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No te vayas, por favor. por Girlyfairly

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Notas del fanfic:

Debería estar durmiendo, o escribiendo capítulo de cualquier otro fic. Pero esta idea llego a mi mente hace tres horas, y no pude dejar de escribir hasta terminarla. 

Notas del capitulo:

Sé que es un pésimo resumen, pero son casi las doce de la noche (mañana trabajo, no sé porque sigo Despierta) pero si están leyendo esto es porque entraron aunque sea por curiosidad. :D

La habitación es un desastre, frente a la cama un viejo ventilador gira entre chirridos, haciendo pobremente su trabajo de refrescar el lugar.


«¿Dónde está L?» es el titular que se lee en un trozo de periódico que yace en el suelo, junto a otros papeles que parecieran ser archivos importantes, y si no lo son, alguna vez quizá lo fueron, antes de terminar abollados por todas partes.


Colillas de cigarro tapizan las sábanas, latas de cervezas yacen en cualquier rincón, restos de una pizza posan sobre la cómoda y una variedad de pastillas coloridas se esparcen sobre la mesita de noche.


Los rayos del sol se cuelan con dificultad entre las ranuras disponibles de una bolsa negra que tapa la única ventana. La falta de aire fresco ha caldeado la recamara, volviendo más nauseabundo el putrefacto hedor causado por la falta de limpieza.


Cualquiera diría que el lugar está abandonado sino fuera porque los restos de comida no parecen tener muchos días, además, pese a la falta de luz, se logra apreciar la protuberancia de las sábanas, indicando que bajo de ellas yace alguien.


—Por favor, Light. No te vayas...




Los atardeceres más hermosos que había observado en su vida siempre habían sido en la playa. Sentado sobre la blanca arena, viendo las nubes teñirse de un color rojizo; el inmenso y anaranjado sol reflejándose en el mar, el cual se encontraba calmo en estos momentos. Las gaviotas armonizando con sus graznidos mientras danzan elegantes por los cielos; la brisa veraniega revolviéndole los cabellos mientras el olor a sal con bloqueador solar invade sus fosas nasales. Aquella vista lo tenía embelesado, pero esa sensación de paz era realmente provocada por el chico que tenía a la par, por el castaño que veía hacia el horizonte sonriendo, cuyos grandes ojos color miel reflejaban lo redondo del sol.


 Pensé que habías olvidado que me gustan estas cosas —comentó sin apartar la vista del frente, no quería perder ni un segundo de aquel espectáculo.


 Hay tantas cosas de ti que jamás olvidaré, Light.


El castaño ladeó el rostro hacia su compañero, cuyo dedo índice se deslizaba sobre la arena


 ¿Qué haces? —le tomó de la mano, con intenciones claras de apartarla para poder ver lo que dibujaba.


Sus mejillas se tornaron de un leve color carmesí al ver sobre la arena "Lawliet y Light" encerrados en un corazón.


 Siempre te quedarás aquí, Light —dijo con un deje de tristeza, llevándose la mano hecha puño al pecho


El castaño sonrió levemente pero la melancolía también se había instalado en su rostro. Lawliet había flexionado una de sus piernas, pegándola casi al pecho y colocando el mentón sobre la rodilla, viendo hacia la arena de manera pensativa, repasando aquellos nombres y pensando sobre lo que realmente significaba el "siempre te quedarás aquí, Light"


 Me gusta más de esta manera —interrumpió sonriente. Borró con sus dedos aquel dibujo y formó con su índice uno nuevo.


El azabache vio lo que Light había formado, algo muy parecido a lo suyo, un corazón de igual forma pero en lugar de dos nombres solo tenía uno escrito en medio: " LawLight ". Sonrío de lado, pero aquello más que alegría, le provocó soledad. LawLight era un lindo juego de palabras para una pareja como ellos, además reflejaba la manera en la que ambos se complementaban perfectamente, pero también sugería que si alguno llegase a faltar, dejaría al otro incompleto.


Ambos veían embelesados aquella figura, perdidos y temerosos con el silencio que se había formado. Una suave ola llegó hasta sus pies descalzos, rozándolos un poco, y llevándose con ella el arte formado con sus dedos. El azabache sonrió ante aquella ironía del mar llevándose su muestra de amor.


 Siento que vas a dejarme. —confesó cabizbajo, dejando salir al fin su miedo.


El castaño se abrazó las piernas contra el pecho, intentando controlar el escalofrío que le había provocado aquella confesión


 Cometí un error, Elle.


El aludido levantó el rostro con los ojos claramente cristalizados.


 No digas eso...—dijo al instante, tomándolo de los hombros y asegurándose que sus miradas se encontraran— Soy el único culpable... Por favor, no vuelvas a culparte, Light. Por favor...


Sus dedos se deslizaron en aquellos cabellos castaños. El corazón le palpitaba con fuerza, quiso mantenerse firme, pero fue imposible que su voz no flaquease al escuchar un suave sollozo.


 Creí que te haría feliz... Creí que te haría un bien.. P-pero... S-solo te he d-dañado —gimoteó, aferrándose a la delgada cintura de su pareja.


Lawliet lo abrazó con más fuerza, no se atrevió a decir una palabra, mejor dicho, su garganta no se lo permitió, el nudo que se había formado en ella le comprimía la tráquea, haciéndole difícil hasta respirar.


Lo tomó de la quijada para alzar su rostro, encontrándose con sus adorados ojos miel anegados en lágrimas, las cuales se deslizaban sin compasión por esas mejillas. Fue como una estocada directa al corazón, haciéndole soltar un quejido ante lo real del dolor. Y entonces, permitió que sus propias lágrimas también bañasen su rostro, haciéndolo sentir aliviado de dejar salir su tristeza, pero a la vez ansioso de lo que estás significaban, sabía que Light lo iba a dejar.


 Por favor, Light. P-por favor, n-no me d-dejes —suplicó titubeante. Acortó la distancia y se apoderó de los labios del menor, lo besó de manera suave, queriendo transmitirle su necesidad y miedo en aquel húmedo contacto.


Ambos labios temblaban y se empapaban de la salina secreción que descendía copiosamente por sus mejillas, el mar seguía encontrando sus pies de vez en vez, acariciándolos con su tibieza. Las trémulas y frías manos se paseaban por la espalda del otro, de manera lenta pero certera, deseando guardar en sus palmas la figura de su amante a la perfección.


 Lo s-siento.. —susurró el castaño casi inaudible, llevándose el último aliento tibio de los labios del azabache, dejándolo helado luego de aquellas palabras, como si del peor de los infortunios se tratase


 No.. Light, p-por favor.


 Han pasado dos años, Elle. Jamás quise hacerte tanto daño —tomó una de las pálidas manos entre las suyas, sintiéndola helada, pero no lo culpaba, podía asegurar que las suyas estaban igual.


Lawliet comenzó a sollozar más alto, importándole poco que alguien lo viese llorar como pocas veces lo ha hecho, menos que ese alguien fuese el amor de su vida. La calidez de la playa desapareció, dejando un aire gélido recorriéndole todo el cuerpo. Sabía lo que aquello significaba, pero no quería creerlo.


 Ellos ya no quieren que regrese —continuó el castaño de manera suave, tomando aquel perfilado mentón con su trémula mano, haciéndolo alzar el rostro —Jamás quise hacerte tanto daño —repitió, ver aquellos profundos orbes anegados en lágrimas le había comprimido el corazón, haciéndole sentir peor que una escoria por ser la razón de tanto sufrimiento.


 Yo.. N-no quiero p-perderte, Light. No de nuevo, ¡no quiero perderte de nuevo! —exclamó, tomándole de los hombros, perdiéndose en cada detalle de esas facciones que siempre le parecieron perfectas, temiendo no volver a verlo, no volver a encontrarse con aquellos ojos miel que le escudriñaban el alma, no volver a escuchar esa armoniosa voz que le erizaba la piel, no volver a probar esos labios que emanaban amor en cada beso.


El corazón del castaño dolió nuevamente, creyendo por un momento que aún latía. La desesperación reflejada en los ojos de Lawliet le dañaba y le aterrorizaba. Bajó la cabeza al sentir como sus tibias lágrimas le volvían a surcar las mejillas.


 Estabas perdido, Lawliet. S-sin rumbo... Yo s-solo quería verte s-sonreír de nuevo... P-por ello pedí verte... Reencontrarme c-contigo... Ellos me lo advirtieron.. M-me dijeron que n-no era buena idea... ¡L-lo siento tanto, Lawliet...! ¡Por mi estupidez ahora sufres más!


Sus sollozos se apaciguaron al quedar su boca contra el pecho del azabache, quien había vuelto a abrazarlo con fuerza pegándolo a su cuerpo.


 ¡No digas eso!, ¡esto no es tu culpa! —la desesperación comenzaba a embargarle, podía sentirlo temblar pero sabía que no era solo Light, él también había comenzado a tiritar— Fui yo, Light. ¡Por mi culpa te fuiste en mi primer lugar...! Pero p-por favor, n-no me dejes, n-no de nuevo.


 Lawliet... Por favor, entiende —alzó la cabeza, tomando con sus heladas manos el rostro de su novio, perdiéndose en lo profundo de sus dilatadas pupilas— Tú y yo ya no pertenecemos a los mismos mundos, mi cuerpo yace bajo tierra desde hace dos años.


El azabache sacudió su cabeza frenéticamente cerrando los ojos con fuerza, no queriendo creer lo que acababa de escuchar pese a que no hay día que no sea perseguido por el aroma de los claveles que fueron dejados sobre la húmeda tierra aquella tarde de abril. Hace dos años todos reunidos le daban el último adiós a cierto castaño. El llanto de Sachiko, el rostro desconsolado de Soichiro y los atormentados ojos de Sayu son cosas que no ha podido olvidar. Pero Light no estaba muerto, no podía estarlo, estaba entre sus brazos, ¡seguía con él!


 ¡Pídeles que te dejen quedarte conmigo! —suplicó aún con sus ojos cerrados. Light suspiró, conteniendo las lágrimas se acercó de nuevo a su Lawliet, plantándole un suave beso.


 Esto ya no es sano, amor. Ambos debemos buscar nuestro camino —aquellas palabras salían quemándole la garganta, pero quería mantenerse sereno, deseaba transmitirle esa paz a su novio, pero no le era fácil. Ver a Lawliet tan destrozado le estaba rasgando el corazón, sobretodo porque nunca lo había visto de tal forma. Además, él tampoco quería dejarlo. 


 Te mataron por mi culpa... —escupió, sintiéndose la persona más incapaz del mundo. Sí hace dos años él no hubiese aceptado ese estúpido caso, quizá Light seguiría a su lado, quizá su novio podría estar realizando esos sueños que tanto anhelaba, quizá aún despertaría cada mañana con ese olor a miel golpeándole el olfato, ese dulzón aroma tan característico de él, solo de él.


 Jamás te he culpado, no fue tu culpa —le limpió las lágrimas con los pulgares mientras se mordía los labios para retener su propio llanto. Ya no quería llorar ni verlo llorar más. Ya no.


Lawliet frunció los labios y llevó una mano al pecho del castaño, cerciorándose que éste se encontraba sin ninguna marca.


Había fallado como detective y como novio. Se confió demasiado de su identidad secreta, subestimó a aquel hombre cuyo rostro jamás conoció, pero que era el sospechoso de incontables homicidios. Y Light había sido solo uno más en la lista.


Ni volviendo a nacer podría olvidar lo que vieron sus ojos esa tarde que regresó de la oficina, esa que constantemente cambiaba para mantener su anonimato. Cruzó el umbral de la puerta y arrojó las llaves al sofá, llamó a su novio pero no recibió respuesta. Dejó sobre la mesa los papeles que traía para dirigirse a la habitación, creyendo que probablemente Light había regresado cansado de la universidad y estaba tomando una siesta. Pero sus pasos se detuvieron en seco, como había pensado su novio estaba en la cama, pero un color carmesí coloreaba las sábanas y el desnudo torso mientras algunos hilos también le resbalaban por la comisura de los labios y nariz. Su respiración se volvió errática y sus ojos lacrimosos. Corrió hacia la cama para tomarlo en brazos, pero el cuerpo estaba frío, luciendo pálido y sintiéndose tieso. Una soga aún estaba atada alrededor del cuello del castaño, la cual Lawliet desató y retiró rápidamente, como si con eso pudiera volverlo a la vida. Lloró amargamente, importándole poco si manchaba sus ropas con esa vibrante sangre. Y entonces pudo verlo, en el pecho de Light, bajo los restos de sangre, había algo escrito, algo que había sido marcado con algún objeto cortopunzante... " B.B .", las mismas iniciales que encontraban en todas las víctimas de aquel asesino que investigaban, ese que había logrado derrotarlo al arrebatarle todo. 


Se dejó caer sobre la arena. Habían pasado ya dos años pero la culpa solo se hacía más grande día con día. Luego de esa tarde de abril, él abandonó el caso, su sed de venganza lo mantuvo tras las huellas de aquel tipo por algún tiempo, pero mediante los meses pasaban, sus ganas de vivir se iban desvaneciendo, perdiendo cualquier esperanza. Desapareciendo así L, el gran detective, el "mejor" del mundo, pero peor aún, desapareció Elle, el hombre que hasta esa tarde creía tenerlo todo. 


Y el único lugar donde era feliz era en este, junto a Light.


 Si te vas... Me iré contigo —estaba convencido, él no iba a permanecer en un mundo donde él ya no existiese.


 Sabes que si haces eso estaríamos más lejos que nunca. Si te suicidas, tu alma quedaría atrapada junto a las otras personas que tampoco supieron apreciar su vida.


 ¿¡Y qué quieres que haga!?, ¿¡qué viva sesenta años sin ti!?


Light sonrió de manera tierna ante lo duro de aquellas facciones, Lawliet apretaba la mandíbula y fruncía el entrecejo, aunque sus ojos seguían empapados. 


 Solo quiero que vivas, que disfrutes el mundo y lo recorras como siempre dijiste... Que no temas a enamorarte de nuevo.


Elle negó con la cabeza, ¿él, enamorarse de nuevo? ¡jamás!, la única persona que había amado de manera pasional en su vida estaba frente a sus ojos, pero éste no quería mantenerse a su lado.


 ¡Yo no me enamoraré de nadie más!, ¡somos felices aquí!, ¿¡por qué no me quieres contigo!?


 ¡Elle! —alzó la voz, quería mantenerse calmo pero para él también era difícil. La orden que tenía que dejar a Lawliet también le estaba dañando, pero estaba consciente que era lo mejor— Últimamente has estado bebiendo todo tipo de pastillas para inducirte el sueño y venir a este lugar... Pero no es sano, amor... Ya no comes, no sales, no interactúas... Ya no vives... Y yo no puedo permitir que te destruyas de esa manera... Entiende, yo ya no regresaré a la vida, pero tú tampoco puedes mantenerte en este mundo de ilusión, esta no es tu realidad.


 Light... No te vayas.. —pidió una vez más al ver al castaño ponerse de pie. Se levantó igualmente, desesperado.


El aludido lo tomó del rostro de nuevo, uniendo sus frentes para poder perderse en sus ojos por última vez.


 Pensé que creando un mundo donde ambos pudiéramos estar juntos te ayudaría a superar la culpa que te estaba matando... Solo quería verte sonreír... Pero lo único que logré es dañarte más... Sin embargo, te amo demasiado como para seguir lastimándote de esta manera... Aunque tú vengas, yo ya no estaré aquí, Lawliet. Pero eso no quiere decir que te olvidaré, te cuidaré desde otro sitio, me mantendré a tu lado de otra forma


Elle negó frenéticamente al sentir que las manos que sostenían sus mejillas se iban desvaneciendo, y que la luz de aquellos ojos miel se hacía opaca.


 Has dicho que siempre viviré en tu corazón. Entonces, mientras éste continúe latiendo, yo jamás me iré —fueron las últimas palabras de Light y verlo sonreír sin poder ocultar su melancolía fue demasiado para Lawliet.


Cayó de rodillas otra vez, sollozando amargamente al ya no sentir la calidez de aquel tacto, al ya no vislumbrar lo radiante de aquellos ojos. Sus hombros temblaban frenéticamente mientras su garganta se comprimía y su corazón temblaba.


De nuevo Light se había ido, dejando esa soledad que siempre le embargaba en cada partida, siendo carcomido por la culpa y la miseria de haberlo perdido. Quizá su cuerpo no estaba enterrado cuatro metros bajo tierra, pero en estos momentos su alma carecía de vida, sintiendo la soledad llenándole el pecho.




En la habitación, la sombra de quien alguna vez fue el mejor detective del mundo se revuelve entre las sábanas, el sudor le baja copiosamente desde las sienes y se extingue en su abundante melena azabache. Mantiene los ojos cerrados con fuerzas mientras sus falanges se entierran en el edredón de forma desesperada, y aún dormido, un sollozo escapa de sus labios, seguidos de un balbuceo, un balbuceo que se repite todos los días: —...Por favor, Light. No te vayas...

Notas finales:

¿cuántos tomatazos me gané con este oneshot? :(

Gracias por leer. 


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