-Bien, ¡abre la boca...!- ordenó el chico frente a él tomándo con brusquedad por el cuello.
-¡Detente...!- intento zafarse, pero le fue imposible, era inmoviliasado por otros dos chicos por sus extremidades.
-Si no abres la boca voy a cortarte la garganta...- amenazó, con una hoja afilada en mano, hacia unos pocos minutos y los chicos lo habían abordado en el baño de la escuela, al parecer le habian esperado un muy buen rato solo para tomarlo por sorpresa cuando el lugar se encontraba casi vacío.
Guilermo no quería problemas, así que...
-Buen chico...- felicito el chico al ver como obedecía sus órdenes, colocándo aquel pene en su boca, disfrutando ver su mirada de terror al sentir como su asqueroso miembro se abria paso por su lengua, empujando justo al fondo de su garganta con aquellas estocadas bruscas y profundas.
Continúo por varios minutos, sintiendo el palpitar de aquel miembro violando su boca, además de las risas de los presentes quienes solo disfrutaban de aquél extraño espectáculo. Causando que aquella ira poco a poco brotase en su rostro, no podía dejarse humillar de esta manera, sin embargo, no era como si pudiese hacer mucho el solo; aquella impotencia, no podía hacer nada...
-¡Maldito...!- Guillermo actuó rápido, ni siquiera lo pensó bien antes de morder aquel trozo de carne en un intento de parar aquella situación, clavando sus dientes fuertemente, seguido de esa sensación caliente de sangre caer por sus labios; sintió un golpe directo en su cabeza, seguido por un memorable bofetón lo suficientemente potente como para hacer que su labio sangrara.
-Ya que tienes tanto ánimos,- escuchó la voz agitada de su atacante.
-¿Porque no les ayudas a mis amigos...?- dio una señal a los chicos detrás de Guillermo los cuales seguían sujetándolo de las manos; el crujir de aquellas braguetas abrirse le hizo saber que nada bueno podía pasar.
Ahora tenia mas problemas, tres para ser exactos...
-Anda no seas tímido...- no quería hacerlo, era humillante, asqueroso, pero no tenía opción...
Solo le quedo el obedecer, la mirada al suelo a los pies de aquellos sujetos Guillermo continuo lamiendo, esta vez uso sus manos para ayudarle con los otros chicos.
Turno sus labios para atender a los tres sujetos, succionando y chupando cada vez más rápido, sintiendo sus mejillas arder en vergüenza, ademas de aquel ardor por las heridas aun adoloridas en su rostro; Poco a poco sintiendo una pequeña oleada de calor dentro de él.
No podía creer que estuviera haciendo esto en un baño, mucho menos con unos hombres...
Sus padres lo habían enviado ahí para que estudiase, pero ahora...
-¡Joder...!- Un líquido espeso en su cara y garganta le sacaron de aquellos pensamientos, seguido de un par de brazos empujándolo hasta el muro para luego caer al piso; mirando como sus atacantes salían por la puerta, como si nada hubiese pasado.
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POV'S Guillermo~
-Fue un gusto conocerte, tal vez podríamos salir más seguido...- escuche a los chicos antes de dejarme.
-Idiotas...-Me levante a duras penas, no se como es que podía moverme, sentia el cuerpo entero hecho trizas debido a los golpes, así que apenas y logre llegar tambaleándome al lavabo me recargue sobre el.
-¿Porque?...- mire frente a mí aquel reflejo en el espejo; Preguntándome a mi mismo como es que terminé en esto... mí cabello alborotado junto con mis ropas arruinadas, esa marca en mi ceja y pómulo... y aquel asqueroso liquido aun cayendo sobre la comisura de mi labio.
-Asquerosos...- abrí la llave y me lave, limpie mi rostro e intente quitar la sangre de mi rostro.
Yo no había pedido esto...
Yo no quería estar en esta situación...
Sentí mis ojos arder, han pasado tantas cosas en tan solo unos días...
Pero no podía, no iba a llorar en el baño de mi escuela, no sería tan patético como para...
-¿Que se supone que haces?...- mire tras de mí, ahí estaba él recargado en el marco de la puerta mirándome de nuevo de ese modo, pareciera que me odiaba.
-Samuel...- esto era malo, pensé que era suficientemente tarde como para que ya no hubiera nadie, esperaba pasar desapercibido por esto sin tener que mirarle la cara a nadie.
-Veamos, ¿quién te dio una paliza? -Suspiro, mientras negaba con la cabeza y se acercaba hasta mi, tomándome por el mentón revisando mi rostro, todas aquellas marcas sobre mi.
Mis mejillas se tiñeron de rojo, ¿cómo iba a explicarle...?
-Fueron esos tres idiotas...- respondió; aquélla respuesta salió casi de inmediato seguida con aquella mirada enfadada.
-¿Como...?-
-Solo ellos serían tan asquerosos como para hacer eso en un lugar como este...- paso una mano por su cabello, parecía alterado.
-No sé a qué te refieres...- tragué saliva, intentando mentir, intentando pasar de él y solo huir hasta esconderme debajo de una piedra.
-En cuanto salgas de aquí serás presa fácil, si quieres llegar a salvo a tu dormitorio será mejor que vengas conmigo...- paso frente a mi dándome una seña para que le siguiese. Admito que dude al principio pero supongo que estaría a salvo con él después de todo; Él tenía su reputación y no tengo nada más que perder.
Recorrimos los pasillos, aquellos oscuros y tétricos pasillos; incluso sin gente ahí la escuela no dejaba de ser horrible. Pude escuchar los grillos cantar y el frió golpearme en el rostro cuando finalmente llegamos a los jardines.
Solos y sin decir palabra alguna, solo escuchando su respiración y sus pasos, no sonreía ni siquiera me miraba. Parece obvio, creo que le doy asco o algo así.
-Gracias por...- intente romper el silencio mientras nos acercábamos a mi dormitorio.
-Nada de gracias, tienes una deuda...- dijo apenas y me miro, no era tan fácil explicarle a un chico como él lo que me había pasado.
¿Cómo le explicas alguien que abusaron de ti en un baño escolar el segundo día de clases...?
¿Cómo llegue aquí?, es algo larga la historia.
Pero para eso estas aquí ¿cierto? para leer...
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-Guillermo, cielo ¿puedes bajar un momento?- escuchó el llamado de su madre desde la sala. Normalmente no hablaban hasta la hora de la cena, pero eso no importaba.
-Ya voy...- bajó de inmediato por las escaleras, intentó no correr no quería volver a caer por la alfombra.
-¿A quién se le ocurre poner una alfombra de este tipo en las escaleras...?- su madre tenía un sentido de decoración bastante extravagante, las cortinas, alfombras y la mayoría de los muebles eran de su gusto...como decirlo, extravagante.
Era diseñadora de modas y todo eso, pero el trabajo era algo diferente a la casa...
Desgraciadamente no se había atrevido a decirle nada, mucho menos su padre... ya que además de estar siempre en el trabajo, le temía tanto o más a su madre.
Era una mujer dulce y gentil, bastante paciente pero cuando estaba molesta...
-Malditos traumas de la niñez...- sacudió la cabeza intentando olvidar aquéllo.
Dentro de unos días se iría a la universidad con sus demás amigos, había hecho trámites desde hacía mucho y se había esforzado mucho en el examen de admisión, estaba seguro que tendría todo en orden.
-¿Que pasa ma'...?- miro aquella escena, su padre y su madre lo esperaban sentados en el sofá.
POV'S Guillermo~
-Hijo, ven siéntate...- me acerque un poco desconfiado aun, sabes que algo va mal cuando tu madre dice este tipo de cosas.
-Oh dios...- tragué en seco, esperando no estar tan muerto
-No hiciste nada, no te asustes esto tiene que ver con tu educación...- me calme un poco, pero si estaba papá ahí debía ser algo importante.
-¿Mi universidad?, no hay de qué preocuparse estoy casi seguro de que...-
-Tu padre y yo decidimos que sería mejor para tu educación y para ti su fueras a Bullworth...(*)- no puede ser...
-Espera, ¿Qué? ¿Porque?... pero mis amigos y yo...- intente hacerles cambiar de idea pero, al parecer tenían otros planes.
-Lo se hijo, y lo llevas planeando desde hace meses pero...-
-No es justo, no pueden decirme que...- sentí la mirada fría de mi padre segundos antes de que me gritara aquello.
-Escúchame ahora muchacho, algo sucedió en nuestra... bueno nuestra situación económica ahora no nos da para concederte tu educación en esa escuela...- normalmente papá no alzaba la voz, pero ahora... parece que esto va de veras enserio.
-Afortunadamente Bullworth (*) es una escuela privada y esta adecuada a tus estándares de...-
-¿Es privada?...- pensaba que esto era por el dinero.
-Tu padre conoce al director y dijo que nos ayudaría...- continuo hablando mi madre, intentando no quedarse sin paciencia.
-Pero mamá yo...-
-¡Ni una palabras más Guillermo, entiende por favor!...- listo se le acabo
-No discutiré más contigo te vas en unos días, por favor empieza a alistar tus cosas... -
Salí de ahí cabizbajo, pensé que estaba a punto de estallar... era injusto, inesperado... indeseado.
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POV'S Guillermo~
-Esto es una mierda...- gruñí entre dientes mientras terminaba de guardar mis ropas.
-Ya está, no creo que sea para tanto, es decir no es tan malo, ¿Cómo dijiste que se llamaba la escuela?...quiero ver su página, quiero saber cómo es el campus- esa tarde mi hermana pequeña estaba según "ayudándome" a empacar, y digo según porque solo estaba ahí hablando, enfrente de su computadora mientras hacia aquellos agradables comentarios de todo lo que haría en mi habitación cuando yo no estuviera.
-Bullworth...- suspire intentando acomodar las cajas para que no cayeran, escuchándole teclear y una pequeña risa.
-Oh, vaya...-
-¿Como que "vaya"?...- me miro algo nerviosa, no había hablado con ella sobre esto hasta esta mañana por lo que no sabía nada sobre mi nueva escuela.
-No pasa nada, debo irme mamá me espera... adiós.- cerro su computadora y salió de ahí como alma que lleva el diablo,
-Esto no tenía buena pinta...-
Y vaya que tenía razón...
Llegue a aquel lugar con la esperanza de que fuese un campus normal, pero en su lugar me topé con esto...
No era que el lugar fuese feo, de hecho era gigantesco, había cuatro edificios de los cuales el de en medio era el más grande.
Seguido del gimnasio que estaba justo de lado del campo de futbol,
Luego estaban los dormitorios de chicas y de chicos ambos en cada extremo.
El lugar estaba bien, la que me preocupo fue la gente...
Llegue de inmediato a la sala del coordinador donde me recibió un chico bastante joven,
-Hola soy Guillermo y soy...-
-El nuevo lo se... soy Alex, aquí está tu horario y debés llenar estos formularios, puedes entregarlos más tarde; Por ahora te llevare a tu habitación.- me dio un par de papeles y una caja con lo que parecía ser una chaqueta, según papá aquella chaqueta era el único uniforme y de hecho no era obligatoria, algo extraño ya que esto era más como un internado supuse tendría que usar algo más ¿formal?
-Si claro...- camino delante de mí aun mirando aquellos papeles. Atravesamos los pasillos, y pasamos por la sala principal, estaba repleta de diferentes chicos, altos, bajos rubios, morenos, sin embargo cada uno más atemorizante que el otro.
-Muévete...- un empujón por detrás casi en hizo caer, pude ver a un par de chicos alejarse con una sonrisa victoriosa.
-Los chicos de aquí no son muy amigables ¿cierto?...- hablé intentando romper el hielo, él solo seguía en sus cosas.
-¿Porque abrían de serlo?, después de todo eres la carne fresca...- eso me extrañó, ¿no se supone que era parte del personal?
-¿Disculpa?...-
-Solo digo que andes con cuidado, si querías una escuela libre de problemas escogiste la equivocada, pero creo que eso ya lo sabes después de todo estas aquí...- le escuche reír mientras pasaba las hojas en su libreta.
-Yo estoy aquí porque el director es amigo de mi padre y el...-
-Ah, eres el hijo de Díaz, entonces...- por fin quito la vista de aquellos papeles y me miro. Pude verlo mejor, piel clara, ojos negros... ahora que lo pienso, incluso se veía más joven que yo.
-Pobrecillo...- una pequeña risa de su parte volvió a escucharse.
-¿Ah?- estaba extrañado, más bien asustado.
-Ay unas cosas que debes saber sobre esta escuela...- empezó a hablarme sobre la escuela, era una larga historia. Al parecer fue fundada por el hijo de un asesino multimillonario que en su lecho de muerte dijo que quería usar su dinero para algo bueno, en este caso la educación.
Desde ese día esta escuela ha sido reconocida como lo más cercano a una cárcel juvenil. Solo que con maestros y sin tantas rejas.
Nos separamos en la entrada a los dormitorios, no sin antes desearme suerte y darme una pequeña tarjeta con su número, era coordinador y ayudante del director.
Continúe mi camino por aquel lugar intentando evitar a toda costa el contacto visual con cualquier chico, sentía que todos me miraban, pero no de una manera buena sino como si quisieran matarme, incluso las chicas se veían tan... agresivas.
Y bueno aquí estoy en la que probablemente sea la peor escuela del país, cuyos alumnos no son más que hijos de famosos traficantes de armas, droga y demás cosas, de asesinos en serie y abogados... gente de la mala, niños mimados y agresivos... lo peor de lo peor.
-Hey ten cuidado chino...- sentí un golpe en mis brazos, dejando caer mis cosas al suelo, de nuevo mire detrás de mí a los mismos chicos de hace un rato alejarse.
-Siempre están molestándolos a todos, pero acabas de llegar y bueno no te lo tomes personal...- mire hacia arriba, aquella voz femenina; una chica algo bajita con un cabello bastante peculiar me tendió la mano.
-Gracias, ¿porque a mí?...- levanto mí caja con una mano y la dejo caer en mis brazos.
-Eres el nuevo debería ser obvio, mi nombre es Helen...- sonrió amable, genial una amiga... eso espero.
-Soy Guillermo, Willy para los amigos yo...-
-Bueno Willy, no les hagas caso, cuando entre alguien más se aburrirán de ti...- hablo un poco seria esta vez, al parecer ella llevaba más tiempo aquí.
-Eso espero porque...- de nuevo me interrumpió
-Eso o te darán una paliza publica en el campo de allá atrás; Debo ir a clases, te veré luego Willy cuídate...- tragué saliva y continúe a paso rápido hasta mi cuarto.
Y ahí no hice más que tirarme a la cama, mirando mi horario al parecer no tenía compañero de habitación lo cual me aliviaba un poco, con esta gente tal vez al dormir amanecería con algo en mi cuello, o no amanecería...
Mi nombre es Guillermo Díaz y hoy por primera vez en diecinueve años tengo miedo en mi primer día de escuela...