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Inquietante obsesión --- Stockholm Syndrome por Girlyfairly

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Notas del fanfic:

À la folie significa con locura, es la manera en la que Mikami Teru ama a Light Yagami

 

*Esperaba hacer un fic de esto pues es una idea que tengo desde hace días, quizá algún día lo haga aunque por hoy solo será un oneshot 

Notas del capitulo:

Sé que nosotros shippeamos todo...LxLight, MattxMelloxNear, BBxLight... Pero la obsesión de Mikami por Light era notable en el anime, yo solo le agregué un poquito de locura 

"Durante la hora de almuerzo él parpadea mil doscientas veces, se acomoda el cabello tras su oreja veinte veces, sonríe con dulzura cincuenta veces, revisa su celular treinta veces y se aplica gel antibacterial en sus manos cinco veces."


"Mi nombre es Teru Mikami", me repito frente al espejo antes de salir a la escuela, trato de inflar el pecho y enderezar mi postura pero no importa cuánto practique, jamás logro presentarme ante él. Quizá si mi apariencia fuera como la de los chicos que salen en revistas la historia sería diferente, pero en mi caso yo más bien soy tachado por los demás como «el bicho raro del salón»


Desde que tengo memoria, siempre he sido el blanco de constantes burlas, lo que con los años ha resultado en que cada vez me sea más difícil interactuar con la gente. No tengo amigos, lo cual no es muy común en alguien de mi edad, estoy en mi último año escolar y mientras los demás planean salidas divertidas entre ellos, yo me limito a escucharlos.


Pero la historia es diferente para Light Yagami, un chico de primer año del que me enamoré la primavera pasada. El recuerdo de nuestro primer encuentro es muy preciado para mí aunque haya empezado de la peor forma. Fue durante la hora de almuerzo, mis compañeros me invitaron a jugar un partido de basquetbol, me pareció extraño pero la emoción pudo más. Pensé que a lo mejor mi suerte estaba cambiando, pero me di cuenta de mi error cuando la pelota impactó en mi rostro con una fuerza que no podía ser accidental. Terminé en el suelo y lo siguiente que escuché fue la risa de mis compañeros. Quise huir de ahí pero me percaté que mis gafas estaban rotas, y con mi mala visión seguramente terminaría en el suelo otra vez en el instante que decidiera ponerme de pie, así que preferí quedarme ahí, cerré los ojos e intenté soportar el coraje y la vergüenza, deseando con todas mis fuerzas que la tierra se abriera para yo desaparecer.


No sé cuánto tiempo pasó, pero recuerdo que las risas de pronto se detuvieron, seguido de un suave «¿estás bien?», abrí los ojos y no sé si era el mareo o mi mala visión pero frente a mí había un ángel. Aquel chico me ofreció su mano mientras tachaba de idiotas a mis compañeros. En un principio pensé que él también era parte de la broma, por lo que dudé en tomar su mano, pero solo bastó que sonriera para que yo cayera rendido ante sus encantos.


Desde aquel día me siento bajo el árbol de cerezos ubicado en el patio trasero, llevando siempre conmigo una libreta de dibujos porque luego de tantas imperfecciones algo bueno debía tener, soy bueno dibujando. Desde ahí tengo la vista perfecta, mi ángel se sienta en la misma mesa todos los días a merendar con sus amigos, quedando a tan solo diez metros de mi posición. He llenado libretas enteras tratando de captar cada uno de sus hermosos gestos, desde la tímida forma en la que se rasca la mejilla con el dedo índice cuando se pone nervioso, hasta la fiera mirada que forma cuando se molesta.


Amo todo de él, es dueño de los ojos más hermosos que alguna vez haya visto, son de un hipnotizante color miel llenos de inocencia que inducen a querer protegerlo y profanarlo al mismo tiempo. Su sonrisa es una combinación de dulzura y picardía que te lleva a pensar lo que podrías hacer con esa boquita. Y ni hablar de su cabello, siempre luciendo tan impecable, haciéndome desear poder sentir sus mechones entre mis dedos.


¿Cómo puede existir alguien tan perfecto?


Él no sabe nada de mí, creo que solo soy el chico a quien le dedica una de sus amables sonrisas cuando nuestras miradas se encuentran en el patio. No obstante, yo lo sé todo de él. Su cumpleaños es el veintiocho de febrero, no es amante de los dulces, su perfume predilecto es CK One de Calvin Klein, vive a cinco cuadras de la escuela, su habitación está en la segunda planta y es alérgico al maní. ¿Que por qué sé todo esto? Porque lo amo y éste amor me hace querer protegerlo de cualquier enfermo que intente hacerle daño. Por eso lo sigo a diario sin que él se percate para asegurarme que llegue con bien, lo sigo para asegurarme que nadie se le acerque, lo sigo hasta que atraviesa la puerta de su casa y aún entonces me quedo de pie en la esquina opuesta, esperando ver su figura en la ventana de la habitación superior, la cual he deducido que debe ser su recámara. Desde esa posición lo he visto dar vueltas por la habitación mientras se deshace de la corbata y se desabotona la camisa, es lo más que llego a ver porque después siempre desaparece, dejándome con la respiración agitada. Pero no importa, yo ya lo hice mío en mi mente, él ya gimió mi nombre hasta el cansancio en mis sueños, yo ya lamí cada rincón de su cuerpo en mis fantasías.


Él me ama, yo lo sé, me lo hace saber en esas miradas de complicidad que nos hacemos durante la hora de almuerzo, las cuales son seguidas por un suave sonrojo en sus mejillas. Quizá él no sepa mucho de mí pero nuestro amor es tangible. Él es solo mío y por eso debo cuidarlo de cualquiera que quiera hacerle daño.


"Todos los jueves me escapo de mis clases de química ya que a esa hora él tiene sus clases de natación; me escondo en los arbustos para poder verlo en aquel bañador negro mientras los rayos del sol caen sobre su húmeda piel creando el espectáculo perfecto para mis ojos"


Como es común para estas fechas, hay un torneo de fútbol en el que los equipos de cada salón compiten entre ellos. He venido a sentarme en las gradas a ver el torneo por una sola razón, la razón que me mantiene con ganas de vivir cada día.


Estoy seguro que todos los chicos aquí presentes están admirando la manera tan obscena en que rebotan los pechos de las animadoras en cada salto, yo por mi parte tengo mis ojos puestos en cómo los cuadriceps de mi ángel se marcan perfectamente cada vez que corre. El short del uniforme le llega a la mitad de la pierna dejándome apreciar sus perfectas pantorrillas blancas. Si soy sincero, adoro cuando me permite ver más piel de la que muestra a diario pero no puedo evitar sentirme celoso porque sé que todos también pueden ver lo que es mío.


El partido continúa bastante reñido hasta que Light anota el primer gol provocando que la audiencia enloquezca, ¿ven como es perfecto en todo lo que hace?, no soy fan de toda esta euforia ni mucho de las multitudes, no obstante me pongo de pie junto a todos para aplaudir, él le sonríe al público y nos hace un gesto como agradeciendo el apoyo. No me gusta que se fije en otros. Sin embargo mis celos se esfuman al momento que nuestras miradas se encuentran, él me sonríe ampliamente y me saluda agitando la mano, a mí y solo a mí, todo es tan perfecto que siento como si estuviera volando... hasta que mi burbuja explota. Veo al idiota de Elle Lawliet correr hacia él y abrazarlo desde atrás, pasándole esos pálidos brazos alrededor del cuello. Automáticamente pierdo el interés de Light y toda su atención se dirige al imbécil que no lo suelta. Aprieto los puños al instante que a Light se le ocurre sonreírle, ¿qué se cree al sonreírle a alguien más que no sea yo? Y como si no estuviesen aún satisfechos de burlarse de mí, veo al tonto de Elle susurrarle algo al oído, quién sabe qué le habrá dicho pero de inmediato las mejillas de Light se tornan rojas, ¿acaba de sonrojarse por alguien más que yo? ¡Eso no se lo puedo perdonar!


"Él es mío, siempre lo ha sido y siempre lo será. Si hago lo que hago es porque lo amo y él debe entender eso."


Su equipo ha decidido salir a celebrar la victoria, él se ha quedado rezagado en los casilleros mientras termina de guardar sus cosas. Yo aprovecho a acercarme, no sé lo que le diré pero estoy tan molesto que mis impulsos me dicen que le deje claro que lo que hizo estuvo mal. Sin embargo me quedo congelado al tenerlo agachado frente a mí mientras él sigue guardando todo en su maleta.


—Hola. —Me saluda con una sonrisa, poniéndose de pie de inmediato.


—Uhm, hola. —Mi voz sale carrasposa a la vez que mi cuerpo se niega a dar un paso más. Él me observa con cierta desconfianza, quizá esperando que le explique el motivo de mi llegada. No sé por qué tendría que explicarle algo que él ya debería saber.


—Nos reuniremos con mis compañeros en una pizzería cercana para celebrar —dice ante mi silencio— ¿te gustaría venir?


Pese a que estoy molesto con él, no ha dudado en invitarme y eso me hace feliz. Significa que me ama y que quiere que estemos juntos y que arreglemos las cosas.


"Todo en él es perfecto. La forma en la que los mechones de su cabello danzan con el viento, la elegancia con la que camina y la dulzura con la que me sonríe."


Nunca antes había caminado a su lado. Me siento embriagado con su sola presencia. Todavía lleva el cabello húmedo por la ducha que tomó luego del partido y el aroma de su fragancia es más intenso que otras veces. Eso me hace preguntarme si lo hizo porque iba a verse con los otros chicos del equipo... mis celos vuelven.


—Tu apellido es Mikami, ¿verdad? —Pregunta de repente, sacándome de mis cavilaciones.


—Sí... Teru, Teru Mikami. —Balbuceo.


—¿Por qué eres tan tímido? Siempre te alejas de todos. No es malo confiar en las personas, Teru.


Se equivoca, las personas mienten y hacen daño. Él no lo entiende y eso me molesta, no entiende que la única persona en la que puede confiar soy yo.


—¿Crees que podríamos pasar antes por mi casa? —Él me mira desconcertado por el repentino cambio pero se encoge de hombros.


—Está bien.


Hay algo que ha rondado por mi cabeza últimamente, algo que pensé quedaría atrapado solo en mis fantasías. Sin embargo, parece que esta es la oportunidad perfecta para llevar a cabo mi plan.


"Nadie lo ama como yo lo amo. Nadie puede cuidarlo como yo lo cuido. ¿Es eso tan difícil de entender?"


Aún no puedo creer que haya aceptado acompañarme. A esta hora no hay nadie en casa, mi madre sale a trabajar desde muy temprano y regresa muy tarde, aunque esté hecho no parece haberle importado demasiado. Le doy un poco de refresco mientras yo finjo ir a mi recámara a buscar lo que necesito, no obstante lo observo desde las gradas, mis manos aún tiemblan por todo lo que está pasando.


De pronto lo veo llevarse una mano a la cabeza mientras se intenta poner de pie sin éxito, lo escucho quejarse y es entonces que decido acercarme. Le pregunto si se siente bien y él me dice que no, comienza a desesperarse pero sus movimientos son erráticos, yo solo lo sujeto hasta que se desploma sobre mi regazo.


Me quedo un rato ahí, acariciandole el cabello mientras le susurro que esto lo hago por su bien.


Lo cargo para llevarlo a nuestra cama, ahí podré tener mejor acceso a todo su cuerpo.


Sigue inconsciente por varios minutos en los que aprovecho a percibir con todos mis sentidos cada parte de él. Me acuesto sobre su cuerpo y hundo mi nariz entre esos sedosos cabellos, comienzo a deshacerme de su camisa para tocar su pecho al desnudo mientras paso mi lengua por su cuello.


No pasa mucho para que me deshaga de toda su ropa, y para cuando despierta sus muñecas y tobillos ya están atadas a los extremos de la cama.


Shhh, tranquilo —le susurro al oído mientras sigo sobre su cuerpo—. Yo estoy aquí. Ya estás a salvo. —No dejo de acariciarle la mejilla en ningún momento.


—Mi-Mikami... —comienza a revolverse sin lograr nada, su voz suena temerosa, ¿acaso está asustado?— ¿Qué... ¡Qué es esto!?


Le acaricio el cabello para tranquilizarlo, supongo que es normal que esté asustando pero pronto entenderá que lo hice por nosotros. Acto seguido vuelvo a acomodarme entre sus piernas.


—No, no, no... por favor —balbucea al verme que tomo mi miembro y lo dirijo a su entrada. No hay nada que temer, lo preparé muy bien cuando aún estaba inconsciente porque no quiero lastimarlo—. Te prometo que no diré nada a nadie, te lo prometo, por favor, solo detente... suéltame... —Continúa moviendo las extremidades de manera errática, no importa porque me encargue de atarlas muy bien.


Sin embargo siento mi sangre hervir al verlo con lágrimas en los ojos, ¿acaso me está rechazando? Todo lo estoy haciendo por nosotros y él insiste en hacerme enojar. Lo penetro de una sola estocada, si así lo quiere así será.


Debo cubrirle la boca cuando empieza a gritar. Estoy solo en casa pero tampoco quiero un escándalo. No dejo de moverme en ningún momento mientras que él parece luchar cada vez con menos fuerzas.


—Esto me duele más a mí que a ti... —le susurro mientras le limpio las lágrimas. Yo quería ser gentil sin embargo él no me dejó otra opción— pero ya estamos juntos y nadie nos va a separar, te lo prometo —le beso con dulzura la punta de la nariz mientras mi miembro sigue entrando y saliendo de su cavidad—. Ya no volverás a coquetear con otros, desde hoy seremos solo tú y yo.


Llora más e intenta decir algo, mi mano lo impide. Por esta vez su llanto no me molesta, me vuelvo preso de un magnífico orgasmo y no me importa nada más.


"La escuela es aburrida sin él pero es como debían ser las cosas. Ojalá pudiera encerrarlo en una cajita de cristal para llevarlo conmigo donde sea, pero donde solo yo, y nadie más que yo pueda verlo"


Ha pasado una semana, la escuela ha recibido múltiples quejas por no haber tenido cámaras de seguridad y ahora han instalado varías por todas partes. La familia Yagami sale a diario en los noticieros llorando y ofreciendo una buena suma de dinero a quien dé información sobre el paradero de su hijo mientras que el imbécil de Elle Lawliet reparte volantes todos los días luego de clases para encontrar a su... «novio». Aún me da asco pensar en esa palabra, me enteré de eso un día después de la desaparición, no sé que le hizo creer a ese idiota tal cosa. De igual forma tuve que castigar a Light hasta que me dijo entre lágrimas que eso no era cierto y yo le creo, porque Light es mío, de nadie más.


La policía ha estado presente pero nadie recuerda si ese día vieron salir a Light solo o acompañado, sus compañeros del equipo de fútbol solo saben que se quedó de último en los casilleros y el último en recibir un mensaje de su parte fue Elle cuando Light le avisó que ya salía para la pizzería, en el mensaje decía que llevaría compañía pero nadie sabe de quién se podría tratar. Tal parece que ser invisible al fin sirvió de algo.


Mi mamá también está al tanto del caso y me ha preguntado al respecto en los pocos ratos que nos vemos cuando vuelve del trabajo. Ella está pensando en cambiarme de escuela porque no está tranquila con el hecho de que un muchacho pueda desaparecer tan fácilmente sin dejar rastro, no sería la primera, muchos padres lo hicieron a raíz del caso. A mí me da igual, ella sabe que por ningún motivo puede entrar a mi habitación, lo adjudica a cosas de adolescentes y mientras siga siendo así, estaremos bien.


«Ya no lucha por liberarse. Al fin ha entendido que yo solo quiero cuidarlo»


Luego de clases tuve que hacer las compras de la semana con el dinero que mi mamá dejó, así que vuelvo a casa un poco más tarde de lo usual. Guardo todo y tomo un vaso de agua, acto seguido me dirijo a mi habitación. La puerta tiene dos seguros diferentes y siempre ando las llaves conmigo, ni siquiera sé si mi madre se ha percatado de ese detalle.


Light está atado a la cama usando uno de mis pijamas mientras una cinta gruesa le cubre la boca, no quiero que haga ruidos cuando yo no estoy. Su vista está fija en algún punto del techo y no es consciente de mi presencia hasta que me siento en el colchón.


Shh, solo soy yo, tranquilo —le digo con voz dulce luego de verlo tensarse, de seguro pensó que se trataba de alguien más— Voy a desatarte, ¿esta bien? No quiero que hagas nada extraño. —No hay necesidad de que le diga eso último, desde hace unos días ha comprendido que todo esto es por nosotros.


Procedo a retirar la cinta, tiene los labios resecos, solo puede beber y comer algo mientras yo estoy en casa. Lo ayudo a incorporarse y a beber un poco de agua, acto seguido me acerco a él buscando besarlo. Al principio me rechazaba, estaba confundido y apretaba los labios, no obstante ahora que lo ha comprendido todo los abre para recibirme y siento sus labios temblar sobre los míos.


—¿Tienes hambre? —Le pregunto. Su mirada encuentra la mía y niega despacio con la cabeza. Sus ojos ya no brillan como antes pero eso no importa mientras me vean solo a mí— Bien, entonces descansemos un rato.


Me acomodo en la cama y él no duda en acostarse al lado mío, lo siento temblar cuando le paso un brazo encima, asumo que tiene frío así que lo acobijo un poco.


—Por favor... —susurra al mismo tiempo que hunde su rostro en mi cuello. Su voz sale áspera y apagada, quizá porque no quiso beber mucha agua— Por favor... no vuelvas a tardar tanto...


Siento una de sus manos hacerse puño sobre mi camisa, aferrándose a mí. Él tiene miedo de perderme así como yo temo perderlo.

Notas finales:

Si estás leyendo esto, solo me resta decir... Gracias por leer este raro fic

 

A través de Mikami he exteriorizado mi obsesión por Light, aunque yo no lo ataría a mi cama . . . . Jajajaj esa estuvo buena xD obvio si lo haría 

 

gracias nuevamente :)


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