Para alguien como él, tener una noche de sueño ininterrumpido era; obviamente, una mala señal. Quizás para las personas normales podría parecer extraño, pero si se tiene el cerebro de Tony Stark se vuelve un completo desafío.
Con un diario vivir basado en comer cuando se acordaba, mantenerse cuerdo gracias a su preciado café y ser incapaz de mantenerse quieto por más de un minuto, era obvia su reacción. Solo contadas veces en su vida eso había ocurrido, y todas habían sido luego de una memorable fiesta.
Y la sensación de malestar en su estómago no hacía más que empeorar.
Con paso indeciso se dirigió hacia su cocina común, sonriendo con suficiencia durante unos instantes al ver los rostros sorprendidos de los espías. Se relajó visiblemente ante el aroma de comida casera, olvidando por unos instantes sus pensamientos y centrándose en la preparación de su preciado café.
-¿alguien tiene deseos de tomar un aperitivo antes de dormir, o es que realmente estas ocupado en una nueva idea?-el tono burlón de Natasha no pasó desapercibido para él, aunque sus palabras tenían mucho de verdad. Si el resto del equipo a esa hora desayunaba, el solía comer algo y luego irse dormir hasta entradas horas de la tarde-
-hoy he decidido comportarme como uno de ustedes y compartir un poco. Siempre puede servir de investigación- fue su respuesta, arrebatándole su comida al arquero e ignorando monumentalmente sus insultos-
Era extraño para Tony volver a tener a los chicos en la torre, después de los incidentes con Ultron y la unión de Bucky como vengador. Luego de meses de esfuerzo el capitán había sido capaz de tener una conversación con su viejo amigo, quien le había prometido volver cuando fuera capaz de controlarse lo suficiente para no intentar matarlo.
Al parecer los recuerdos de Barnes poco a poco estaban retornando, así que Steve había aceptado sus palabras y esperado pacientemente por su regreso. Regreso que había ocurrido hace casi seis meses atrás.
Bucky se estaba esforzando en mejorar, pareciendo completamente decidido a enmendar sus errores y volver a conseguir la amistad del rubio. Había logrado abrirse con el resto, manteniendo pacíficas conversaciones y poco a poco ganándose la amistad del grupo completo, un lugar en su corazón. Por eso todos lo habían apoyado para superar su tiempo encarcelado en las bases de HYDRA, e incluso el propio Tony había remodelado su brazo.
Aunque durante un tiempo había resentido, y con justar razones, que el pelinegro hubiese sido el causante de la muerte de sus padres no podía culparlo. No cuando el mismo había sido víctima del control mental y sabía que ya tenía suficiente con el peso que cargaba en sus hombros. Solo le bastaba recordar la vez en que se había armado de valor para enfrentarle y pedirle disculpas, viendo en sus ojos el dolor por haber matado a alguien que, en otro tiempo, había sido su amigo.
Si, definitivamente nunca podría odiarlo por ello.
Pero claro está, las cosas no siempre eran tan maravillosas como parecían. El soldado del invierno aun aparecía de vez en cuando, sobre todo cuando algún detalle en particular gatillaba al asesino que se encontraba en su interior.
Había sido justamente hace unos días cuando había vuelto a ocurrir, y la mitad de la base había quedado, inexplicablemente, en ruinas. De ese modo los chicos se habían vistos desprovistos de hogar, y el castaño había decidido acogerles una vez más en su torre hasta que las reparaciones estuviesen completas. Incluso Wanda había aceptado la oferta, logrando poco a poco superar el odio hacia su persona.
La chica ahora mismo seguro se encontraba junto a Vision en algún lugar, y aunque aún se encontraba desconcertado ante su extraña relación, estaba feliz por ambos. Sobre todo porque ella fuera capaz de sonreír luego de la muerte de su hermano.
Thor había prometido visitarles dentro de esos días, así que había preparado su alacena para el inevitable asalto de un dios hambriento. El rubio era fácil de tratar, con una personalidad agradable que siempre lograba arrancarte una sonrisa incluso en los peores momentos. Claro, siempre y cuando ese dios estuviera contenido y nunca escasearan sus preciadas poptarts.
Rhodey había decidido llevar a Bucky fuera de la cuidad por el fin de semana y volverían esa misma tarde, pues aunque en un principio su amigo había sido protector con él, pronto ambos James habían congeniado y se habían vuelto realmente unidos.
Sam solía estar en sus clases de autoayuda con los militares retirados cada domingo, por lo que ahora solo ellos tres se encontraban en la torre en esos momentos. O eso fue lo que pensó hasta que bajo la mirada hacia su desayuno: tres simples tostadas y su taza de café. Eso era algo que podía conseguir por su cuenta, pero desde que los chicos habían vuelto a la torre, su comida se había vuelto saludable y variada; pero por sobre todo, abundante.
-¿Dónde está capipaleta?-pregunto con una ceja alzada, haciendo una pequeña mueca ante su insulso desayuno. Por lo general a esa hora el soldado estaría con ellos, usando el ridículo delantal rosa de Pepper y preparándoles un sinfín de platillos distintos para todos los gustos. Luego de su tiempo en el hielo, conseguir compañeros había sido un motivo de aparente alegría para él, por lo que solía expresar su felicidad cocinando al menos una vez al día para todos-
Sus pensamientos entonces vagaron hacia Steve quien, al contrario de lo ocurrido con el pelinegro, no había logrado el más mínimo avance en su relación. Su actitud, con cada día que pasaba, se volvía más insoportable. El tipo se comportaba como si realmente fuera perfecto, actuando como un líder incluso cuando estaban de civiles ¿es que acaso el idiota nunca se cansaba de intentar parecer mejor que los demás?
Eso solo le daba motivos al odio latente que tenía hacia él desde que había abierto los ojos, darse cuenta que al héroe que tanto idolatraba era un patán que había arruinado su vida desde el inicio. Era insoportable.
Y al parecer no era el único, pues el mismo soldado también parecía ser incapaz de soportarle.
En ese caso quizás solo servía para cocinar, la única cosa que alabaría abiertamente. El chico cocinaba delicioso, incluso mejor que algunos de sus chefs personales y no era lo suficientemente idiota para arruinar la oportunidad de probar alguna de sus recetas.
Era normal que se preocupara si un día el hombre dejaba de asistir, su estómago era tan inteligente como su cerebro y sabía apreciar la buena comida. Y por las miradas que recibió de los espías, sabía que pensaban exactamente lo mismo.
Quizás a excepción de Wanda, quien había empezado a ver a Steve como un hermano, todos seguían tratándole de manera formal fuera del campo de batalla. Si, quizás Thor fuese agradable, pero él lo era con todos. Y Sam fuese su amigo, pero incluso el chico se veía abrumado por el aura del capitán.
Así ocurría con todos, incluso con la pelirroja, quien era la persona que más lo conocía luego de pasar dos años completos en misiones a su lado.
-FRIDAY ¿Cap aún está en su trote matutino?-fue el turno del arquero para romper el silencio, tragando ruidosamente un bocado de su tostada antes de preguntar. Un par de veces, y durante la primera vez que habían vivido todos juntos en la torre, el soldado había acabado por distraerse en medio de sus ejercicios y acabar en un lugar realmente alejado de su hogar. Cuando eso ocurría tendía a volver un par de horas después, disculpándose por su retraso y comprometiéndose a preparar la cena en su lugar-
-El capitán Rogers aún se encuentra en su habitación, agente Barton- respondió la IA luego de un momento, seguramente luego de hacer una revisión de las cámaras de seguridad- no la ha abandonado desde el incidente de la noche anterior-
-¿la noche anterior…?-
Contra su voluntad, Tony sintió como un suave sonrojo cubría sus mejillas al haber olvidado ese detalle. El rubio le había encontrado en busca de su preciado alcohol cerca de la medianoche, intentando inmediatamente hacerle entrar en razón sobre lo irresponsable que estaba siendo con su cuerpo. Obviamente él no había callado sus palabras, y en medio de su diatriba, había soltado frases realmente hirientes y cargadas de veneno.
Intento olvidar su discusión, abrumado ante el hecho que Steve no había refutado sus palabras. Simplemente se había quedado allí, de pie, escuchando atentamente antes de dar media vuelta y volver a su habitación con los hombros tensos y su mandíbula apretada.
Entendía porque había invitado a los chicos a vivir en su torre, pero luego de lo ocurrido anoche, sinceramente estaba cuestionando su decisión cuando pensó que sería buena idea que Steve también lo hiciera. Era su líder, obviamente, y sería más fácil si todos estaban juntos por si ocurría una emergencia.
Desahogarse de esa manera quizás era la razón por la cual había podido dormir tan bien como ocurría cuando Jarvis, su mayordomo, aun se encontraba vivo. Había cargado con ese veneno durante años, y sacarlo de su sistema le había sentado de maravilla. Pero también entendía que no podía seguir así, y que en algún momento las cosas se escaparían de sus manos.
Y, sin saberlo, eso estaba a menos de unos minutos de ocurrir…