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Innocent Boy por Cho Sussy

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Notas del fanfic:

Autor: Cho Sussy 

Genero: Generales.

Pareja: BTS Jimin y BTS V/Taehyung.

 

Notas del capitulo:

Por que me gusta escribir este tipo de personajes ^^ y por que despues de Dirty Work, me quede con ganas de un vmin. 

*-* Espero les guste.

Gracias por leer.

Jimin sabía que existían cosas extrañas en el mundo. Como ese fenómeno natural en Australia, como ver a una mariposa brillar en la noche o simplemente, una persona.


 


Y vaya que Jimin conocía muchas personas extrañas, cuando estaba pequeño creía que el maestro del aula de enseguida a la suya torturaba de alguna manera a sus alumnos, tenía grandes ojos saltones como los de un sapo, no tenía un solo pelo en su cabeza pero portaba bastante vello en los brazos y poseía una larga barba.


 


Entonces aparece este otro chico, el que coleccionaba estampas de rostros perturbadores y vestía de un solo color por día. Por consiguiente, estaba la señora de la cafetería, una de extraños ojos pequeños y rasgados, Jimin creía que aquella mujer era como una serpiente o algo por estilo, moviéndose de aquí hacia allá como si no tuviera ni un hueso y cuando hablaba, la punta de su lengua siempre estaba por fuera.


 


Y luego estaba Kim Taehyung, alias; “V”


 


Jimin conocía a Kim Taehyung desde primer año, era un chico que sufría de acoso escolar. El chico no hablaba con nadie, no miraba  a nadie y la mayoría del tiempo dormía en clase. Sin embargo, su nombre siempre era el primero en las listas de honores cuando se mostraban las calificaciones a finales de mes.


 


Al principio tenía los cabellos color violeta, y solamente vestía de negro. Parecía casi un cosplay de una caricatura, en especial de cierto personaje del espacio.


 


De ahí su sobre nombre. A Jimin no le molestaba mucho el chico, había visto cosas más raras alrededor de su vida, le parecía normal que Kim Taehyung no hiciera contacto con nadie, simplemente podría decirse que era tímido o tenía algún serio problema con la gente. ¿Y que si ahora llevaba el cabello de un brillante color rojo? ¿Qué hay de malo con usar hoddies a mitad de otoño? ¿Y si jamás se quitaba aquel gorro? ¿Y si usaba lentes de sol dentro de la escuela de vez en cuando?


 


¿Y que tenia de malo si en estos momentos Jimin se encontraba en un pequeño shock por que Kim Taehyung se encontraba frente al espejo de los baños tratando de limpiar la sangre de su playera y manos?


 


Había cosas de las que preocuparse, como el maestro cara de sapo o la cocinera mitad serpiente.


 


--¿M-me prestas tu jabón?—Pregunto.


 


Jimin reacciono y observo la pequeña barra de jabón rosado en sus manos, por que sí. Su madre le había obligado a llevar su propia barra a la escuela porque – Quien sabe dónde han estado las barras que ponen en los baños, Jimin.


 


--Y-yo… claro, toma—Contesto el rubio extendiendo la barra.


 


¿Y que si las manos de Kim Taehyung eran extremadamente grandes a comparación de las suyas? Tan varoniles, pero no podía evitar sentirse contraído al verlas tan lastimadas.


 


--¿E-es-estas bien?—Tartamudeo al principio. Pero ver la gran mancha de sangre en la playera del pelirrojo y como este hacia muecas cuando el jabón entraba en los cortes de sus palmas, sintió pena.


 


--Mm… está bien, la sangre no es mía—susurro Taehyung con tranquilidad, mirándolo unos segundos mientras sus labios se curvaban hacia arriba.


 


Y tampoco tenía nada de raro pensar que la sonrisa de Kim era una de las más bonitas que había visto.


 


--Oye, el loquito de V lleva mirándote buen rato—Musito su amigo de alado. Jimin levanto la mirada ante las palabras de Hoseok y a la lejanía de las mesas visualizo a Taehyung, quien ciertamente le observaba. El pelirrojo al darse cuenta que fue atrapado simplemente le sonrío y levanto su mano, fue donde pudo darse cuenta que esta se encontraba vendada.


 


Jimin se encogió de hombros y quito la mirada del otro chico cuando Hoseok le golpeo levemente en el hombro.


 


--¿Es que son amigos o algo parecido?


 


--La verdad es que no.


 


--Oh rayos minie, que escalofríos me da todo esto—Susurro el mayor.


 


Incluso después de encontrar situaciones mucho más extrañas, como aquella vez en donde fue golpeado en la cabeza con un balón en gimnasia y el entrenador le mando a enfermería. Había encontrado a la enfermera postrada en la cama junto al profesor cara de sapo.


 


Había sido un día bastante traumático, poco después encontró a la cocinera mitad serpiente coqueteando con los pobres chicos de quinto grado.


 


Y qué decir del chico raro que vestía todo de amarillo. Aun así, no podía ver nada fuera de lo normal cuando Kim Taehyung le regalo una rata muerta en biología.


 


--Se llama Roy.


 


--¿N-no estaba viva?—Musito Jimin observando al roedor sobre la bandejilla.


 


--Bueno,  lo estaba hasta que jugué con ella y algunos de estas sustancias—Susurro el pelirrojo señalando los químicos que tenían en la mesa de experimentos.


 


Luego conoció a la chica de cabello amarillo, no supo realmente cuál era su nombre, pero le llamaban, Joy la lunática. Hablaba consigo misma en voz alta y de vez en cuando sufría ataques de pánico en el salón de historia. Justo como en esos momentos, y Jimin no entendía realmente que era lo que decía la rubia, solo escuchaba las palabras “el apocalipsis es hoy mismo” y frases como “todos estamos condenados”.


 


Taehyung estaba a pocos pasos de él, mirando a la chica con una expresión divertida y asintiendo a las locuras que la rubia gritaba a todo mundo, como si comprendería con exactitud todo lo que decía.


 


--Entre locos se entienden—Susurro alguien a su lado.


 


Jimin rodo los ante Jungkook y negó con la cabeza—Todos en esta habitación le hacen creer que está bien, no es un loco Kook.


 


El pelinegro le miro arqueando una ceja—¿Son amigos, verdad? vaya, debí suponerlo. Hoseok-hyung me lo dijo, pero no lo creí.


 


--No somos… no… no lo sé en realidad—Susurro el rubio—Pero… no…me desagrada.


 


--Hhmm, ¿son amigos o no? No te preocupes, a mí también me daría vergüenza admitirlo.


 


--¡No es eso!—Grito sobresaltando a varios presentes. Jimin se topó con los ojos de Taehyung los cuales le miraban sin alguna emoción.


 


Y cuando sucedían cosas como quedarse dormido en la biblioteca y regresar a casa de noche. Jimin realmente no se preocupaba si el pelirrojo le estaba siguiendo detrás, sin decir nada.


 


--¿Vas donde mismo?


 


Taehyung no le contesto, simplemente se quedó de pie observándolo de arriba abajo varias veces. Fue cuando el pelirrojo levanto una pequeña libreta color rojo en una de sus manos.


 


Jimin sintió sus mejillas colorarse de pronto, con rapidez camino hasta el más alto y tomo gentilmente aquel cuadernillo. Era su libreta de apuntes, pero algunas veces, escribía cosas que iban más allá de tareas y notas  adhesivas. Como por ejemplo, preguntas. En especial preguntas dirigidas a cierta persona de cabello rojo.


 


Taehyung le miro y chasqueo su lengua—Negro—Musito—y eres mi hyung por un mes.


 


Dicho esto, el chico simplemente guardo sus manos en sus bolsillos y se quedó debajo de aquel farol. Jimin sintió sus manos temblar, y una sensación de pánico en su cuerpo cuando lentamente abrió su cuadernillo y observo algunas hojas manchadas de rojo, y aunque su mente grito “sangre” en todo esplendor, simplemente resoplo y hojeo hasta la última nota en donde no hace mucho había escrito.


 


“Tengo curiosidad por conocerlo, por saber, ¿su color favorito? ¿Qué edad tendrá? ¿Qué cosas le gusta hacer?”


 


--Tenemos casi los mismos gustos—Repitió, esta vez. Con una pequeña sonrisa tímida y Jimin pensó que comenzaba agradarle aquella compañía. Ignorando las manchas de sangre fresca en la camisa del otro, y también el hecho de que Taehyung le había contestado “eres mi hyung por un mes” y “tenemos casi los mismos gustos” haciendo alarde de cosas que Jimin recordaba no haberle dicho.


 


En realidad no entablaban conversaciones, solo intercambio de algunos diálogos y en algunas ocasiones, miradas desde cada extremo de donde estuviesen.


 


--¿Puedo ir contigo a casa?


 


--P-pero… yo…


 


--¿Estás cansado? Puedo llevarte en mi espalda si quieres. Tu casa queda a 7 cuadras de aquí, no me molestaría.


 


--¿P-porque quieres ir a casa conmigo?—Tartamudeo Jimin.


 


Taehyung solamente se encogió de hombros—Me agradas.


 


Jimin no entendía aun, como es que la gente podía mirar a Taehyung de esa manera tan despachante. Como su pequeño hermanito Jihyun, y la verdad que no lograba siquiera formular algunas razones.


 


Taehyung era sumamente adorable, hablaba con los peluches que Jimin tenía sobre su cama y de camino a casa, el pelirrojo realmente le llevo a cuestas y Jimin no pudo evitar reír por que el cabello de Taehyung olía a chocolate y vainilla.


 


Tampoco pudo pensar mal acerca de que Taehyung logro dar con su casa sin indicaciones, el rubio solo despertó de sobresalto cuando Taehyung levemente le sacudió y le aviso que ya habían llegado.


 


Así que de verdad se sentía confuso ante la inquisidora mirada de su madre, por eso a Jimin le agradaba mejor su padre. Porque el señor Park no dijo absolutamente nada cuando Taehyung pregunto en voz alta si la sangre podría salir de su ropa, ya que era su playera favorita la que había arruinado.


 


--Se parece mucho a ti—Hablo Taehyung sentado sobre la cama, mirando como Jimin se movía hacia el closet, detrás del rubio, su pequeño hermano se escondía mirando al pelirrojo lo más detalladamente posible que aquellos rasgados y pequeños ojos heredados le permitían.


 


--¿V-vas a comerme?—Pregunto Jihyun sin despegarse de las caderas de su hermano mayor. Puesto que el pelinegro había escuchado de los alumnos de último grado lo loco que estaba ese chico.


 


--No, ya cene y no tengo hambre—contesto Taehyung.


 


Pero aunque Jihyun chillo y grito de miedo cuando el pelirrojo le susurro a escondidas que tuviera cuidado en la noche por que posiblemente le apetecería un bocadillo. Jimin no encontraba razones para catalogar a Taehyung dentro de la línea de cosas raras que conocía.


 


--¡No duermas con Min! ¡No te lo vayas a comer!


 


--Jihyun no seas grosero con las visitas.


 


Y Jihyun realmente deseo tirarle a su hermano un gran balón en la cabeza para hacerle entrar a razón. Pero solo salió refunfuñando de la habitación, esa noche pensó que lo mejor sería dormir en medio de sus padres.


 


--¿¡Y sigues vivo?! ¡Y si te violo mientras dormías! ¡Jimin como pudi-


 


--¡Vamos hyung! No es para tanto.


 


--¡Pero no le conoces!


 


Lo único que Jimin se cuestionaba era porque había decidido contarle a Hoseok lo sucedido. Ahora era Jungkook quien le miraba como si se hubiera puesto azul y le hubieran crecido cuernos en la cabeza.


 


--Tienes que tener más cuidado en ir a casa, ¿Es que no has visto las noticias? Hay un asesino ahí afuera, muchas personas han perdido la vida y algunos son alumnos de esta escuela.


 


Jimin frunció el ceño—No sabía eso realmente, pero gracias hyung. Lo tendré en cuenta.


 


Hoseok solo asintió, Jungkook golpeo levemente su brazo y se sobresaltó de gran manera cuando una persona se puso de pie justo a su lado.


 


--Hola.


 


Taehyung le miraba justamente a él, ignorando a los demás en la mesa. Jimin estaba consciente de que muchas personas a su alrededor estaban poniendo suma atención, pues no todo los días el demente V se acercaba a alguien para saludar, en realidad, la palabra era, nunca.


 


--Hola… ¿E-es esa mi camisa?—Susurro Jimin al ver la playera con estampado que Taehyung vestía. Recordaba haberle prestado una camisa blanca para dormir y un par de pantalones de chándal. Pero ahora el pelirrojo tenía una playera suya distinta y juraba que los pantalones también eran de él.


 


--Tiene tu aroma, me gusta.


 


--Oye loquito, ¿Estás enamorado de Jimin o algo así? Lo miras todo el tiempo y eso da miedo. ¡Hasta has robado su ropa!—Exclamo Hoseok—Bueno, tienes mala suerte. Justamente hoy iba a decirle a Jimin que Min Yoongi, el tipo cool de último grado me pidió su número.


 


El rubio frunció el ceño— ¿Yoongi-hyung?


 


--¡Sí! ¿Lo recuerdas? Es de los de tu tipo—Murmuro el castaño mirando de reojo al pelirrojo—Ya sabes, no está loquito y eso.


 


Y A veces Jimin podría quejarse solamente de cosas triviales, pero nada tenía que ver con el pelirrojo.


 


Kim Taehyung jamás había sido agredido físicamente, al menos no a la vista de Jimin. El rubio había observado varias veces como notas insultantes eran pegadas en el casillero del pelirrojo, como las personas en los pasillos solían gritarle y empujarle algunas veces.


 


Pero entonces estaba este otro chico de cabello cobrizo, Min Yoongi. Jimin lo conocía, vaya que lo hacía, el mayor le había pedido salir no una vez, ni dos, si no más veces de las que podía contar. Nunca le tomo la suficiente importancia, era un joven tranquilo y serio a sus ojos, pero cuando el cobrizo había empujado a Taehyung contra las taquillas y no obstante, prosiguió a amenazarle con un –Deja en paz a mi chico, maldito demente, no te vuelvas acercar a Jimin.


 


El rubio supo que tenía que intervenir, y después de haber mirado los brillantes ojos de Taehyung y como su rostro se había iluminado al verle apartarlo de la mirada intimidante de Yoongi, hubo algo que se sacudió en su estómago, pero estaba seguro. Taehyung no era raro, ni mucho menos por que se encontraba llorando abrazándole fuertemente, y a pesar de que el agarre tan bestial que tenía el pelirrojo sobre él comenzaba a doler, Jimin no dijo nada y solamente acaricio la espalda del otro en la soledad de la habitación del conserje.


 


Había días en donde el pelirrojo entraría por la ventana de su habitación, con la misma playera manchada de sangre y con las manos heridas. Eran esas noches en donde Jimin no preguntaría nada y simplemente acariciaría los cabellos de Taehyung hasta que este se quedara dormido entre sus peluches y con una mano apretando la suya.


 


La gente solía mirarlos y susurrar cosas, y Jimin realmente seguía sin entender cómo es que nadie sospechaba que ahora el maestro cara de sapo y la cocinera mitad serpiente tenían una aventura.


 


Nadie podía mirar a Taehyung como Jimin lo hacía, solo el rubio podía observar los pequeños detalles del pelirrojo, como que odiaba el sol. A diferencia de las otras personas extrañas con la que Jimin se había topado, Taehyung no coleccionaba estampas extrañas o vestía de un solo color. Le gustaban los peluches en especial una pequeña cebra que Jimin había recibido en una feria por parte de uno de sus primos, Namjoon, también vestir la ropa de Jimin aunque sus pantalones fueran más ajustado para él.


 


--Asesine a alguien esta noche.


 


Fue en una noche en especial en donde Taehyung confeso. Pero Jimin rio internamente, por que comenzaba a creer que el extraño era él y no Taehyung.


 


¿Es que como era posible que aquellas palabras no pudiera afectarle todo?


 


--M-me siento cómodo contigo, es… no sé cómo describirlo, ¿Crees que este enfermo?—Pregunto Taehyung mirándolo, avanzo más y ambos quedaron a una corta distancia. El pelirrojo lo rodeo en un fuerte abrazo y cuando el rubio sintió mordidas en su cuello, nuevamente. No encontró razones para justificar al pelirrojo, estaba tan acostumbrado a las acciones repentinas de Taehyung, actuando tan normal a su alrededor, que todo sucedió casi en segundos.


 


Jimin no grito.


 


No vio la razón de hacerlo, Taehyung era adorable. Él no iba hacerle daño ¿Cierto? Taehyung no era como el maestro sapo o la triste cocinera, no era el chico raro de cuarto grado ni su personalidad tan exaltante y deslumbrante como lo era la de Joy la lunática.


 


Así que Jimin no opuso resistencia, incluso cuando Taehyung le saco la playera, cuando abrió la bragueta de sus pantalones y mordió innumerables veces sus clavículas.


 


--Lo apuñale varias veces hasta que dejo de moverse—Murmuro el pelirrojo moviendo sus manos por sus desnudas piernas separándolas con lentitud. Jimin no entendía, sabía que no lo hacía, así que se quedó nuevamente en silencio y mordió sus labios cuando un aguijón de dolor se instaló en todos su cuerpo haciéndole arquear.


 


--No eras tú, ni cerca de parecerse… no tenía tu cabello dorado—Susurro Taehyung moviéndose lentamente—No tenía tus ojos, tampoco tus labios. Él no era la persona que me miraba con ojos puros, no era tú. Él no era el chico que me deja dormir en su cama incluso si apesto a sangre, el que me venda mis manos cuando estas están  lastimadas, no era Park Jimin.


 


Y pensó que estaba bien, porque Taehyung susurraba con voz entre cortada su nombre y besaba cada centímetro de su piel. El dolor dejaba de ser soportable y el agarre en sus caderas delicado, pero Taehyung le sonreía y murmuraba que todo estaba bien, que lo estaba haciendo bien, que sería gentil y que pronto lo disfrutaría. Así que Jimin no pudo ver aquella acción con maldad, incluso si el pelirrojo murmuraba palabras como “no puedes pertenecerle a nadie más” y “no dudare en actuar si alguien te toca”. Jimin no pensó mal, porque era Taehyung.


 


Kim Taehyung alias; V. El chico tímido que sufría acoso en la escuela, el mismo que no podía pertenecer al grupo de cosas raras en el mundo.


 


Comenzó hacerse el sordo cuando preguntaban por las marcas en su cuello, en sus muñecas. Pero sobre todo, se hizo el ciego cuando Taehyung apuñalo una y otra vez a Min Yoongi contra un muro, se quedó de pie, dejando caer la bolsa con comida al suelo, derramando las bebidas que había comprado para ambos.


 


Sin embargo, la lista que enjuiciaría a Taehyung, aquel papel en donde apuntaría cualquier cosa, el más mínimo detalle de que el pelirrojo no era normal, seguía en blanco.


 


--Te toco jimine, ¿cierto? Lo abrazaste… te beso y no lo detuviste…


 


--E-estaba sorprendido-o… no reaccione al i-instante, m-me tomo a la fuerza—musito cuando el pelirrojo sollozo sobre su pecho.


 


Tal vez la sangre en las manos de Taehyung y un cuerpo sin vida a lo lejos debió hacerle entrar en razón. Pero los labios del pelirrojo eran una distracción total, y cuando este le tomo de las caderas y le hizo enredar sus piernas sobre estas se obligó a no pensar en nada más.


 


Porque no había algo de que temer, los rostros confusos de las personas y los cuchicheos acerca del loco V seguían ahí.


 


Cuando oficiales se presentaron en su casa, cuando hombres vestidos de traje y con placas, sacaron a Taehyung por la fuerza de su habitación, siguió sin comprenderlo del todo. Taehyung era bueno, era adorable, amaba las galletas con chispas y la leche tibia, ¿Por qué ahora vestía de naranja y se encontraba detrás de unos barrotes? Su color favorito era el negro, no ese chillante color, Taehyung odiaba la obscuridad, no podía estar ahí.


 


Aun cuando Jungkook y Hoseok le  llevaron a un lugar de paredes blancas donde lindas y amables mujeres vestidas de blanco le saludaron, siguió sin entender la situación.


 


--Mi hijo no era cómplice, mi hijo no está bien, mi hijo es inocente… el solo piensa distinto, ese asesino se aprovechó de él. —Era lo que había dicho su madre al mismo hombre que se había llevado a Taehyung.


 


Y tal vez solo tal vez, Joy la lunática tenía razón y todos estaban condenados. Pero Kim Taehyung permanecía en la inocencia de su mente.


 


Paso primavera y verano, junto a medio otoño pensando en si Taehyung extrañaba a la cebra de peluche. ¿Quién curaría sus manos? Si estaba comiendo bien, el lugar donde se encontraba el pelirrojo tenía que saber que a este no le gustaba la comida con mucho condimento y que por los terrores nocturnos que sufría, tenía que beber dos tazas de leche tibia.


 


Jihyun lucia más grande y Jimin se había preguntado en que momento su pequeño hermano paso  a arrebazarle en altura. Estuvo muy confuso cuando su familia llego con una tarta y el número -21- en esta, la verdad que la última vez que lo checo, el solo tenía 16 años, asistía a la escuela y tenía dos mejores amigos. Jung Hoseok y Jeon Jungkook y estaba esta otra persona, Kim Taehyung, ¿Entonces cómo es que todo había pasado tan rápido?


 


Su cabello dorado le decía que algo andaba mal, pues se miraba exactamente como recordaba. Había salido de aquel cuarto de paredes blancas para regresar a su habitación y encontrar empolvados cuadros y peluches abandonados sobre una polvorienta cama.


 


Primero, pensó que era como un sueño. Y que su madre interrumpiría en la habitación para avisarle que el desayuno estaba listo. Pero entonces, se sentía tan real.


 


Y Taehyung lucia distinto.


 


Le sacaba al menos dos cabezas de alto y su cabello rojo se había ido, había sido reemplazado por uno totalmente corto de los lados y de un obscuro ébano. Portaba cicatrices en sus brazos y lucia ese feo uniforme naranja con unos números plasmados en la espalda.


 


--Van a buscarme pronto Jimin, posiblemente ya se dieron cuenta que mi celda está vacía y mi compañero muerto… ¿Tú crees que soy una mala persona?


 


Jimin ladeo su cabeza, porque no entendía los hechos. Pero todo eso le recordaba a tiempo atrás, cuando los cabellos de Kim eran rojos y ellos apenas unos niños adolescentes.


 


--¿Por qué lo creería? Eres Taehyung… tu…  no puedes ser raro.


 


--¿Harás lo que Tae diga, verdad?


 


--S-sí.


 


--Entonces vámonos, lejos, no necesitaras nada de aquí, simplemente tu y yo en contra de todo.


 


--P-pero mis padres.


 


--Tus padres ya no son un estorbo Jimin, ellos son los malos ¿lo recuerdas? Ellos les hablaron a los hombres de blanco y te llevaron lejos, me enviaron a mí a un horrible lugar, Jimin, nos separaron.


 


Y Jimin no pregunto qué fue lo que había hecho Taehyung con sus padres, porque las manchas de sangre en su piel y la cuchilla que sujetaba con fuerza en su mano daban todas las respuestas que necesitaba. Pero no podía quejarse, por que el ahora pelinegro no era malo, Taehyung no lo era, nunca lo fue, simplemente era… distinto, más no raro ni extraño, una especie única.


 


Y él le sonrió, con esas sonrisas que amaba Jimin. Le tomo de la mano y delicadamente le beso, lo recostó sobre la colchoneta de la habitación, una que habían rentado en un sucio motel barato a las afueras de la ciudad.


 


--Tu solo puedes entenderme Jiminie…


 


El rubio no recordaba tanto dolor, pero de nuevo, no dijo nada. Porque otra vez pensaba lo mismo, Taehyung era adorable, adoraba llevarle en viajes por la carretera en moto y comprarle caramelos en tiendas de servicio, ¿así que por que debía quejarse? Había un anillo de plata en su dedo y eso le hacía feliz. Por lo que cuando las estocadas se volvieron violentas y brutales, mordió sus labios, debía ser bueno así como el pelinegro lo era con él, solo debía mantenerse debajo de él como a Taehyung le gustaba, lo sabía, puesto que tae acariciaba sus piernas y las besaba con delicadeza susurrándole cuan hermoso era y todo lo que podría llegar hacer capaz ya que –Eres mío Park Jimin, mi bello ángel, mi sol naciente, nadie va alejarte de mí ahora ¿entiendes? Nadie podrá hacerlo y si alguna vez alguien lo intenta, no dudare en acabarlo.


 


Así que podía decir que Park Jimin conocía muchas cosas extrañas, desde fenómenos en países extranjeros, hasta maestros sapos y cocineras serpientes, chicos daltónicos y rubias locas.


 


Pero el pelinegro no entraba en esa categoría, porque al final del día. Este seguiría siendo Kim Taehyung, alias; V. El adorable chico que sufría de acoso escolar, ese que se enamoró perdidamente de un inocente y vulnerable rubio al cual tomo por posesión.


 


Y Jimin entendió, que jamás podía decir algo mal acerca de Taehyung, por que el pelinegro lo único que quería sentir y dar era amor.


 


Incluso si era algo que los demás catalogaban como enfermo. A Jimin no le importaba, porque después de todo, él mismo no era tan normal que digamos.


 


“¿Estoy loco? ¿O estás loca? Estoy loco por quedarme con una persona loca.”


Mad Clown— Fire [Ft. Jinsil]

Notas finales:

:'3 espero les haya gustado, subire mas one-shots de este estilo, me gusta mucho escribir estas tramas ^^


¡GRacias por leer! 


--Susy


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