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¿ AMOR U ODIO ? por angeloDivoglio

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Notas del capitulo:

como sben los personajes en este fic no me pertenecen si no al maestro masami kurumada. 

aclaro esto

 

y bueno aun  no supero la actuacion de camus en SOG  y contando los inumerables memes de milo llorandole a camus es que he escrito este fic,  con el afan de regresarle un poquito de orgullo a milo,  pero no bueno no me enrrollo mas y espero que les guste.

 

Todo lo roto por más que intentemos  pegarlo se verá las grietas  que se causaron por el daño.

- han pasado más de tres meses desde  que gracias a nuestra diosa hemos  sido  revivido  y a pesar de que pensé que te había perdonado me he dado cuenta que  no puedo.  el hecho de que tú  me hicieras  a un lado para salvar a tu “amigo”  Surt,  me hace odiarte a un  mas, ¿ que acaso yo no te importaba? ¿Acaso  no era yo tu novio? ¿Todos estos años no significaron nada para ti?... esas preguntas y muchas más son aquellas que siempre  querré preguntarte más se que nunca lo hare…

 

Esto y muchas cosas más pasaban  por la mente de Milo, el cual recostado en la yerba  de una colina dentro del santuario miraba melancólicamente  las nubes, estaba apartado de todos, llevaba  algún tiempo excluyéndose  sutilmente  de los demás,  su orgullo no  le perdonaría si alguien lo viera ponerse  así por una persona, pasaron largas horas  ya era hora de regresar a su templo y pensar en la escusa que le daría al patriarca por ausentarse todo el día,  pero  haría todo eso después de la puesta de sol, la miraba con tristeza recordando  el día  que en esa misma colina  se unió al cuerpo  de Camus por primera vez con la puesta de sol de testigo,  soltó un ligera mueca de resignación acompañándola con un triste suspira, ya cuando estaba dispuesto a  levantarse  rumbo a su templo escucho  un ruido tras suyo cosa que le hiso  voltear  a donde el ruido se generaba.

 

- am.. Perdón Milo no sabía que estabas aquí, el patriarca me envió a revisar algunas cosas, espero no haberte molestado.

Decía el Caballero de Piscis saliendo tras un árbol acercándose a Milo

- claro que no  afrodita solo que me tomaste de sorpresa, pensé que nadie venia a esta colina. - contestó el griego-

- supuestamente nadie debería estar aquí… el patriarca vio algunas anomalías y me mando a ver  y tu que te trae por aquí si puedo preguntar.

- nada en especial –levantándose de la yerba y  comenzando a sacudir su ropa-   solo quería distraerme un rato, lo mejor será que regrese a mi templo…  pero bueno, nos vemos, ojala termines pronto…

El griego  estaba  a punto de marcharse   cuando  el sueco  lo abordo posando  suavemente su mano en  su hombro.

- ¿Milo…?

-mirando al afrodita extrañado por la reacción- ¿si?

- se que tu y yo no  somos muy allegados pero ¿puedo hacerte una pregunta?

- amm... claro ¡creo!

- ¿estás bien?

- no entiendo a que te refieres.

- bueno es que vi  como mirabas esa puesta sol, había tristeza en tu mirada…

Milo no entendía que era los que sucedía, como era posible de que alguien pudiera darse cuenta de eso cuando él era ágil para esconder ese tipo  emociones, miro a afrodita unos segundos  no encontraba nada de malicia en su mirada  en verdad parecía como si el sueco se preocupara por él, por fin soltó un gran suspiro y dijo

- estoy bien, en verdad, más que bien diría yo, solo que me gustan las puestas de sol.

Afrodita le miró  brindándole una tierna sonrisa  contestándole con voz suave

- has escuchado la frase “Cuando uno está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol.”

Milo solo afirmo con la cabeza mientras bajaba  la mirada, afrodita al ver esta reacción se acerco a Milo  y tiernamente tomo su mano acariciándola ligeramente .

- milo,  se que muchas veces, nuestro orgullo no nos deja admitir ciertas cosas, especialmente a los que se encuentran a nuestro alrededor  por miedo al cómo nos vean después, pero  si quieres puedes hablar conmigo, creo que lo necesitas…  mas aparte creo que tal vez yo soy  el que en este momento  te entiende más que nadie.

- ¿Por qué lo dices? - cuestionó el griego.

Afrodita se sentó en la yerba mirado el ahora ya cielo oscuro observaba las estrella  buscando entre ellas la  constelación de cáncer, Milo  imito la acción  sentándose a su lado.

- en Asgard, - continuo afrodita- me di cuenta que perdí a la persona más valiosa para mi, al esta persona irse con alguien más…

- ¿hablas de Deathmask?

 Interrumpió milo mirando sorprendido al pelo celeste, este solamente bajo la mirada y afirmando con la cabeza continuó

- ¡sí!, cuando me di cuenta que el estaba enamorado de esa florista mi  corazón se destrozo por completo…

-  ¿entonces...por qué te sacrificaste por esa chica? - Cuestionó con gran duda milo.

 

Afrodita guardó silencio unos segundos le era difícil contestar esa pregunta  sin embargo después de soltar un gran suspiro dijo

 

 - cuando uno ama de verdad hace cosas estúpidas por ese amor, para mí no hay cosa más importante que ver a Death  feliz aun que no fuera a mi lado, así que no me importó dar mi vida, con tal y que el sintiera algo que lo humanizará una vez, que sintiera amor en su corazón, un amor que yo nunca le hubiera podido dar...  pero no te mentiré aun hoy a pesar de que hemos retomado nuestra amistad, me   destruye el hecho de   saber que para el solo seré su amigo, por eso te entiendo y puedo pensar que para ti es más difícil  ya que tu y Camus eran novios.

-  ¿y como sabes que estoy así por Camus?

 

Afrodita sonrío ante lo escuchado y continuo

 

-  porque,  tu siempre lo has amado, desde que eran niños, recuerdo que en los entrenamientos  solías defenderlo mucho  a pesar de que te  solían regañar por que el tenia que pelear por si solo aun así lo hacías y hoy apenas si se hablan, después del incidente con ese tal dios guerrero y tu eres una persona que muy pocas cosas le pueden afectas, así que no es muy difícil  de concluir.

Milo hiso una pequeña mueca al escuchar eso, siempre pensó que era bueno escondiendo emociones pero ahora veía que no.

-  ¡ja! creo que me atrapaste… felicidades...  si estoy así por él, pero no le digas nadie ¿vale?

- por  supuesto no le diré a nadie, así que puedes contarme lo que quieras.

Milo pensó por unos segundos aun no estaba del todo convencido si hablar sobre  todo lo que guardaba, mas no lo pensó mucho de verdad necesitaba hablar sobre el tema

- tomate tu tiempo

 Le dijo el sueco sonriéndole dulcemente a lo que milo  comenzaba a buscar con la mirada la constelación de acuario

-  perdón Afrodita  lo que pasa es que esto es muy difícil para mí.

- no te preocupes, lo se.

- ok, bueno… mira… yo…  -suspira-  soy un imbécil

- claro que no lo eres milo

- claro que lo soy, estoy en mi faceta más patética por una persona que  aun que volviera no  seria lo mismo, a pesar de que lo quiero a mi lado, no soporto el hecho  de saber que en su vida siempre estará la sombra de esa puta pelirroja llamado Surt… en verdad que no entiendo, no me entiendo, como puedo amarlo tanto y odiarlo  con la misma intensidad, quiero a Camus en mi vida de nuevo,  como también lo quiero ver muerto pudriéndose en la tierra, dime Afrodita  ¿ como es eso posible?

-  es muy complicado esto, pero si es posible, porque tu orgullo es  el que habla,  ahora tienes que  elegir a quien quieres escuchar a tu orgullo  o al amor

- sin mi orgullo  yo solo seré el trapo que el tire y recoja cuando quiera y no lo permitiré, pero  también la sensación  de tenerlo a mi lado  no me deja olvidarlo

 - suspiro pesadamente el sueco  y cuestiono ¿has hablado con él?

- ¡no! Lo he evadido lo mayor posible y también el a mi…

- si quieres elegir a quien seguir a tu  amor o a tu orgullo tienes que hablar con el, solo así sabrás a quien escoger y podrás seguir con tu vida.

- lo sé pero…

Milo  guardo silencio  observando las estrellas mientras apretaba con un poco de fuerza su puño.

- ¿pero?

-tengo miedo…Afrodita, miedo a lo que pase después de hablar con el.

Por fin pronuncio el heleno.

- es normal tenerlo… pero  solo así dejaras de sufrir, tu Milo, acaba con esto de una vez y ve con el, habla y dile todo lo que tengas, sácalo todo y después de eso ya solo quedaran dos opciones amarlo o odiarlo, todo depende del final.

- no es tan fácil.

- claro que lo es - contestó dita usando un tono de voz más alegre intentando alentar a milo-  y mas para ti, por que eres milo de escorpión uno de los dorados más fuerte... Y bueno   tal vez duela pero si ya soportaste su adiós una vez  que  fue el día de su muerte a manos de hyoga,  podrás lograrlo otra vez.

- fue distinto… muy distinto..

- lo sé… pero ya  conoces el dolor de perderle, dolor que si no enfrentas  lo seguirás experimentando  por toda tu vida, solo dime algo Milo  y te pregunto esto porque desde que regresamos a la vida  casi puedo saber las respuesta con certeza… ¿desde qué revivimos has sido feliz un solo instante?

Milo se pensó algunos segundos la respuesta, la verdad era  que desde que volvieron a ala vida  Camus no había salido de su cabeza, impidiéndole disfrutar de su nueva vida,  aspiro profundamente el aire frio de la noche  y cerro sus  ojos  y con dolor respondió.

-  no,  no he podido, no me lo he permitido.

- ¿quieres seguir así? ¿ quieres seguir sintiéndote de esta forma? ¿eso es lo que quieres?

-  tal vez tengas razón… no ¡tienes razón!. Y esto solo termine así…  iré a hablar con el... y terminare con este infierno de una vez…

Milo se levanto  decidido a  ir al templo de acuario,  no sin antes  ayudar a afrodita a levantarse de la hierba.

- gracias, necesitaba  platicar con alguien, y apareciste en el momento oportuno…

Le agradó el heleno al sueco con una gran sonrisa en los labios

- no tienes que agradecer.

- bueno creo que ya te quite tu tiempo  y no cumpliste con el mandato del patriarca…

El pelicelente miro confuso a Milo- ¿que mandato?

- ammm.. me dijiste que el patriarca te había   mandado a checar algunas anomalías en este lugar…

Afrodita miro a Milo  como si le estuvieran informando de algo que el no sabía, analizo  las palabras de Milo y con cara de niño al ser descubierto después de su mentira dijo.

- aaaaaaaa… ese mandato, am si claro, bueno no es exactamente que sea algo importante  .. O mas bien no es que el patriarca me haya enviado, o algo asi…

Ml :  ¿entonces?

-  bueno, la verdad es que no me envió el patriarca, el ni  sabe que estoy aquí.

 y ¿entonces? - repitió milo su pregunta

- bueno, mira te lo diré así milo, existe una o bueno más bien 2 personitas  en este lugar  a las cuales les interesas mucho y han  estado preocupados por ti, bueno todos, yo también he estado preocupado por ti, pero esas personitas de una forma diferente a mi.

- ¿como? ¿ de que hablas ? ¿quienes? 

Cuestionaba incrédulo milo alzando una ceja

Afrodita soltó una traviesa sonrisa y le comenté testo con tono infantil...

- no puedo decirte… es un se...cre..to…

Milo río ante aquel comportamiento  no creía que algún día vería a Afrodita comportarse así...

- no me dejes así dime…

 dijo el heleno siguiendo el juego del sueco actuando levemente infantil fingiendo un berrinche..

- nop, o al menos  hasta después que hables con Camus, hasta entonces  ya sabrá…

- ok..

Milo y afrodita comenzaron a caminar  rumbo a las 12 casa,  platicando de todo y nada a la vez,  caminaban por los templos saludando a  sus compañeros, hasta llegar  escalones debajo de la casa de acuario.

- afrodita, adelántate si yo tardare un poco en entrar, tengo que  pensar  algunas cosas.

Dijo milo  mirando fijamente la entrada de la casa de acuario

-  ja no me digas que ya te arrepentiste, milo..

- jaja no claro que no solo que hay mucho que decir y tengo que pensármelo.

- esta bien, nos vemos después…

Dijo el sueco preparándose para marcharse, más milo continuó diciéndole

-  y gracias por  preocuparte por mi, aun que tu y yo no seamos muy unidos… te agradezco mucho.

Afrodita le mostro  una tierna sonrisa y sin contestar abrazo al escorpión  de una forma reconfortante para este.

- -separándose de Milo- todo saldrá bien, es lo mejor, así sabrás de una vez  a cual emoción seguir... Y quiero que sepas que pase lo que pase yo estaré aquí...

- gracias afrodita

Sin decir mas afrodita continuo su caminar hacia su templo, dejando a Milo solo  a unos cuantos escalones  abajo  de  acuario, tardo un rato pensando en cómo hablaría con Camus, pensaba  en todos los recuerdos lindos que tuvo con este... en todo el amor que sentía por el, y con  esos pensamientos en la mente se adentró al templo de acuario.., buscando a su guardián, al no encontrarlo a simple vista, se acerco a la estancia privada de este,  el cuarto del francés estaba abierto  así que paso, observando  en la cama una pequeña maleta abierta con ropa, libros y otras  cosas que Camus llevaría para un viaje,  este no se encontraba así que continuó mirando las cosas que este empacaba.

- mi.. Milo que haces aquí.

Cuestiono Camus al entrar a su habitación quedándose en la puerta. Mirando a Milo totalmente sorprendido no noto cuando había llegado, ni siquiera había sentido su presencia en su templo.

- Camus vas a algún lado

Dijo  el escorpión con gran seriedad mientras miraba de nuevo aquella pequeña  maleta.

- si Milo,  he hablado con el patriarca y me iré algunos días  a Asgard 

Notas finales:

cualquier critica o consejo es muy bien recibido, y  ante todo muchas gracias por leer. 


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