejando a todos confundidos.

 

El rubio tenia cara de póker face ¿Quién demonios es este loco? Se preguntó mentalmente mientras todos tenían los ojos como platos y las quijadas hasta el suelo.

Notas finales:

ESPERO Y ME DEJEN A MENOS UN COMENTARIO... PLEASE!!!!!!!! 

ACTIALIZARE MAÑANA SI LO HACEN TT.TT


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