El chico jadeo cansado, estaba anocheciendo y tenía que volver a casa a cenar – La ultima y ya está- resolvió y se acerco al árbol con el que estaba practicando, inspiro hondo para concentrarse y comenzó a golpear con la palma de la mano en puntos estratégicos en la corteza que temblaba en cada golpe, dio unos tres golpes más antes de detenerse en seco por un ruido extraño pero bastante fuerte a unos metros de él, frunció el ceño extrañado observando al frente de dónde provino el ruido pero no lograba distinguir nada, sin más camino unos pasos con los sentidos agudizados, en estado de alerta- ¿Hola?- pregunto y por respuesta obtuvo un quejido a unos metros mas allá, desconfiado se acerco de apoco hasta divisar a un chico tirado en el pasto que le observaba llegar, el joven en cuestión tenía el cabello blanco como la nieve, poseía un flequillo y no era ni tan largo ni muy corto, sus ojos eran de un color rojo intenso, su tez de piel era algo pálido, traía un pantalón largo de color negro y unas botas ninjas, también tenía una remera blanca con detalles en gris con una campera manga larga negra, que estaba desabrochada.
– Hola- devolvió el saludo con un tono de voz amable – ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?- pregunto desconfiado y a una distancia prudente, atento a los movimientos del extraño- Bueno, pasaba por aquí cerca, cuando te vi, llamaste mi atención porque los movimientos que practicabas eran definitivamente el puño suave, sin embargo no hay byakugan en tus ojos- respondió con absoluta tranquilidad y agregando una sonrisa al final- ¿Cómo lo sabes?- pregunto un poco extrañado que el sujeto frente suyo supiera del puño suave, aunque si lo pensaba un poco no era tan extraño, la técnica de los Hyuga se había hecho bastante popular después de la cuarta gran guerra- Me lo conto mi padre- al terminar la frase se levanto sin hacer movimientos bruscos y con las manos en alto para que el rubio no le atacara- Por cierto, mi nombre es Shingetsu Otsutsuki y ¿el tuyo?- el joven le observo un momento, el apellido le sonaba de algo pero no lograba recordar- Boruto Uzumaki- contesto al final y el peliblanco sonrió- Es un lindo nombre, me gusta al igual que tus ojos- el chico parpadeo confundido mientras se sonrojaba levemente por el repentino cumplido- ¿Gracias? ¿Por qué nunca te vi por la aldea?- cambio de tema, algo incomodo- No soy de la aldea, ¿te casarías conmigo?- pregunto acercándose unos pasos al rubio con una sonrisa- ¿Qué? ¡No!- respondió frunciendo el ceño, alejándose a medida que el otro se acercaba- ¿Por qué no?- pregunto el ojirojo un tanto decepcionado, provocándole una mezcla de indignación e incredulidad al rubio- Uno: Recién te conozco, dos: los dos somos hombre- explico dándole un tono de obviedad a su voz, su interlocutor asintió lentamente- Entiendo- murmuro pensativo, antes de chasquear los dedos en señal de que tenía una idea- Por lo de los hombre no puedo hacer nada, pero si nos conocemos mas, aceptaras- resolvió volviendo a sonreír. “Este es idiota” pensó en Boruto al escucharlo- No voy a casarme contigo- le aclaro enojado antes de irse a pasos veloces, dejando al otro con una sonrisa de oreja a oreja.
EL primogénito de los Uzumaki caminaba por las calles de la aldea transitada por poca gente a esta altura del día, pero el joven iba demasiado metido en sus pensamientos, bastante indignado con la situación recién vivida “¿Qué le pasa a ese por la cabeza? ¡Esta mas que loco!” pensaba caminando cuando cayó en cuenta del detalle que el joven no era de la aldea y el mismo lo había admitido “Bueno, pues nada, no parecía una amenaza así que me voy a casa” resolvió y siguió su camino.
-¡Ya llegue!- anuncio en un grito mientras terminaba de cerrar la puerta detrás suyo- ¡Oni- chan! Bienvenido- saludo Himawari con su sonrisa dulce, asomándose a la sala de estar, la pequeña tenía ya sus 15 años cada vez se parecía a mas a su madre en cuanto a físico-Papá ya llego, te esperábamos para comer – informo a lo que el rubio le sonrió y juntos fueron al comedor donde los esperaban sus padres, los cuales saludo y se dispusieron a comer tranquilos manteniendo una amena charla, Himawari contaba cómo le fue con su equipo Gennin, después de graduarse, formo parte del equipo de Kiba, si, este era su maestro.
El rubio escuchaba atento a su hermana cuando recordó su encuentro con el chico extraño, recordó su apellido y este le seguía sonando bastante pero no podía sacar de donde – ¿Y a ti, Boruto? ¿Algo nuevo que contar?- la voz de Naruto le saco de sus pensamientos- No, en realidad no- respondió sonrojándose levemente ante la idea de decirle a su padre que sí, que conoció a un chico muy raro que le pidió matrimonio, negó varias veces con la cabeza para sacarse la idea.
-Aunque, acabo de recordar algo…- dijo llamando la atención de su familia- Creo que alguna vez lo mencionaron… el apellido Otsutsuki- al terminar de decirlo, sus padres intercambiaron una mirada extrañada antes de voltear a verlo- ¿De verdad no lo recuerda?- pregunto Himawari, “¿Hasta ella lo sabe?” por respuesta el chico se encogió de hombros- Toneri Otsutsuki secuestro a la tía Hanabi, mamá y papá con la tía Sakura, Shikamaru-san y Sai-san van a su recate, en el proceso mamá y papá se enamoran pero Toneri obliga a mamá a irse con él y están a punto de casarse, cuando papá la salva y a la luz de la luna se dan su primer beso- conto la chica de memoria y con gesto de emoción por la dulce historia, tanto Naruto como Hinata se sonrojaron en ese instante “¡Es cierto! ¿El hijo de ese me pidió matrimonio?” ante el pensamiento no pudo evitar un estremecimiento- Aunque Toneri no es el único de su clan, aun no sabemos cómo es que llegan, pero, ¿recuerdas tu primer exámen chunnin? Nos enfrentamos a un sujeto de cabellos y ojos blancos- hablo Naruto y su hijo asintió- Bueno, también era Otsutsuki, son un clan muy antiguo y muy diferente por eso hay que tener cuidado con ellos- comento y Boruto se sintió palidecer, había dejado a un posible lunático asesino suelto que le había pedido matrimonio- Ya no tengo hambre- se levanto de golpe, sobresaltando a su familia- Me voy a dormir, tengo que levantarme temprano mañana y me siento cansado- mientras hablaba le dio un beso en la mejilla a su hermana y madre, incluso entre los nervios le dio uno a su padre, cosa que no pasaba desde sus cinco años, dejando al Hokage en shock.
Boruto entro a su habitación y espero unos cinco minutos antes de salir por la ventana, tenía que encontrar a ese sujeto y asegurarse de que no era una amenaza. Después de dos horas y haber registrado la aldea de arriba abajo y no logro encontrar nada, ni si quiera un rastro de chakra así que habían dos opciones, o se lo imagino todo o el sujeto se fue, cualquiera de las dos lo habilitaba para irse a dormir, así que sin darle más vueltas al asunto, volvió a su casa y entro por la ventana de su cuarto, para luego tirarse en la cama y dormirse
La luz se filtraba por la ventana y daba directo en el rostro del dueño de la habitación que soltó un quejido antes de removerse para seguir durmiendo, cuando encontró la posición optima y cuando estaba a punto de dormirse nuevamente, la puerta se abrió de un sonoro golpe y un balde de agua fría cayo directo en el cuerpo del rubio que salto de la cama completamente alarmado- Ya, despierta ¡Vago!- el ojiazul observo a su “querida amiga” con odio al ver el balde en sus manos- ¡¿Se puede saber qué diablos haces?! ¡¿Por qué me tiras agua?!- inquirió enojado, por su parte, Sarada Uchiha sonrió a la vez que Mitsuki se ponía a su lado- Tenemos que ir a entrenar temprano hoy, ¿recuerdas?- contesto simplemente lo que llevo a Boruto contestar molesto y así comenzó una discusión entre ellos, despertando a Himawari que tenía su habitación continua a la de su hermano- Oni-chan…- llamo la joven desde la puerta, colándose al lado de Mitsuki, el recién nombrado tembló al ver a su hermanita con el byakugan activo, mirándole fijamente- Ho..Hola Hima, ¿te despertamos? Lo siento, no quería hacerlo- y para horror del rubio la chica sonrió.
Naruto le sonrió a su esposa que acaba de servir su desayuno, estaba de buen de humor esta mañana, por lo que sonrió al tomar la taza de café y llevarla a su boca tomando un sorbo del liquido, tan delicioso que preparaba su esposa, justo como le gustaba, todo esta paz y buen humor se vio rota al ver el cuerpo de su hijo mayor atravesar el techo y cayendo directo en la mesa, partiéndola y rompiendo todo en miles de pedazos y provocando que escupiera el café del susto, abrió la boca sorprendido observando el hueco en el techo con Himawari, Sarada y Mitsuki asomándose, volteo a ver a Boruto que en ese momento era atendido por su madre, revisando que no se hubiera roto algo o lastimado de alguna forma, también observo que su hijo estaba todo mojado por alguna razón.
-Bueno, tengo bastantes preguntas- comento Naruto una vez se aseguro que su hijo estaba bien- pero hay una que lo resume todo, ¡¿Qué demonios paso?!- pregunto observando a los compañeros del rubio- Bueno, Himawari lo golpeo y termino traspasando el techo- explico el único hombre en la planta de arriba, el Hokage observo a su hija que hizo un puchero adorable como respuesta- Es su culpa por gritar desde tan temprano- se defendió- ¡¿Mi culpa?! ¡¿Quién es la loca que me hizo traspasar el techo?! Además, si Sarada no me hubiera tirado el agua, nada de esto hubiera pasado- le respondió el rubio enojado lo que desencadeno una nueva pelea entre él y las chicas, Hinata trataba de calmarlos inútilmente, mientras Naruto suspiraba cansado, así eran sus mañanas, siempre se rompía algo y había una discusión en el medio.
Entre todo el griterío logro escuchar la puerta por lo que se dirigió a esta para atender, encontrándose del otro lado a Shikamaru y Sasuke –Buen día, Hokage-sama, lo pasamos a buscar para discutir algo con usted- saludo el Nara, el pelinegro asintió, dándole la razón a su compañero, el rubio dirigió su vista a la cocina, donde seguía el griterío-¿Pueden esperar un poco?- pregunto dejándoles pasar, ante la afirmativa, cerró la puerta y se dirigió a la cocina seguido de su mejor amigo y su consejero, los cuales se quedaron de piedra al ver la semejante escena- ¡Silencio!- ordeno el rubio mayor, callando las voces de sus hijos quienes eran los únicos que discutían- Himawari, está mal que golpees a tu hermano sea por la razón que sea y Boruto, sabes que tu hermana tiene un muy mal despertar, no la busques gritando tan temprano- regaño, los dos implicados bajaron la cabeza, avergonzados- ¡Bien! Ahora, pídanse disculpas entre ustedes y luego dense un abrazo-pidió y los dos se cruzaron de brazos y observaron al lado contrario, negándose a hacerlo- No me hagan repetir- amenazo el séptimo y la pelinegra, suspiro para luego, bajar de un salto por el hueco- Lo siento, no debí golpearte- se disculpo a lo que el rubio asintió- Perdón por gritar tan temprano- dijo él, luego ambos sonrieron y se abrazaron, sus padres sonrieron ante la escena- Bueno, con esto solucionado, podemos irnos- anuncio a sus compañeros, que asintieron- Pero antes, denle un abrazo y beso a su padre- pidió a sus hijos, el rubio miro a otro lado, negándose a hacerlo mientras su hermana se tiraba a los brazos de su padre- Paso. Dale tú por mí, Hima- pidió a lo que ella asintió, el séptimo solo sonrió antes de separarse de la chica, le dio un beso a su esposa y luego acaricio el cabello de Boruto a modo de despedida antes de irse. Sasuke había hablado un poco con su hija, una vez camino a la torre del Hokage, entre otras cosas, el séptimo le pidió a Shikamaru encontrarle alguien que le arregle el techo.
Boruto salió de la ducha, se coloco la toalla y se acerco al lavatorio donde tomo el cepillo de dientes, comenzando a limpiarse, mientras lo utilizaba se fijo en su reflejo, había crecido bastante estos años, con sus 16 años, tenía un rostro más maduro pero con rasgos delicados como decía Shikadai para molestarlo, no era su culpa haber sacado el rostro de su madre, además que los bigotes no le ayudaban de mucho, haciéndole parecer tierno, su cabello rubio y húmedo, caía contra su frente, mantenía el mismo peinado de siempre, también estaban sus ojos azules como su padre -Me gustan tus ojos- recordó sonrojándose levemente, estaba casi seguro que algún momento de su entrenamiento se golpeo muy fuerte la cabeza y termino inventando todo. De cualquier forma sus ojos eran completamente normales, no había byakugan o modo sabio o alguna bestia de cola que cambiara su color o forma y le diera una habilidad nueva, cosa que le daba un poco de envidia por parte Sarada y Himawari que podían ver cosas que él no, claro, que una envidia sana, una era su hermana y la otra su amiga, las quería mucho a las dos. También se fijo en el collar que traía, no se lo sacaba nunca, lo iba a tomar con su mano derecha, notando el rojizo en esta, a esta altura era algo leve, pero le gustaba, era su prueba que trabajando duro, todo se podía.
Salió del baño y se encontró con Mitsuki-Sarada me mando a apurarte- explico sonriendo y escogiéndose de hombros- Esta bastante pesada hoy, dile que en cinco estoy- le indico, el otro simplemente asintió y bajo las escaleras “Mejor me apuro a Sarada es capaz de usar su súper puño conmigo” pensó y entro en su habitación y sacando la ropa y yendo a la de sus padres para poder cambiarse tranquilo.
Termino de colocarse el pantalón y las sandalias ninjas, se dio media vuelta para tomar la remera y casi le da un infarto, ahí apoyado de lo más tranquilo contra el marco de la ventana estaba el “producto de su imaginación” que posiblemente le vio desnudo -Hola, mis ojos color cielo- saludo con una sonrisa, Shingetsu- ¡¿Tu?! ¡¿Desde cuándo estás aquí?! ¡Y no me digas así!- respondió el rubio alterado y avergonzado- Bueno, recién entro y quería verte, para conocerte mas- explico impasible- ¿Aun sigues con eso? Bueno, no importa ¿Qué haces aquí? ¿Cuál es tu propósito?- inquirió recordando la charla de ayer con su familia- ¿Qué hago aquí? Busco un amor tan fuerte y hermoso como el de mis padres, se que contigo podría lograrlo por eso quiero convencerte de que nos casemos y seamos felices juntos- respondió mientras se acercaba al rubio con sus ojos rojos clavados en los contrario con una intensidad tal que ponía nerviosos al Uzumaki-¡No me jodas! Eres del clan Otsutsuki, ¿no? Entonces buscas o el byakugan o una bestia con cola y yo no tengo ninguna, pero si te atreves a acércate a mi familia, te mato-termino con gesto serio y amenazante que provoco risas en el peliblanco desconcertándolo- ¿En serio? ¡Qué buen carácter! Creo que me voy a enamorar…- comento entre risas, provocando el enojo en el hijo del séptimo - ¡Deja de molestar con eso!- grito a la vez que se acercaba a él para golpearlo, pero este fue más rápido e intercepto el golpe con una mano- A mi no me importa las bestias con cola o la destrucción de tu mundo, yo solo te quiero a ti- susurro cerca de su rostro para luego alejarse y saltar por la ventana, dejando al rubio confundido.
Naruto suspiro cansado, siempre supo que ser Hokage no iba a ser fácil, pero jamás que su peor martirio seria el arroz, ¿A quién le importaba si el arroz subió una 5%? Seguía siendo barato, pero ahí tenía unas 60 hojas muy explicativas del porque eso era un robo para la sociedad- ¿En tu época también se quejaban del arroz?- pregunto mirando el cuadro de su padre y sonrió leve, unos golpes en la puerta lo sacaron de sus pensamientos y tomo rápidamente el informe, mientras fingía leer, dio el pase dejando ver a Shikamaru- Hokage-sama, tiene visitas- informo el hombre antes de darle pase al sujeto- ¡¿Toneri?!- pregunto sorprendido el rubio- Hola, es bueno ver que conseguiste lo que querías, Naruto- saludo amable mientras entraba al despacho, observando alrededor- Gracias- contesto mirando a su consejero de forma interrogativa, pero este solo se encogió de hombros- ¿Qué puedo hacer por ti?- pregunto mirando al peliblanco, tenia los cabellos más cortos y los rasgos más maduros- Necesito que me ayudes a buscar a mi hijo- pidió con gesto serio, sorprendiendo al ojiazul- ¿Hijo? ¿Tuviste uno?- pregunto sin creerlo- Si, termine enamorado de una mujer de tu mundo, la cual me corresponde, nos casamos y tuvimos a Shingetsu, mi hijo- contesto a la vez que mostraba una foto donde salía él abrazando a una mujer morena con ojos rojos, en el medio de ellos, había un pequeño peliblanco de ojos rojos que sonreía a la cámara, debía tener la edad de Boruto- Nosotros vivimos en la luna, pero hace unos dos días, Shingetsu desapareció, yo lo busque por todos laso y no logro dar con él, tanto mi esposa como yo estamos preocupados y el único lugar que puede estar es aquí, sé que no nos conocimos de la mejor forma pero es mi hijo, lo amo y quiero que este bien- Naruto había adquirido una expresión seria mientras escuchaba, al final le sonrió levemente- Entiendo tus sentimientos, estos son mis hijos, de Hinata y míos, si a alguno le pasara algo estaría igual o peor, así que te ayudare- contesto con una gran sonrisa a la vez que le mostraba una foto de su escritorio donde salía él y su familia.