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Volver a Amar Kleptoshipping por LizzieVidal

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Notas del fanfic:

Ni Yu-Gi-Oh! Ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran maestro Kazuki Takahashi♥.

Notas del capitulo:

Ni Yu-Gi-Oh! Ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran maestro Kazuki Takahashi♥.

¡Hallo! ♥ Este fic es la continuación del fic de mi buena amiga DraNarOne♥ ayer mientras hablabamos de cosas que pasan en la universidad le di la idea del fic que creó y como lo quiso dejar en One-shot pues me di la tarea de continuarlo, así que por favor pasen a leer primero el de ella para entenderle porfis :3 

 

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“Se debe amar para tener recuerdos, sufrir y llorar para olvidar. Olvidar para seguir viviendo y vivir para volver a amar”.

 

El pequeño tricolor lo daba todo, todo y mucho más por el que pensaba era “su oscuridad”, según decían sus amigos Ryo, Marik y Jonouchi.

Para el tricolor, a pesar de todo lo difícil que fuera estar enamorado de su maestro él seguía aferrado a ese amor, al que creía que debía estar por siempre a su lado.

“Tan difícil que es encontrar alguien que valga la pena”, esa era la excusa que el inocente tricolor daba cada vez que alguien le enfrentaba el porqué estaba enamorado de aquel maestro que ya estaba comprometido, en vez de enamorarse de alguien más. Era atacado constantemente por la frase “Hay muchos más peces en el río”, pero el encantador chico de los ojos amatistas no lo veía así, él sentía que tenía a la persona más perfecta que sus ojos pudieran mirar enfrente, por eso se le hacía difícil pensar encontrar a alguien mejor que el que había cautivado su corazón.

Tan ingenuo, tan soñador, tan enamorado, poco a poco fue acercándose a aquel que se había vuelto su obsesión durante todos los días, durante las últimas clases, el de los ojos amatistas se lo había pensado muy bien, ¿acaso estaría dispuesto a ser el segundo en caso de tener algo con Atem?, tontamente se respondía “sí”, el amor que sentía por aquel de los ojos color rubí lo cegaba, ya no le importaba  si un anillo se encontraba «adornando» su anular, porque exactamente eso pensaba, que solo era un adorno, uno que era fácil de remplazar.

Típicas charlas en los recesos, salidas de clases de sociales acompañadas por el “Yo lo ayudo a llevar sus cosas a la sala de maestros”, la facultad de psicología era grande, y de su salón al lugar indicado había una distancia significativa que el más joven de los tricolores aprovechaba para destruir ese vínculo de maestro y estudiante que hacía su cercanía algo imposible.

Atem tampoco le era indiferente, con el paso de los días se demostraba eso, hasta se podría pensar que el portador de los ojos rubí sentía cierto interés por su similar menor, el cometido de Yugi daba frutos, tal vez si persuadía totalmente a su amado maestro este optaría por dejar la relación que ya tenía y podría pensar en un “quizás”, nada le daba más esperanza y nada le rompía tanto el corazón como pensar en esa posibilidad y en la posibilidad de que sus sueños no se hicieran realidad.

Tan ciego, tan ilusionado, tan torpe, el tricolor de los ojos amatistas estaba consciente de que fuera de la escuela era un imposible ver a Atem, este era llevado y traído por aquel de los ojos color zafiro, si, ese idiota que le había ganado el lugar junto al hombre de sus sueños, ese maldito que tenía la dicha de tener a tal gran partido, ¿acaso era el dinero?, ¿acaso era simplemente porque era guapo?, el tricolor trataba de pensar en cosas como esas para explicar el motivo por el cual el de los ojos rubí estaba al lado de un imbécil como ese, si porque él sabía que lo era, ver la poca delicadeza con la cual trataba al que pensaba era su joya le hacía pensar que ningún ser en la tierra podría estar al lado de tal tempano de hielo, ¿amor?, ¿tal vez era amor?, no, él no quería pensar en esa posibilidad, quería creer que el corazón de Atem era solo para él.

Habían pasado algunos meses desde que Yugi había obtenido su primer premio después de tanto esfuerzo, un ligero roce de labios entre él y Atem, poco a poco ese ligero roce se volvieron besos demandantes, la sala de maestros era el único testigo de esos encuentros en los que ellos se olvidaban de compromisos externos enfrascándose en ese momento.

Pero no todo es color de rosa, el de los ojos amatistas lo sabía muy bien.

—¡Ya fue suficiente Yugi! -Exhortó el moreno de los ojos color lavanda molesto -Esto se te salió de las manos, si no hubiera sido yo el que entró a la sala de maestros ¿qué hubieras hecho? -Cuestionó muy molesto mirando con el entrecejo fruncido al tricolor.

El de los ojos lavanda había encontrado a Yugi y a Atem besándose en dicho lugar, sus amigos no eran conscientes del punto hasta donde el tricolor había llevado las cosas con Atem.

—Yo lo amo -Mencionaba el reprendido entre sollozos.

—¡Es un hombre casado, no dejará a su esposo solo por un alguien que aún no termina la universidad! -Exclamó tratando de regresar a golpes a su amigo del mundo fantasioso que se había creado.

—Él me quiere -Mencionó sintiendo un hueco en su estómago, ¿acaso era verdad?, ¿acaso Atem lo quería?, nunca se lo había dicho.

—Él quiere a su esposo -Mencionó el de los ojos lavandas buscando algo en su celular, después de unos segundos se lo mostro al chico frente a él que permanecía meditando en silencio mientras trataba de ahogar sus espasmos del llanto -¡Vez lo que te digo! -Exclamó al ver como los ojos del tricolor volvieron a dilatarse y grandes lágrimas repletas de sentimientos rotos caían sobre sus blancas mejillas.

El tricolor no daba crédito de lo que veía, eran fotos muy recientes de Atem y de su pareja, Atem se miraba feliz a su lado y el de los ojos zafiros a pesar de parecer un tempano de hielo se derretía cuando sus bocas se fundían entre besos.

—No es cierto… -Mencionó el tricolor descolocado.

—No te aferres a un hombre que ya está ocupado, ya encontrarás a alguien Yugi, alguien que sea solo para ti, no sigas dañándote -El moreno trataba de que su amigo entendiera sus palabras, claro no quería seguir viéndolo llorar de esa manera.

—Está bien, ya no volveré a buscarlo -Respondió el tricolor sintiendo como todos y cada uno de sus pequeños sueños emprendían vuelo y se alejaban de él, se alejaban para siempre.

El que ciegamente creía el hombre de su vida no era para él, su corazón ardía, sentía como si pequeños vidrios se incrustaran en las paredes de este haciéndolo sangrar, la respiración comenzaba a fallarle y su cabeza daba vueltas entre recuerdos que los involucraban a ambos, ¿eso era lo que se sentía tener el corazón roto?, ahora lo comprendía muy bien, ya no le quedaba más esperanza para seguir, era suficiente de rebajarse por un hombre que sabía jamás sería suyo.

—Volvamos con Ryo -Mencionó el moreno mirando el semblante decaído de su amigo, era tan terrible verlo en ese estado, solo esperaba que el cosmos fuera bueno con él y pronto encontrara una nueva perspectiva para dirigir su camino.

«Los corazones rotos se curan. Los corazones protegidos acaban convertidos en piedra», eso había leído el tricolor alguna vez, sabía que ese era solo un estado pasajero, ya se curaría el corazón él solo, no sabía cómo hacerlo en ese preciso momento, pero con el tiempo lo descubriría.

Tal vez solo un mes no sería suficiente claro que no, ¿quién puede sacarse del alma un amor tan grande en tan poco tiempo?, más, si aún debes ver a esa persona continuamente…

El viernes de esa semana el albino los había invitado a comer a su casa, él se encontraba feliz puesto que llegaría alguien importante para él, para compartir su alegría el tricolor y el moreno asistieron a la comida, nada en el mundo haría que ese par no estuvieran en algo que al albino lo llenara de alegría, no serían sus mejores amigos de ser así.

La tarde se llegó y mientras los tres chicos conversaban tranquilamente en la sala del albino un llamado a la puerta se hizo presente.

—¡Debe ser él! -Exclamó emocionado dirigiéndose a la entrada, Yugi y Marik se miraron extrañados, ¿quién podría ser?, sin embargo, no había necesidad de especular nada, en unos segundos lo sabrían, antes de que pudieran reaccionar un chico albino mucho mayor que Ryo y con una gran sonrisa ladina implantada en el rostro hizo acto de presencia -Chicos, ¿acaso les había contado que tengo un hermano mayor? -Cuestionó el albino feliz, los dos chicos negaron impresionados, los albinos eran casi como dos gotas de agua, solo que el segundo tenía facciones más marcadas y masculinas, si, estaba de muy buen ver, él había llegado de Inglaterra donde estaba estudiando la universidad.

—Soy Akefia Bakura, el hermano mayor de Ryo -Mencionó el albino mayor con un tono de voz grave, sus ojos color chocolate amargo se implantaron rápidamente sobre el chico de los ojos amatistas, este había logrado impresionar con su sola presencia al mayor de los Bakura.

¿Tanto debe dolor el corazón para no dejar entrar a nadie más qué pueda romperlo más?, El tricolor era constantemente persuadido por el similar de su amigo Ryo, era atento, caballeroso, sin llegar a ser molesto, pero no, el tricolor a pesar de comenzar a simpatizar con él aún tenía miedo de volver a ilusionarse con alguien más, no quería volver a sentir lo mismo que cuando se rompió por primera vez su corazón.

No sería tan tonto esta vez, ya había aprendido la lección, eso era lo que el tricolor creía, hasta que una gran muestra de amor por parte de albino llegó el día que este le mando un gran ramo de rosas violetas a su salón de clases, junto a una nota que presumía en ella las palabras en una excelente caligrafía donde se leía “Eres como una estrella, tan lejana y a la vez tan cerca, pero no hay duda alguna, sé que algún día te alcanzaré. Con todo mi amor, Akefia Bakura”.

—Yugi, mi hermano realmente te ama -Mencionó el albino mirando al tricolor que sonreía al leer la nota, al escuchar a su amigo su corazón cimbró -Él no va a dañarte, no es ningún idiota -Mencionó sonriéndole, el tricolor sintió como su cuerpo se relajó con esas palabras.

 —Debería darle la oportunidad -Mencionó sonriendo levemente, el albino le devolvió la sonrisa mientras asentía.

Esta vez confiaría en alguien que no estuviera comprometido, en alguien que fuera únicamente para él, en un amor que sería sincero y que no necesitara esconder.

Finalizando las clases salió junto a sus amigos del edificio de su facultad mientras este llevaba en brazos su gran ramo de rosas, en la salida volvió a mirar al auto que había visto anteriormente llevar con él al que creía era su gran amor, todo seguía igual, el ritual entre ellos seguía siendo el mismo, sonrió, poco a poco esa herida se había cerrado, pero aún quedaba la cicatriz que le recordaría lo que fue su primer error en el amor, del otro lado miró que estaba recargado en la pared de la entrada aquel albino que comenzaba a hacerle vivir nuevas emociones debido a su forma de ser con él.

—Dime, ¿acaso te alcancé? -Cuestionó el albino llegando donde su hermano, su chico, si él que él pensaba que ya era su chico debido al gran amor que sentía por él y los amigos de ellos.

—Después de tanto lo hiciste -Reveló el tricolor apenado, sonriéndole cálidamente, el corazón del de los ojos color chocolate amargo latía rápidamente, la emoción recorría todo su ser, una mezcla de dopamina, serotonina, adrenalina y vasopresina inundaba todo su sistema nervioso, la química del amor recorría cada uno de los rincones de su cuerpo, aunque todo ese proceso químico él no lo supiera, pero el de los ojos amatistas sí.

Sin esperar más, los labios del albino sellaron los del tricolor en un suave beso sellando de este manera el pacto que existiría entre los dos, un amor compartido, un amor sin igual, para el albino su primer amor, él era consciente de que antes de que el tricolor apareciera jamás hubiera hecho nada por alguien de lo que hizo por él, para el de los ojos amatistas el segundo, el primero era el que había roto su corazón, pero si lo pensaba bien, el albino era el primero, puesto que solo se ama cuando dos personas sienten un amor mutuo, dándole así al tricolor de los ojos amatistas una segunda oportunidad para volver a amar.

 

 ----Fin----

 

Notas finales:

Final Klepto porque yo los amoooo♥ además como Ale es amante del Pride no arruiné su amado Pride y añadí a mis amados Klepto♥.♥, como sea, ojala les haya gustado y así y bueno yo me largo, luego volveré con más 7u7 hasta la vista, cya :D

 


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