Capítulo 1;
Usuratonkachi/ Teme
A la sociedad no le agradan las relaciones homosexuales. Naruto y Sasuke lo sabían perfectamente, es por eso que decidieron luchar y enfrentarse a cualquiera que les quisiera prohibir amarse. Sin importar si se trataba de su propia familia o, de la misma ley.
El día en que se conocieron, hacía mucho frio, el invierno había llegado y con ello, la molestia de usar abrigos gordos para no enfermarse.
Naruto esperaba el autobús escolar con el ceño fruncido, la prueba de lo mucho que le había molestado no haber podido convencer a su abuelo Jiraiya de no usar doble abrigo esponjoso. Ahí estaba él, maldiciendo al dios del frio - si es que existía -, cuando sus ojos se toparon con un niño de piel blanca, a quien no podía verle la cara, temblando a causa del frio y de la pequeña chamarra que llevaba puesta. El rubio sonrió al pensar en darle uno de sus abrigos, era la única manera de evitar un regaño de su abuelo por quitarse uno.
Se acercó despacio al chico, se quitó uno de los abrigos y alzo su brazo.
—Toma—su rostro se desencajo cuando el chico de piel blanca volteo a verlo—. No puede ser—murmuro maldiciendo a su mala suerte.
Por su parte el chico de piel blanca, a quien todo el pueblo conocía como Sasuke, se mostró extrañado por el ofrecimiento del rubio. Naruto nunca le había hablado u hecho un favor. Siempre iba por la escuela alegando ser mejor que él y retándolo en cuanta competencia ridícula se le ocurriera. Sin embargo, Sasuke no se iba a poner a averiguar que mosco le había picado al chico para ofrecerle uno de sus abrigos y se apresuró a tomarlo. Pues le gustara o no, se estaba congelando.
—Gracias…—dijo con voz baja, mientras sentía como el calor invadía su cuerpo.
—De nada—contesto consternado el rubio, imaginaba que el azabache rechazaría su ofrecimiento.
Segundos después, sonrió al sentir su cuerpo más ligero, libre de esa tela tan molesta.
—Soy Uzumaki Naruto ¿Y tú? —se presentó el rubio, aunque en el fondo sabía que no tenía porque hacerlo.
—Se quién eres—respondió Sasuke—. Es imposible no saberlo cuando te la has pasado retándome por cualquier cosa.
Naruto desvió la mirada avergonzado por el comentario tan directo de Sasuke.
—Es tu culpa por ser tan presumido—comento el rubio—. Todos piensan que eres perfecto y lo único que tienes es una cara de estreñido todo el tiempo.
—Pues tú tienes cara de estúpido—soltó Sasuke, riendo por el comentario del otro.
Naruto se quedó observándolo, si no había escuchado mal, Sasuke se había reído por su comentario.
—No te presentaste—comento el de ojos azules, en un intento de poder charlar más con él.
— ¿Por qué me hablas? —pregunto Sasuke.
Naruto era el primero que no le hablaba para decirle lo fabuloso que le parecía. De alguna manera eso le hacía sentir cómodo, pues estaba harto de recibir solamente halagos por parte de los demás y de que estos siempre esperaran lo mejor de él. En especial su padre, Fugaku Uchiha.
El rubio meditaba la pregunta del Uchiha, él tampoco entendía porque le seguía hablando. Solo sentía que debía hacerlo y quería hacerlo. Quería volverse amigo de una persona tan fabulosa como él (cosa que nunca le diría), ya que, aunque no quisiera admitirlo, en el fondo admiraba la inteligencia del chico. Rio al darse cuenta de la respuesta que estaba planeando darle, bueno, por un día que dejara de lado su orgullo no pasaría nada.
Sasuke esperaba la respuesta de Naruto. Él había observado muchas veces al rubio, siempre estaba solo, todo lo contrario a él y podía darse cuenta que el deseo de Naruto era estar rodeado de gente como él lo estaba cada día. Sonrió al darse cuenta que no tenían nada en común. Mientras Naruto deseaba estar rodeado de amigos, Sasuke quería poder estar en soledad aunque sea un día.
—Pienso que podríamos ser amigos—respondió el de ojos azules.
El azabache bufo al escucharlo.
—Pero yo no quiero ser tu amigo—contesto el Uchiha—. Anda ve, que no soy el único niño en el pueblo, busca a alguien más para ser tu amigo.
—Sé que hay más niños por aquí—dijo el Uzumaki—pero algo me dice que tú eres el único que no me rechazara como lo hacen los demás—sonrió mientras se rascaba la nuca intentando disimular su nerviosismo, hace mucho que había dejado de intentar socializar con alguien.
Sasuke suspiro, observo el cielo nublado y pensó en lo insistente que era el rubio al momento de proponerle un reto, sabía que él no se rendiría tan fácil, pues ahora que recordaba, nunca había rechazado un reto por esa perseverancia y terquedad que caracterizaba al de ojos azules.
—No dejaras de molestarme si sigo en plan negativo ¿Verdad? —Comento el Uchiha, a lo que Naruto afirmo con un movimiento de cabeza y una pequeña sonrisa—Esta bien Usuratonkachi, seamos amigos.
— ¡Yei! —grito feliz el rubio—. Te prometo que no te arrepentirás Teme—dijo, dándole a conocer a Sasuke el apodo que le había puesto desde hace mucho— ¿Qué? —pregunto al ver la mirada molesta del azabache.
—Ya me estoy arrepintiendo de haber aceptado ser tu amigo—comento Sasuke.
—Tú fuiste el primero en ponerme un apodo, ¿o ya se te olvido el primer día de primaria? —le recordó. Sasuke sonrió egocéntrico al hacer memoria del día en que el rubio le había retado a dar tres vueltas por la cancha de fut y había terminado humillado por el Uchiha, no contento con la derrota, comenzó a insultarlo y el azabache termino llamándole Usuratonkachi para que se callara.
Sasuke y Naruto suspiraron, estaban seguros que a partir de ese día, sus vidas cambiarían por completo.
Pero jamás se imaginaron que serían demasiados cambios, como por ejemplo; Que con el paso de los años, aquella inocente amistad terminaría convirtiéndose en un sentimiento más intenso conocido como… amor.
Pues después de todo, así nacen los grandes amores. Se dan en pequeños momentos, que duran tan poco, pero permanecen por siempre.