Nos encontramos a mediados de primavera; los cerezos y ciruelos están en pleno auge. Y sus pequeños pétalos encuentran refugio sobre el cabello de nuestro protagonista Arima Kisho quien va de camino a las oficinas principales del CCG. Esta es la primera vez que asistirá a una junta. Pero en su camino se encuentra una escena algo inusual y curiosa.
Take Hirako espera nerviosamente ocultando en su espalda un Ramos de magnolias Rojas, una mujer llega corriendo hasta él disculpándose por la demora mientras recupera el aliento. Take Hirako se disculpa con ella por no avisar con mayor anticipación el cambio de lugar de la cita y con un gran sonrojo en su rostro le entrega el ramo de magnolias a lo que la mujer le corresponde con un beso en la mejilla.
Arima Kisho los observa como dos piezas enfrentadas en un juego que él no comprende. Mira su reloj las 2:00 p.m. Se ha perdido la junta y siguiendo el orden natural de las cosas, culpara de esto a Hirako. Pero ya que se perdió la Junta (convenientemente) se dirige a la cafetería más cercana de su posición. Y al entrar se encuentra con otra escena inusual y curiosa; un hombre está de rodillas y extiende a otro hombre una caña con un anillo bastante caro incluso para su sueldo, el otro hombre comienza a danzar sobre sus pies mientras llora y grita <>. Se abrazan y se dan un rápido beso en los labios, los demás clientes aplauden. Y él recuerda que hace mucho que Haise no lo abraza.
El café no ha estado mal pero no tiene comparación con el que Haise le preparaba cada mañana cuando vivían juntos. Habían sido tiempos buenos y divertidos sin embargo desde que Haise ascendió a clase especial asociado, ya ni siquiera se veían. Era extraño, pero se sentía incómodo con esa situación. Quería hablar con él sobre libros otra vez.
Un sonido extraño lo saco de sus pensamientos, "un mensaje". Hoy sí que estaba ocurriendo cosas inusuales.
Haise: ;・ω -;
*Arima-san... ¿Se perdió camino a la junta?
*Fue culpa de Hirako (-_-)
*Me lo imaginaba
*Hoy es la fiesta de cumpleaños de Akira
*¿Le ha comprado ya un regalo?
*No.
*Lo olvidó ¿cierto? (´∀`)
*Sí.
* Yo tampoco le he comprado un regalo (╯_╰)
* Podemos ir juntos a comprarlo
* ¿Le parece bien? (/ω;)
*Está bien.
*Bien, entonces hoy a las 6:00 p.m.
*En el centro comercial.
*Lo esperare en la entrada
*Ok
*¿Estarás en tu oficina?
*Sí, tengo bastante trabajo atrasado (u_u)
¿Necesita algo Arima-san? (n_n)
*Nada realmente importante.
*sólo.......
*Disculpe Arima-san (^_^;)
*Yoshitoki- San acaba de entrar a mi oficina
*Hablamos luego.
*Ok
Había sido divertido platicar con Haise por medio de mensajes y era de cierta manera especial porque era la primera vez que alguien le mandaba un mensaje. Dejo el dinero correspondiente a la taza de café y salió de lugar en dirección a las oficinas principales del CCG.
Florería; a Haise le gustaban las flores así que le compró un ramo de magnolias.
Una librería; compró algunos seguro a Haise le gustarían (aunque seguramente ya los habría leído)
Una tienda de ropa; Haise últimamente usaba guantes, así que le compró un par.
Era extraño, por qué todo lo que veía le recordaba a Haise. <> Era verdad, Haise era la única persona que lo buscaba para hablar y lo escuchaba con atención. Los demás trataban por todos los medios no tener que hablar con él. Tenía curiosidad, a él también le gustaría conocer la respuesta a la pregunta de Fura.
Las personas siempre lo miraban unos con envidia, otros con respeto y el resto con una mezcla de ambos. Pero hoy lo miraban con sorpresa. Y como no hacerlo si aquellos pétalos de cerezo entre su cabello le daban un aspecto inocente incluso podría decirse que ingenuo.
Arima Kisho siguió su camino, tomo el ascensor que lo llevaría a la oficina de Haise. Una vez ahí, tocó la puerta y enseguida escucho <<Adelante, está abierto>>
Haise generalmente siempre tenía su espacio de trabajo ordenado pero como hoy era un día inusual y curioso.... La oficina estaba llena de papeles, cajas entre otras cosas.
-Disculpe esto Arima-san.
-No tienes que disculparte.
-Oh ¿Y esas flores para quien son?- inquirió curioso.
-Ah, son para ti junto con esto- contestó extendiéndole las flores y una bolsa de regalo.
-¡¿Para mí?!
Haise estaba bastante sorprendido, hoy no era su cumpleaños y aunque lo fuera nunca antes alguien le había regalado flores ¿Que debería hacer? ¿Cómo debería reaccionar? Y sobre todo con Arima.
-¿No te gustan?-
-¡No, no, no! Digo...quiero decir, si me gustan mucho pero no tenía que haberse molestado.
-No ha sido una molestia-contesto con una calma casi glacial
-Ah..... ¡Muchas gracias Arima-san!
Haise tomo las flores y la bolsa. Las flores no han tenido el mismo efecto en Haise. Quizás estas flores estaban defectuosas. Después de poner las flores y la bolsa en el escritorio, Haise se le queda mirando y sonríe. Quizás las flores no estaban defectuosas del todo.
-Arima-san, tiene pétalos de cerezo entre el cabello.
-Ah, ¿Eso es malo?
Haise vuelve a sonreír, se acerca a él y comienza a quitarle los pétalos del cabello. Entonces lo nota, Haise ha crecido ya no se para de puntillas para alcanzarlo. Esta tan cerca que puede percibir su olor; un olor dulce que comenzaba a aturdirlo quitándole lentamente la capacidad de pensar con claridad. Lo tomo por el talle y unió sus labios con los de Haise y este lo miro con los ojos plenamente abiertos mientras su rostro se cubría de un color rojo intenso para después desmayarse.
-¿Haise?.......
Los besos eran peligrosos o Haise era alérgico a estos. Lo acomodó en el sillón y se sentó a terminar de organizar los documentos que anteriormente Haise estaba ordenado para entretenerse hasta que esté se despertara. Pero término de organizar los documentos y Haise aún no volvía en sí. ¿Debería llevarlo a la enfermería?
Se acercó a él y lo observó con detenimiento; su respiración era normal, tenía la piel algo pálida pero en Haise no era algo de qué preocuparse.
-¿Pero que me pasó?.....cierto tuve un sueño extraño- dijo mientras se incorporaba
-¿Estas bien Haise?
-¡Ahhhh!
-...............
-Lo siento Arima-san, me asusto.
-Termine de ordenar los documentos que estaban en el escritorio, faltan los que están en las cajas.
-Se lo agradezco mucho Arima-san....
-Hasta la seis entonces...
-Lo acompaño al ascensor.
Nunca le había pasado eso, Haise le ha acompañado hasta el ascensor y le ha dado un beso en la mejilla. Y ahora lo único que piensa es en el tiempo que falta para las seis y volver a verlo.