"Maldición, soy un idiota. No sé cómo puedo llamarme escritor de manga profesional cuando cometo errores tan amateurs... ¡Sakura! Te necesito"
Eso había sido lo primero que Sakura había escuchado apenas pudo un pie dentro del departamento de su gran amor platónico; Nozaki. Obviamente su ánimo fue de abajo hacia arriba en solo un segundo al escuchar que él la necesitaba. Y es que vamos, no todos los días podía escuchar a Nozaki llamándola por su nombre y pidiendo por su ayuda con una expresión que denotaba desesperación por sus problemas pero alivio al encontrarse con ella entrando a su apartamento.
Si, sus esperanzas habían volado tan rápido y alto que no fue sorpresa que estas volvieran a caer, cuando él le explico cuál era su problema.
"...La fecha límite está cerca..."
Seguía recordando aquella plática, caminando a paso rápido desde la estación hasta la casa del morocho que se encontraba aún a minutos de donde ella estaba.
"Pero deje la hoja con la portada a color y escenas extra en mi casa. ¡Fue un descuido! Debería renunciar..."
Sakura suspiro un poco exhausta tras haberse esforzado en tranquilizar al más alto y explicarle que ella podía ir por las hojas mientras el continuaba trabajando en el manga. Después de todo, no lo culpaba por haberlo olvidado, según tenía entendido, la familia de Nozaki no aceptaba del todo su profesión y el fin de semana que había transcurrido sin problemas (según el mismo Nozaki) probablemente estuvo lleno de más de una conversación donde sus padres le recalcaban el hecho de que aún podía hacer otra cosa con su vida.
-Pero...- La pequeña sonrió al sacar aquella llave que el mangaka le había dado para ahorrarse el tiempo de esperar a que abrieran la puerta o por si no había nadie en casa -¡Tengo la llave de Nozaki-kun! ¡Confía mucho en mí! ¡Puede que después me dé también la de su departamento!- Y así transcurrió todo su camino, ignorando algunas miradas que la tachaban de extravagante o ruidosa conforme se iba acercando a la casa del amor de su vida.
Una vez estuvo frente a la puerta, la vergüenza y cierta pena la ataco al creer que podía haber alguien en casa.
No podía simplemente abrir, meterse por el portafolio e irse. Al menos tenía que tocar para asegurarse de que no había nadie en casa.
Pego su oreja a la madera de la puerta. Esperando escuchar algo que le advirtiera de alguien adentro pero sin poder percatarse de nada más que murmullos que podían crear las cosas en caso de que las ventanas interiores estuvieran abiertas.
Respiro hondo, sintiendo su pulso a mil por hora pero teniendo en cuenta que tampoco podía ser egoísta y tomarse su tiempo. Debía ir rápido a la sala donde se encontraba el portafolio con las hojas en este.
Abrió la puerta con el suficiente cuidado aunque quitándose rápido los zapatos para poder entrar a paso ágil hacía su destino. Escuchando como los murmullos aumentaban a cada paso que daba y comenzando a identificar que aquello no eran murmullos, si no voces.
Voces que provenían de la planta alta.
Tomo rápido el sobre, cumpliendo con su objetivo. Apresurándose a la salida pero deteniéndose cuando escucho cosas caer y un ruido en seco.
¿Eran sus sueg-los padres de Nozaki? ¿Qué tal si estaba solo su madre? ¿Y si había intentado bajar alguna caja o bolsa de algún closet, cayó en el proceso y ahora se encontraba desangrando mientras ella se hacía todas esas preguntas sin sentido?
Dejo caer su bolso antes de dirigirse corriendo a la habitación donde se escuchaban esos ruidos. Casi cayendo por culpa de los escalones, pero justo cuando iba a gritar para preguntar si todo estaba bien, una voz muy conocida para ella se escuchó en esa habitación.
-Te estoy diciendo que esperes, escuche algo.
<< ¿Mikorin? No, él había dicho que iba a estar ocupado con algunos asuntos escolares...>>
Sakura negó con la cabeza ante sus propias deducciones. Acercándose a la puerta y casi abriéndola cuando en el proceso alcanzo a ver una segunda figura y se detuvo en seco al ver que parecían estar discutiendo.
-Solo estas evadiendo el tema.
<< ¡¿El hermano de Nozaki y Mikoshiba están peleando?!>>
Se limitó a quedar a raya, por un lado sabía que si de una pelea se trataba, Mikoshiba no iba a tener ninguna oportunidad contra ese chico holgazán que podía hacerlo papilla en cuestiones de defensa personal. No por nada era el capitán del club de judo.
Pero algo en el semblante de Mikoshiba le indicaba que no era una pelea, parecía más el tipo de expresión que su amigo hacía siempre que estaba avergonzado.
-No lo estoy evitando.
-Si.
-No lo hago, solo te estoy diciendo que tus padres pudieron haber llegado. ¿Crees que me intentaría escapar después de haberle mentido a Nozaki?
-Si.
-Oye, al menos duda un poco- Mikoshiba observó con cierta irritación al menor de los Nozaki.
Sakura no pudo evitar alarmarse al ver que Mayu estaba sujetando a su amigo por el cuello de su camisa y casi lo estampaba contra el armario.
¡¿Qué había hecho Mikoshiba para hacer enojar al hermano menor de Nozaki, campeón de la holgazanería y líder de la flojera?!
Y así como la preocupación y nervios atacaban a la expectante joven, todo ese ambiente tenso se eliminó en el segundo que tardo Mayu en inclinarse a unir sus labios con el pelirrojo que no puso mucha resistencia (ninguna) a recibir el contacto que solo los dejaba más cerca al grado que una de las piernas del menor se había colado entre las del pelirrojo que parecía querer aferrarse a algo para recuperar el aire perdido, pero solo conseguía sujetarse a los hombros ajenos.
¿Era necesario aclarar que Sakura se encontraba impactada, sonrojada y al mismo tiempo congelada?
No era de sorprender su reacción y más al escuchar un sonido extravagante y agudo que al parecer, había sido Mikoshiba quien lo había soltado.
Retrocedió de inmediato, sin poder ver más de lo que sucedía en esa habitación y huyendo directo a la puerta de salida para cerrar rápidamente la puerta y dirigirse a toda velocidad a donde se encontraba el tren.
Mikoshiba había sido besado por Mayu...
Mikorin...
La joven apenas y podía con el shock que le había causado ver a ambos en esa pose donde no solo se dejó en claro lo iniciativo que podía ser el pelinegro, si no también, lo poco dominante que Mikoshiba resultaba ser incluso en ese tipo de situaciones que requerirían un gran coraje para poder rechazarlo.
Durante todo el trayecto no pudo pensar en otra cosa. Sintiendo una burbujeante sensación en el estómago y aferrándose al sobre donde estaban las hojas del manga, continuo divagando con lo que pudo haber sucedido entre ellos para llega tener tal confianza.
Una vez el tren se detuvo y ella tuvo que bajar en la estación, se fue corriendo al departamento donde siempre podía compartir tiempo con sus amigos y el chico que le gustaba. Pero no era momento de emocionarse, tenía que decirle a Nozaki...
-¡NOZAKI-KUN!
-¡Sakura!- el nombrado se levantó casi al instante para ir a donde estaba la más baja con su pedido –Gracias, ya casi he terminado el capítulo. Te comprare algo después por esto.
<< Nozaki-kun me comprara algo~ No, no. Concéntrate Chiyo >>
Se regañó mentalmente antes de poder hablar
-Nozaki-kun, Mamiko esta...
<< ¡Espera! No le puedo decir que Mamiko le está siendo infiel a Suzuki-kun. No cuando el acaba de terminar el manga, si colapso en los nervios por olvidar unas hojas... ¡¿CÓMO REACCIONARA ANTE ESO?! >>
-¿Mamiko esta...?- pero Nozaki la animo a continuar, poniendo a su amiga en un aprieto; mismo que no tardo en resolver en segundos.
-Mamiko está progresando en cada capítulo ¿No te parece?
-¡¿Verdad que si?!
<< Lo siento, Nozaki-kun. Mamiko ha perdido su pureza en manos de alguien que no es Suzuki-kun >>
Pero a pesar de que la escena había sido fuera de lo normal y rara a perspectiva de Sakura, no podía evitar pensar de manera fugaz que en realidad, ellos dos se veían lindos juntos.
Intentaría sacar el tema al día siguiente que viera a Mikoshiba, lo intentaría.