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Eros (Yuri on Ice) por kaoryciel147

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Notas del fanfic:

Hola!!! No podía contenerme de hacer un fanfic para esta hermosa serie. Lo tien todo, y el pasado capitulo 3 fue demasiado erótico. No me había sentido así ni con un yaoi. Ambos estuvieron seduciendose!!! Así que aquí va mi pequeño aporte para este nuevo fandome. Espero que les guste y me digan sus comentarios.

Bueno, aun vamos por el capitulo 3 así que todavía nos falta conocer como irá la historia de este par.

Nos leemos!!

Notas del capitulo:

No podía contenerme de escribir este oneshote después de todos los pensamientos impuros que Yuri nos dejó con su presentacií, debía amterializarlos en un fic!! A leer!!

Eros

La celebración había sido fantástica, embriagante. Yuri Katsuki no había recibido tantos aplausos, miradas llenas de admiración y deseo desde hace mucho tiempo. Aunque siendo sincero consigo mismo la que más le importo fue la de su entrenador, Viktor.

Le había dedicado su presentación. Fue cuando se dio cuenta que lo que le movía no era el katsudon, sino ser ese apetitoso plato para despertar el hambre de Viktor. Más que eso, quería derretir su cuerpo como Viktor lo lograba con cada uno de sus gestos y actos.

Confiado en su promesa, en el abrazo con el cual saco confianza, le dedicó aquella mirada pícara prometiéndole los más dulces mares de placer. Fue éxtasis puro moverse, sentirse devorado por sus ojos, detallado y estudiado.

Se movió con gracia, invocando a su parte femenina, convirtiéndose en el objeto de deseo de aquel lugar pero que le pertenecía a un solo hombre.

Terminó con un gesto altanero como el de la mujer que se sabe bella e inalcanzable. Los aplausos y vivas no tardaron en llegar, pero el joven patinador solo tenía en mente correr hacia su entrenador, haciendo valer su promesa.

Los regaños llegaron, lo cual hizo que todo el calor en su cuerpo bajara rápidamente.

Sin embargo cuando recibió el premio y le pidieron algunas palabras, la mano de Viktor abrazándolo confortablemente le lleno nuevamente de ese pasional deseo pero también de supremo valor. Nuevamente se sentía bien siendo observado por todos. Tenía su apoyo, el Gran Prix ya no era inalcanzable con él a su lado.

Lucharía hasta el final como aquella noche lo había hecho por retener a Viktor a su lado.

Después de la premiación y del gran anuncio, Yuri no se separó de Viktor, sentía ganas de permanecer a su lado, de disfrutar de su premio, porque tenerlo a su lado era su premio personal y egoísta. Él no entendía plenamente todas esas nuevas sensaciones, su corazón agitado, su cuerpo calentándose a cada roce de Viktor.

Y es que su entrenador no dejaba de alguna manera demostrar su cercanía, tomándole gentilmente del brazo para guiarlo hasta donde todos celebraban.

En el mismo hotel-casa de Yuri se reunieron su maestra de baile y de seducción, Yuko junto a su familia, sus padres quienes se veían con ojos brillantes de emoción y alegría, su hermana con una sonrisa confiada, sus vecinos quienes parecían emocionados por estar cerca de una estrella.

Fue en ese momento en que finalmente despertó del festejo. Se dio cuenta que Yurio no se encontraba, su expresión decayó evidentemente. De alguna amanera se sentía culpable, habían compartido tanto en los últimos días, se habían vuelto como compañeros a pesar de la latente rivalidad, una que tenía tintes personales.

—Yurio…—Murmuró

Yuko se acercó, con una sonrisa triste le indicó.

—Regresó a Rusia, pero dijo que sería el vencedor del Gran Prix—Terminó un poco más animada.

Aquellas palabras finales levantaron un poco el ánimo de Yuri.

Intempestivamente Viktor le tendió una copa de sake.

—No debes preocuparte por él, créeme cuando lo vuelvas a ver se habrá transformado. Ten, solo por hoy, por haberme deleitado con el katsudon mas delicioso que haya visto.

Yuri se sonrojó visiblemente, tomó la copa de sake perdiéndose en los ojos celestes del más alto. Su sonrisa parecía encandilarle, pero Yuri inhalando con valor de su reciente presentación, sintiéndose un hombre atrayente le replicó con una sonrisa.

— ¿Y te gusto el platillo que te mostré?—Le preguntó sugerente.

—Fuiste cruel conmigo, Yuri.

Viktor se acercó a su oído, sus piernas temblaron, ni siquiera entendía cómo es que había podido soltar unas palabras tan comprometedoras siguiéndole el juego a Viktor.

—Me deleitaste con el aroma de una comida deliciosa, de primera clase, pero no me has dejado comerla ni probarla. La pusiste frente a mí, paseaste su aroma frente a todos los demás y luego me lo quitaste cuando creí que lo tenía en mis manos.

La piel de su oreja escocía, su cuerpo completo temblaba, sintió calor recorrerle velozmente por todas partes. Sin embargo, antes de poder replicarle, un gritillo agudo se escuchó. Giraron su vista, todos les observaban con las mejillas sonrojadas, pero Yuko fue quien finalmente gritó al sentir un cúmulo de sensaciones asfixiantes.

—Bueno, bueno, vamos a celebrar—Animó la reunión Viktor.

Todos alzaron sus copas y dijeron el clásico “kampai”. La noche avanzó entre bromas y proyectos futuros. Unas horas más, ya todos estaban bastante ebrios.

Yuri caminó con las rodillas a punto de doblársele hasta su habitación, observó la ciudad a través del balcón, su precioso pueblo sin duda recibiría muchos visitantes dentro de poco. Cerró los ojos y sonrío animado, el viento fresco meció sus cabellos.

Sintió un abrazo poderoso desde atrás. Era Viktor, tembló e intento escapar pero este le retuvo apoyándose más sobre él. Posó su mentón sobre su clavícula. Cerró sus brazos sobre su vientre, como si le arropara pero al mismo tiempo  le indicara que era suyo.

Pensar aquello le avergonzó, la cálida sonrisa de Viktor detuvo sus movimientos.

—Ehh... es gracioso que el alcohol en vez de liberar al Yuri erótico, me traiga nuevamente al Yuri tímido.

Su voz, era grave, pero sedosa, depuraba cualquier sentido común en él.

—Ya todos han caído, Yuri… Yo vengo a que me demuestres personalmente al Eros que hay en ti, solo para mí ¿Por qué tu rutina fue para provocarme verdad?

—Viktor…no...

— ¿Lo vas a negar?

El mareo producido por el alcohol había disminuido cuando el viento le acarició,  pero la masculina fragancia del más alto parecía sumergirle en el embobamiento nuevamente. Giró levemente, encontrándose con ese perfecto rostro, con su cabello iluminado por la Luna y sus ojos destellando una pasión contenida. 

—No… no lo negaré.

Por supuesto que no, no podía negárselo. Viktor era el galán del cuento, por eso no podría ocupar ese lugar, era él quien enamoraba a todos y todas con solo caminar; por eso él quería convertirse en la bellísima mujer que había logrado que aunque sea una vez el galán cayera a sus pies.

Uno de los brazos de Viktor le liberó. Alzó nuevamente la mirada, Viktor le tomó de la barbilla con ternura, suavidad, como si tocara algo delicado.

—Pues lo conseguiste. Te enseñare más a fondo a Eros, el dios del placer, del amor. Perdámonos juntos, Yuri.

Antes de que pudiera negarse, Viktor había tomado sus labios con los propios en un contacto firme, sin miedos ni paciencias, buscaba que le corresponda con la misma pasión con la que había interpretado su danza frente a todos.

“Déjate llevar por Eros, deja que te posea, culpémoslo a él de nuestros sentimientos”. Le susurró descaradamente mientras su mano bajaba lentamente hasta su entrepierna. Emitió un gemido agudo, como nunca esperó que pudiera salir de sus labios.

Viktor era un maestro tiempo completo, parecía que conocía todo sobre el mundo y todo sobre él.

La otra mano del mayor se paseó por su pecho, amasando por partes. Yuri se quebró hacia atrás. Una de sus manos apresó el barandal mientras  la otra, consumido por la electricidad que brotaba desde el lugar que Viktor exploraba, la llevó hacia la nuca de su entrenador para atraerlo hacia él.

—Así se hace, Yuri. Deja que te pruebe, déjame deleitarme contigo.

—Viktor…no vas a irte mañana… después…de… ¿verdad?—Le preguntó, acariciándole las hebras platinadas, provocándole son su tono de voz agitado y sus mejillas rojizas.

—Si me miras de esta manera, nunca podré irme.

Y Yuri sonrío, invitándolo, accediendo a aquella proeza. Si debía de provocarlo día con día para que permanezca a su lado, Yuri estaba dispuesto a hacerlo.

Viktor le dio la vuelta con gracia pero a la vez firmeza. Sin dejarle escapar le tomó de la cintura. Yuri lo apresó por el cuello, llamó a su boca con sus propios labios. Y nuevamente se besaron, esta vez sus lenguas invadían la boca del contrario sin poder contener más la calentura que les había invadido en aquella presentación.

Yuri arrastró a Viktor colmándose de lo poderosamente atractivo que se sentía, como si nuevamente estuviera sobre el hielo atrayendo la atención de todos. Llegaron a la cama de Yuri, este se dejó caer hacia atrás con Viktor encima devorándole la boca.

Sonrisa pecaminosa, Yuri nunca había visto una tan tentadora, y comprendió aquel gesto cuando Viktor empezó a bajar el zipper de su buzo, más cuando empezó a besarle y lamerle el cuello.

Nunca había tenido relaciones sexuales, por eso le había costado tanto imaginarse siendo un conquistador, demostrando ser Eros, pero ahora comprendía el porqué. No había encontrado su lugar hasta ese momento. Las manos de Viktor desatándole el traje con paciencia, como si a través de sus ojos no demostrara toda su pasión le indicaron que aquel era su lugar.

Su pecho quedó descubierto, pronto fue atacado por la boca y los labios de Viktor. Solo pudo gemir mientras tomaba los cabellos del peli plata entre sus dedos, perdiendo cualquier apego moral en el fondo de su mente.

Sus piernas fueron descubiertas, quedó desnudo ante la mirada devoradora de Viktor.

—Ven Yuri, demuéstrame hasta dónde eres capaz de llegar por mí.

Sabía lo que le pedía: atenazado por esa nube de placer, Yuri se sentó, se acercó hasta Viktor e inició a levantarle la polera. Cuando el firme y musculoso pecho de Viktor quedó al descubierto, Yuri sintió que se ahogaría ante tanta belleza, su piel era pálida, sedosa, delicada,  su figura era estilizada pero firme. Sus deseos le consumieron.

—Tócame, Yuri, hazlo con total libertad.

Yuri obedeció, se acercó, paseó sus manos intentando calmar sus ansias pero aquello solo lo agitó más. Puso su boca sobre el centro del pecho de Viktor, paseó su lengua suavemente como si intentara no lastimar su belleza. Bajó hasta el dobladillo del pantalón. Atrevido, como nunca, inició a bajárselo hasta que quedó en sus rodillas. A través de la ropa interior podía ver un ligero bulto. Como nunca pensó se sintió más ansioso. ¿Hombre o mujer? Qué sentido tenía esas categorías en su mundo, en el cual la belleza era lo que primaba, tampoco tenía importancia en el mundo del placer. Así que inundado de aquellos pensamientos, paseó su mano por encima de la ropa interior. Un gemido grave escapó de la boca de Viktor sorprendiéndolo gratamente.

Siguió jugueteando con una sonrisa pícara. Hasta que Viktor lo tomó de la cintura para besarlo hasta hacerlo recostar en la cama. Su ropa interior fue sacada velozmente. Viktor se dedicó a bajar con besos por su pecho, succionó sus pezones y continuó lamiendo hasta su ombligo. Con sus manos le abrió las piernas por los muslos delicadamente.

—Eres bello, Yuri. Solo que hasta el día de hoy no lo habías notado. Desde aquel video lo vi. Tienes el potencial para conquistar al mundo, quiero que todo el mundo lo haga, que te admire y desee, pero que a ti te quede claro que siempre será por mí y para mí.

Increíblemente Viktor inició a lamer su miembro, llevando a Yuri a la locura. Se aferró a las sabanas de su cama intentando no lastimar la hermosa espalda de su amante. Estaba seguro que si seguía gimiendo tan alto alguien más los vería. Aquello pareció lograr que su cuerpo se calentara más ¿Cómo era posible? Desde la llegada de Viktor había hecho cosas que nunca pensó hacer o lograr. Se sentía vivo.

La lengua de Viktor se sentía bien sobre aquella zona caliente, su cuerpo se agitaba mientras sus caderas se movían hacia la boca de Viktor sus piernas se flexionaban dándole un mejor espacio entregándose sin condiciones, permitiéndole devorar todo de él.

Antes de que pudiera terminar, cuando ya casi todo se le acalambraba, el mayor se retiró. Se acomodó entre sus piernas e inició a remover su propio miembro sobre el de Yuri mientras saboreaba las expresiones de su pupilo.

—Viktor…—Le llamó en gemidos angustiados.

—Yuri… vas a conocer el dolor y las bondades del placer.

No comprendió, de igual manera no importaba comprenderlo, necesitaba más, quería hundirse en más placer.

Perdido como estaba, cuando Viktor metió dos dedos entre sus labios los lamió instintivamente, haciendo que por la comisura de sus labios escapara saliva.

Con su mano libre, Viktor acaricio los contornos de Yuri repetidas veces. Aquel traje negro con volantes le había ceñido perfectamente curvas que no pensó que su Yuri tenía, aquella pose sensual le había hecho suspirar, cuando le observo seductoramente y le sonrío solo pudo silbar de la excitación que repentinamente lleno su cuerpo. No pensó que su primera interpretación pública de Eros fuera tan impresionante y apasionante, toda su presentación había sido un martirio de autocontrol, su Yuri, su cerdito se había vuelto el ser más deseable de toda la ciudad.

Con los dedos ensalivados por su propia saliva también, Viktor los llevó a la intimidad de Yuri, ingreso uno a uno causando cierto dolor en el menor. Pero mientras los movía, iba marcando ritmo entre caricias en su pecho y en su miembro sin permitir que se corriera.

Yuri no dejaba de provocarle ser más posesivo, tomarlo todo de él. Yuri había desconocido aquella fuerza seductora que  poseía, pero él la aprisionaría en ese momento, solo para presumirlo ante el mundo sin permitir que otro también la consuma.

Las caderas de Yuri iniciaron a mecerse presas de aquel nuevo y extraño placer que sentía contra los dedos de su amante. Viktor sonrío victorioso y anhelante. Quitó sus dedos, se acomodó mejor, tomó su miembro propio, lo masturbó haciendo que su liquido pre seminal lo lubricara.

Se acomodó sobre su hermoso pupilo, quien le dedicó una de esas miradas que había aprendido recientemente arrastrándolo a la perdición.

Ingresó suavemente, incluso la mueca de dolor de Yuri fue erótica. Le beso, consumió sus labios mientras seguía ingresando en él. Yuri se aferró a su espalda con brazos y piernas. Se separaron con las bocas hinchadas, la necesidad pudo más pues iniciaron con otro beso acompasado de las embestidas.

Continuo moviendo sus caderas rítmicamente al compás de las de Yuri, mientras sus bocas se separaran para gemir, bajo su boca por su cuello intentando no dejarle marca pues debía conservar su imagen. Viktor siguió embistiendo cada vez más rápidamente hasta que las paredes internas de Yuri comenzaron a apresarlo.

El joven aprendiz no pudo controlarse cuando aquellos calambres lo elevaron a un abismo de placer no pudo evitar gemir alto mientras apretaba sus dedos en la espalda de su amante. Casi al mismo tiempo Viktor sentía toda la inmensa presión sobre su miembro logrando que se corriera dentro de su nuevo amante. Había pensado en hacerlo afuera, pero simplemente el gesto más erótico que jamás había visto en cualquier ser humano que esbozó Yuri cuando se corría no le dejó pensar ni calcular.

Sus cuerpos aun temblaban producto del placer obtenido. Viktor se retiró del cuerpo de Yuri no sin antes brindarle un beso en la frente y la mejilla.

Después de recuperar el aire, Yuri finalmente se dio cuenta de lo que había hecho. Su vergüenza era demasiada, su cuerpo se tensó sin saber que hacer o si darle la espalda a su entrenador.

¡¿Cómo podría verla a la cara después de ello?! Sin embargo antes de poder girarse, Viktor le tomó la mano, entrelazó sus dedos. Se apoyó sobre su brazo libre observándolo cálidamente.

—No te avergüences, Yuri. Jamás lo hagas. ¿Acaso no lo disfrutaste?

—Lo hice—Confesó.

Viktor sonrió tiernamente. Yuri era una caja de emociones sorprendentes que le cautivaban: dulzura, pasión, lujuria, admiración, ternura y amor…

—Entonces no te arrepientas, yo no lo hago y nunca lo haré.

Beso su mano con sus labios, haciendo que finalmente sus miradas se encontraron. La sonrisa de Viktor contagió a Yuri quien también le sonrío con dulzura.

—No te preocupes, Yuri. Por ahora eres lo más exquisito que he probado y probaré. Aunque creo que no necesitaré probar más. Vamos a concentrarnos en prepararte para el Gran Prix, voy a volverte el campeón y poco a poco podremos ver lo que sentimos, aunque creo que cada vez estoy más convencido que te quiero a mi lado ¿y tú?

—También, Viktor, yo también quiero estar a tu lado siempre—Terminó confesando avergonzado pero sincero.

Aquella dulce sinceridad gustó a Viktor quien se acercó para darle un beso en los labios.

Para ambos era suficiente aquello por el momento. En el camino definirían sus sentimientos claramente. Aquella noche los había unido el más grande los placeres carnales, pero quizás no sería lo único que los uniera sino que el amor incondicional también haría su aparición. Durmieron tranquilamente luego de limpiarse rápidamente. Se acurrucaron uno contra el otro buscando la mejor manera de descansar. Al día siguiente les esperaba un programa riguroso para que Yuri quedara listo para enfrentar a los numerosos rivales en el  Gran Prix.

 

 

 

Notas finales:

El final queda abierto pues aun no sabemos que les suderá, pero  si sigue habiendo capítulos tan calientes como el tercero, pues habrá muchos más fics. De igual manera planeo hacerle un fic cuando termine la serie. Estoy muy animada, así que los veré pronto!!

¿Que les pareció? Fue algo rápido, pero creo que Viktor y Yuri debieron quedar bien calientes después de tanto despliegue pasional. 


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