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"Amigo imaginario" por ShiroBlasphemy

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Notas del capitulo:

Bien esto fue algo random que me dio por escribir, así que eso explicaría si no tiene mucha coherencia, pero aun así si estan leyendo esto, significa que ha llamado tu atención así que, espero les guste.

¡Nos vemos!

Aclaración:

(1): La canción que se menciona, la melodía vendría siendo esta o mas bien el intro solamente.

https://www.youtube.com/watch?v=iEw2mynM07Y


y el trozo de la canción que Kai Canta es de la misma canción. [Break my mind]

—Esto no es normal, cielo —insistía una mujer que atravesaba los 30 mínimo, intentando que su esposo por lo menos le prestase atención.

— Es solo un amigo imaginario, Yoshimi, ¿Qué tiene de malo eso? —suspiró el Shiroyama.

— Quizá tengas razón, pero tiene ese amigo imaginario desde los dos años, ha dejado de tener amigos reales por ese dichoso amigo, ¡por dios! Han pasado ya cinco años, tiene siete —Suspiró la mujer preocupada.

— Aun así ¿tu tuviste el tuyo hasta los doce, no es así? Él tiene siete, no le veo lo malo—insistió el hombre.

— Iré a hablar con el —suspiró la mujer una vez más, levantándose para dirigirse a la habitación de su hijo, tocó la puerta— Shima, hijo…

— Dime mami —susurró dulcemente con voz aguda y calmada el menor, dejó de lado el robot de juguete que portaba a un lado y la madre creyó ver que luego de eso el juguete se movió un poco.


— mi amor, hizo un lindo día ¿Por qué no saliste a Jugar con Takanori? —cuestionó con una sonrisa la madre.


— Taka dice que se siente observando en mi cuarto y yo no quiero bajar…—respondió el menor— con Kai puedo jugar mucho, él no se queja.


— No seas grosero —le riñó su madre, luego suspiró con suavidad y le sonrió— ¿me presentas a Kai? ¿Cómo me dices que se llama?

— ¡Sí! Se llama Tanabe Yutaka,  pero io le digo Kai porque es como el mar—respondió animado el niño, llevando consigo a su madre a la habitación.


Esta era de color azul cielo con varias manchas de pintura en las paredes, a causa del infante, varios juguetes por doquier pero lo que más resaltaba eran las puertas del armario abiertas de par en par, además de una mecedora frente a esta, sin embargo la madre ignorando aquello tan curioso, tomó asiento donde su hijo palmeó.


— Ne, mami, Kai tiene así de años—dijo mostrando todos los deditos de sus manitas— juega conmigo desde que tengo dos, él vive ahí—señaló el closet con una sonrisa inocente en los labios. — y siempre sale a jugar conmigo y se sienta allí, a veces me cuenta historias para dormir y hm, es todo —se rió.

— Oh, ya veo ¿Y Kai? ¿Cómo es el? —cuestionó la madre.

— Él tiene el cabello largo como el mío—pensó un poco— pero marrón como Taka, y ¡sonríe bonito! Se le hace un huequito aquí —se señaló la mejilla mientras sonreía de forma amplia.

— OH seguro ha de ser muy guapo —halagó la señora.

— ¡sip! Dice que gracias —dijo el menor luego de un ligero silencio en que miró hacia la mecedora, la señora asintió levantándose.

— Entonces te dejo jugar con Kai-chan ¿ne? —asintió con suavidad el niño.

— Si, chau mami —se despidió con una mano.



La mujer nada más poner un pie fuera de esa habitación, se frotó ambas manos, no había notado lo gélida que era la habitación de su hijo, pero el infante parecía tan mas cómodo ahí sin ningún indicio de sentir frio.



Uruha, no le vuelvas a hablar de mi — Escuchó Takashima a su amigo al cual volteó a mirar con un puchero— A nadie —Advirtió.


— pero ¿puque? —cuestionó marcando más el puchero.

Por qué pensarán que quiero hacerte daño—Respondió Kai con sencillez, meciéndose en la silla antes nombrada, causando un rechinido en  el piso de madera.

— Pero yo sé que no lo harás —respondió Takashima con una sonrisa en los labios.

Kai se levantó de la silla y se dirigió a shima y abrazándolo, se atrevió a susurrar con voz de ultratumba, aquella que hacía a su amiguito asustarse— Eso tu no lo sabes.

— Deja de bromear —se quejó el menor.

No lo hago—Sonrió Kai y volvió al asiento— ¿Cómo vas en esas clases en que tu mami te inscribió?

— Voy bien, sobresalgo —Puso los brazos en jarra y sonrió con orgullo.

— Bien, entonces ¿tocarías algo para mí? —Cuestionó Kai— Yo también se, ¿sabías?.

— ¡nunca me dijiste, malo! —Takashima abultó los labios en un puchero.

Bueno, ¿puedes tocar algo? —Cuestionó ahora Kai, haciendo un gesto con los labios.

— Claro, pero hay que ir a la habitación de al lado—dijo Takashima en un susurro, levantándose de la cama, tomó su peluche de cacatúa y salió del cuarto, Kai le siguió y al llegar a dicho cuarto, entró dirigiéndose al piano que ocupaba su madre siempre. — pero, no soy bueno eh.

Yo solo quiero oírte tocar —Respondió mientras tomaba asiento a un lado en aquel pequeño banco, junto a Takashima, tocó una tecla, una aguda.

— Primero tu —Le animó el más joven, Kai hizo un gesto, tornándose pensativo.

pero… luego ¿me ayudas tú? Necesito más de dos manos para tocar lo que se, solía hacerlo con un amigo… pero, él se fue y no pudimos más. —susurró Kai.

— Está bien —Asintió el de labios curiosos.


 (1)Takashima no tardó en escuchar las teclas sonar formando una melodía que no sabía decir si era tétrica  o animada, quizá una mezcla de ambas. Abultando los labios observaba sorprendido a su pálido amigo, quien parecía un experto en aquello.

— ¿y no tiene letra? —Cuestionó en un susurro, Kai paró y le miró, pensó un poco más y le vio asentir.

Pero, da miedo y es un pedacito nada mas ¿quieres escuchar? —Cuestionó el amigo imaginario.

— Claro, no impolta —Respondió el pequeño Uruha.

 Totalmente solo, rodeado de miedos
Atado a estos grilletes solo puedo ponerme a llorar.
No puedo llorar por qué me dijeron que moriría.
Oh no… se están acercando~

— Que cortito —dijo Uruha emberrinchado.

Chillón —le reprendió Kai, luego se levantó para ponerse tras el niño, tomando sus manos— te enseñaré ¿sí?

— Está bien —Asintió y sus manitas fueron guiadas a través de las teclas, el asombrado al ver que podía solo, animado prosiguió tocando y Kai sonrió.


Pronto…




— ¿Has oído eso? —cuestionó Yoshimi, orgullosa del niño, sonrió con completo orgullo por haber tenido la razón. — ¿ves? te dije que era buena idea.

— ¿Hm? Es cierto, lo toca bien —desde allí oía el moreno a su hijo, sin duda sorprendido.

— si pero… ¿Por qué toca eso? Es decir…—susurró la madre, con nerviosismo. — es una melodía algo tétrica, Yuu ¿no crees?

— Mujer, tú y tus paranoias. —se quejó el nombrado, abrazando luego a su esposa, dejando pequeños besos en su cuello— anda, mejor vamos a descansar ¿sí?

La mujer resignada a que su esposo no le haría caso, simplemente asintió y luego  de levantarse con el moreno se dirigieron a su habitación, no sin antes avisar al más pequeño de que durmiese temprano el cual dejando el piano de lado, asintió y se dirigió a su habitación.

— Buenas noches Kai —Susurró Takashima luego de salir del baño e ir a su cama a dormir, simplemente escuchó un simple rechinar, el de la mecedora, sabía que Kai velaría sus sueños como siempre.



El pequeño Uruha entre sueños logró ver un rubio cabello acompañando el espectral rostro de un niño de más o menos su edad, quizá un año mayor, este le observaba con el ceño fruncido, y susurrando decía.

— Aléjate de Kai, niño, es malo…

— Es mi amigo —respondió Uruha.

— Él no tiene amigos, pronto también te hará infeliz, vete —el niño desconocido frunció más el ceño mientras empujaba a Uruha, quien cayó sentadito.

— ¡no quiero! ¿Cómo lo conoces? ¿Quién eres? ¡Feo! —chilló el menor.

— Me llamo Akira, pero dile que Ue-chan le manda saludos —Susurró Akira antes de sonreír y nuevamente empujarle, observándole de forma severa, su rostro parecía desquebrajarse y agrietarse como si envejeciera, la mitad quedó como un auténtico cráneo antes de gritar— ¡Vete!



— ¡AHH! NOOOO —Chilló Uruha antes de comenzar a llorar al despertar, era casi de día pero aun así ese sueño le había asustado, ¿Kai era malo? ¿por qué?, no entendía.


— Hey, patito hey —susurró su padre al llegar con tan solo el pantalón de pijama, suspiró acariciando la cabecita de su hijo al sentarse a su lado y este de inmediato le abrazó— ¿una pesadilla?

— Si —susurró entre hipidos Uruha, aferrándose más al torso de su padre.

— ¿de que trataba? —cuestionó el mayor, abrazándose a su hijo.

— No sé—susurró luego de ver la mirada severa que le dedicaba kai.

— Está bien, descansa, aún es temprano —susurró y besó sus cabellos, antes de acariciar los mismos y dirigirse a su propia habitación.


¿Por qué tan tenso? —Cuestionó Kai, bastante seria.


— p-por nada…—tartamudeó Uruha, al recordar lo de su sueño, tomó mucho aire y le miró— U-Ue chan, te mandó saludos —susurró por lo bajo.

El pequeño cuerpo de Uruha se estremeció al ver como el rostro de Kai se deformaba en horror y enojo a su vez, tembló aún más cuando le vio acercarse y sentir aquellas frías manos apretar sus brazos.

¿Has hablado con Akira? ¿Cómo? ¡¿Por qué?!

— Yo… Kai, me haces daño —titubeó el menor.

¡Responde, Uruha!

— En mi sueño —Susurró este bastante aterrado.

No vuelvas a hablar con él, no lo mires, no lo toques ¡no! ¡te lo prohíbo! —exclamó Kai presionando más, causando un ahogado llanto en su amigo.

— Está bien —tartamudeó de nuevo.

Vale —Kai pareció calmarse, pero sin duda no sería la primera y última vez.




Los días pasaban, el pequeño Uruha tenía aquellos sueños con aquel niño constantemente, este seguía advirtiéndole que se separara de Kai, sin embargo El hacía Caso omiso, después de todo.

Era un niño…

Kai era su mejor amigo…

No lo dejaría, tampoco podía…

Igualmente aquel piano era su herramienta, su desahogo para calmarse junto con Kai, La misma melodía se había vuelto tan común en aquella casa que los padres solían extrañarse de no escucharla, claro eso solo… no pasó ninguna vez.


— Familia, tengo una buena noticia y una mala —Mencionó su padre durante la cena, Yoshimi y Uruha pararon de comer para mirarle con atención— Me han ascendido nuevamente de puesto.

— ¿Tendremos que mudarnos, verdad? —Cuestionó la madre mientras le veía.

— Así es, a Kioto —susurró el padre, el rostro cansado de Takashima se deformó fugazmente en una mueca de espanto.

— ¡pero está muy lejos! —Exclamó el pequeño con espanto.

— Pero es una mejor oportunidad, patito, podría comprarte esa guitarra que querías —dijo el padre, el niño negó y se levantó para correr a la habitación chillando un “no quiero”.


— Ah —suspiró el padre de este, dejó de comer y se levantó para seguir a su pequeño, al cual encontró en la mecedora echo una bolita llorando, le tomó entre brazos y le sacó para llevarle a la sala, dejándole en el sofá, el se sentó a su lado— Mi patito ¿Qué ocurre? ¿Por qué no quieres mudarte? —Cuestionó el moreno, luego de tomar asiento a su lado-


— Kai se va a enojar —susurró por lo bajo entre hipidos.

— Pero Kai ¿no puede ir contigo?

— Él vive aquí…

— Pero aun así… bueno, igual, no puedo rechazar esa oferta, nos mudaremos en dos días, así que mañana quiero que comiences a empacar —besó la frente del niño, antes de sonreírle y volver a la cocina con su esposa.

Takashima suspiró y colocándose de pie, fue donde sus padres, les miró con algo de pena— ¿podemos ver una película? Como antes —susurró, ambos padres se observaron extrañados entre sí, sin embargo asintieron a la propuesta y se levantaron.

— ¿Qué película quieres ver? —Cuestionó mirando a su hijo, quien pintó una sonrisa más que enorme en sus regordetes labios.

— ¡no se! —respondió y se tiró en el sofá, esperando ansioso. Shiroyama, tomó el primer estuche que se le cruzó y se lo mostró a su hijo, una película de terror, concluyó una vez que leyó el pequeño título, asintió. Se creía lo suficientemente valiente.


La película dio inicio y el menor a través de esta daba algunos sobresaltos causando risas en los padres y alguno que otro “¿Tienes miedo?” de su madre, no sabía si este luego tendría pesadillas, pero este simplemente negó, llegada una escena donde aparecía una niña con los ojos completamente negros y un aparente disparo en la zona de la frente, Uruha señaló a la pantalla.

— Así luce Kai…—comentó con inocencia, la madre y el padre algo temerosos de aquello le preguntaron, tomando el padre la palabra.

— ¿Cuál Kai, pequeño?

— Ya sabes, mi amigo, el que vive en el closet —bostezó y se refregó un ojito, levantándose— iré a dormir.

Sin dejar tiempo a escuchar los cuestionamientos, el menor no tardó en correr a su cuarto y fue a recostarse, al escuchar a su amigo abrir las puertas del closet, se hizo más una bolita, sabía que estaba enojado.


Te dije que no les hablaras de mi —susurró kai con voz suave, se sentó a su lado.

— Lo siento, Kai… tengo que decirte algo —Susurró Uruha.

¿Qué ocurre? —Cuestionó el mayor de ambos, acariciando el cabello de Uruha.

— Nos vamos a mudar y yo no quiero —susurró el pequeño, Kai se quedó quieto observando con el ceño fruncido a su amiguito.

¿no quieres? —Cuestionó con un brillo en los ojos que Uruha no había visto antes, asintió a la pregunta.

— No —respondió y Kai le llevó consigo al armario— Soy feliz aquí…

Entonces quédate conmigo —susurró haciéndose una bolita con Uruha entre sus brazos, una sonrisa perversa se iba formando en los labios de Kai.

— no puedo —susurró Uruha, Kai entonces frunció el ceño.

Sí que puedes, puedes quedarte, y jugar… Con Ue-chan y conmigo, en nuestro mundo  —susurro Kai.

 — Entonces, me quedo —asintió Uruha abrazándose con fuerza a Kai.

Uruha observó como en cámara lenta las puertas del armario se cerraban y luego un grito bastante desgarrador se dejó oír del pequeño, Los padres del mismo salieron corriendo al escucharle, intentaron abrir la puerta del mismo pero era en vano, podían escuchar aun los chillidos de dolor de su hijo, Asustado El mayor no dudó en tirar la puerta luego de algunos intentos, al lograrlo no vio nada raro, asustado rebuscó llamando a su hijo.

— ¡KOUYOU! ¡KOUYOU! —Le llamó, solo faltaba un lugar por mirar, el armario, al abrirlo con temor, sintió su estómago revolverse al un olor nauseabundo como de un cuerpo en descomposición de varios días llegara a sus fosas nasales.

El padre pudo observar como de la parte del abdomen salían los intestinos y alguno que otro órgano de su hijo, pero lo que más llamó su atención fue que en un rincón de aquel armario se encontrase un niño bastante pálido, de cabello color chocolate, observándole con fijeza y una sonrisa perversa en los labios, sus manos pintadas de un color carmín, le señaló con esta.

Él dijo que quería estar conmigo por siempre, en mi mundo —Le escuchó susurrar, Shiroyama escuchó tras de sí un grito desgarrador bastante agudo, se trataba de su esposa quien presenciaba lo mismo.

— Vamos, ¡Vamos Yoshimi! —Exclamó alterado el pelinegro tomando esta de los hombros y así Kai desde la ventana les vio salir de la casa con una expresión de horror, sonrió despidiéndose desde la ventana con la mano. — igual tienen que volver, ¿verdad que si Uru? ¿Verdad Ue? —Cuestionó girándose, vio a los menores  asentir, ahora eran como él, ahora tenía un amigo más con quien jugar.



Ahora no estaría solo, no de nuevo…







El pequeño Takanori no podía dormir, cada noche escuchaba una tétrica melodía de piano de la casa de al lado y voces cantando. ¿Qué tenía de extraño? ¿Qué tenía de perturbador?
Tan solo el mero hecho de que los vecinos que tenía se habían mudado, además… la casa estaba completamente vacía y no había sido habitada en meses.
Pero lo más extraño del caso, era el escuchar a Uruha, su vecinito llamarle desde el closet de su propia habitación,



Totalmente solo, rodeado de miedos
Atado a estos grilletes solo puedo ponerme a llorar.
No puedo llorar por qué me dijeron que moriría.
Oh no… se están acercando.

Help me...




 pero estaba muerto, ¿no?

Notas finales:

— En fin! Espero les haya gustado y dejen un rw para saber si así fue. ^^ 

¡Gracias por leer!


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