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Habitación del Placer/ Plaisir Chambre por Shamita

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Notas del fanfic:

Bueno la verdad esto inicio como otra travesura mia pero de pronto no pude dejar que terminara tan facilmente mi travesura jijijiji

 

Bien al inicio solamente seria un one-shot pero la verdad una cosa llevó a la otra y sin darme cuenta habia crecido tanto que no podria ponerlo en un solo capitulo por lo cual opte por hacer cuatro capitulos.

CAPITULO UNO

 


Su mejor amigo Yasuda Gou lo había invitado a ir a aquel lugar, que además de ser un bar funcionaba también como una casa de placer, su primer pensamiento fue que por ninguna razón le haría ir pero después de pensárselo varias horas decidió ir después de todo no tenía nada mejor que hacer ya que apenas tenía dos días de haber regresado de New York.


A las diez de la noche un coche negro se estaciono frente a la entrada del Bar “Plaisir Chambre” –una mansión del estilo europeo que se encontraba alejada del centro de la ciudad con unos viñedos y sus propias bodegas pero con acceso limitado– del interior del vehículo salieron dos varones. El que salió del lado del conductor era Yasuda Gou un varón de treinta años, de cabellos negros al igual que sus ojos que eran enmarcados por unos lentes que vestía con pantalón negro, camisa blanca y un saco gris oscuro con zapatos negros mientras que el otro era Kirishima Zen un varón de veintinueve años de cabello ensortijado castaño y mirada color miel que vestía un traje azul con una causa celeste, zapatos y cinturón cafés a juego.


Ambos jóvenes varones caminaron hasta la entrada donde se encontraban dos hombres mucho más corpulentos que ellos y que se hicieron a un lado cuando Yasuda mostro su tarjeta de miembro VIP y la tarjeta de invitado que saco para su amigo.


Dentro se encontraron con un vestíbulo en el que se encontraba un varón de cabellos castaño y ojos cafés con un traje negro y una camisa celeste con una corbata de líneas diagonales de colores negro, gris y azul celeste.


–     Bienvenidos caballeros –saludo el de traje negro– a “Plaisir Chambre”.


–     Sr. Asahina gracias por recibirnos personalmente –hablo Yasuda dándole la mano al otro–. Él es mi amigo Kirishima Zen, es de quien le hable.


–     Sr. Kirishima –dijo el otro dándole un apretón de manos al castaño– es un placer tenerlo aquí y que haya aceptado la invitación que le enviamos por medio del Sr. Yasuda.


–     Si, bueno siempre es bueno experimentar cosas nuevas –hablo Kirishima.


–     Bien acompáñenme los llevare a su habitación –dijo el de traje negro para comenzar a caminar seguido de los otros dos.


Kirishima pudo observar como a los lados del vestíbulo se daba paso a dos bares –cada uno a un lado de este– en los cuales se podía ver por todo el lugar a varones siendo atendidos tanto por donceles y mujeres vestidos de camareros. 


–     Señor Yasuda tenemos todo preparado tal y como usted lo pidió –hablo el varón, que los llevaba ahora hacia una escalera que se encontraba al centro del lugar, mientras el nombrado asentía con su cabeza–. Señor Kirishima solo tenemos un par de reglas aquí y esas son muy simples… 


–     ¿De verdad? En este tipo de lugares no sabía que se tenían reglas –dijo el castaño interrumpiendo al otro mientras sonreía de medio lado.


–     Si Sr. Kirishima, vera nosotros protegemos a nuestro personal por eso se establecieron estas simples reglas –respondió  el de cabellos castaño oscuro caminando por un pasillo llenó de puertas–: Si su acompañante dice que no es no de lo contrario todos ellos cuentan con un dispositivo para avisar a seguridad si existe algún problema al interior de la habitación, lo mismo aplica si usted se pone violento ya que está prohibido el uso de violencia excesiva con nuestros chicos y chicas –continuo hablando–, en segundo lugar deberá usar siempre protección no debe preocuparse usted por traerla cada cuarto cuenta con un dispensador de condones pero si es de los que gustan del sexo al natural puede reservar a su acompañante con anticipación y nosotros nos encargaremos que él o ella tome píldoras para la ocasión, tercero puede quedarse con un solo acompañante o más toda la noche con un pago requisitorio de 180,500 000.00 por cada acompañante y cuarto si no está satisfecho con este puede pedir que lo cambiemos llamando a recepción.


–     Comprendo –hablo Kirishima.


–     Espero entienda estas reglas sobre todo las primeras pues esto contribuirán a que tenga una excelente experiencia en Plaisir Chambre –dijo el otro–. Para esta ocasión ya que viene como invitado del Sr. Yasuda y por pedido del mismo ambos compartirán la misma habitación y a uno de nuestros mejores acompañantes, esperamos que con esta noche usted se anime a formar parte de nuestros miembros VIP.


Sin más Asahina se detuvo frente a la habitación marcada con el numero 47 abriéndola indicándoles que pasaran a esta, el primero que entro fue Yasuda seguido de Kirishima e inmediatamente escuchar como la puerta era cerrada tras de ellos.


Para Zen la habitación que se presentaba frente a él podía bien pasar como una suite presidencial de los mejores hoteles del mundo, paseo su mirada por el lugar desde el mini bar hasta la cama que estaba pulcramente hecha desvió sus ojos hacia una puerta que se encontraba del lado derecho de la habitación –a uno o dos metros de la cama– de donde salía un joven doncel de cabellos largos hasta por debajo de los hombros color morado, ojos azules y cuerpo delgado pero firme –un poco más alto que los donceles normales y hasta podría decirse que era una belleza extraña entre los demás donceles pero era atractivo a la vista de Kirishima– que traía puesto únicamente en la parte superior una camiseta negra transparente mientras que en la inferior traía unos short plateados con brillos a la cintura y que le llegaba hasta por debajo de sus glúteos y debajo de estos unas medias tupidas negras que cubrían las largas piernas del menor.


–     Sr. Yasuda –hablo el doncel–, me alegra volverlo a ver hace mucho que no venía a visitarme.


–      ¡My love! –dijo el de lentes tomando la mano del doncel para después besar el dorso de la misma– He estado un poco ocupado pero hoy me he dado una escapada de todo eso.


–     Entiendo –respondió el otro sonriendo– pero veo que esta vez ha traído un invitado –dijo mirando de reojo al otro varón.


–     ¡Oh sí! Mira él es mi mejor amigo Kirishima Zen –hablo Yasuda llevando al peli morado hasta donde estaba el mencionado–. Kirishima, él es Ai es un doncel muy encantador aunque tiene su carácter y es mi acompañante preferido.


–     Un placer conocerlo Sr. Kirishima –respondió Ai sonriendo de medio lado–. Por ser amigo del Sr. Yasuda lo atenderé con mucho gusto.


–     El placer será todo mío –respondió con voz ronca el varón mirando de arriba abajo el cuerpo frente a él.


–     Bien my love porque no le das la bienvenida a mi amigo como se la merece –hablo el peli negro soltando al doncel de la cintura–, mira que apenas tiene unos cuantos días de haber regresado de New York.


–     ¿Seguro? Pensé que sólo miraría –dijo Ai mirando un tanto confundido al de lentes.


–     Cuando te vea moverte no querrá solo ver –comento el otro–. Te apuesto a que no se podrá resistir a tus encantos.


–     Bien –respondió el más joven–. Sr. Kirishima ¿Por qué no se pone cómodo? Yo me encargare de que usted disfrute esta noche.


–     Veamos si eres tan bueno como presume Gou –dijo el castaño desabrochando su saco mientras caminaba hacia la cama–. Espero mi viejo amigo pueda seguirme el paso.


–     ¡Ja! Te apuesto lo que quieras a que Ai te hará venir tan rápido que parecerás un adolescente inexperto –se jacto el peli negro sentándose en un sillón cerca de la cama.


–     Está bien acepto si no duro ni quince minutos entonces tu podrás enseñarme lo que este lindo doncel hace –expreso el castaño sentado en la cama apoyando su espalda en la cabecera de esta– sino creo que seré yo quien te enseñe a ti como es que debes complacerlo.


Mientras los dos varones seguían hablando el de largos cabellos se dirigió hasta el mini bar donde sirvió dos copas de vino junto con un afrodisiaco para darles la atención que requerían esos dos varones. Con la bebida servida camino hasta donde estaba Yasuda ofreciéndole la copa para después sentarse un momento en las piernas de este dándole la espalda al otro para que de inmediato su boca fuera devorada por el de cabellos oscuros.


Kirishima miraba la escena en la que el doncel y su amigo parecían estar  muy entregados en aquel ósculo pero si era sincero tenía que admitir que ver como Ai –con una copa aun en sus manos– se entregaba apasionadamente a Yasuda mientras que este con su mano libre paseaba desde la espalda alta hasta terminar en uno de sus glúteos, el cual masajeaba con esmero, lo hacía sentir que la temperatura en la habitación comenzaba a aumentar –al igual que la de su cuerpo– y eso que él aun no tenía nada que ver con el de cabellos morados.


Cuando Yasuda se separó del doncel le dio un trago a la copa dejando así que el líquido entrara a su sistema e inmediatamente compartió parte de la bebida con Ai quien gustoso la acepto.


–     Ai, amor ve y encárgate de Kirishima –dijo Yasuda nada más separarse de los labios del más bajo–. Quiero que me des un muy buen espectáculo y que hagas que Zen se venga rápido.


–     Como usted diga Sr. Yasuda hare mi mayor esfuerzo –respondió el otro para rozarle levemente sus labios y posteriormente pararse e ir hacia donde se encontraba el castaño–. Sr. Kirishima este vino es el especial de la casa –dijo ofreciéndole al varón la copa mientras se sentaba a su lado.


–     ¿Por qué es especial Ai? –cuestiono el nombrado mirando al de cabellos morados mientras posaba una de sus manos en los muslos de este.


–     Eso es porque este vino viene de los viñedos que están en la parte trasera y se les agrega un ingrediente especial y único –respondió el oji azul dejando que el varón recorriese con su mano su muslo de arriba a abajo– además para el momento de la cosecha se hace un evento especial.


–     ¿Y que es ese evento? –volvió a cuestionar el castaño mientras daba un trago a la bebida– ¿No me darías mi vino boca a boca? Eso de seguro calentaría al anciano en la silla –dijo con tono burlón mirando a su amigo.


–     Claro Sr. Kirishima –contesto el menor.


–     Solo Zen –aclaro el castaño.


El doncel no hizo esperar más al de ojos color miel, tomo su copa y la llevo a su boca para después acercarse a los labios del otro quien de inmediato tomo los labios que se le ofrecían. Zen sentía los belfos tan suaves y el líquido que le brindaban si bien tenía un sabor ligeramente dulce no se comparaba con el sabor de esa boca, pronto llevo su brazo a la cintura del doncel dándole la oportunidad de sentir el calor de la piel que estaba a su alcance.


De a poco fue empujando al doncel hasta que este sin dejar sus labios se acomodó sobre él, y él no perdió tiempo en recorrer aquel cuerpo de arriba a abajo entreteniéndose más tiempo en los glúteos redondos, masajeándolos. Ai separo sus labios lo suficiente para tomar un nuevo trago de la bebida y de inmediato volvió a atacar la boca del otro.


Estuvieron en esta posición por varios minutos en la que el doncel le daba la bebida en la boca y entre besos el castaño sintió como el otro comenzó a mover sus caderas haciendo que los miembros de ambos empezaran a rozarse a través de la ropa poco a poco sintió como su miembro comenzaba a reaccionar además su temperatura iba en aumento pues el movimiento de cadera lento pero constante del doncel era muy placentero.  Escucho como el menor dejaba de lado la copa y dirigía sus manos a la camisa, primero sintió como esas suaves manos recorrían su torso para después sentir como uno a uno sus botones eran desabrochados para después deslizarla por los hombros y pudo sentir el toque del doncel sobre su piel, lo que le hizo sentir una electricidad recorrer todo su cuerpo yendo a una sola parte del mismo.


Sus manos también comenzaron a vagar con mayor confianza por el cuerpo de Ai, metió sus manos por debajo de su camiseta transparente hasta que llego a sus tetillas –las cuales comenzó a estimular– entreteniéndose escuchando como el doncel gemía suave sobre sus labios, lo que causaba que se excitara aún más, sin esperar mucho bajo sus labios al cuello blanquecino del doncel mientras que este –aprovechando que se encontraba muy entretenido– llevo sus manos a su pantalón desabotonando y bajando la bragueta.


–     ¡mmngh! –gimió quedamente sintiendo como los labios del varón tomaban una de sus tetillas por encima de la camisa pero aun así dirigió su mano hacia el bulto que comenzaba a formarse bajo el bóxer negro del castaño.


–     ¡Ah! –jadeo al sentir la tibieza de la mano del doncel en su miembro semi erecto.


Kirishima no pensaba que el doncel fuese tan bueno pero ahora estaba dándose cuenta que este sabía muy bien que hacer para que los varones se excitaran con rapidez, ante la sorpresa de sentir su miembro semi erecto siendo apretado por aquella mano abrió sus ojos para ser testigo de cómo su amigo gesticulaba “Afrodisiaco” respondiendo a una pregunta que antes no fue respondida del todo por el de cabellos largos.


Y ahí lo entendió, el doncel le dijo que el vino era especial y se encargó personalmente de hacerlo beber aunque sabía que era inevitable que el menor tomara un poco del vino estaba seguro que había sido él quien se tomó la mayoría, sus pensamientos fueron detenidos al sentir la tibieza de la lengua del doncel comenzar a recorrer la extensión de su miembro.


–     ¡Ah! –jadeo nuevamente haciendo que bajara la mirada, no sabía cuándo el peli morado llego hasta esa parte de su cuerpo, encontrándose una imagen por demás erótica.    


Entre sus piernas estaba la cabeza del doncel mientras este comenzaba a degustar su miembro con la boca haciéndolo sentir el cálido interior de esta, el menor comenzó a bajar y subir su cabeza –penetrando su boca con el pene ya erecto del varón– de manera lenta pero constante. Pasaron varios minutos en los cuales en momentos parecía que Ai quería disfrutar cada parte del miembro erecto pues se concentraba en zonas concretas, después de degustar y comenzar a enloquecer a Kirishima se dispuso a atender los testículos duros del varón, chupándolos mientras sus manos se encargaban de seguir masturbando el falo posteriormente concentro su atención en la punta pero sus manos siguieron en su tarea anterior.


–     ¡Ah… ah… espe… espera si sigues así… yo…! –jadeo Kirishima tratando de hacer que el doncel dejase su miembro pues estaba seguro de que si seguía así terminaría acabando en poco tiempo.


–     Lo siento… pero esta delicioso –respondió entre lamidas Ai levantando la mirada hacia el varón.


Kirishima pensó que podría morir ante la imagen de aquel joven doncel con sus mejillas sonrojadas con su miembro muy cerca de su boca además de esos ojos azules llenos de deseo, pronto vio como nuevamente los labios rosados tomaban su pene erecto bajando y subiendo rápidamente mientras que una de las manos del peli morado se encargaba de masajear sus testículos.


Estuvieron varios minutos así hasta que Kirishima no pudo seguir negando que las atenciones lo estaban volviendo loco por lo cual buscando mayor contacto con el doncel llevo su mano a los cabellos morados y comenzó a mover la cabeza de este dándole mayor rapidez y profundidad a las embestidas. Mientras que con su mano libre movió de a poco el cuerpo del más bajo hasta que quedo de lado dejando sus glúteos a su disposición, empezó a masajearlos pero quería sentir más de estas firmes carnes por lo cual deslizo los cortos shorts dejándole ver que la única prenda que quedaba en el cuerpo del más joven era un liguero de encaje negro que sostenía las medias negras.


Zen se remojo sus labios al poder ver que nada le impidiría comenzar a preparar al doncel para poder entrar en él, sin esperar más llevo sus dedos hasta su boca donde los lamio para evitar dañar al peli morado –aunque estaba seguro que este estaba por demás acostumbrado– y los dirigió hacia la entrada de éste.


–     ¡Mnngh! –gimió Ai al sentir su entrada ser invadida por uno de los dígitos del varón pero aun así siguió con su trabajo.


Kirishima quedo sorprendido por la manera en que su dedo era rodeado por las paredes de su acompañante, sobre todo cuando tenía en cuenta la profesión de Ai,  pero decidió no darle mucha importancia por lo cual siguió con su labor mientras seguía sintiendo como su miembro era devorado por la boca del otro. Pronto el castaño comenzó a sentir en su cuerpo una corriente eléctrica que se dirigía hacia cierta zona de su cuerpo, Kirishima realmente quería aguantar más pero el trabajo oral que le estaba haciendo el peli morado era por encima de cualquier otro el mejor que le habían hecho a él.


–     ¡Ah…Ai… mngh… ah…voy a...! –jadeo Zen al eyacular mientras mantenía la cabeza del otro en su miembro haciéndolo que se tomara todo lo que su miembro expulsaba.


Un momento después cuando sintió que termino de liberar su esperma libero la cabeza del más joven pudo ver como este se encargaba de limpiar toda la extensión del miembro que acababa de abandonar su boca, lo estimulo nuevamente hasta que volvió a estar duro mientras esto sucedía Kirishima volvió toda su atención hacia la entrada que requería la estimulara para después poder invadirla por completo tal y como él deseaba que sucediera pronto.


Ambos amantes se encontraban tan entretenidos atendiéndose entre ellos que se olvidaron de Yasuda que al ver la escena que se presentaba frente a sus ojos no pudo más que sacar del interior de sus pantalones su miembro erecto y comenzar a masturbarse, ya que realmente tenía muchos deseos de ser él quien estuviera ya a punto de poder adentrarse al interior del cuerpo del doncel.


Por su parte Kirishima estaba tan deseoso como Yasuda por lo cual decidió que era el momento de tomar las riendas de todo aquello –aunque ya su mente no pensaba en la apuesta que hizo con su amigo y este parecía haber tenido el mismo efecto ante lo que pasaba en la habitación– y haciendo que Ai dejara su miembro tranquilo con una orden muda el joven estiro su brazo hacia el dispensador de condones que estaban al lado de la cama, abrió y puso el condón en el pene erecto del castaño para a continuación  recostarse en la cama abriendo las piernas para que el varón se pudiese acomodar entre estas.


–     Espero que aprendas un poco Yasuda –dijo el castaño mirando burlonamente como su amigo se masturbaba mientras se quitaba lo que quedaba de su ropa– no todas las noches dejo que otros observen.


–     Yo espero… que Ai se satisfaga contigo… de lo contrario quedaras como el peor varón que ha tenido –respondió el de lentes–… pobre de mi amor Ai que tendrá que tener tan mala experiencia…


–     Sr. Kirishima… –llamo el de cabellos morados logrando que la atención de ambos varones se fijara en él.


El doncel jalo con sus brazos al castaño haciéndolo quedar sobre él, Kirishima al tener frente a frente a esa mirada azul llena de deseo y de impaciencia decidió jugar un poco con el peli largo por lo cual tomo sus labios en un beso lleno de pasión mientras que sus manos comenzaron a vagar por todo ese cuerpo.


Para Zen sentir la tibieza de la piel blanquecina del que se encontraba bajo su cuerpo era una sensación diferente a las que había tenido antes –cuando pasaba la noche con uno u otro amante ocasional–, por alguna razón comenzaba a pensar que podría volverse adicto a la manera en que Ai se estremecía por sus caricias, al sonrojo que adornaba su rostro haciéndolo ver como si fuese su primera vez, al calor del cuerpo, a sus manos recorriendo su espalda de manera entregada a él.


Después de un momento Kirishima llevo sus labios al cuello del peli morado donde dejo un par de marcas mientras sentía como pequeños estremecimientos se adueñaban del doncel, posteriormente subió la camiseta transparente lo suficiente para permitirle atacar una de las tetillas mordiéndola y lamiéndola hasta que la dejo completamente erguida para después seguir con la otra. El castaño podía sentir como los miembros erectos de ambos se restregaban haciéndolo sentir más necesitado de poder probar cada parte de aquel cuerpo pero sabía muy bien que en el sexo lo mejor era tomarse el tiempo para que ambos disfrutaran al máximo de este momento, bajo dando lengüetazos y besos por todo el torso poniendo mayor atención al ombligo donde simulo un par de estocadas con su lengua.


Cuando llego por fin al miembro erecto de Ai no demoro en tomarlo con sus labios y comenzar a succionar, podía escuchar los jadeos y gemidos del doncel mientras que sentía las manos de éste sobre su cabeza halando o enrollando sus dedos en sus cabellos, llevo su mano hasta la entrada del menor e introdujo dos de sus dígitos en está comenzando a simular embestidas.


–     ¡Ah… mngh… ah… se… señor… Kiri… ah… Kirishima! –gimió el menor sintiendo como los dedos del mayor se movían en su interior.


Kirishima siguió succionando y lamiendo el miembro que tal parecía era tan dulce y adictivo como el resto del cuerpo del de ojos azules, sus dedos continuaron con las estocadas y de rato en rato los abría en tijera para continuar abriendo su entrada al interior del otro. Después de un momento dejo libre el pene y la entrada del doncel para llevar sus labios al muslo izquierdo –elevando su pierna con ambas manos a pesar de la protesta muda al sentirse vacío y falto de atención por parte de Ai–, el cual beso y mordió con deseo dejándole algunos moretones muestra de quien era su dueño, pues había notado que el doncel no tenía ninguna marca hecha por otros clientes y le gustaba pensar que se debía a que él era especial,  quería que todos entendieran que solo él podía estar con Ai.


Quito de sus largas piernas las medias que llegaban a la mitad de los muslos y recorrió estas –cuando estuvieron libres– dejando huella de su paso con saliva y mordiscos, cuando estuvo seguro de que no podría soportar más el dolor punzante en su entrepierna se dirigió hacia el rostro del doncel y volvió a tomar sus labios en un demandante beso, enrollaba su lengua con la del otro para después recorrer su boca con la misma mientras que con sus manos levanto las piernas largas permitiéndole tener acceso a la entrada del oji azul y se posiciono para comenzar a empujar y adentrarse lentamente al interior de Ai.


–     ¡Ah… mnghnm… Ah…! –gimió Ai al sentir como el miembro erecto del mayor entraba en él.


–     ¡Argh… maldición… está apretado…ah…! –jadeo Zen pues el interior del doncel apretaba su miembro tanto que volvió a sentir que estaba con un doncel virgen pero volvió a descartar la idea al recordar en que trabajaba el menor.


Kirishima al ver el rostro fruncido del menor supo que este también se sentía un tanto de incomodidad por lo apretado y lleno que se encontraba con su miembro dentro de él por lo cual comenzó a masajear sus caderas esperando que aliviara su dolor después de unos cuantos minutos Ai relajo su rostro e inició a mover sus caderas haciendo que el miembro de Zen entrara y saliera de su interior.


–     ¡Ah… nghn… Ah…! –jadeo Kirishima sintiendo como poco a poco el interior del doncel se abría permitiéndole entrar más profundo.


–     ¡AH… Kirishima… ah… más… ah… mngh…! –jadeo Ai siendo estocado cada vez más rápido por el mayor.


Zen no tuvo que escuchar dos veces el pedido del doncel y comenzó a aumentar la velocidad de las estocadas, entraba y salía de aquella entrada mientras que su boca se entretenía en las tetillas del menor, quien aprisiono las caderas del varón con sus piernas, estuvieron en esta posición por varios minutos en los cuales las embestidas se hicieron cada vez más profundas y rápidas.


–     ¡Ah… Kiri… Ah…nnghn…! –trato de hablar pero el varón atrapo sus labios en un beso lleno de lujuria.


–     Argh… tan bueno… tan apretado… –jadeo Kirishima al terminar el beso.


El castaño queriendo llegar más profundo en el interior del peli morado bajo una de las piernas del menor, quien se acomodó de lado, sosteniendo la derecha comenzó a embestir con mayor fuerza mientras escuchaba como el doncel gemía tratando de mantener la voz baja.


–     Ah… no contengas… tu voz sino Yasuda… creerá que no lo disfrutas… –jadeo Zen sin dejar de estocar el interior del doncel.


–     ¡AAH… AH…! –gimió Ai cuando el varón encontró su punto de placer– ¡Ah… más… ahí… así… ah… mnghng!


–     ¡Ah… tan… bueno… tan… argh…! –gimió sintiendo como las paredes del otro lo succionaban y apretaban alrededor de su miembro.


Siguió estocando el interior del doncel que a cada embestida apretaba con mayor fuerza el miembro del castaño, estuvieron varios minutos así hasta que los ojos de este se detuvieron en el pene erecto del otro por lo cual lo tomo entre su mano izquierda comenzando a masturbarlo al ritmo de sus estocadas mientras dejaba apoyada la pierna en su hombro derecho se inclinó hasta llegar al cuello del más joven besándolo y lamiéndolo.


–     ¡Ah… AH… Señor… ahg… mngh… Kiri… Ah... Kirishima… voy a… ah… mnghn…! –decía entre gemidos mal contenidos el doncel.


–     Hazlo termina… para Yasuda –hablo jadeante el castaño mirando de reojo al peli negro que acababa de terminar en su mano sin dejar de mirar a la pareja–… deja que mire como terminas… como te hago terminar…


–     ¡Ah… nno… ah… es… ah… si sigue… no podré…ah…! –hablo entre jadeos el peli morado sintiendo como el varón estocaba una y otra vez en aquel punto de placer en su interior– ¡AH… SEÑOR… AH…MNGHN… KIRI… AH… ZEN… VOY A… AH… TERMINAR…! –gimió al sentir como su semilla salía expulsada de su miembro manchando su abdomen y el del varón.


Kirishima siguió con las estocadas mientras sentía como las paredes internas del menor apresaban su miembro, algunos minutos más y no pudo durar mucho más tiempo por lo cual cuando sintió que nuevamente estaba a punto de terminar intensifico el ritmo de las embestidas tomando de nuevo los labios suaves del doncel termino en su interior –aunque el condón en su pene no permitió que su semilla marcara al más joven–, cuando estuvo seguro que acabo de expulsar su semen salió del doncel no sin antes besar el cuello blanquecino.


–     Vaya… Gou tenía razón eres el mejor –hablo Kirishima tratando de recuperar el aire en tanto se levantaba dejando libre el cuerpo bajo de él.


–     Te lo dije, mi Ai te llevaría al cielo –dijo Yasuda captando la atención de los que se encontraban en la cama– pero my love yo también quiero que me mimes.


–     Señor… Yasuda… –jadeo Ai recuperando el aire sentándose en la cama.


–     Mi hermoso Ai mímame –ordeno el de lentes acercándose y agachándose a donde estaba el nombrado.


El doncel termino de cortar distancia con el de cabellos oscuros tomando su boca en un ósculo en donde sus lenguas batallaron por tener el control, Kirishima que miraba esta escena no pudo evitar sentirse dividido entre la excitación –de ver como su amigo paseaba sus manos por el cuerpo del más joven– y los celos de verse a un lado y no disfrutar de los placeres que representaba el cuerpo de Ai.


Pronto Zen vio cómo su amigo se levantaba dejando al alcance del peli morado su miembro que ya estaba erguido de nuevo, el más joven entendiendo la orden muda tomo en su mano el pedazo de carne para comenzar a probarlo con su lengua primero por todo su tronco para después succionar la punta. Aunque para Kirishima la vista podía ser por demás erótica le habían regresado los deseos de poseer ese delgado pero firme cuerpo pero no sabía si Yasuda estaría dispuesto a compartir al doncel o si deseaba tener su encuentro tal y como él lo tuvo hacia unos momentos atrás.


–     Por qué no nos atiendes a los dos Ai –hablo Gou viendo a su amigo– o es que no eres capaz de compartir Kirishima.


–     Claro que soy capaz además no es para divertirnos ambos que vinimos –respondió el castaño acercándose por detrás al doncel– y solo hay una buena manera de hacerte aprender como complacer a este hermoso doncel.


–     Jajaja –rio sarcástico– Pero que dices si Ai nunca está complacido a menos de que yo se la meta ¿verdad Ai?


–     Yo… yo los deseo a ambos –contesto el mencionado dejando de lado un momento su trabajo oral–, por favor Sr. Kirishima, Sr. Yasuda tomen mi cuerpo como más les plazca –termino de decir poniéndose en cuatro entre ambos hombres.


Los dos varones al escuchar aquella respuesta no pudieron más que aceptar la oferta por lo tanto el de lentes tomo en sus manos la cabeza del peli morado guiándolo a que continuara la succión de su miembro erecto mientras que Zen restregaba su miembro semi erecto en los montículos de carne que se le presentaban frente a él sosteniendo las caderas con sus manos.


Pronto el doncel comenzó a ser tomado por los dos amigos, uno embestía su boca mientras que el otro –con su miembro erecto y forrado con un preservativo– se desvivía en su entrada, estuvieron en aquella posición durante varios minutos en los cuales los tres disfrutaban de la pasión que demostraban pero Kirishima quería ser capaz de observar todas las expresiones del menor pues ver el rostro de éste lo hacía sentir más caliente.


–     Voltéate –ordeno el castaño saliendo del cuerpo del peli morado.


El doncel hizo lo que le mandaron abriendo las piernas dejando que el otro se acomodara y enseguida tomo con sus manos el miembro del de lentes para continuar recorriendo toda su extensión por su parte Kirishima no espero dos veces y cuando volvió a tener frente a él la entrada al interior de Ai la penetro de una sola embestida.


Las estocadas que los varones daban a su cuerpo cada vez eran más rápidas pero Zen sabía que su amigo querría probar algo más que la dulce boca de su acompañante por lo cual al cabo de varios minutos ambos salieron del interior del doncel. Yasuda –después de desvestirse completamente y ponerse protección– ocupo el lugar que antes dejo el castaño y tal y como hiciera él anteriormente penetro de una sola estocada al menor escuchándolo gemir al sentirse lleno nuevamente y sin esperar más comenzó el vaivén tomando sus caderas con sus manos haciendo más profundas las embestidas.


–     Mmngh… mngh… ah… –gemía Ai con el miembro del castaño en su boca, después de quitarle el condón, siendo estocado con rapidez por el otro.


–     Ah… eres muy… bueno en esto Ai… –jadeo Kirishima sintiendo como su miembro erecto era succionado por los labios del doncel mientras sus manos se ocupaban de sus testículos.


–     Te… ah… te dije… que no te arrepentirías… aah… –gimió Yasuda siguiendo con las estocadas en el interior del menor.


Siguieron así durante un tiempo hasta que las estocadas comenzaron a hacerse con mayor rapidez y profundidad pues ambos varones sabían que pronto llegarían al final de aquella faena, Yasuda tomo las piernas del doncel y las coloco en sus hombros impulsándose con sus piernas hacia adelante haciendo por ende que su miembro entrase mucho más dentro de Ai mientras que Zen hizo más profundas las estocadas en la boca de éste sin importarle nada más que sentirse más dentro del cálido interior que representaba esa boca.


Varios minutos después Kirishima sintió como su esperma era liberado en la boca del doncel por lo cual empujo con mayor fuerza su miembro para que el otro tragase todo cuanto libero al mismo tiempo el peli morado por todas las atenciones que recibía su cuerpo también termino manchando nuevamente su abdomen con su semen, Yasuda por su parte tuvo que dar unas cuantas estocadas más para liberar su semilla –contenida por el condón que tenía puesto antes de entrar en el joven cuerpo– para posteriormente salir de su acompañante y recostarse en la cama recuperando el aire y la energía.


Ai le siguió tras recuperar el aire se recostó cerca de donde estaba el de cabellos negros para después con su mano detener a Kirishima –que se disponía a irse a descansar a otro lado– haciéndolo acostarse junto a él, quedando el doncel entre ambos varones.


–     ¿Los señores están satisfechos? –cuestiono Ai después de unos momentos en silencio.


–     Si mi amor, estamos satisfechos –respondió Yasuda acercándose al de cabellos morados viendo como su amigo volteaba a ver también al doncel– pero…


–     Pero aun queremos más de ti hermoso –continúo Kirishima acariciando con la yema de sus dedos la suave piel del menor.


–     Si los señores desean más entonces Ai se los dará –hablo el de ojos azules– ¿Qué puedo hacer para complacerlos?


–     ¿Qué puedes hacer? Tú sólo entrégate a nosotros hermoso y consiéntenos todo lo que queramos –contesto el castaño acercándose aún más al doncel–. Aunque si lo quieres más fácil tú únicamente déjate llevar por nosotros.


–     Si mi Ai tu solamente deja que te guiemos –dijo Gou quedando pegado al peli morado.


–     Cla… Claro señores –expreso el menor de los tres sintiéndose apresado por los cuerpos de los otros dos.


Sin decir nada más los varones empezaron a besar la piel que tenían a su alcance en tanto Zen comenzó a atender con su boca un pezón y con su mano pellizcaba el otro pezón del doncel, Yasuda se desvivía por sacar suspiros al besar y lamer el cuello blanquecino mientras que sus manos vagaban por el resto del cuerpo hasta que llego al miembro que poco a poco comenzaba a reaccionar a sus atenciones.


Ai como retribución a lo que le hacían los mayores tomo con cada una de sus manos el miembro –aun un poco flácidos– de los otros y con firmeza inició el movimiento sube y baja simulando embestidas lentas pero constantes haciendo que Kirishima y Yasuda jadearan sintiendo las atenciones del más joven.


No tuvo que pasar mucho tiempo para que los más altos intercalaran la boca del doncel queriendo comérselo prácticamente, Kirishima queriendo tener solo para él los labios dulces de Ai lo jalo de cintura haciendo que le diera la espalda a Yasuda más a este no pareció importarle mucho pues comenzó a besar y chupar la espalda alta mientras él llevaba su mano hacia el pecho del oji azul comenzando a masajear una de las tetillas y su otra mano se encargaba de apretar el trasero del doncel. Pronto el castaño se acercó mucho más metiendo entre las piernas del doncel una de las suyas moviéndola de inmediato para con su muslo estimular el miembro erecto del más joven, también fue capaz de ver como su amigo restregaba su pene erecto entre las redondeces del que le daba la espalda en tanto mordía su hombro.


–     ¡Ah… señor… ah… Yasuda… ah… Kirishima… ah…nmnhnmg…! –jadeo Ai sintiendo como su entrada era rosada por el miembro de Yasuda mientras que el propio estaba siendo estimulado por la pierna del castaño a quien aún masturbaba sintiendo lo duro que se encontraba el pene de este.


–     Argh… ya quiero entrar en ti Ai –ronroneo Yasuda al oído del doncel más también fue escuchado por el castaño.


–     ¡Yo también quiero entrar! –exclamo el otro mostrando con rostro serio que no iba a aceptar un no como respuesta por ninguno de los dos.


Yasuda se quedó viendo seriamente a Kirishima ninguno quería ceder ante quien debía poseer primero al peli morado más rápido el de cabellos ondulados tuvo una idea que a su parecer daba por zanjada la disputa.


–     Doble penetración –fueran las dos palabras que salieron de la boca de Kirishima.


–     …. –Yasuda no sabía que decir, él nunca había intentado aquello con nadie pero tampoco quería discutir por algo tan superficial como quien penetraría al doncel primero y la idea no era tan descabellada solo tendrían que hacerlo con cuidado para no lastimar al peli morado– Esta bien –concluyo el otro varón.


–     Es… esperen díganme que es una broma –hablo un tanto nervioso el doncel mirando de hito en hito a los varones pero al ver la determinación en sus ojos no pudo más que querer salir de la habitación ya que no estaba preparado para algo así–. Yo nunca he estado con dos varones y mucho menos han intentado eso y yo…


–     Calma –hablo Kirishima sosteniendo con su mano la barbilla del menor haciendo que lo mirase– tu solo relájate y nosotros te guiaremos, ¿está bien?


–     Pero yo…


–     Ai confía en nosotros y todo estará bien –interrumpió Gou al doncel tratando de darle confianza–, si te duele mucho solo dinos y nosotros pararemos hasta que se calme el dolor.


–     Además recuerdo que dijiste que tomáramos tu cuerpo como quisiéramos –hablo Zen– ¿o eso era una mentira?


–     Claro que no señor Kirishima –respondió el doncel–, pueden tomar mi cuerpo como más les plazca –concluyo aceptando, aun inseguro, la idea de los varones.


Al tener por fin el permiso del doncel los más grandes se pusieron protección para evitar accidentes innecesarios, Kirishima se dispuso a entretenerse besando los labios del menor tratando de calmarlo y haciendo que olvidara un poco la idea que se le ocurrió momentos antes –para poder estar dentro de él al igual que su amigo– sobre todo porque necesitaban que estuviera calmado para que tanto el como Yasuda pudiesen entrar al mismo tiempo sin muchas dificultades. Entre tanto Gou procedió a estimular y aflojar la entrada del doncel, ya dos dedos chapoteaban en su interior y pronto se les unió un tercero y un cuarto abriéndolos como tijeras haciendo que el menor se quejara un poco pero gracias a los besos y caricias del de ojos miel olvido de a poco aquella intromisión permitiéndole a Yasuda seguir con su tarea.


Después de varios minutos y esperando que fuese suficiente ambos amigos se pusieron protección y el castaño elevo la pierna de Ai permitiendo que tanto Zen como Gou tuviesen a su vista y alcance la entrada del menor. Reanudaron los besos por todo el cuerpo del doncel entreteniéndolo mientras guiaban sus penes erectos hacia la entrada de éste y poco a poco comenzaron a empujar hasta que las cabezas de ambos miembros entraron.


–     ¡AH… DUE… DUELE… SEÑOR… AH… KIRISHIMA… YASUDA… DUELE..! –exclamo Ai ante la introducción de ambas puntas, en sus ojos se podía ver el dolor y unas cuantas lagrimas salieron de ellos.


–     Sshh… tranquilo –hablo en voz baja Zen limpiando con su lengua las saladas lagrimas– debes relajarte.


–     Pero… duele…. –dijo tratando de aguantar el dolor que sentía.


–     Ai, relájate y te sentirás mejor –dijo Gou acariciando con su mano las caderas tratando de aliviar su dolor– te prometo que el dolor que sientes ahora te lo retribuiremos en placer.


Después de varios minutos el doncel asintió dándoles permiso a los varones de seguir empujando, la escena se repitió algunas veces mientras más avanzaban los varones Ai parecía estar sintiendo una nueva sensación nunca sentida. El oji miel estaba un tanto desesperado pues ya quería terminar de entrar y poder moverse en el interior de su doncel aunque tenía que admitir que lo apretado que estaba el sitio lo hacía ponerse aún más caliente y deseoso de poder enterrarse por completo pero no quería lastimar de más al doncel, Yasuda se encontraba al igual que su amigo por lo cual ambos continuaron entrando de a poco a ese pasadizo del placer que era el interior de Ai.


–     ¡AH… tan lleno…! –exclamo el doncel cuando ambos varones estuvieron completamente enterrados en su ano mientras estos soltaban algunos gruñidos– Por… favor… no se muevan… aun…


Comprendiendo lo que quería el doncel comenzaron a atender aquel cuerpo blanquecino, en lo que Yasuda estimulaba el miembro del menor y repartía besos en su cuello Kirishima  se entretuvo en los pezones del peli morado los mordía y succionaba hasta dejarlos erectos y después les soplaba haciendo que su dueño se estremeciera.


Al cabo de un momento el menor comenzó a mover poco a poco su cadera haciendo que sus amantes gruñeran y jadearan por lo bajo al sentirse aprisionados entre las entrañas del doncel y el pene del otro. Siguieron el ritmo marcado por el doncel más poco a poco lo fueron aumentando, paseando sus manos por todo el cuerpo del oji azul, varios minutos después las embestidas de ambos alcanzaron un ritmo constante y firme que si bien era rápido no lastimaba al doncel que de nuevo se dejaba llevar por la lujuria de los varones.


–     AGH… que apretado…–gruño el oji miel sintiendo como su miembro entraba y salía del menor.


–     AH… más… ah…mnghn… ah… si… así… –gemía el peli morado siendo embestido por los dos varones.


Zen se recreaba en los botones rosados del pecho y Yasuda con su mano se encargaba de masturbarlo, entre ratos los dos le robaban el aire al doncel con besos el más bajo paseaba una de sus manos por el torso del que se encontraba frente a él. La fuerza y profundidad de las embestidas comenzaron a incrementar haciendo que Ai enterrara sus uñas en la espalda de Kirishima al mismo tiempo que sentía como Yasuda mordía su cuello.


–     Ai… ah… tan bueno… ah… que rico…–gemía Yasuda entre besos que se daba con el doncel sin dejar de dar estocadas en el ano de este.


–     ¡Ah… Ai… tan apretado… eres… ah… el mejor… ah… quiero hacértelo… toda la noche…! –jadeo roncamente Zen, uno deseo que comenzaba a incrustarse muy profundo en su corazón, sin parar ni un poco en clavarse en el cuerpo lechoso.


–     Ah… nno… nno tan… AH… AHÍ… SI… MÁS… AH… NO… AH…MNGHN… –gimió al sentir como los miembros erectos de los varones daban en su punto de placer y dejándose llevar por completo a los deseos de estos.


Las embestidas por parte de los varones siguieron en un ritmo constante y rápido pero con cuidado de no dañar demás al doncel, los dos pares de brazos se paseaban por el cuerpo del menor –que tenía su pierna enrollada en la cadera del castaño– al igual que los labios de estos, parecía que deseaban marcar como suyo a Ai pero para Kirishima era algo que comenzaba a ser más necesario conforme probaba el cuerpo del doncel.


Siguieron en aquella posición hasta que Yasuda rodeo con su brazo el torso del menor haciéndolo quedar pegado con su pecho desnudo y sudoroso –por toda la actividad que estaban teniendo– entre tanto Kirishima entendiendo lo que quería hacer su amigo empujo su cuerpo contra el de los otros dos logrando entre ambos varones quedar en una nueva posición.


Ahora Yasuda estaba acostado completamente en la cama y sobre él se encontraba Ai dándole la espalda y encima de éste estaba Kirishima que enredo las dos piernas del doncel en su cadera, los varones retomaron sus embestidas haciendo que el más joven comenzara a gemir en voz alta sintiendo como su cuerpo era profanado por ambos amigos, siguieron así por varios minutos más hasta que los varones comenzaron a sentir como las paredes internas del oji azul se contraían alrededor de sus miembros.


–     Ah… ah… señores… si siguen… ah… mnghn… voy… a voy… ah… ah… –gemía el peli morado cada vez más alto.


–     Yo… también… –comenzó a decir jadeando Yasuda al oído del doncel.


–     Voy… a terminar… –término de decir Kirishima.


No paso mucho tiempo para que los tres terminarán, el primero fue el que se encontraba en medio esparciendo su semen por su abdomen y el del castaño después de algunas embestidas más los varones terminaron en el interior del más joven, aunque gracias a la protección que usaban no se esparció por interior del doncel, después de recuperarse de su eyaculación Yasuda fue el primero en sacar su miembro que poco a poco recuperaba su tamaño normal siendo seguido por Kirishima en iguales condiciones, quien se dejó caer a un lado de los otros dos, Ai fue ayudado por el peli negro a quedar nuevamente acostado entre ambos varones pero parecía que las dos tres rondas comenzaban a hacer mella en él.


–     Parece que lo hemos cansado –hablo Yasuda viendo como los ojos del menor comenzaban a cerrarse.


–     Si… puede que nos hemos pasado un poco no le dimos un descanso entre las rondas –dijo Kirishima apoyando su cabeza en su mano y sonriendo de lado mientras acariciaba el rostro del doncel.


–     Bien iré a darme una ducha en tanto Ai descansa –expreso Gou parándose y yendo hacia el baño no sin antes advertir–. Déjalo descansar por lo menos unos veinte minutos, no quiero que te le lances en cuanto yo no este.


El castaño simplemente asintió con su cabeza sin dejar de mirar al peli morado que se acomodaba en la cama girando hacia donde se encontraba él por lo que decidió acompañarlo en su descanso abrazando la cintura del menor juntando sus cuerpos. Pasados varios minutos salió del baño Yasuda envuelto en una bata mientras que de sus cabellos aun caían algunas gotas de agua, se sentó en el sillón –donde había presenciado el encuentro sexual entre los otros dos– guardando silencio sin intención de llamar la atención de los que estaban en la cama.


Zen abrió sus ojos –no durmió pero se sentía muy a gusto– encontrándose con su amigo mirándolos desde lejos pero no le dio mucha importancia por lo cual volvió a cerrar los ojos sin soltar al que dormía entre sus brazos, casi veinte minutos después decidió ir al baño a limpiarse un poco pues tenía en su abdomen aun rastros del semen del doncel así como el sudor por tanta actividad física, se daría un baño rápido para refrescarse y que su cuerpo descansara un poco más.


No tenía mucho tiempo en la regadera cuando escucho como la puerta del baño era abierta, desvió su mirada hacia la entrada encontrándose al doncel que ya estaba dispuesto a quitarse lo que aún conservaba de ropa –la camiseta transparente y el liguero– para después encaminarse hasta donde se encontraba el varón.


–     ¿Pue… Puedo acompañarlo? –cuestiono sonrojado el doncel.


–     Claro hermoso –contesto el castaño estirando su brazo para ayudar al otro a entrar bajo la regadera.


El más alto dejo que el agua humedeciera el cuerpo blanquecino del peli morado, le encantaba la imagen frente a él, lo excitaba ver al doncel empapado y desnudo completamente para él pronto vio como este tomaba el jabón y se agachaba comenzando a enjabonar su cuerpo desde sus piernas donde podía sentir el rose de sus dedos por toda la extensión de estas apreciando como el doncel poco a poco iba subiendo hasta llegar a su miembro el cual trato delicadamente –aunque ante sus atenciones comenzó a erguirse nuevamente– durante lo que le pareció largos minutos.  Nuevamente sintió el jabón y las manos avanzar hacia arriba paseándose por su torso haciendo que pequeños escalofríos recorrieran su cuerpo hasta llegar a su miembro que ya se erguía nuevamente, cuando tuvo esa dulce boca frente a la suya no dudo ni un momento en tomarla mientras con la mano derecha tomaba la cintura del más bajo y la izquierda se encargaba de masajear el trasero del doncel.


Masajear ese redondeado y firme trasero hizo que Kirishima desease entrar otra vez en ese cuerpo que se le ofrecía además la boca que se le permitía recorrer con total libertad tenía un sabor por demás dulce y adictivo que le hacían no querer separarse de ella, sentía como el doncel temblaba entre sus brazos y le gustaba pensar que se comportaba como un inocente chico que estaba con su novio teniendo su primera relación.


Pensar en esto último hizo que el varón se desesperara por poder entrar nuevamente en el más joven por esto término el beso, lo volteo e inmediatamente comenzó a devorar el cuello del peli morado en tanto sus manos comenzaron a estimular sus pezones –en ratos los apretaba con sus dedos o los masajeaba en forma circular– logrando sacar suspiros al doncel, para continuar trazando un camino de besos por toda la espalda de este hasta llegar a su entrada.


–     ¡AH… Kirishima… ah mnghn…! –gimió al sentir como la lengua del varón lamia su entrada.


El varón pasaba su lengua por la entrada del menor, limpiando lo que el agua no se llevó aun, la recorría ávidamente pasando su lengua hasta el comienzo de los testículos para después regresar y morder uno de los montículos mientras comenzaba a masturbar el miembro erecto del doncel, continuo regresando al ano donde utilizo su lengua para simular embestidas sin dejar de estimular el pene del otro.


–     ¡Ah… Señor… ah… mnghnm…! –jadeaba el doncel ante las atenciones del castaño– ¡si sigue… ah… voy a… mnhn… ah…! –jadeo al momento de sentir como ahora se sumaban dos dedos a la lengua del mayor.


–     Te estas poniendo muy sensible de aquí –hablo Kirishima despegando un momento su boca de la entrada del menor mientras seguía estimulándola con sus dedos–, me gustaría seguir jugando pero ya no aguanto.


–     ¡AH! –gimió Ai al sentir como el miembro erecto del varón entraba en él–  ¡No… ah… espe… ah… mngnh…ra… ah! –trato de decir entre gemidos pues el castaño no se tenía ninguna protección.


A Kirishima no le interesaba –y ya había olvidado las reglas que le dijeron para poder estar esa noche ahí– nada más que seguir hundiéndose en el paraíso que representaba para él el cuerpo del más joven. Las embestidas eran rápidas y profundas obligando al otro a apoyarse en la pared mientras Kirishima sostenía sus caderas pues el doncel parecía querer escapar de sus manos por lo cual volvió a estimular el miembro erecto de este al mismo ritmo en que el suyo lo penetraba, haciendo que poco a poco el peli morado volviera a perderse en la pasión y lujuria que desprendía el varón.


–     Ah… nnghno… Señor… ah…. mnghn…deb… ah… mngh…debe… ah… … –jadeo Ai tratando de hacerse entender para que el varón se pusiese un condón–… AH… MÁS… NO… POR… AH – gimió al sentir como el pene erecto del otro daba en su punto de placer.


–     Ah… porque… si tú me estas succionando… ah… me aprietas… tan jodidamente bien… ah… –dijo jadeando el varón siguiendo con los vaivenes.


Zen estaba por demás perdido en lo bien que se sentía al estar dentro del doncel, cuando sintió que este ya no estaba buscando separarse de él con su mano ladeo el rostro de este permitiéndole tomar sus labios nuevamente sin dejar de penetrar su cuerpo después bajo hacia su cuello y hombros, estuvieron varios minutos en aquella posición pero el castaño deseaba tener a su alcance las tetillas para poder hacer que el otro dejase de negarse a mantenerse unidos.


–     ¡AH….mngh…! –gimió el peli morado inconforme al sentirse vacío pero pronto se vio frente al castaño quien tomo sus labios en un demandante beso– mmnghn… seño… kiri… mnhnm… –decía entre bocanadas de aire que le permitía Zen– ¡Por favor espere! –exclamo apartándose un poco del varón al sentir como este alzaba una de sus piernas para tener acceso a su entrada.


–     ¿Qué pasa hermoso? –cuestiono un poco apurado el otro.


–     Debe ponerse protección… son las reglas señor Kirishima –respondió el menor.


Kirishima se quedó pasmado ante lo que le decía el doncel, su mente poco a poco parecía procesar lo que le había dicho, pero pronto cayo en la cuenta de lo dicho por el hombre que los recibió y de la situación en la que estaba ahora.


–     Déjeme ir por un condón y… y le prometo que ya no lo interrumpiré –dijo un poco nervioso el oji azul ante la mirada seria del varón.


–     Solo esta vez –respondió el castaño levantando la pierna del otro.


–     ¡AH… Señor… no… no… puede…! –dijo gimiendo al sentir como Kirishima lo penetraba de nueva cuenta– ¡Ah… ah… no… por favor… mnghn… no puede… ter… ah… terminar… ah… dentro… por favor… ah…!


–     Tan… estrecho… ah… pareces… virgen… –jadeo Zen moviendo sus caderas en un vaivén lento pero profundo enredando la pierna del doncel a su cadera.


Siguió penetrando el cuerpo que lo ponía a mil tanto que su mente solamente podía pensar en marcarlo como suyo, no le importaba que el doncel ahora le dijese que no sabía que no era más que una actuación para ganarse a los clientes. Continuaba estocando el interior del doncel poco a poco iba acelerando las estocadas mientras que con su boca tomaba una de las tetillas pronto tomo la otra pierna del más joven obligándolo a rodear con sus brazos su cuello para poder sostenerse, cargándolo mientras apoyaba la espalda de este en la pared continuo las embestidas de afuera hacia adentro.


–     ¡Ah… ah… Kirishima… ah… señor… más… ah… más… rápido… ah…! –gimió Ai siendo embestido– ¡Ah… si… sigue… ah… voy… ah… voy ah… mngh… ah…! –el varón tenía envuelto su miembro con una de sus manos haciendo que sus entrañas se contrajeran al sentir que pronto acabaría.


–     ¡Argh…! –gruño Zen al sentirse apretado por las paredes internas del doncel haciendo que hiciera más frenéticas las embestidas.


Estaba tan sumergido en la lujuria y la pasión que se encontraba prendado a Ai embistiéndolo con fuerza y rapidez, bajo la lluvia artificial que creaba la regadera, sabía que en cualquier momento terminaría expulsando su semilla y aunque algo en su cabeza le decía que estaba loco podía más su instinto animal ese que le decía que marcara al doncel como si de un perro se tratase al marcar su territorio para que ningún otro perro se acercase.


–     AH… ZEN… AH… AH…MNHGH… –gimió el doncel terminando entre ambos abdómenes y sus paredes internas se contraían.


–     ¡ARGH… AI… AH…! –jadeo Kirishima siendo apretado por el menor haciendo que su semilla saliera de su miembro inundando todo el interior del más joven.


–     Ah… señor… usted termino… –jadeo Ai tratando de  recuperar el aire sintiendo como algo tibio llenaba por completo su interior.


–     No pasara nada si es solo una vez –respondió el castaño restándole importancia para después depositar un beso en los labios del menor–, todo estará bien en cuanto solo sea yo quien acabe en ti.


–     … Supongo que está bien… pero debe indicarle al Señor Asahina de sus preferencias… –hablo Ai sin saber bien cómo responder al que era su cliente sin que se sintiera ofendido.


–     Lo hare –aseguro Zen bajando al otro.


Sin decir nada más el castaño termino de bañarse para después salir –con únicamente una toalla enredada en su cintura– y darle un poco de privacidad al de ojos azules que al verse solo se bañó tratando de sacar todo lo que pudiese del semen del mayor, que aunque no le hubiese dicho sentía un poco de nervios y miedos por lo que podría pasar si las acciones del otro traían consecuencias sobre todo para su vida.


Entretanto Kirishima se encontró con la habitación completamente vacía, no había ningún rastro de Yasuda más vio en una de las mesitas de noche que se encontraban junto a la cama un pedazo de papel que antes no estaba ahí por lo cual se acercó hasta tenerlo entre sus manos, sonrió de lado al leer la nota  <<Kirishima: Te dejo a Ai para ti el resto de la noche, considéralo mi regalo de bienvenida, no te preocupes que solicite la habitación hasta mañana así que podrás disfrutar con calma. Por cierto déjame decirte que será mejor que trates muy bien a Ai pues has sido su primera vez y no tiene mucha experiencia en la  cama así que NO hagas ninguna tontería. Espero algún día me lo compenses. Atte. Yasuda>>  y sin más la dejo en su lugar para recostarse en la cama esperando a que su acompañante saliera del baño.


Tuvieron que pasar diez minutos para que el doncel saliera del baño envuelto en una bata de baño, el oji miel se quedó observándolo durante un momento para de inmediato extender su mano llamando mudamente al doncel quien se dirigió hacia éste, acostándose junto al varón que al tenerlo junto a él lo atrajo de la cintura pegándolo a su cuerpo.


–     Ai quiero que me respondas algo y quiero que seas totalmente sincero –hablo seriamente el oji miel.


–     Claro señor Kirishima –dijo el doncel sintiendo el calor del cuerpo del más alto.


–      ¿Quién fue tu primer cliente? –cuestiono Zen.


–     ¿Se refiere a quien atendí en el bar o a quien fue mi primer cliente en una habitación? –cuestiono a su vez el menor.


–     En una habitación, ¿con quién estuviste primero? –hablo el castaño.


–     Con el Señor Yasuda –respondió directo el otro.


–     ¿Y qué hacías con él? –pregunto manteniéndose serio.


–     …Era parecido a lo que hice con usted en un principio –contesto desviando la mirada mientras un sonrojo se mostraba en su rostro.


–     ¿Tenías sexo con él? –cuestiono nuevamente.


–     … Si y no… –respondió aun desviando su mirada.


–     Explícate –dijo el castaño.


–     Bueno hace casi dos semanas el señor Yasuda compro mi virginidad… cuando entramos a trabajar aquí a todos sean donceles o mujeres se les pregunta en que área deseamos trabajar, al principio me emplearon en el bar pero después por cuestiones personales decidí cambiar de área y como era virgen el señor Asahina me dijo que sería vendida al mejor postor –explicaba el doncel mirando hacia el techo queriendo evitar la mirada del otro–, y como debe suponer ya el que pago más fue el señor Yasuda Gou desde entonces él estuvo enseñándome o como él lo llamo entrenándome, con él solo hice sexo oral y lo más lejos que llego fue a restregarme su miembro en mi entrada pero nunca entro, todo esto para poder atender como se debía a la persona para la cual él compro mi virginidad –siguió explicando–. Hace tres noches y como venía haciendo durante estas semanas vino a verme y me dijo que me dejaría descansar pues la próxima vez que nos viéramos sería cuando trajera a la persona con la que iba a perder mi virginidad también me dijo que debía actuar como si viniera haciendo esto por un tiempo ya, y que lo tratara como si hubiese estado ya con él y no supiese nada de que esa persona estaría conmigo, dijo que eso excitaba a los hombres.


–     Tu primer hombre, ¿Quién fue? –hablo un tanto emocionado pues esto confirmaba lo que su amigo le había dicho en la nota.


–     … Usted –respondió después de un silencio.


Kirishima no podía negar que se sentía por demás feliz de saber que era él el hombre que se adueñó de la virginidad del doncel, aunque sabía que era extraño pues no hacía menos de cuatro horas que conocía al menor pero no le importaba más que saberse el primer hombre y sobre todo poder haber terminado dentro del menor sin ningún tipo de protección pues nadie más había hecho aquello y esto quería decir que el doncel estaba de alguna manera marcado como suyo.


Tomo entre sus manos el rostro de Ai para girarlo hacia él y atrapar sus labios en un beso primero calmado que poco a poco se iba haciendo más necesitado, queriendo sentir la calidez de esa boca por lo cual mordió el labio inferior del doncel haciendo que este abriese sus labios permitiéndole la entrada a la lengua que comenzó a recorrer ávidamente toda la cavidad.


Necesitado de mayor contacto insto al doncel a posicionarse encima de él sin perder el contacto entre sus lenguas –que batallaban para obtener la victoria en esta lucha– ya con el cuerpo encima suyo llevo sus manos al trasero de éste por debajo de la bata alegrándose de que el menor acaba de bañarse y no tenía puesto nada que le impidiese tener ese cuerpo a su disposición y alcance.


El menor al sentir las caricias del varón comenzó a mover lentamente sus caderas sintiendo como el miembro del de abajo empezaba a reaccionar, pronto la bata que guardaba el cuerpo de Ai sobro por lo cual Zen se encargó de quitárselo al igual que el doncel abrió la toalla que tapaba el miembro erecto del castaño.  Las caricias entre ambos continuaron las manos del mayor vagaban por todo el cuerpo del que se encontraba sobre él mientras que no permitía que sus labios se separaran, pasados varios minutos empezó a empujar hacia arriba al doncel mientras que él bajaba lamiendo la blanquecina piel sobre de él continuo así hasta que tuvo a su alcance el miembro del más joven.


Solamente tener cerca ese pedazo de carne se le hizo agua la boca al castaño e inmediatamente se dispuso a recorrerlo primero por toda su extensión para después meterlo por completo dentro de su boca, succionaba codiciosamente quería tomar todo lo que saliera de este y los gemidos quedos del doncel solamente lo hacían sentirse más caliente. Siguió así por varios minutos más en los cuales mientras succionaba el miembro erecto con sus dedos estimulaba la entrada del doncel, quería lograr que el menor disfrutara de aquello era su manera de agradecerle el darle su virginidad.


–     Ah… mnghn… señor… Kiri… ah… Kirishima… –gemía el doncel sintiendo como pronto llegaría su orgasmo–… espere… yo… ahn… ah… quiero… hacerlo… Nnhg… sentir… ah… –seguía gimiendo sintiéndose mal por ser el único que recibía atenciones.


–     Gírate –dijo el varón al entender lo que el menor quería decirle.


El doncel hizo lo que le indico el otro dejando su miembro al alcance de este en tanto que quedo frente al pene erecto del mayor, Kirishima volvió a su trabajo esperando solamente que Ai lo siguiera y no tuvo que esperar mucho tiempo para sentir como su pene era tomado por las delicadas manos que iniciaron un vaivén lento mientras que su lengua se encargaba de degustar la punta del miembro. Pasados varios minutos en los cuales solamente se escuchaban gemidos y jadeos ahogados por los miembros contrarios tanto Zen como Ai no pudieron seguir aguantando más tiempo y ambos terminaron en la boca del otro.


Ai se dejó caer aun lado del cuerpo del mayor y ambos aguardaron un momento para volver a retomar el aire, el primero en recuperarse fue el castaño quien se movió hasta quedar frente a frente al doncel sus ojos mostraban una pasión que podría arrastrar a cualquiera a cumplir sus más lujuriosas ideas pero esa noche únicamente tenía en mente seguir siendo uno con el que estaba bajo su cuerpo. Abrió las piernas del doncel y se acomodó entre ellas y de inmediato empezó a mover sus caderas haciendo que ambos miembros se rosaran poco a poco fueron incrementando su tamaño y grosor así como fue aumentando la necesidad entre ambos de fundirse en uno sólo.


–     Necesito sentirte al desnudo… –hablo entre jadeos el varón, elevando las caderas del menor y comenzando a restregar su miembro erecto en la entrada del mismo, más al ver la preocupación en los ojos de su acompañante determino–… acabare fuera o en tu boca, lo juro.


–     … Está bien…–respondió el peli morado pues ante la mirada llena de pasión que le regalaba el mayor no se podía negar.


Tras esto lo único que domino la habitación fueron los jadeos, gemidos y palabras entre cortadas mientras que se podía escuchar el sonido de dos cuerpos sumergidos en la pasión, lujuria y placer que encontraban en el otro.


Para Kirishima había sido una noche por demás placentera, estuvo con un doncel que lo volvió loco desde que lo vio y del cual no quería quitar sus manos de encima por ningún motivo más el tiempo no estaba de su lado pues la mañana llego a su parecer muy pronto pues a las siete de la mañana la puerta de la habitación sonó haciéndolo que despertase de su sueño, al girar su cabeza se encontró con el doncel el cual dormía junto a su cuerpo – ambos estaban desnudos–  con una de sus piernas sobre las suyas y la cabeza apoyada en su pecho mientras que él lo abrazaba por la cintura.


Miro el cuerpo de Ai y sonrió al notar como este estaba plagado por marcas que él le hizo, aun en la cama quedaban algunos condones que uso por pedido del más joven tapo el cuerpo cuando escucho nuevos toques en la puerta y alguien preguntando si podría pasar.


–     Adelante –dijo Kirishima cuando se aseguró que nada del cuerpo del menor se viera.


–     Señor Kirishima, buenos días –hablo Asahina entrando a la habitación paseando rápidamente su vista por está para terminar fijándola en el varón– espero que haya sido tratado como usted se lo merece y que lo ayudara a decidir si quiere ser miembro VIP de “Plaisir Chambre”.


–     Buenos días, señor Asahina –saludo el castaño–. Debo decir que Ai es sin lugar a duda el mejor amante que he tenido hasta ahora.


–     Me alegra escuchar eso, pues quiere decir que será muy solicitado en cuanto comience a adquirir clientes –comento el de traje.


–     ¿A qué se refiere? –cuestiono serio el de ojos color miel.


–     Bueno Ai desde ahora puede ser pedido por cualquiera de nuestros clientes eso a menos que sea un solo cliente quien compre su exclusividad, por lo cual Ai solo podría estar con ese cliente –contesto el otro con su semblante serio.


–     Señor Asahina alguien que ingresa recientemente a su clientela como VIP ¿puede comprar exclusividad de un acompañante? –pregunto interesado el que se encontraba en la cama.


–     Claro Señor Kirishima siempre y cuando pueda cumplir con la cuotas –hablo el de ojos cafés–, me explico el comprar la exclusividad de un acompañante cuesta lo que equivaldría a diez noches, es decir, $180, 5000,000.00  y las cuotas se empiezan a cobrar después de la décima noche que pase con el acompañante estás generalmente son de  $541, 500,000.00 que equivalen a tres noches esto se cobra por mes –siguió hablando–. Puede sonar que es muy costoso pero nosotros pagamos a nuestros acompañantes por cliente que atienden más si son exclusivos solo pueden estar con uno solo cuando este lo disponga pasando el resto de las noches sin trabajo lo que nos genera de alguna manera una pérdida de dinero para el negocio.


–     Comprendo después de todo para ustedes esto es un negocio y no ganan nada cuando uno de sus empleados solo puede estar con un solo cliente en el momento que este disponga –dijo serio el de cabellos alborotados.


–     Si está interesado en seguir adquiriendo nuestros servicios puede pasar a mi oficina después de que se haya bañado –expreso el de traje recogiendo la ropa que se encontraba tirada por la habitación–, nosotros nos encargaremos de tener lista su ropa y traerle un desayuno después Ai debe retirarse.


–     Entiendo –hablo Kirishima.


Sin más el otro salió de la habitación dejando a los ocupantes solos, Zen nuevamente se dedicó unos momentos a observar al doncel que apenas si se  movió a pesar de la presencia de Asahina aunque podía comprenderlo él lo agoto toda la noche era de suponerse que quisiera dormir lo más que pudiese. Después de un rato de meditar lo que le había comunicado Asahina el castaño tomo una decisión y con cuidado salió de la cama para irse a bañar, no quería separarse del doncel pero no tenía opción, no le tomo demasiado tiempo pues esta vez no fue interrumpido por su amante en turno.


Al salir se encontró con lo que el catalogo como la escena más tierna y dulce que había visto en su vida y esta era ver al doncel restregarse los ojos terminando de despertar aun acostado en la cama y con su cuerpo desnudo visible ante él, tuvo que contenerse las ganas de írsele encima pues no tenía tiempo, se sentó junto al doncel que lo recibió con un beso en sus labios que comenzó como un simple roce que él transformo en una lucha de lenguas que fue interrumpida por el sonido de la puerta y un “Con permiso” para después dar paso a un joven doncel de cabellos castaños y ojos verdes que llevaba una bandeja que dejo en las piernas del varón.


Kirishima se dejó consentir por el doncel –quien después de una pequeña suplica por parte del mayor accedió a darle el desayuno en la boca– durante el desayuno ya que como despedida le realizo un trabajo oral pues vislumbro su miembro semi erecto y diciendo que no estaría bien dejarlo ir así por lo que se encargó del problema del mayor, cuando dieron las ocho de la mañana llevaron la ropa del mayor indicándoles a los de la habitación que sería hora de desalojarla.


El primero en abandonar la habitación fue el doncel que rápidamente se cambió por la ropa que llevaba la noche pasada para posteriormente salir por la puerta no sin antes despedirse con un beso del varón, Kirishima ya cambiado y listo salió en pos de buscar la oficina de Asahina cuando dio con ella tardo algunos minutos más en ser atendido pero no le importo esperar con tal de llevar a cabo su decisión.


Casi media hora después por la puerta principal de “Plaisir Chambre” salió Zen con su aire relajado estaba a punto de subir a un carro que se le presto por Asahina cuando observo como por el lado derecho un taxi era tomado por un joven doncel alto de cabellos azules cortos con un flequillo que dejaba ver sus ojos azul grisáceos vestido con una deportiva azul marino, no pudo evitar fijarse en él pero después pensó que él ya contaría con la presencia de Ai por un largo tiempo en su vida así que descarto pedirlo además no sabía cómo se llamaba, sin más subió al automóvil que lo esperaba y tras indicarle su dirección se marchó del lugar.


Llevaba ya dos semanas desde que regreso a su país y en estas ya llevaba cuatro visitas a Ai a quien había pedido como exclusivo para él, ya que no quería que ningún otro varón lo tocase nadie tenía ese derecho solamente él pero existía un pequeño problema y ese era que únicamente conocía a Ai dentro de las habitaciones del “Plaisir Chambre” no tenía idea de quien era en realidad. Él ya le había platicado sobre su vida y este se mostró interesado en lo que le contaba más nunca le contaba demasiado a él, lo más cerca de su vida que conoció era acerca de cómo se llevaba con sus compañeros en el bar y las cosas que le gustaban.


Ese día iba a la universidad, esperaba ya fuera de nuevo fin de semana para poder estar con Ai pero apenas era mitad de semana, a su regreso de New York comenzó a hacerse cargo de la empresa familiar pero se enteró de un doctorado en economía que le llamo la atención y fue de inmediato a inscribirse además ese día se daría una conferencia con algunos de los más importantes economistas del país y que mejor que de mano de los expertos para enterarse de la situación del mercado económico de su país del cual estuvo alejado por algunos años y realmente no estaba muy enterado de todo lo que acontecía en el mismo.


Caminaba por los pasillos de la facultad de economía con tranquilidad aún quedaban veinte minutos para que la conferencia empezara cuando a lo lejos observo a un doncel que estaba bajo un árbol de cerezo leyendo un libro muy concentrado junto a él estaba un varón de cabellos oscuros y ojos avellana parado apoyando su espalda en el árbol mirando pasar a los demás. De pronto a su mente regreso la imagen del joven doncel que abandonaba el “Plaisir Chambre” al mismo tiempo que él solo que este lo hacía en un taxi, se quedó observando detenidamente al doncel sus cabellos cortos azules y esos ojos azul grisáceos al igual que una piel blanca estaba casi seguro que se trataba del mismo doncel.


Estaba tan concentrado en observar al doncel que no se dio cuenta que el varón junto a este estaba mirándolo con los ojos entrecerrados tal vez molesto por como miraba al otro, en cuestión de segundos vio como el de cabellos azabache giraba su cabeza hacia donde se encontraba el doncel haciendo que este levantase la mirada y al poco tiempo, para horror de Kirishima, dirigirla hacia su persona.


Por algunos minutos se sintió observado por el doncel y aunque una parte de él quería acercarse y conocerlo otra le decía que no debería hacerlo después de todo que podría decirle <<Hola soy un cliente de “Plaisir Chambre” te vi salir de ahí la otra vez, ¿trabajas ahí? quisiera pasar una noche contigo>>, descarto la idea sobre todo cuando vio como el joven se paraba de manera rápida para posteriormente despedirse del otro y dirigirse hacia el otro lado de la facultad, tal vez lo creyó un pervertido o un acosador y había salido corriendo en cuanto pudo.


Decidió seguir su camino a su destino inicial y olvidarse del de ojos grisáceos, al llegar al auditorio como todos los demás participantes –y después de esperar un momento– se registró en la puerta y busco un asiento donde pudiese ver y escuchar todo perfectamente no quería un puesto muy alejado de la mesa de los conferencistas pues de seguro habría algún maestro que considerara que esta podía ayudarles a sus estudiantes, los llevaría y si algo nunca faltaba en un grupo de alumnos era el típico bromista que no se calla ni porque tiene la boca llena de alimentos, aunque tampoco quería un puesto en las primeras filas pues de seguro ahí se sentarían los organizadores de la conferencia y los directivos de la facultad que asistieran.


Termino optando por un asiento en el centro del lugar y en medio de la fila así nadie lo molestaría si querían ir al baño o simplemente levantarse, llevaba consigo su Tablet para grabar la conferencia y hacer uno que otro apunte que le pareciera importante. Pasados casi diez minutos desde que estaba en el auditorio y el lugar comenzaba a llenarse  poco a poco aunque aún quedaban algunos huecos como los tres asientos que quedaban libres a su costado derecho pero era algo que realmente no le interesaba después de todo había ido a conocer la situación económica de su país y no a hacer amigos, faltando casi cinco minutos para que comenzara la conferencia tal y como lo predijo llego un grupo de alumnos que por orden de su profesor se sentaron en los lugares vacíos.


Sin mucho interés volteo a su derecha solo para ver como dos jóvenes varones se sentaran en dos de los tres asientos dejando solamente uno libre que los separaba y no le hubiese puesto mucha atención si no fuera por lo que sucedió enseguida.


–     ¡Yokozawa! –exclamo un varón de ojos azules– ¡Aquí hay un lugar!


El varón alzaba su mano llamando la atención de varios entre ellos un doncel, el mismo del árbol y del bar-mansión del placer, que parecía haber pasado un mal rato pues traía el ceño fruncido mientras murmuraba cosas en voz baja.


–     Estúpido Iokawa… mira que venir a molestar aquí… estúpido… ojala se la corten… –murmuraba para sí mismo cuando se sentó en el asiento que sobraba, justo al lado derecho de Kirishima.


Zen lo observaba de reojo, se veía molesto y la verdad lo que menos quería es que se fuese a molestar con él y creara una escena que podría costarle su lugar en la conferencia pero a pesar de esto no podía dejar de mirar su perfil –era lindo a pesar de que estuviera molesto– algo en él doncel le recordaba al que cada fin de semana lo esperaba en una habitación de la mansión del bar “Plaisir Chambre”, no sabía que era pero le recordaba a Ai ese joven que se entregaba a él como él le dijese pero podía estar muy seguro que el que se encontraba aun lado de él le hubiese dado por lo menos dos o tres bofetadas si le decía que quería hacérselo en ese mismo lugar frente a todos los demás.


Al cabo de varios minutos la conferencia comenzó por lo cual tuvo que llevar su atención hacia al frente, conforme avanzaba no pudo evitar tener algunos roces con el brazo del doncel junto a él, más este parecía no tomarles ninguna importancia y es que él estaba seguro que normalmente no le pondría atención a algo tan insignificante como aquello pero sentir la piel suave de los brazos del cabellos azules le hizo sentir una especie de deja vu que lo llevo directo hacia la primera vez que sintió la suave piel de su Ai.


Cuando la conferencia dio por terminada los primeros en retirarse fueron los alumnos de seguro irían a su próxima clase entre ellos el doncel junto a él, poco a poco el lugar se desalojó y él tuvo que caminar de regreso a donde estaba estacionado su automóvil. En el camino vislumbro nuevamente al de ojos grisáceo acompañado por los otros dos varones, parecían llevarse bien aunque no parecía haber afecto romántico entre ninguno de ellos, decidió seguir su camino no quería parecer un acosador que iba tras el doncel por lo cual giro su cabeza hacia el frente justo para ver pasar a un lado de él al mismo varón que había visto estar con el joven bajo el árbol, iba a seguir su camino hasta que escucho la plática de estos.


–     Yokozawa vamos hay que volver a casa –hablo el azabache apurando al doncel.


–     … Aún es temprano ¿Por qué tanta prisa? –cuestiono el doncel.


–     Iremos a un lugar especial –respondió el otro– además me lo debes por ayudarte con ese acosador.


–     No me lo recuerdes ¿quieres? –dijo el oji azul grisáceo con el ceño fruncido– Bastante tuve con encontrármelo hace rato como para que lo invoques justo ahora.


–     ¿Te lo encontraste? –cuestiono el azabache.


–     Si… supongo que averiguo donde estudio y ahora al parecer tendré que cuidarme también aquí –contesto el más bajo con el ceño fruncido.


–     Te he dicho que lo denuncies por acoso antes de que esto se ponga feo pero eres terco en decir que no es necesario y que se cansara en cualquier momento –hablo el de ojos avellana.


–     No creo que Iokawa se atreva a llegar más allá del acoso en mi trabajo de medio tiempo –dijo el doncel.


–     Aun así no deberías esperar a que esto se ponga peor para denunciarlo –comento el otro.


–     Ya te lo dije en algún momento tiene que entender que no me interesa nada con él –expreso el menor.


–     Contigo no se puede pero espero no te arrepientas de todo esto –hablo el azabache.


Kirishima que se escondió tras un muro escucho con interés la plática entre los que a su parecer eran amigo o al menos eso quería creer pues se enteró que ambos vivían en la misma casa, aunque durante la conversación de estos el castaño se preguntó por qué le interesaba la vida de un doncel que apenas y había visto dos veces en toda su vida y aunque una parte de su razón decía que era simple curiosidad otra parte le decía que debería investigar más sobre el doncel de cabellos azulados ya que si se detenía a observarlo detenidamente le hallaba un aire a su Ai pero eso no podía ser o sí.


Solo cuando escucho que los otros se alejaban salió de su escondite para continuar su camino hacia el estacionamiento aunque durante todo el trayecto no pudo evitar pasarlo recordando el rostro del doncel que se parecía mucho a Ai y por un momento paso por su mente la idea de que ambos donceles fuesen hermanos o parientes, tal vez si esto era cierto podría conocer un poco sobre la vida de su compañero sexual pero tendría que investigar a ese tal Yokozawa más no contaba con nada más que su nombre y que estudiaba en la facultad de economía.


Para cuando iba saliendo del estacionamiento de la facultad a la distancia vislumbro al doncel que podría ser pariente de su Ai por lo que se acercó –lo más que pudo en su coche para después hacerlo a pie– con cuidado hasta donde los tres varones y el doncel se encontraban comprando algunas cosas entre las cuales estaban algunas revistas y unos onigiris, jugos y pan –estos últimos siendo llevados por el doncel en gran variedad– aprovechando que todos estaban en sus asuntos y el peli azul se encontraba entretenido viendo que más podría comprar, saco su celular y tomo una fotografía del doncel a través de la ventana para después irse rápidamente del lugar ya que no quería que alguien lo viera y lo tachase de algún acosador pervertido.


Ya en las oficinas  de la empresa de su padre y después de encargarse de algunos pendientes de la misma pidió a su asistente le buscase el mejor investigador privado que pudiese encontrar sin importar cuanto cobrase. 

Notas finales:

Muchas gracias por leer!! n.n


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