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Secreto Familiar por esther01

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Kuroshitsuji ni sus personajes me pertenecen, solo los Oc´s.

 

Notas del capitulo:

Es mi primera vez publicando un fanfic , de ante mano les agradesco la visita, y espero algun comentario ya sea marcando lo que les gusto o lo que no, aunque siempre, por favor, de forma respetuosa.

Cualquier error que encuentren me disculpo y espero que no sean muy duros conmigo.

La mansión tenía una decoración admirable, los candelabros de cristales brillaban gracias a las hermosas luces. Algunas guirnaldas y listones de color plata y azul decoraban los bordes de las paredes, los tramos de las escaleras y las patas de las sillas.

Lejos se encontraba la mesa de alimentos, grandes manjares y deliciosos dulces que los sirvientes se encargaban de servir a cada invitado.

La música sonaba, las parejas bailaban felices o al menos fingían  que lo eran; no podía descifrarlo, incluso podía visualizar a su tía danzando con su esposo, de estos por el contrario, el si sabía que sentían verdadera felicidad.

Por mucho que la fiesta parecía divertida, el se encontraba completamente aburrido. Aunque bueno como no estarlo, si estaba en un rincón apartado de todos. Suspiró, el no era bueno socializando con gente extraña, su gemelo por el contrario era un as creando amistades y enamorando chicas.

 Levanto un poco la vista intentando encontrar a su padre, pero este parecía haber desaparecido; maldijo en voz baja, de seguro este se había escapado en cuanto su tía se había distraído.

Se saco el guante y jugueteo con sus dedos, notando levemente horrorizado que sus uñas tenían un leve tono grisáceo en los bordes ¿es que acaso no se había limpiado bien? Inmediatamente se puso la pieza de ropa, si su padre o hermano lo veían seguro le esperaba un regaño o una burla, dependiendo quien de los dos se enteraba.

—¡¿Pero se puede saber que haces aquí tan solito, Viktor?!—la voz femenina le saco de sus pensamientos. Se dio la vuelta y se encontró con aquella mujer. Sus cabellos rubios se encontraban atados en un moño pulcro y elegante, como adorno utilizaba una hermosa tiara de diamantes. Su vestido rosa de volantes se adaptaba a su forma femenina y sus ojos verdes se veían tan brillantes como los de un niño abriendo un regalo en navidad, a pesar que ella ya tenía treinta y dos años.

— Ti…Tía Elizabeth, veras…yo— Inmediatamente intento inventar una excusa, pero no se le ocurrió nada.

—¿Yo qué? — La marquesa levanto su delgada ceja rubia, al ver que su sobrino no iba a responder simplemente lanzo un suspiro—. Cariño, en primera te he dicho que me digas tía Lizzy  no “tía Elizabeth”, en segunda si hice esta fiesta es para que tú y tu padre socialicen con la humanidad, no para que te escondas de todos— se agacho acomodándole el flequillo—, por cierto ¿Dónde está tu padre?

—¿Realmente tía? Se escaqueo en cuanto te fuiste a bailar— la rubia tuvo un tic en el ojo y levanto la mano cerrada en forma de puño.

—Con Ciel-kun siempre es lo mismo, evade las reuniones sociales; qué ejemplo les está dando a ustedes dos—se llevo una mano a la frente—, bueno no importa, Viktor ve a divertirte, habla con alguna muchacha o muchacho, baila o al menos socializa y en cuanto a tu padre—se dio la vuelta algo malhumorada— ¡Soma! —Llamó a su esposo, este vino en un segundo—, vamos a buscar a Ciel—el pelivioleta asintió con una sonrisa y tomo el brazo de su esposa, ambos salieron en busca del peliazul mayor.

 Viktor simplemente sonrió, a su padre le esperaba una buena. Con paso decidido empezó a caminar entre la multitud, buscando alguien con quien hablar o por lo menos encontrar a su gemelo, aunque este ya era caso perdido.

La gente se amontonaba a su alrededor, las jóvenes le coqueteaban intentado que les haga caso; el simplemente las ignoro, solo eran oportunistas buscando un buen status y un buen dinero.

Un ruido cerca suyo llamo su atención, desviando su vista se encontró con un espectáculo recurrente en la Mansión Phantomhive.

—Alexiel, ¿Qué ocurrió? — observo de cerca al hijo de Bard y Maylene; los sirvientes personales de su progenitor. Era un muchacho bajito, de unos trece años con cabello bordo corto, ojos azules y con una carita de querubín como los que aparecían pintados en la iglesia a la que debía ir por pura obligación.

—Yo…yo lo siento bochan—bajo la cabeza avergonzado. En su delantal, curvado para arriba, llevaba un montón de cristales.

—No importa, ve a tirar eso y la próxima vez ten más cuidado ¿está bien? — el niño asintió feliz  y salió corriendo con cuidado de no chocarse con alguien.

El muchacho mayor suspiro, esto era realmente recurrente; aunque debía admitir que se sorprendía de que siguiera intentando. Sin más siguió su recorrido.

Ya estaba hartándose de tanto ruido, por un segundo estuvo tentado a irse a su dormitorio; sin embargo al darse la vuelta choco con alguien.

—Perdóneme—Murmuro, alzo la vista para ver a la persona contraria.

Era una muchacha hermosa, más o menos de su edad; su cabellera rubia caía como cascada hasta por debajo de su espalda, su vestido violeta se adaptaba a sus curvas aun en desarrollo; sus labios rojos tenían una ligera mueca de hastió y sus ojos, tan dorados como el oro lo observaban con aburrimiento.

—No importa, era yo quien venía distraída—hablo la joven, parecía una muñeca de porcelana—, Por casualidad ¿no serás hermano de Vincent Phantomhive, verdad?

—Lamentablemente si, ¿Por qué? —la chica frunció de ceño.

—Vengo huyendo de él, no ha parado de insistir en que bailemos y a pesar de mi negativa sigue y sigue, espero que no seas como él.

—No te preocupes, solo hay dos cosas que nos diferencia: el color de ojos y el carácter.

—Me alegro, por cierto ¿sabes si hay algún lugar a donde huir? Ya estoy harta de estar aquí.

—Pues somos dos, ven—tomo la delicada mano ajena, cubierta por un guante de seda lila—Conozco un lugar atrás de los jardines, nadie va a molestarnos allí.

—Estupendo, por cierto mi nombre es Claudine Trancy .

—El mío es Viktor.

—Un gusto, Vik-kun—Saco la lengua ligeramente divertida, luego ambos salieron corriendo hacia el jardín repleto de rosas, dejando ambos a sus respectivos hermanos atrás.

Mientras los chicos se escapaban o se divertían respectivamente, dos adultos se reunían en un despacho.

—Fue una sorpresa verte aquí, aunque para ser honesto me lo esperaba de Lizzy—hablo el primero, llevándose un vaso de whisky a la boca.

—¿Qué puedo decir?, me llego la invitación, amo las fiestas y es una oportunidad para que mis hijos se diviertan y socialicen—contesto el otro mirándose las uñas como si fueran lo más interesantes del mundo.

 —La última vez que los vi tendrían un mes de nacidos, Alois— El hombre rubio, que no aparentaba más de veinticinco años sonrió, sus ojos celestes brillaron.

—Ya están grandes, Luka es todo un diablillo; haciendo travesuras y coqueteando con cuanto chico o chica encuentre y Claudine es una muchachita hecha y derecha, con un carácter muy parecido a quien ya sabes quién—Su acompañante, casi de la misma edad, de cabellos azules oscuros con orbes como zafiros, aunque uno de sus ojos lo llevaba tapado con un parche, asintió—. ¿Y tus hijos Ciel?

—Vincent es un muchacho bromista, con una sonrisa siempre en sus labios y muy buen bailarín; y Viktor es una copia mía con ojos carmín.

La charla se hizo  interesante hasta que llegaron a un punto en particular.

—Ciel, se acerca el cumpleaños número dieciséis de los muchachos y tu sabes que significa—Los ojos de ambos se tornaron de un color magenta— Está llegando ESE momento.

—Lo sé, estoy realmente preocupado.

—Somos dos—luego de unos segundos de pensar prosiguió—, ¿Piensas que se tomaran bien la verdad?             

—No lo sé Alois, francamente no lo sé.

Ambos se quedaron en completo silencio, envueltos en un aura de pesadez y con temor de perder a sus hijos.

Notas finales:

Si llegaron hasta aqui gracias, espero algun comentario.

De vuelta, pido perdon por algun error.

Agradesco a los que entran a ver, y tambien a los que comentan.

Me despido y espero poder actualizar pronto


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