El hijo de la noche
Su cuerpo se movía al compás de la música, su sonrisa de cretino le daba un toque diferente a su persona, lentamente anduvo y sin dejar de ver los ojos de ese hombre que lo miraba con lujuria, se encontraban en una habitación privada
El hombre se encontraba sentado en el sofá mientras el castaño se iba a con él, sonriendo de lado
-me encanta como te mueves—dijo el hombre al chico
-a mí me encanta que se queden callados
-valla que me saliste rebelde—el castaño tomó asiento en sus piernas
-no tienes idea—dejó que las manos tocaran su cuerpo, estirando la mano tonando una pequeña píldora y se la puso en la boca
Levantando la mirada de ese hombre para así poder besarló, con gusto acepto el gesto, con su lengua paso la píldora a la boca del hombre y con su saliva lo obligo a tragársela
-¿Qué fue eso?
-una píldora azul—sonrió
-no necesito de ninguna maldita píldora para estar caliente
-lo sé—sonrió triunfante, como siempre le pagarían sin hacer nada, después de unos minutos el hombre estaba dormido, el chico que vendía su cuerpo lo desnudo, lo acostó en la cama y araña su espalda, haciendo un desastre en ese habitación, satisfecho por su trabajo sacó de la cartera del tipo el pago y un poco más y salió de la habitación de nuevo al bar, se acercó a la barra, recargando sus codos en la mesa de vidrio mientras veía la pista y le daba la espalda al cantinero
-hoy tardaste menos Francesco—el nombrado se encogió de hombros
-eh… era un hombre ocupado, le urgía dormir—sonrió, de nuevo había hecho sus trampas
-ya llevas tiempo aquí y no te has acostado con nadie, me impresionas—Francesco se volteó a ver al cantinero
-se trata de inteligencia, simple lógica, es difícil saber lo que haces si tienes los ojos cerrados
-eres único
-gracias—sarcasmo—bien ya me voy –dijo tomando su chaqueta y retirándose, no sin antes ser detenido por el cantinero
-espera, y que hay del dueño
-me importa una mierda esa lamina, yo me largo
-el día que se entere de tus trampas no sólo te despedirá
-creme que no me importa lo que me pase
-se supone que lo haces para que no te vuelvan a tocar—se quedó quieto en la puerta
-sí, y no lo harán —dicho eso salió del bar directo a las carreras clandestinas, subió a su auto y salió de ese lugar, tenía dinero suficiente para apostar esa noche
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Mientras tanto, en una enorme mansión situada en los barrios ricos de esa ciudad se encontraba un aburrido chico rubio cenando junto a su familia y los familiares de su comprometida, jugaba con el plato manteniéndose ajeno a la cena, al concluir el chico caminaba a su habitación hasta que la voz de su padre lo detuvo
-¿no piensas disculparte?
-¿de qué? Claramente no quería estar en esa aburrida cena—dicho eso subió las escaleras directo a su cuarto
-Lightning… LIGHTNING—el hombre sólo escucho la puerta del cuarto de su hijo azotándose fuertemente—ya no sé qué hacer con ese muchacho—dijo caminando asía el sofá y sentándose en este, sirviéndose un trajo—espero que el matrimonio lo ayude
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Mientras tanto en la habitación del rubio, este saltaba por su balcón directo asía el patio, camino asía su auto, si se apresuraba alcanzaría la última carrera clandestina de la ciudad, puso en marcha el auto y partió asía las calles
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Ambos motores gruñían mientras esperaban la señal de arranque, el conductor del carro de la derecha miraba atento el camino, con una sonrisa de triunfo, después de todo él había competido en una carrera real y había ganado, un novato en las ligas profesionales pero un experto en las carreras clandestinas, tenía que desahogar su estrés y esa era la mejor manera de hacerlo, mientras el conductor de la izquierda tenía un porte tranquilo pero con un alto ego, un chico presumido y el mejor en estas carreras, ambos competidores se miraron y ambos sonrieron de manera triunfante, ambos en sus mentes decían que serían el campeón de la carrera
Cuando dieron la señal el sonido de las llantas casi aturdía al público, los gritos de emoción se escucharon mientras veían a los carros partir, esquivaban coches, se movían con agilidad y rompían las leyes de transito por esa carrera, la adrenalina se apodero de ambos corredores al momento de estar en riesgo, tantas oportunidades para chocar y volcarse pero ninguna tomaron, eran perfectos
Ambos autos llegaron a la meta siendo el campeón un chico de cabello castaño, que salió del auto levantando sus manos
-como se esperaban, el gran Francesco gano otra carrera—el otro competidor salió enojado de su coche directo a con el chico
-no puede ser ¿Cómo un chico de carreras clandestinas pudo ganarme?
-fácil, porque soy mejor que tú—el asentó Italiano se notó en su frase
-eso ya lo veremos—camino de nuevo a su carro cerrando la puerta con ira
-vaya que mal perdedor eres Mcqueen—se molestó aún más—el novato que gano la copa pistón perdió contra el gran Francesco—se burló, el chico arranco el carro y se marchó de los barrios bajos, teniendo en mente a ese corredor clandestino
-si eres tan bueno ¿Por qué estás en ese lugar?—se dijo así mismo, porque un chico que tenía un futuro en las carreras de la primera división se encontraba en ese sitio, esa sonrisa de orgullo e hipocresía escondía muchas cosas y en su mayoría trágicas. Un chantaje, mentiras, una violación… un cruel pasado que escondía en una sonrisa de superioridad.
Continuara……………………………..