“Por favor no….te lo suplico…por favor detente…me duele….mis ojos ardían...Dolia mucho, llorar después de mucho tiempo de felicidad es amargo… el se reía… por favor...Que alguien me ayude…
-Mi querido….el mundo es cruel…así que vete acostumbrando a esto- el peli rojizo me mostro una sonrisa de satisfacción, me siento sucio…es repugnante... Aun así me levanto del lugar y me llevo ante los demás…-Señores les tengo una noticia… de ahora en adelante una nueva flor a florecido en el jardín-detente…. Tomo mi mano y planto un beso el cual acabo con mi cordura….era asqueroso…-les presento a…. La flor del desierto – Te odio…”
La luz que entraba por la pequeña ventana hizo que abriera mis parpados lentamente, para mi desgracia había vivido otro día mas…aun tenia pulso… además de la repugnante pesadilla que tuve otra vez, trate de taparme con la delgada sabana pero en cambio recibí un golpe en las costillas haciéndome toser
-hey ya levántate, no tienes tiempo que perder, hoy es la llegada de los nuevos y tú no puedes holgazanear, Mira que la tienes fácil que seas el preferido estúpido- con esto el hombre de pelo negro escupió en mi cara y se fue riendo…demonios, odio que digan que soy el “preferido” es repugnante tener ese renombre, mire el suelo un poco mareado…
¿Por qué aun despierto? Todas las noches pido ya no despertar morirme de una forma bella, morir teniendo un momento de paz llamado sueño y poder escapar de esta pesadilla, pero por más que lo pido nunca ocurre. Ya sin más remedio me levante del suelo para poder ir a lo que se podría considerar un baño… me quite lo que llevaba y mire mi moreteado cuerpo… aun que dolieran era mucho mejor que trabajar, a “el” no le gusta que vean la mercancía marcada o maltratada por lo que por ahora no puedo salir…
Con muy poco empeño me bañe y vestí lo mas provocativamente posible, los pantalones ajustados color negro y la camisa a medio abrochar era la forma más fácil de que como mínimo no se enojara conmigo después de todo tenía que ir con él y seria golpeado de nuevo si vestía ropa normal, después de unos minutos salí solo para encontrarme con un azabache que me miro fijamente de pies a cabeza, demonios ahora viene el sermón
-¿Porque estas vestido así a esta hora? Además hoy no vas a salir ya te lo han dicho ¿por qué no…-el azabache comenzó a regañarme, el es la persona que tiene más tiempo aquí…su historia desconocida, apodo… Ipomea, una flor que provoca alucinaciones, la razón del apodo? Su apariencia es muy diferente a la de sus años, además de que, según algunos clientes, te hace alucinar con algo hermoso
-Kisa-san por favor no…-iba decir algo pero el guardia paso a un lado de nosotros y se paró a un lado, el mismo que me despertó esta mañana para ser precisos
-te espera en su oficina- chisque la boca molesto odio que tenga que ir con él, Kisa solo me miro comprendiendo todo y mostrando una mueca con algo de miedo, en ese instante lo mire y trate de sonreírle
-estaré bien, no te preocupes- le dije tratando de calmarlo un poco, aun que ni siquiera yo confió en que esas palabras sean verdad, Kisa solo asintió y me dejo ir, camine hacia el hombre el cual me miro con una risa hipócrita y superioridad
-espero y así te comportes con el… no vayas a hacer que se enoje, porque nos llevas de corbata a todos imbécil- me escupió cada palabra con odio mientras me llevaba a donde nuestro gran jefe, solo opte por ignorarlo aun que tiene un poco de razón, por más que quieras, el siempre pide que yo sea el que lo satisfaga , cosa que me repugna… él fue el que me encerró aquí, él fue el que rompió con cada una de mis metas y sueños … el… me quito lo mas preciado para mi…
Al momento recordé ese día… ese doloroso día… mis ojos comenzaron a arder un poco, malditas lágrimas, ya no tendrán lugar en mis ojos…ese día lo prometí… nunca volveré a llorar, a mostrarle lo patético que era… y también prometí… recuperar ese preciado tesoro, de eso hace 6 años que digo lo mismo, que haga lo que haga aun amanezco en la fría sabana tendida en el suelo, pero aun así, nunca me rendiré
-Llegamos… así que ya sabes maldito idiota, trata de tenerlo contento imbécil- ante sus palabras fruncí el ceño, siempre me recuerda lo mismo
- si tan contento lo quieres por qué no lo haces tú?- le respondí con un tono de enojo y rencor, ante esto el solo sonrió mas mostrándome que no se había visto afectado por mi comentario
-porque no soy un estúpido prostituto como tú, grandioso Ritsu Onodera-