Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amada y caballerosa muerte por kuraitsukiyume

[Reviews - 64]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Zero Kiryuu es alto, delgado, con el pelo blanco plateado y ojos color purpura grisáceo. Zero es casual, y por lo general se le ve con su uniforme escolar incorrectamente colocado, con el chaleco y la corbata roja al descubierto de debajo de su chaqueta negra. También lleva tres pendientes de plata, uno en el cartílago de la oreja izquierda en la parte superior y dos a la derecha en la parte inferior.  Zero tiene un tatuaje un sello de cazador, en el lado izquierdo de su cuello originalmente utilizado para suprimir su lado vampiro.

Durante los años desconfiaba de los vampiros, ya había pasado por suficiente, desde la muerte de Hio y Ahora de Rido Kuran, su despertar como vampiro era algo que odiaba, tomado como un nivel D, se encontraba entre la mirada de la asociación de cazadores como del consejo vampírico renovado. Se le había obligado a cambiarse a curso donde los demás chupasangres, mientras que por obligación también a cambiarse de dormitorio.

Su vida ya era un infierno desde antes, pero parecía que muchos preferían verle sangrar y seguir sufriendo lentamente mientras su alma cada vez era herida, un hueco crecía en el, y ni yagari ni Cross verían al parecer lo que el amatista pasaba, insultado por los vampiros, tenía que mantener aquellas barreras de odio e indiferencia, cuantas amenazas no le habían declarado ya, mientras que aprovechaban el hecho de que el sangre pura Kuran y su susodicha hermana no estaban, los demás como aido y ruka permanecían.

En las clases diurnas cuando faltaba algún maestro decidían actuar de manera infantil, lanzándole cosas, claro no simples papeles…peor… navajas, cuchillos, puñales, lo que pudiera dejarle como mínimo una herida o marca.

Cuando podía descansar Zero se acurrucaba en su cama, sumergido entre tristes recuerdos, fue raro cuando aquellos sueños comenzaron a llegar.

Primero había estado sobre el suelo en un espacio vacío, esperando que nuevamente el recuerdo de su hermano ichiru le atormentara, pero una neblina lo rodeo y alzando un poco el rostro noto una masculina y amplia mano que se extendía hacia él.

Después su vista se dirigió al rostro, era recto casi como el de las esculturas griegas, de un perfecto perfil, labios que formaban una línea que sonreía para él, ojos negros que parecían entrar a su alma, un cabello claro y algo largo que enmarcaba sus facciones y por supuesto un cuerpo que no exageraba ni faltaba de nada, trajeado notándolo como un ser elegante.

Zero tomo la mano dudosa y una ráfaga sobre su rostro le hicieron cerrar por un momento los ojos.

A su alrededor ya no estaba vacío, ahora estaba dentro de una especie de catedral que dejaba entrar luz por sus ventanas decoradas, y el suelo parecía inundarse de flores  que llegaban hasta el talón.

El chasquido de los dedos contrario hicieron al menor prestar atención, de un momento a otro las simples ropas fueron sustituidas por un traje blanco que le quedaba como guante, su cabello que durante el tiempo había crecido hasta la altura de los hombros o un poco más abajo, fue sujetado en una coleta baja dejando escapar solo unos pocos mechones.

El hombre le tomo la mano y corrió junto al hasta que llegaron a una puerta, esta era un poco grande y labrada con decorados exquisitos en oro y una perilla de mismo material.

-Te estaré esperando de nuevo por ahora debes irte

Zero miro intrigado, pero dejándose guiar cuando el contrario abrió la puerta y le hizo caminar hacia el otro lado. El hombre se despedía con una suave sonrisa mientras Zero solo veía la puerta cerrarse, pensando que algo tan bonito no podía durar creyó que sufriría las pesadillas de siempre, contrario a eso solo se despertó lentamente.

El tiempo continuaba pasando especialmente muchos más el grupo selecto de Kuran kaname, notaban al chico cambiar, ruka y aido que tenían más en su contra no temieron en seguir el acoso contra él, los insultos e incluso la peligrosas bromas.

Zero prefería ignorarlos, continuar y tan solo relajarse y ser el mismo cuando se sumergía en sus sueños.

Incluso sus “padres” adoptivos parecían que ya lo olvidaron Cross no preguntaba por él, y yagari había proferido irse para continuar como cazador yendo a varias misiones.

Cuando Zero cerraba los ojos siempre aparecía en aquella catedral, a veces el contrario lo llevaba a lugares completamente impresionantes y que solo podían existir en fantasías, claro, si había algo que Zero no confeso y jamás lo aria es que el no gustaba de chicas, jamás paso y con yuki fue un simple error y una confusión que el mismo se había dado, creyendo que el cariño que le tenía era romántico.

Pero con el contrario se sentía querido y amado, importante, miro sorprendido los sonrientes ojos oscuros cuando este con delicadeza poso una flor sobre su oreja y le brindo la sonrisa más dulce que hubiera visto nunca, sus mejillas se sonrojaron un poco y una débil sonrisa apareció en Zero.

Una noche más y esta vez fue un paseo mientras comían helado, cosa que termino en una pelea de ver quien manchaba a quien con el postre, rieron, asi es, el rio como nunca creyó hacerlo, se sentía tan bien… tan libre.

La siguiente noche fue especial, había aparecido con un hermoso y blanco traje, el contrario le dio una corona de flores que en su cabeza se volvieron decorados de plata y oro además de una que otra joya, y bailaron, un hermoso vals sobre la superficie clara de una especie de lago, rodeándoles miles de mariposas.

Zero se notaba con la mirada más brillosa, muy pocos percibieron eso, y quienes si lo notaron buscaron la forma de continuar jodiendo al cazador.

Noche tras noche Zero amaba cada vez más aquel mundo en su mente, sabía que era una mentira, sabía que nada de eso existía, pero era el deseo de poder olvidar sus tristezas y dolor que prefería continuar engañándose a sí mismo.

Pronto los días se volvieron tormentosos, con molestos ruidos y el acoso cuando quería dormir le era imposible, por eso no le importó tomar pastillas para dormir y sus dulces sueños volvieron.

Paseos sobre extrañas criaturas, o en jardines inmensos y hermosos, besos en su frente o mejilla, y roces tan amorosos que se sentía querido e importarte para alguien.

Un día mientras hacia una caminata por el lago del colegio, fue tomado desprevenido por sus dos acosadores preferidos, no obtuvo tiempo siquiera para defenderse y le propinaron tremendos golpes que no pudo dejar la cama por lo menos un día, eran huesos rotos, hematomas y cortaduras.

-Estoy cansado, harto de esto, de ser engañado, usado, abandonado… de soportar tanto dolor y tristeza.

Murmuro viendo con decisión el puño de pastillas para dormir, ¿era cobarde aquella salida? Poco le importaba ya no tenía a nadie…solo a él.

Sonriendo para el mismo disfruto de su espacio donde permanecería para siempre. Sintiendo la presencia de su caballero sin nombre Zero se giró y su mirada brillante se opacó un poco al verle asi, triste y adolorido… el albino se acercó tomo el rostro entre sus manos.

-¿Qué pasa?

-Zero…. ¿qué has hecho?

Pregunto el contrario señalando la puerta, esa por donde siempre salía y la cual ahora se caía a pedazos. El mayor miro horrorizado como ya no quedaba nada y Zero se notaba confundido.

-Pero ahora puedo quedarme aquí

-¡No! Zero…Zero… mi hermosa rosa... te amo

El mayor poso su mano sobre la mejilla de forma un tanto tierna y sin que este pudiera decir algo poso sus labios contra los dulces y suaves terciopelados del albino, Zero sentía caer por su mejilla lágrimas, pero no le pertenecían, sus ojos miraron consternados las gemas negras.

Como el mayor se separaba triste y como si sufriera y las pupilas negras se encendían en un color rojo pero diferente al que adquirían los vampiros. Su caballero lloraba y él quería consolarlo pero en cuanto más se acercaba este más se alejaba.

Su alrededor se oscurecía y había un extraño frio en el ambiente. Cuando regreso la mirada a su amor, Zero noto como este ahora era una sombra que se deformaba y adquiría una monstruosa estatura, como en los cuentos y otros libros, frente a él estaba la muerte, enfundada en una negra capucha y mostrando sus largos y huesudos dedos que se extendían hacia él. Por un momento Zero olvido el valor y todo aquello con lo que podía esconder a veces su miedo, su mirada tembló y su gesto se vio entre el miedo y el no saber que pasaba.

La huesuda mano tomo entre sus dedos una rosa y se la coloco en el cabello. Zero miro el oscuro y vacío espacio que eran los ojos y como de estos salían aun lágrimas y el no pudo también llorar, al escuchar la frase un poco distorsionada que salía del ser.

-Mi rosa… lo siento…

Zero lloro pero sonrió y sin temar más, sin importar ya nada simplemente se acercó, aquel era su caballero, tuviera apariencia humana o no, era el único ser que le dio todo lo que deseaba, sin pensarlo fue hacia el espacio de los brazos y se aferró.

La academia estaba silenciosa, las clases habían sido canceladas, la mayoría de los vampiros nobles habían sido retirados, la noticia se había dispersado como pólvora, Ruka, Aido, Shiki, Rima y Akatsuki se notaban serios enfundados en ropas fueran trajes o vestidos, negros, también Sayori la amiga de Yuki estaba ahí, Cross, Yagari y Kaito, el silencio reinaba y en medio solo veían un ataúd de madera pintada en blanco, y la puerta superior hecha de cristal, reposando y pareciendo dormido Zero, como un ángel, su lecho rodeado de flores blancas y el cuerpo enfundado en un hermoso traje casi del color de las nubes. No había lágrimas, unos porque realmente no sentían tristeza otros que intentaban ser fuertes.

Aun se recordaba, Aido y Ruka habían decidido darle una buena despertada al albino y sigilosos entraron a la habitación pero lo que vieron les dejo en shock, tal palidez siquiera de un vampiro era propia, el cuerpo frio y la inexistencia del respirar, avisaron al director y paso poco para que se diera el resto, llamar a la “familia” restante del albino… retirar a los alumnos para preparar lo demás.

El labio de Kaito sangro y lo percibieron los  nobles por el aroma.

-¡Mierda! Todo es culpa de ustedes chupa sangre…el… el no merecía esto

-Él fue un inferior débil… al final eligió un método cobarde para escapar

Soltó con veneno Aido, su primo lo vio sorprendido de que dijera tal cosa, pensó que al menos ambos nobles (por supuesto ruka incluida) serían suficientemente maduros para por lo menos en ese momento mostrar aprecio o mínimo condolencia. Shiki y Rima simplemente no pensaron meterse y Yagari él estaba soltando un aura y una mirada que claramente clamaba por cortarle la lengua al rubio.

-Mi alumno no era un cobarde

Kaito estaba por iniciar una pelea, Aido igual y Yagari intentaba controlar su propio instinto para no partirle la cara a los vampiros.

-Paren… no ven lo que hacen…

Sayori fue suficientemente valiente para detenerlos

-Yagari sensei, Kaito, si aprecian a Zero no hagan un disturbio… y ustedes… aun si no les importaba Zero… respeten al menos el dolor de quien apoyo a su líder

Dijo haciendo que los vampiros vieran la quijada tensa y los ojos llorosos del director, el silencio nuevamente llego.

La despedida al cuerpo de Zero paso lenta y tortuosa para algunos, cuando todo termino, cada quien se retiró a su respectivo dormitorio y recamara.

Por otro lado en un lugar oscuro se mostraba la misma muerte mirando a la nada, y cerca de el a una hermosa mujer que a pesar de no notarse su rostro tan solo verla sabias que era una belleza única.

-Sabias que pasaría hermano… tarde o temprano

-Aun es doloroso de aceptar

-El decidió enamorarse y al final escogió… fue su propia decisión

-Quizás amarlo fue mi error

-Paso sin que lo notaras… yo misma soy testigo… él te eligió al final… eligió amar a la muerte… y yo no quise interponerme… por eso también es mi culpa.

-No es asi vida… desde un inicio la muerte tiene prohibido amar.

La mujer miro como su hermano se retiraba y solo suspiro.

 

Una semana o más y las clases habían comenzado nuevamente, las personas ya sabían lo ocurrido o al menos el rumor se había esparcido entre los alumnos de la mañana, en cuanto a los vampiros fueron más reservados, el director asi se los había solicitado, además para el lunes llegaría nuevamente el actual rey vampiro y su prometida.

Las alumnas que acostumbraban a acosar a los vampiros en el cambio de horario en esa ocasión no aparecieron, a pesar de todo ellas respetaban y sentían aprecio por el albino, muchos de los alumnos también se mostraron decaídos ante la falta de presencia del chico y otras incluso rompieron a llorar.

Era lunes, el aire se respiraba deprimente y las nubes parecían querer llorar, en la verja de la entrada una limosina aparcaba dejando salir de esta a dos castaños.

-Kaname Onni-sama, vamos, quiero saludar al director

Yuki había preferido no mencionar siquiera el nombre del segundo, después de todo era un vampiro inferior.

-Tranquila Yuki, no te apresures tanto.

.

.

.

-Director

-Oh… yuki, Kaname bienvenidos por favor pasen

Ambos castaños se vieron extrañados Cross tenía el pelo más opaco de lo normal, ojeras y además los ojos rojos e hinchados, la palabra era demacrado. Caminaron hasta la oficina y tomaron asiento todo se notaba tan tenso.

-¿Ocurre algo?

-Veo que aún no lo sabes kaname-kun

El director soltó un suspiro, mirando al escritorio mientras en sus ojos se instalaba el dolor y la tristeza, desde la perdida de Zero el noto sus errores, siempre apoyo a yuki, permitió que kaname usara a Zero, jamás apoyo a su segundo hijo y ahora ya no lo tenía.

-Realmente no le comprendo

-Sí que pasa director Cross no es como si alguien hubiera muerto

-…En realidad… Zero… Zero ha muerto

El silencio reino por un momento y fue el turno de kaname para romperlo

-¿En alguna misión?

-No…no…el…el

El cazador no podía soportarlo aceptar que descuido tanto al albino como para que este…

-Se suicidó… ingirió demasiadas pastillas para dormir y… le encontraron muy tarde.

Los ojos de Yuki se abrieron de sorpresa y kaname que no lo demostró también estaba demasiado sorprendido, aquel ser único en llevarle la contraria e incluso retarlo... ¿Se había suicidado? 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).