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~~Por la noche~~ por Kara no sora

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del fanfic:

Estará compuesto por historias one shot (maximo de dos capitulos, como el primero)... 

En otras palabras, cada capítulo será una especie de viñeta entre momentos del manga.

Trataré que sea una mini historia completa cada capítulo pero que haya conexión entre capítulos…

 

Que enredoso estuvo eso Dx jejeje espero que les agrade *w* y me dejen un comentario >///< y si nos les gusta, que me dejen una sugerencia para mejorar >u<

 

 

 

Está marcado como terminado porque la primera mini historia lo está >u<

 

Pero le faltan varios momentos que pasan ~~Por la noche~~ Así que habrá más capitulos >u< y más acción *w*

Notas del capitulo:

Empecemos con un poco de acción >u<

Esta primera historia estará en dos capítulos >u< espero que les guste y me dejen un comentario o un regaño si no les agrada x3 las sugerencias también son bienvenidas *w*

~~Por la noche~~

Ese mayordomo… ¿castigado?

 

─Estúpido demonio… ─El ojo, libre del parche, del joven amo, se mantenía fijo en la puerta de su habitación con expresión furiosa. Estaba sentado en el borde la cama, con los brazos y piernas cruzadas. Unas esposas colgaban de una de sus manos, balanceándose levemente, mientras que el cuerpo del conde se mantenía totalmente estático. La vena en su frente sobresalió al darse cuenta que la puerta comenzaba a abrirse.

 

─Lamento la demora, bocchan… ─Habló desde la puerta, sin dirigir la mirada a su amo, mientras empujaba el carrito con la comida─. Pero tuve que ir a buscar a los sirvientes porque me pareció extraño que no hubieran hecho uno… de… ─Sebastian había dirigido la mirada a su señor, encontrándose con la expresión furiosa de este. Una expresión de sorpresa apareció en su rostro, pero recuperó la compostura segundos después─ sus acostumbrados desastres. No los encontré así que vine primero a traerle su cena… y luego…

 

─Ellos no están en la mansión ─habló el conde, con tono despectivo, desde su posición que no había cambiado en absoluto. Salvo por su ojo que seguía los movimientos del demonio; mientras este se acercaba a él. Sebastian enarcó una ceja ante esa afirmación. Y antes de que pudiera decir nada: Ciel habló─. Les dije que se tomaran la tarde libre para ir a ese estúpido festival que hay en la ciudad. Así que pasaran la noche en la mansión de allá…

 

─Fue muy amable de su parte, bocchan ─Dijo el demonio tomando la taza de té.

 

─Deja eso ahí. No tengo hambre ─Ordenó el más joven poniéndose de pie, mientras jugaba con las esposas en una de sus manos. Sebastian lo miró asombrado. 

 

─¿De dónde saco eso, bocchan? ─Pregunto mientras buscaba la ropa de dormir de su amo.

 

─¿Eres nuevo? ¿Qué acaso no sabes quién soy? ─La voz y la expresión de Ciel cada vez mostraba más ira. Su ojo estaba fijo en el mayordomo que se acercaba a él después de depositar la ropa en la cama.

 

─Creo que hoy está de muy mal humor, bocchan ─Sebastian se había inclinado para desvestir a su amo, pero este le apartó la mano de un manotazo─. ¿No quiere que lo vista? ─Preguntó sombrado, observando atentamente al joven. No recordaba haberlo visto tan molesto─. ¿O quiere darse un baño antes dor…?

 

─Cierra la boca ─Soltó con los dientes apretados. Los ojos de Sebastian se abrieron por la sorpresa─. Claro que estoy molesto, demonio idiota ─Ciel caminó, con su acostumbrada elegancia, hasta quedar a un lado de su cama, dándole la espalda al demonio, que lo miraba incrédulo.

 

»Recuéstate en el centro de la cama ─los ojos del demonio destellaron por un segundo y una sonrisa demoniaca mostró sus afilados colmillos. Pero no se movió. Sus ojos seguían fijos en su amo, que le daba la espalda, dirigiendo su rostro a la cama, aún vacía.

 

─¿Qué…? ─No podía dar crédito a sus oídos. ¿Qué estaba planeando su amo?

 

─Lo que oíste. ¿Lo harás voluntariamente o quieres que lo ordene? ─Avanzó lentamente, con la mirada fija en el conde, rozándolo con su brazo al pasar a un lado de él para sentarse en la cama, justo frente a él─. Los zapatos…─Sebastian le sonrió a su amo; al tiempo que con movimientos sensuales se deshacía de los zapatos y se recostaba en la cama, sin apartar su mirada de la del Conde.  Quien a pesar de mostrar un leve sonrojo, en sus ojos seguía teniendo una mirada y expresión furiosa.

 

─¿Esto debe de decirme que soy yo el causante de su enojo? ─Habló mientras veía como el conde se deshacía de sus zapatos de forma brusca y se subía a la cama.

 

─Las manos sobre tu cabeza ─Sebastian ensanchó su sonrisa al tiempo que una de sus manos cumplía la orden, pues la otra fue detenida por la de su amo, que se colocaba a horcajadas sobre él, recargándose en sus rodillas.

 

»Idiota ─Dijo simplemente mientras cerraba una de las pulseras de las esposas en la muñeca del demonio (de la mano que mantenía agarrada) y se inclinaba para trabar la cadena en el respaldo de la cama. Agarró la otra mano del demonio, (que se dejaba hacer por el niño con una sonrisa divertida y una chispa de curiosidad en su mirada) volvió a inclinarse, quedando su rostro muy cerca del de el demonio, antes de atrapar su otra muñeca con las esposas. Dejándolo con los brazos arriba.

 

»Sé perfectamente que puedes deshacerte de ellas en un segundo ─le habló colocándose a centímetros de los labios del mayor─. Esto es una orden, Sebastian ─los ojos del demonio volvieron a mostrar sorpresa; sus ojos rojos destellaron mientras veía como su amo se retiraba el parche, con movimientos provocativos y sonrisa de superioridad: estaba atrapado a la disposición de su muy enojado amo─: no puedes quitarte las esposas hasta que yo lo diga ─Rozó su labio superior con el inferior del mayor, sintiendo el cuerpo del demonio tensarse, una leve risa escapó de sus labios, enderezándose─. ¿No te gusta estar vulnerable?

 

Los ojos del conde seguían mostrando una mirada furiosa, aunque su expresión se había suavizado. Sebastian le regaló una sonrisa retadora. Haciendo que la expresión del más joven volviera a endurecerse. Esta vez había hecho enojar de verdad a su amo.

 

─¿Puedo saber que lo hizo enojar tanto? ─Le pregunto con naturalidad. Haciendo que un destello demoniaco adornara los ojos de su amo. Sabía perfectamente porque estaba enojado. Pero se divertiría un rato jugando con él. No esperaba que una bofetada lo hiciera desviar la mirada.

 

─Sabes perfectamente porque ─Volvía a apretar los dientes. Se inclinó apoyando sus manos a los costados del demonio para tomar su labio inferior y morderlo con moderada fuerza. Haciendo que Sebastian cerrara los ojos con fuerza─. Tu cuerpo humano siente dolor, ¿verdad? ─Preguntó con mirada traviesa. Los ojos del demonio brillaron cuando los abrió. 

 

─¿Así que seré castigado? ─Cuestionó alzando un poco las caderas para rozar sus muslos con los de su amo. Haciéndolo sonrojar levemente y que sus brazos temblaran un poco.

 

─¿Por qué lo hiciste? ─Preguntó quitándole la corbata con nada de delicadeza. Para luego abrirle el saco. Sebastian se mantenía callado viendo atentamente los movimientos agresivos de su amo, que ahora desabrochaba el chaleco─. ¡Responde! ─En un impulso de ira tiró de la camisa del demonio haciendo que los botos restantes saltaran de la tela. Sebastian abrió los ojos con sorpresa─. ¿De verdad era necesario que lo hicieras? ─Ahora no solo ira inundaba la mirada, expresión y voz de su amo; si no que pudo sentir resentimiento en su voz. Para sorpresa de Ciel, la mirada de Sebastian se enterneció, pero no su voz.

 

─Solo cumplía mi deber. Usted me ordenó conseguir esa información ─Su monótona voz fue a parar como una daga al corazón de su amo. Que rozó con sus dedos el ahora desnudo abdomen del demonio, sin apartar la vista de sus ojos. Subió su mano hasta encontrarse con uno de los pezones donde lo atrapó entre su dedo índice y medio y tiro con fuerza él: arrancando un leve gemido de los labios del demonio, que arqueo levemente la espalda, volviendo a rozar con los muslos del menor.

 

─Pudiste hacerlo de muchas formas distintas ─Su voz seguía sonando enojada, pero sus ojos se habían entristecido.

 

 ─No había mucho tiempo… ─Sebastian cerró los ojos antes de hablar. Había cometido un error. Debía aceptarlo. Pero nunca pensó que su joven amo se molestaría por algo como eso.

 

Los ojos del demonio se abrieron de golpe, su espalda se arqueo y sintió sus manos ser detenidas por las esposas cuando trató de moverlas. Ciel había dejado caer su cuerpo, para sentarse sobre la entrepierna del demonio: haciéndolo gemir tanto de dolor como de placer.

 

─Yo soy tu ¡amo! ─Le dijo elevando la voz; al tiempo que movía un poco sus caderas rozando su trasero con la entrepierna del mayordomo, que empezaba a despertar. Sebastian contuvo un gemido mordiéndose el labio inferior. Ciel escuchó orgulloso el tintineo de las esposas y el leve suspiro del demonio─. Lo que significa que tu cuerpo también me pertenece ─Habló rechinando los dientes por la ira; inclinándose de nuevo sobre el pecho del mayor tomando uno de los pezones con sus dedos mientras con sus labios tiraba del otro. Obteniendo un nuevo gemido de los labios del mayor─. Y será así hasta el día que tomes mi alma ─Sebastian arqueo un poco la espalda al sentir el aliento de su amo sobre uno de sus pezones, pues había hablado muy cerca de él.

 

Las caderas de Ciel se movieron con un poco más de fuerza sobre la entrepierna del mayor, como la propia comenzaba a despertar. Tocó con la punta de su lengua el pezón sintiendo con deleite como la piel del demonio se erizaba. Viendo de reojo como cerraba los ojos y se mordía el labio.

 

─No vuelvas a permitir que alguien toque lo que es mío ─Dijo con voz amenazadora, recalcando la última palabra; pasando sus labios por la clavícula del demonio, subiendo por su garganta sintiendo como la respiración del demonio comenzaba a alterarse─. Es una orden ─Agregó incorporándose para verlo a los ojos; acercándose a su rostro. Sebastian le sonrió con complicidad y levantó el rostro para acercarse a sus labios pero Ciel se alejó. Sebastian arqueo una ceja─. Dije que era una orden ─El sello en su ojo destelló por un momento. El conde sonrió con superioridad acercando sus labios a una de las orejas del mayor para acariciarla con ellos.

 

─Yes, my lord ─Dijo liberando una sonrisa. Ladeando la cabeza para hacerle más fácil la tarea a su amo de besar detrás de su oreja y bajar un poco por su cuello.

 

─Así está mejor… ─La expresión de furia del amo se había convertido en una pervertida, cuando se incorporó para decir esas palabras─. Pero eso no te salvará del castigo ─Aclaró moviendo sus caderas suavemente sobre la entrepierna del demonio, sintiendo con placer que iba despertando poco a poco, mientras observaba atentamente la sonrisa del demonio que le mostraba los colmillos con la mirada pervertida que el conde ya conocía muy bien. 

 

Ciel dirigió sus manos al lazo en su cuello para desanudarlo y dejarlo a un lado. Para luego hacer lo mismo con el saco, el chaleco y desabotonar la camisa. Sin dejar de mover sus caderas sintiendo la dureza del demonio y viendo complacido como suspiros salían de sus labios y como sus rojizos ojos le veían con lasciva.

 

─¿Quieres que te suelte? ─Le preguntó al demonio pasando sus dedos por su propio pecho. Los ojos del demonio brillaban con lujuria─. ¿Te gusta verdad? Tocar con tus colmillos… aquí ─Cuestionó pasando un dedo por su pezón. Viendo con deleite como el demonio lo devoraba con los ojos al tiempo que pasaba su lengua por sus labios, acariciando sus colmillos. Comenzaba a molestarle el estar amarrado.

 

El conde comenzó a jugar con ese pequeño botón, gimiendo levemente al sentir la despierta entrepierna del demonio rozar con su trasero cubierto por la ropa. Mantenía la mirada fija en el demonio que siguió con su mirada rojiza la mano del conde que se acercó a su rostro y delineo con su dedo índice sus labios. Tocando con la uña uno de los colmillos. Dejó que Sebastian lo atrapara entre sus labios. Lo empujo un poco para entrar en la boca del mayor sintiendo como este era inmediatamente atrapado por la hábil lengua del demonio. Un gemido más audible escapó de sus labios al sentir como la lengua de Sebastian empujaba su dedo fuera y los labios lo detenían para que él volviera a empujar y sucediera lo mismo.

 

La otra mano del más joven dejó su cuerpo para deslizarse por el pecho del demonio, sintiendo la piel erizarse y como los colmillos del demonio se encajaban levemente en su dedo cuando comenzó a jugar con uno de sus pezones: lo atrapaba entre sus dedos, tiraba de él, hacia círculos a su alrededor con la yema de sus dedos y con sus uñas. Logrando liberar un gemido de los labios del mayor. La mano subió por su pecho, pasando por la garganta para luego dirigirse a la nuca y enterrar sus dedos en el cabello del demonio. Recargando su desnudo pecho contra el de su acompañante. Retiró su dedo de la boca del mayor para colocarlo sobre sus labios (como si le indicara que callara). Luego acercó sus labios para besarlo sobre su dedo haciendo un sonido lascivo. Un gemido de queja dejó los labios del demonio haciendo que Ciel riera complacido por la reacción. Volvió a acercarse, asegurándose que Sebastian viera como pasaba su lengua por su dedo, sin llegar si quiera a rozar sus labios. Cuando se incorporó riendo de su juego, una fugaz sorpresa cruzó sus ojos al ver la mirada enojada del mayordomo. Pero segundos después volvía a sonreírle con burla, escuchando el sonido de las esposas más fuerte que antes.

 

─No puedes soltarte ─Le dijo con voz sensual y una sonrisa pervertida. Más que un recordatorio era una frase usada para torturar. La respuesta de Sebastian fue alzar su cadera para que su dura entrepierna golpeara el trasero de su amo; haciendo que sus piernas temblaran y liberará un gemido con relativa fuerza, al tiempo que el sonrojo en sus mejillas aumentaba─. No pienso dejar que tus labios sucios toquen los míos ─Le dijo con furia. Restregando su trasero en el miembro de Sebastian con más fuerza de la necesaria haciéndolo gemir nuevamente, el mismo no pudo reprimir un gemido al sentir el miembro erecto del demonio. Los ojos lujuriosos del demonio se abrieron por la sorpresa.

 

─¿Su-sucios? ─Utilizó toda su fuerza para usar su monótono tono de voz. Fallando casi imperceptiblemente a causa de su entrecortada respiración. Ciel sonrió al escucharlo. Vanagloriándose internamente de conocer perfectamente todos los aspectos del demonio cuando se trataba de sexo.

 

─¿Por eso no hablabas? ─Le dijo acercándose a su oreja y pasando la lengua por ella─. ¿Quieres fingir que nada de esto te afecta? ─Sonrió con superioridad. Haciendo que la expresión molesta del demonio se intensificara. Ciel se inclinó para acariciar con la punta de su lengua la clavícula y garganta del demonio. Haciéndolo arquear la espalda─. Y sí… sucios ─Agregó mordiendo con un poco de fuerza el cuello blanco del mayor─. No pienso tocarlos después de que esa bestia los tocó ─Afirmó enderezándose. Sebastian soltó una risita que le costó que los dedos del conde tiraran de sus pezones─. No le encuentro el chiste ─Gruño con voz ponzoñosa y expresión asesina─. Y a decir verdad… ─agregó incorporándose (quedando sobre sus rodillas y lejos de la atrapada erección del demonio); y apartando sus manos. Haciéndolo gruñir molesto─ no estoy seguro de querer hacerlo después de que ella te tocó.  

 

─N-nunca b-bese a Beast  ─Dijo Sebastian con la respiración agitada, viendo atentamente la reacción del conde.

 

─¿Q-qué? ─La sorpresa fue evidente en el rostro del conde─… Pero para conseguir la información tú…

 

─Eso no quiere decir que la haya besado, bocchan ─Le interrumpió el demonio viendo encantado como la confusión se apoderaba de su amo─… ¿De verdad cree que dejaría a un vulgar humano tener el privilegio de tocarme? ─Agregó con sensualidad y mirada provocativa. Disfrutando de como el sonrojo se apoderaba del rostro de su amo. 

 

─Aun así… ─dijo después de un minuto, tras recuperar la compostura. Dirigiendo una de sus manos a la entrepierna del demonio y presionándola con sus dedos. Escuchando orgulloso como un audible gemido escapaba de la garganta del mayor, que levantó las caderas y movió los brazos, haciendo sonar la cadena─. Ella tuvo algo que me pertenece solo a mi… ─Su mano libre subió por el vientre hasta el pecho, mientras la otra acariciaba la erección por sobre la tela. Usando su concentración en torturar al demonio, para olvidarse de su propia excitación, que comenzaba a causarle dolor─. Así que recibirás tu castigo… ─Agregó inclinándose para tomar entre sus labios uno de los pezones del demonio. Escuchando con deleite un gemido de los labios del mayor y el tintineo de las esposas. Jugó con los pezones del mayor hasta que se sintió complacido de morderlos, lamerlos, tirar de ellos…

 

 

~~Continuará~~

 

Notas finales:

Ya sé, ya sé… se detiene cuando empieza la acción >///< pero bueno… es la idea >u< dejarlos con un poquito de ganas >u<

Espero no haga que me odien en el primer capítulo T_T

La otra parte ya está escrita x3 así que no tardaré mucho en subirla, solo hay que corregirle algunas cositas x3 >u<

 

Ojalá que les haya gustado >u<


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