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Dos Estrellas por Kaiku_kun

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Notas del fanfic:

Hay veces que uno necesita liberarse, no guardarse nada...

Dos estrellas


 


¿No podríamos ser dos estrellas gemelas danzando juntas? Atraídas por su mutua gravedad, flotando en el infinito por millones de años, observándose, vigilándose con una sonrisa. Como dos pájaros que se desafían con la mirada sin ninguna intención de hacerse daño. Siempre en calma, siempre rodeándose, uno azul, el otro rojo.


Pero esto no es lo que eres. Eres un pajarito, pero no uno cualquiera, no un periquito encerrado, sino uno que necesita volar libre, el mejor de todos. Lo sé porque veo y adoro tu libertad, adoro tu rebeldía aunque a veces la exageres por cualquier cosa, adoro que hagas todo lo necesario para defenderla y, aunque no lo haya visto, adoro que defiendas a todos aquellos que también lo valoran y lo saben ver en ti. Adoro, en cierto modo, que seas algo que no puedo alcanzar.


Porque es así. No sé cómo lo has hecho, pero has echado a volar y solamente hace falta que el resto lo vea para decirte que tienes algo especial en tu interior. Sabes volar. Yo sigo buscando la manera de hacer lo mismo, lo quiero, pero me queda mucho por aprender de ti.


Porque yo piso el suelo con mis dos pies sin darme cuenta, lo miro, observo cómo mis pies avanzan tranquilamente, la música los acompaña y les dan el ritmo, pero…


Llega un momento que miro al suelo, miro a mi alrededor, y siento que todo lo que hay no es para mí. Sentado en la cima de una colina, delante del precipicio, me dan ganas de echar a correr y saltar y nunca más tocar el suelo. Porque eso es lo que deseo realmente. Quiero volar. Quiero no tener miedo. Quiero hacerme el Superman y que tú te rías de mí por hacerlo.


Intentar tocar el cielo con los dedos no me basta. Quiero tocarlo con todo mi ser. Pero una tormenta interna me sacude cada vez que lo intento. Puede que por eso esté observando cómo, a lo lejos, una tormenta descarga sus rayos sobre una maltratada tierra. ¡No me es suficiente!


Quiero estar en un acantilado un día de tormenta, con unas vistas estupendas, tenerte a mi lado y que ambos nos tiremos al vacío sabiendo que no nos pasará nada. Sabiendo que nos saldrán las plumas en nuestras mentes y nuestros brazos planearán sobre el mar embravecido. Sabiendo que nos cogeremos de la mano y huiremos de este mundo. Juntos.


En lugar de eso, me encuentro atrapado en un pedazo de tierra un poco alzado, mareado por el cansancio de haber corrido por la cuesta y haber estado gritando para liberarme de este vacío que me atenaza. Nada me alivia. Pensar en lo que podría ser o lo que podría no ser solamente aumenta mi sensación de vacío y me abochorna, enrarece el ambiente, me obliga a tumbarme y mirar un cielo que no me complace.


No hay estrellas hoy, en el cielo. Hay una niebla impura, una densa nube que se ha mezclado con el bochorno de la ciudad, y oculta todo el llano. Hay un sol torpe que se va ocultando detrás de las montañas y que realza un cumulonimbo enorme. En otro momento, admiraría la puesta de sol. Pero no hoy. Hoy solamente me hace sentir peor. Porque me deja ver esa niebla enfermiza que parece que está tanto dentro como fuera de mí.


Solamente quiero que llegue la noche. La oscuridad. Cuanto más lo pienso, más convencido estoy que la noche es mi momento. Es mi terreno. Es no estar cegado por la luz para así verlo todo tal y como es. Es no estar encerrado en una esfera imperfecta y poder ver millones de puntitos que alumbren mi camino y me hagan sentir mejor, que me hagan ver que no soy tan prisionero como pienso. Mis ojos son lo opuesto a la luz, pues les cuesta soportarla.


Pero todo cambia cuando estoy cerca de ti. Todo te da igual. Todo lo percibes y te es superfluo. Eres como una vela tenue y tranquila, un fuego apacible que calienta las manos. Llevas más luz en tu interior de la que te puedes imaginar. Me acercas tu luz, pero no alumbra nada, solamente me calienta un poco. Puedo seguir a oscuras y sentirte cerca. Eres el puntito blanco de todo mi negro, la luna en un cielo oscuro, pues me haces creer en la luz que no quiero ver. Solamente necesito saber que esa luz está allí y que siempre que salga el sol y se acabe mi parte favorita del día, me acordaré de que una parte de ese día eres tú, porque aunque te ocultes a mis ojos, sé que estás allí.


Por desgracia, mi pajarito, tus alas brillantes y tu luz interna van demasiado rápidos para poder seguirlas cuando yo quiera. Estás lejos. Primero vuelas a mi alrededor dejando una estela acogedora que parece una manta y luego vuelves a salir volando, dejándome desprotegido. Pero es así como tiene que ser. Ese eres tú. No quieres detenerte, quieres seguir volando, quieres cruzar varios mundos y luego volver a aparecer para contármelos, aunque yo no alcance a comprenderlos del todo. Porque solamente tú los comprendes tan bien.


Ojalá que todos mis esfuerzos valgan la pena, ojalá que pueda llegar a entender lo que ves, lo que sientes, lo que percibes cuando vuelas. Tu libertad me hace creer en la mía, aunque no sabía que existía. Estar atado a la realidad, a la tierra, a mi alrededor, ha resultado no ser lo que quiero. Parece mentira que yo solo no me haya dado cuenta de esto, pues vivía y vivo de una forma que no me llena. No me llena mirar al suelo y descubrir qué hay debajo. No me llena quedarme encerrado en una casa esperando que tu luz aparezca para reconfortarme, porque lo que hay entre medias no me gusta. Me parece mentira que en un pasado creyera que mi elemento, el que explica mi ser, fuera la tierra, pues el único momento en el cual me gusta pisar la tierra es cuando estoy más cerca del cielo y del mar.


No sé cuánto tiempo tardaré a arrancar el vuelo. No sé cuánto tiempo me esperarás. Lo que sí sé es que, de momento, me estás enseñado a volar. Estoy compartiendo un particular viaje contigo y ojalá dure mucho tiempo, que tengamos tiempo de volar juntos, antes de irnos hacia lugares opuestos del mundo. Quiero cruzar universos a tu lado, quiero enseñarte lo que veo y quiero que me enseñes lo que ves. Y quiero que al final podamos imaginar perfectamente lo que ve el otro y crear nuestro propio universo, antes de que desaparezca de nuestra imaginación.


Pero todo esto, todos esos “quiero”, no están a mi alcance. No es posible para mí reclamarlos sin más. Tú sigues volando. Yo sigo anclado en la tierra, como si mis alas se hubieran roto. No tengo derecho a decirte que me esperes. No puedo decirte todo lo que siento. Porque entonces echarás a volar sin mí y sin mirar atrás… Y no lo deseo. Deseo que vueles y que de vez en cuando lo hagas, que mires atrás, que me animes a volar.


Puede que por eso escriba esto. Puede que por eso mi corazón se pelee consigo mismo para que lo veas o no lo veas. Porque no te quedará ninguna duda de lo que está pasando conmigo, ahora que yo mismo lo he comprendido. Y quizás lo hubieras intuido mientras yo estaba cegado buscando una salida a mis sentimientos.


Todo se reduce a esperar. Una espera eterna, una que trasciende, una que me puede matar o que me puede hacer vivir más intensamente la vida. ¿Cuándo será el día en el que eche a volar? No lo sé. ¿Cuándo será el día en el que la espera se acabe? Tampoco lo sé. Pero para cuando llegue ese día, tendré lista una pregunta para ti, mi pajarito.


¿No podríamos ser dos estrellas gemelas danzando juntas?

Notas finales:

Espero que os haya gustado tal muestra de sentimentalismo jaja en mí no suele ser corriente, me cuesta sacar mis sentimientos XD


Para más fics y más publicaciones y bla bla bla, podéis mirar mi perfil (porque tengo 13 fics en total jeje) y también mi página del facebook, donde una amiga mía y yo colgamos todos los fics y cositas varias :) https://www.facebook.com/kaikufics


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