Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Concédeme Este Baile por BlueSchxtten

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

OneShot basado en la canción 'Phantomrider' de la banda alemana Tokio Hotel.

El clima afuera estaba helado, en pocas horas empezaría a llover y me arrepentí enseguida de ser tan imprudente por no hacerle caso a mamá a su petición de no traer consigo mi paraguas. Me arrebujé aún más en mi larga gabardina azul y envolví el pedazo de tela restante que se salía de la bufanda, tenía mucho frío y para mi mala suerte, empezó a llover torrencialmente, tal como lo había predicho.

Bufé molesto y me oculté bajo la parada de autobuses hasta que pase el mal clima o si tenía suerte, hasta que llegue el autobús que me llevaría de regreso a casa.

Estábamos una anciana, una señora con un par de mocosos con ella y yo aguardando allí y agradecí al cielo por no tener que estar tan apretado en la pequeña parada del bus. Por suerte, al cabo de unos minutos llegó el autobús de la ruta hacia el sur. Me subí y cancelé el valor, buscaba asiento para estar más cómodo y no pasar todo el trayecto parado con el montón de cosas que tenía encima, y me alegré cuando encontré uno en la ventana.

De repente, el bus frenó bruscamente haciendo que casi chocara mi rostro contra el asiento de adelante. Los insultos hacia el chofer no se hicieron esperar y pidiendo una disculpa nos informó de un accidente en la carretera, al parecer un chico en moto iba conduciendo cuando un camión de ocho carriles lo arrolló lanzándolo lejos.

Inmediatamente todos pusimos una expresión de pena, y al tratar de divisar por la ventana el accidente, me di cuenta de que estaba a tan solo unas cinco cuadras de mi vecindario, así que como supuse que el bus ya no avanzaría hasta mi casa, me resigné a salir y caminar lo poco que quedaba.

Bajé del bus con dificultad puesto que parecía Papá Noel con el montón de cosas que traía encima y caminaba despacio tratando de ver el accidente pero no me lo permitieron, así que bufé y seguí con mi camino hasta que me topé con la odiosa línea amarilla de "no cruzar". Intenté escabullirme por debajo de ésta hasta que un policía me descubrió entorpeciendo mi huida.

—Hijo, no está permitido cruzar por aquí —me regañó cogiéndome del brazo.

—Por favor señor policía, permítame pasar, vivo cerca de aquí y mi mamá me está esperando en casa, además...

—Son reglas hijo, nos demoraremos al menos un par de horas más para realizar los procesos legales, tendrás que esperar como todos los demás ciudadanos —tajó empujándome ligeramente fuera del perímetro del accidente.

Gruñí bajo maldiciendo al torpe policía y justo cuando me resignaba a esperar sentado en una banca del parque, un chico rubio se me acercó de repente con una sonrisa resplandeciente.

— ¿Terrible, no? —murmuró refiriéndose al accidente, tomó asiento a mi lado mientras sus ojos se fijaban en la calzada concurrida por las autoridades.

—Sí, aunque no conozco mucho los detalles, solo supe que un imprudente en moto recorría la calle y un camión lo arrolló —respondí seco, no conocía a este extraño y de repente me hablaba.

—Ajá, así pasó —dijo con pena —oye, veo que eres de la preparatoria Konoha ¿no? Lo digo por tu suéter —señaló el emblema de la hoja en mi prenda.

—Ah sí —le respondí mirando sus ojos azules que estaban un poco opacados, y ahora que lo veo mejor, lo reconocí como un alumno que está en mi preparatoria y que sí lo veía algunas veces, solo que decidí hacerme el tonto para saber qué quería conmigo exactamente.

—Lo sabía —sonrió —ehm, y... ¿vives cerca? —me preguntó nuevamente.

—Sí, a tan solo cinco cuadras de aquí, pero los policías no me dejan pasar y es la única ruta que conozco para llegar a mi casa, debo esperar.

—No lo creo —murmuró —conozco una manera de salir de acá —dijo con una sonrisa un poco....maquiavélica, como cuando un niño piensa hacer una de esas grandes travesuras.

— ¿En serio? —le pregunté sin pensar — ¡vamos! No quiero esperar aquí como un tonto sabiendo que mi familia me espera.

—Sí, te llevaré...sólo confía en mi —rio agarrando mi mano hasta llevarme directo hacia un oscuro callejón, empecé a sudar por el nerviosismo que empezaba a embargarme debido a que el asunto se estaba volviendo tétrico, llegamos hasta el final del callejón donde había solamente una pared de ladrillos, un escenario perfecto para un...macabro asesinato.

—O-oye, cre-creo que debo es-esperar a que te-terminen de hacer el p-proceso, regresemos al p-parque —balbuceé aterrado, y casi me hago del uno allí mismo cuando vi que giraba su rostro con una sonrisa amable, que lejos de calmarme me puso los pelos de punta.

—Te dije que confiaras en mí, por cierto, soy Naruto Uzumaki —sonrió nuevamente con los ojos cerrados —creo que sabiendo mi nombre entrarás más en confianza. Y ¿no me dirás tu nombre? —me preguntó enseguida.

—No —tajé serio —solo quiero regresar al parque y llegar a mi casa sano y salvo.

—No seas aburrido, dattebayo.

— ¿Datte-bayo? —murmuré extrañado, ¿qué diablos significaba eso?

—Sí, es una muletilla que uso cuando hablo —sonrió nervioso —bueno, ese no es el punto. ¿Quieres llegar a casa o no?

—Sí.

—Entonces sube por aquí —me indicó mientras subía la tapia que daba hacia algún lugar desconocido, y sin más la adrenalina en mi cuerpo hizo de las suyas y subí con mucha dificultad debido a mis paquetes, así que sentándome en el borde del muro decidí lanzarle a Naruto todas mis cosas, riendo al ver que la funda de mi smoking le cayó encima de la cara.

—Oye, ten más cuidado cuando me lances tus porquerías —rio entregándome las dos fundas plásticas mientras él se quedaba con la funda de mi smoking.

Caminamos un buen tramo por una especie de parque donde se divisaba un pequeño arroyo lo cual me pareció extraño ya que en los 15 años que llevo viviendo aquí jamás me percaté de este lugar. Tal vez y cuando consiga una novia la traiga alguna vez acá, me parece muy...romántico y perfecto para una cita.

—Sasuke, Uchiha Sasuke —le dije cuando el silencio ya se alargó demasiado.

—Bien, Sasuke —susurró mi nombre con dulzura —creo que ya empezamos a llevarnos bien.

—Sí, de hecho...creo que ya veo las luces del vecindario, es que no te ofendas pero...tu aspecto es un poco intimidante y por eso no confiaba para nada en ti —dije agachando la cabeza.

—Oh no te preocupes, yo tampoco confiaría en mí con éste aspecto, pero me halagas al hacerlo aunque sea un poco y aunque no me conozcas...de nada —susurró lo último haciéndome sentir algo cálido en el pecho.

Y es que no era para menos, el chico llevaba una gorra negra por donde algunos de sus mechones rubios salían rebeldes y no dejaban ver sus azules ojos enteros, y fue cuando nos adentramos más en el vecindario que pude divisarlo con la ayuda de las luces del alumbrado público.

—Bien, ya hemos llegado a mi casa, te lo agradezco Naruto —le dije mientras él me devolvía la funda del smoking.

—Me alegra que estemos bien. Por cierto ¿mañana es el baile de gala por el aniversario del colegio, no? —dijo sonriendo y gracias a la luz pude ver mejor su sonrisa, la cual me causó una sensación cálida en el pecho.

—Pues...sí ¿cómo lo sabes? —pregunté haciéndome el asombrado cuando salí del trance donde me hallaba.

—Porque también estudio allí e iré al baile mañana —dijo agachando la mirada mientras se fregaba las manos con nerviosismo, o tal vez con frío puesto que la temperatura había bajado considerablemente.

—Oh ¿en serio? Jamás te había visto por allí, Naruto —fingí demencia mientras miraba al cielo, como si de allí me iba a llegar la respuesta.

—Lo sé, pero yo sí te conozco Sasuke...después de todo, uno de los mejores alumnos de la promoción no pasaría desapercibido por ningún estudiante...

—Me halagas pero...creo que existe otro estudiante mejor que yo, solo que ahora no recuerdo el nombre... —le respondí ruborizado ante lo que dijo antes.

—Bueno, eso no importa —me dijo castañeando sus dientes por el frío.

— ¿Quieres entrar, Naruto? Aquí hace frío y nos congelaremos —le sugerí mientras tomaba el pomo de la puerta para introducir la llaves.

—N-no Sasuke, de hecho ya me iba...no te preocupes por mí, no vivo muy lejos de aquí, me iré en taxi si te tranquiliza, mis....padres también me esperan en casa —dijo con un nudo en la garganta que no pasó desapercibido por mí, entonces supe que algo andaba mal.

—No Naruto, deja que mamá te dé un chocolate caliente con algo de pan y luego irás a casa, no quiero sentirme culpable después —insistí abriendo la puerta.

—No, en serio Sasuke, agradezco tu amabilidad, pero debo irme.

Y sin más, salió corriendo por la calle despidiéndose de mí a lo lejos, así que no hice nada más que suspirar y entrar a casa, quizá tenía prisa por regresar a su casa, no lo culpo.

— ¡Uchiha Sasuke! ¿Quién rayos te crees para llegar a estas horas de la noche? Estábamos realmente preocupados por ti, pensé que te había pasado algo hijo —sollozó mi madre y la abracé para calmarla.

—Estoy en casa mamá, no me pasó nada. Además recién son las 9 de la noche —le dije separándome de su abrazo y dejando todas las bolsas de compras en el sofá.

—Hey pequeño y tonto hermano, ¿dónde rayos te metiste? Estábamos preocupados, ya estábamos llamando al tío Madara para que empezase a buscarte —me dijo Itachi, mi hermano mayor dándome un coscorrón en la cabeza —por cierto ¿trajiste mis dangos? —dijo ilusionado, a lo que giré los ojos y le lancé los tres paquetes de dangos que me encargó.

Pasaron un par de horas y en los canales de televisión local no pasaban nada más que no sea el bendito accidente ocurrido cerca de casa, era cierto que lo consideraba una tragedia porque quizá se haya tratado de algún vecino o algo, pero quería dejar de ver aquello, así que subí a mi habitación y colgué en el armario mi smoking negro que había ido a recoger en la tarde de la sastrería, verifiqué si mis zapatos nuevos estaban en su lugar y suspirando me eché en el mullido colchón de mi cama cerrando los ojos, de seguro mañana será un gran día...el baile de gala, aunque ahora el hecho no me importaba en demasía como antes, sino que habría un motivo especial para acudir con más ganas: conocer más a fondo a aquel rubio que me ayudó, parecía un buen chico y quería agradecerle por lo que hizo por mí.

Y entre tantos pensamientos, mis párpados cubrieron mis ojos poco a poco mientras recordaba que debía alistar todo para mañana, pero el cansancio fue más y finalmente me quedé profundamente dormido.

 

(...)


A la mañana siguiente, bostecé al abrir mis ojos y parpadeé varias veces confundido, sin duda el sueño que tuve anoche fue lo más extraño que me pudo haber pasado. Algunas imágenes vagas y difusas de una cabellera rubia, una gorra negra, una hermosa y relajante sonrisa, una caricia que no se sentía, un par de hermosos ojos azules que me miraban con amor y varias imágenes oscuras asaltaban mi mente sin razón alguna.

Pero...sentía mi pecho cálido y una gran sonrisa se dibujó en mis labios al pensar en Naruto...quizá y le invite a bailar esta noche en la fiesta de gala para conocernos más a fondo y ver lo que sucede después.

Sacudí mi cabeza ligeramente para alejar esos pensamientos y me metí a la ducha para vestirme con algo sencillo y esperar la llegada de la noche, la cual después de un frío día y tarde al fin llegó, y con ella una espesa capa de nimbostratos* que amenazaban con traer consigo la torrentosa lluvia, pero eso no me importó porque ya estaba vestido con mi smoking negro, peinado y "muy guapo" según las palabras de mi madre. Ahora esperaba a mi padre para que me preste el auto, pero no llegaba pronto.

—Rayos ¿a qué hora llega papá? —reclamé indignado soltando un bufido de molestia puesto que anteriormente llamé a Suigetsu para preguntarle que qué tal iban las cosas y me dijo que estaba perdiéndome de la diversión.

Pasaron unos cuántos minutos hasta que el sonido del claxon resonó por toda la acera y salí apresurado a encontrarme con mi padre y obvio las llaves.

—Ya sabes Sasuke, nada de cometer estupideces con y en el auto —me advirtió seriamente antes de entrar a él.

—Entendido jefe, ¡nos vemos! —le grité desde la ventana mientras sacaba una mano en señal de despedida.

 

(...)

 

Las lámparas de papel que colgaban del techo del gimnasio le daban un toque mágico a aquel inmundo lugar donde nos sacaban hasta la última gota de sudor en clase de educación física. Me adentré admirando todo a mi alrededor cuando de repente choqué con alguien que iba llorando, era una chica de cabello negro azulado a la que le acompañaba una de mis compañeras de clase, Sakura Haruno, y extrañamente, ambas estaban vestidas de negro.

—Hola Sasuke —me dijo llorando como si no hubiese un mañana.

—Hola Sakura, ¿qué te sucede? —le pregunté por cortesía, la chica me agradaba y a veces me ayudaba a estudiar lo que no comprendía.

—Te lo cuento después Sasuke-kun, aunque pronto lo anunciarán a todos, por ahora debo acompañar a Hinata y al resto de mis amigos, adiós —se despidió y vi que caminaba con la destrozada chica hacia sus demás compañeros del club de danza de la escuela, y me arrepentí de pensar erróneamente que era una de las típicas urgencias de chicas por lucir perfectas en el baile, pero al ver tal escena, supe que definitivamente algo andaba mal aquí.

Caminé saludando a algunos de mis amigos preguntando si habían visto a Suigetsu por algún lado y me dijeron que estaba sentado detrás de la mesa de la fuente de hielo, así que para allá me dirigí.

Me senté en una silla a tomar un poco de ponche antes de seguir buscando a mi torpe amigo y metí la mano en el bolsillo para sacar el móvil, recordando mi torpeza al haberlo dejado en el auto, pero en cuanto saqué la mano nuevamente, un papelito salió volando y fue a parar al piso, lo levanté y decidí leerlo, quizá se trataba de advertencias para el lavado o qué se yo.

«Espero sepas perdonarme Sasuke; pero si no quieres hacerlo, sólo toma mi mano, mírame a los ojos y...»

Busqué por detrás del papel para encontrar más palabras pero no había nada. Era sumamente extraño, puesto que el smoking no era alquilado ni prestado...era completamente mío, y antes de mandarle al sastre a que cortase un poco el dobladillo del pantalón, revisé todos los bolsillos minuciosamente, de seguro al sastre se le olvidó sacar esto.

Me levanté con la mirada fija en la puerta como un ansioso que espera algo pero no sabe qué, así que para relajarme decidí caminar hacia la salida para buscar a mi amigo, pero me paré en seco al ver a Naruto parado cerca del lugar, y guiado por una desconocida emoción al verlo de nuevo, mis pies se impulsaron hacia él en automático y cuando menos me lo esperé, ya estaba frente a él con una boba sonrisa en el rostro.

—Hey Sasuke, te ves bien ¿eh? —me halagó mientras me miraba con sus azules ojos apagados, y extrañamente en lugar de la gorra negra de ayer, llevaba un sombrero elegante que iba a juego con su traje de seda azul.

—Gracias —me sonrojé ante el cumplido —tú también te ves muy bien, Naruto...

Entre una amena conversación y un montón de miradas posadas sobre nosotros, llegó el tan esperado baile. Cada uno agarró a su pareja y al fin pude divisar a Suigetsu bailando con Karin, una de mis compañeras del salón.

Miraba a todos mis amigos bailando con alguna chica o chico, hasta que mi corazón se aceleró de golpe al sentir el suave tacto que Naruto le brindaba al dorso de mi mano, haciendo que me sonrojara de inmediato.

—Sasuke ¿te gustaría bailar conmigo? —me preguntó y yo hechizado por su hermosa mirada azul asentí sin decir palabra alguna.

Agarrados de la mano, caminamos hasta la pista de baile cuando de repente, la voz chillona de una chica rubia llamó la atención de todos.

— ¡Hey chicos! Afuera ya están todos con sus globos de luz listos para ser lanzados, además les tendremos una hermosa sorpresa que tendrá que ver con fuegos artificiales, ¿qué esperan? ¡Vamos! —y sin más, la alegría de la chica contagió a todo el mundo y hasta extrañamente el DJ se fue a ver lo que ocurría afuera. Yo también quise salir a ver, pero Naruto tiró de mi brazo suavemente y me miró con los mismos ojos azules que vi en mis sueños.

—Me debes un baile, Sasuke —susurró en mi oído, lo cual me hizo estremecer el solo roce de sus labios pegados a mi lóbulo.

No dije nada y sin más empezamos a bailar la lenta canción que el DJ había puesto antes de irse, Naruto se movía con maestría y me hacía girar alrededor de la pista de baile. Sus ojos no se despegaron de los míos y me sentí en paz, me sentía tan feliz entre sus brazos que todo lo demás dejó de importar, hasta las explosiones del espectáculo de fuegos artificiales y grititos de las emocionadas chicas se oían lejanas y tan superfluas; ese momento era mágico, cada paso que daba se sentía ligero y cada elegante girón que Naruto me hacía ejecutar era desesperante ya que despegaba la vista de sus ojos índigos a través de los cuales podía ver todo un paraíso dentro de ellos.

La canción era una balada muy melancólica y pude ver la desesperación grabada claramente en la mirada del rubio, lo cual hizo que mi corazón se acelerara involuntariamente y empiece a asfixiarme al saber que Naruto tenía algo que le incomodaba.

— ¿Sucede algo? —pregunté esperando una respuesta, pero de un momento a otro sentí sus ligeros labios sobre los míos, abrí los ojos a más no poder y por inercia los cerré lentamente para disfrutar del beso que nos dábamos. Nuestras caricias labiales iban marcando un cadencioso ritmo sensual, creando una atmósfera íntima entre ambos, estableciendo una vorágine de sensaciones, pensamientos y sentimientos que nos manifestábamos mutuamente a través de aquella caricia entregada que surgía poco a poco de los galopantes ritmos que marcaban los latidos de nuestros corazones.

Nos separamos lentamente por falta de aire y Naruto se sonrojó al ver directamente hacia mis ojos negros.

—Sasuke, tus ojos son mi paraíso más preciado, quisiera estar siempre perdido en ellos mientras te contemplo y te digo lo que tanto tiempo he guardado —musitó delicadamente pegando nuestras frentes y besando la punta de mi nariz.

Su mirada azul se conectó con la mía unos segundos...segundos eternos que me hicieron ver el mismo cielo abrirse ante mí...

—Y-yo...pero ni siquiera me conoces Naruto ¿cómo puedo gustarte desde apenas ayer?

—Me encantaría explicarte lo que ocurre, pero todo debe ser en su correcto tiempo y lugar, solo....espero sepas perdonarme Sasuke; pero si no quieres hacerlo, sólo toma mi mano, mírame a los ojos y...

Naruto fue interrumpido por los sonoros suspiros de las chicas y unos resoplidos burlones de parte de los chicos, el DJ se ubicó en la cabina de sonido nuevamente y todo volvió a ser lo mismo de antes, pero  sentí que tuve un «déjà vu» , aunque quizá se deba a la confusión del beso.

—Vuelvo enseguida, Sasuke —me dijo presionando un poco mi mano para llamar mi atención, a lo que asentí y continué viendo hacia la nada buscando a Suigetsu para presentarle a Naruto.

De repente la música paró y en su lugar apareció una pancarta blanca, la voz de la directora de la escuela se escuchaba por los parlantes y un proyector fue encendido por Sakura y la chica Hinata quienes seguían llorando sin poder contenerse.

—Queridos alumnos, hoy tengo una noticia muy triste que anunciarles —dijo muy afligida, casi a punto de llorar —ayer, un compañero suyo falleció en el sur de la ciudad mientras iba en su motocicleta hacia su hogar, murió en el acto dejando una huella imborrable en nuestros corazones, sin duda extrañaremos a su compañero que era un excelente alumno y representante de la escuela en el club de danza...un minuto de silencio por favor —concluyó la mujer mientras yo lo asociaba con el accidente de ayer cerca de casa, y ni siquiera me imaginé que era un compañero de la escuela.

Cuando pasó cerca de un minuto, sentí la mano de Naruto agarrar con fuerza la mía, así que supe que había vuelto, me aventuré a verle a los ojos mientras me dedicaba otra de sus sonrisas tristes y sus ojos se volvían más opacos... ¿qué le pasaba?

—Hoy, compañeros, hemos preparado un pequeño homenaje póstumo hacia él, ya que el muy bobo solía decir que quería que siempre lo recordasen por...por su sonrisa y... —Sakura sollozó sin poder evitarlo y otro de sus compañeros se acercó para concluir por ella y dio la orden de la proyección de las imágenes.

Una canción de fondo muy melancólica acompañaba a la primera foto donde se podía divisar a un rubio... muy parecido a Naruto, mientras sonreía de oreja a oreja vestido con un elegante traje negro y camisa roja acompañado por una chica castaña a la que identifiqué como una de sus compañeras de baile quien soltó un sollozo bastante audible.

Lo demás me dejó petrificado: absolutamente todas las imágenes eran de Naruto, todas, o quizá tenía un hermano gemelo y no me lo contó, a medida que las imágenes pasaban sentí mi corazón fallar y me hiperventilé. Caminé por inercia hacia la mesa del ponche y me serví aquella bebida rojiza directo del cucharón sin dejar de ver a la pantalla con mis ojos aguados que no me permitían observar bien, hasta que lo último me dejó sin aliento...

«Uzumaki Naruto. Descansa en paz, dattebayo»

"¡Alguien que me pase un plato de ramen de Ichiraku, 'ttebayo!"

Todos aplaudieron ante lo último, todos los ojos de los presentes estaban acuosos al ver al rubio en un pequeño videoclip diciendo eso con una sonrisa en los labios, Sakura abrazaba a Hinata mientras lloraba desconsolada y lo único coherente que alcancé a hacer fue regresar a ver a mis espaldas para contemplar a un destrozado Naruto regalándome otra de sus innumerables sonrisas tristes, acompañada por la mirada dolida de sus malditos ojos azules.

Como pude salí de aquel lugar y empecé a correr sin rumbo alguno, mis piernas estaban cansadas de tanto correr y ardían demasiado pero aun así no paré hasta que me encontré con aquel muro de ladrillo que Naruto y yo atravesamos ayer. Sin pensarlo dos veces me trepé cual felino y me lancé al pasto, necesitaba ver ese lago de nuevo para calmarme...esto debía ser una estúpida broma de muy mal gusto.

Me agarré de los cabellos y los tironeé fuertemente hasta arrancarme unos cuántos, mis ojos no dejaban de emanar gruesas lágrimas mientras me caía de rodillas en el pasto que rodeaba la laguna, hacía frío pero me importaba una mierda, sólo quería que todos viniesen y se burlasen de mí al hacerme caer en una de esas bromas fatales que transmiten por la televisión.

—Sasuke —escuché la voz de Naruto llamándome, se asomó de la nada y me asusté sobremanera, le miré con odio y le empecé a golpear como nunca, pero él ni se inmutaba.

— ¡Caí! Sí, Sasuke Uchiha ha caído en una tonta broma de muy mal gusto, Naruto, así que ya diles que salgan con las cámaras a filmar mi cara de tonto —le grité histérico mientras seguía golpeándolo.

—Deja que te lo explique, 'ttebayo —dijo, y solté una risa al recordar su muletilla que lo hacía único, tan especial...

— ¡Y una mierda! —le respondí alejándome de él, empezando a caminar de un lado al otro mientras trataba de calmarme, pero por alguna razón no podía y sentía que iba a darme taquicardia allí mismo.

De pronto, alzó su mano derecha y lentamente se sacó el sombrero, dejando ver una horrible cortada en su cabeza.

—Conducía tranquilo a casa donde mis padres me esperaban con mi traje para el baile, iba en mi moto sin incumplir las normas de tránsito —comenzó acercándose a paso lento hacia mí —hasta que un camión me arrolló, lanzándome 2 metros más allá del lugar de la colisión, causando que mi cabeza impactara contra el asfalto mojado por la lluvia y que mi casco de protección se rompiese, y con él, mi cabeza —sollozó tratando de contenerse mientras yo le miraba muy asustado y con sólo una pregunta revoloteando por mi cabeza.

— ¿Y es-estás...m-muerto? —balbuceé lentamente, aunque esa no era la pregunta que iba a hacerle.

—Sí Sasuke, soy sólo un alma que espera partir esta noche en paz —cerró los ojos esbozando una pequeña sonrisa.

—Dime algo, Naruto —pregunté tragando saliva — ¿por qué tú...me acompañaste, me llevaste a casa, bailaste conmigo y...me besaste? ¿Por qué me buscaste? —indagué realmente curioso, no podía encontrar una razón coherente.

—Ese era uno de mis más grandes asuntos pendientes, Sasuke, buscarte y contarte algo que debo expresarte...

—Suéltalo —tajé demandante, a lo que él lanzó un suspiro y cerró los ojos.

—Porque te amo Sasuke, me gustas desde que te vi por primera vez en el show de talentos de la escuela, cuando saliste interpretando a Hércules en aquella obra, me empezaste a gustar y cuando averigüé más sobre ti, ya...me había enamorado —sollozó mirándome a los ojos, a lo que yo no pude hacer más que caer de sentón en el pasto, comenzando a llorar ligeramente hasta que escuché cómo prosiguió —ayer, no pude partir hacia mi destino cuando te vi hablando con aquel policía, pedí permiso especial allá arriba para que me dejasen contigo sólo un día más, me había comprado este smoking especialmente para declararte mi amor hoy e invitarte a bailar teniendo en cuenta tu posible rechazo, ni siquiera pensé en esa posibilidad porque tenía la esperanza de que me aceptes aunque sea una sola pieza de baile —respiró pausadamente mientras se acercaba a mí —comprendo que llores porque te sientas engañado, Sasuke, perdóname por favor —lloró aún más dolido agarrando mi hombro con suavidad, pero su tacto cada vez más se volvía más delicado.

—No lloro por eso —le dije alzando mi mirada, viendo cómo sollozaba en silencio con la cabeza gacha y algunos mechones rubios le cubrían los ojos —lloro porque...justo cuando me confiesas tu amor...yo ya había sentido algo especial por ti desde anoche, sé que suena extraño pero me hiciste algo para que sueñe contigo y me despierte muy feliz hoy, cosa que a menudo no pasa, me hubiese encantado tenerte vivo, ¡maldición! Ahora me harás falta —lloré llevándome las manos al rostro para ahogar un grito de frustración.

— ¿Si-sientes algo especial por mí? —preguntó levantando su mirada azul, haciendo que me sonroje aunque él no lo notase por mis manos que opacaban mi rostro.

—Idiota, te odio —le dije, permitiéndole enseguida ver mis ojos negros —te odio por llegar y encenderme el corazón como jamás lo habían hecho...y sólo con una de tus sonrisas dedicadas a mí y una de tus miradas con tus ojos azules como el cielo... —le confesé, no podría dejar que él no lo supiese...aunque fuese demasiado tarde.

— ¿Así que te gusto?

—Te quiero —le corregí sin medir mis palabras, total, él tenía derecho a saberlo —pero...hay algo que no comprendo —susurré esperando a que él me liberase de una duda que tenía en mi cabeza.

— ¿Qué es? —indagó sentándose conmigo en el pasto.

—Había leído algo acerca de encuentros extracorpóreos y sucesos paranormales —le dije sintiendo el tacto suave de su mano en la mía —pero éstos nunca mencionan que la persona fallecida pueda tocar a otra, claro que puede verla pero sentirla no, porque el tacto no existe al estar fallecido, entonces ¿por qué siento tus besos, caricias y tu tacto en general? Eso es científicamente imposible, el alma no se toca y eso es precisamente lo que te representa ahora, tu alma —le expuse mirándole directamente a los ojos.

Naruto esbozó una gran sonrisa y cerró los ojos mientras llevaba una de sus manos a su pecho, tomó una de las mías y las guio hacia allí también, permitiéndome sentir lo tranquilo de su corazón y, que extrañamente, hizo conexión especial con el mío que estuvo sincronizado con el ritmo que marcaba el suyo.

—Se llama conexión celestial, Sasuke —me dijo abriendo sus ojos y enfocando su mirada alegre en la mía —es científicamente imposible, sí, pero divinamente no lo es, conseguí ese permiso especial arriba y me lo dieron con algún bono extra, lo cual agradezco mucho 'ttebayo —sonrió, haciéndome sonreír a mí también —ahora siente tu corazón, que está sincronizado con el mío, quiero que sepas que este será el ritmo de tus latidos, es uno de mis regalos para ti antes de partir definitivamente, así podrás sentirme en cada golpeteo en tu corazón y saber que desde donde sea que me encuentre, siempre te cuidaré y te amaré...

Apreté un puño con impotencia al no poder regalarle nada especial a él como había hecho conmigo, hasta que Naruto alzó mi barbilla con delicadeza y me preguntó qué sucedía.

—E-es que y-yo...no te puedo regalar nada especial, Naruto, y de verdad que mi corazón y alma lo desean con fuerzas, no es simple compromiso —balbuceé torpemente hasta que sentí su tacto delicado en una de mis frías mejillas, que se humedecieron más rápido a causa de la lluvia que empezaba a caer ligera.

—Claro que puedes —me dijo viéndome a los ojos fijamente —busca en tu otro bolsillo del pantalón —me indicó a lo que obedecí de inmediato.

«...concédeme este último baile para decirte cuánto...»

Alcé mi mirada encontrándome con sus índigos ojos que me miraban esperanzados, lentamente nos incorporamos a la vez y empezó a tararear una suave melodía que me endulzó los tímpanos. Conocía esa canción y es que era una de mis favoritas, creo que él lo sabía, puesto que una vez Sakura me hubo preguntado de la nada cuál era mi canción predilecta y sin duda le respondí que era "Anthem Of The Angels", así que adiviné que ella se lo habría informado a Naruto.

Bailamos esa pieza tarareándola juntos y a cada paso marcado, sentía que el tiempo se detenía entre nosotros, regalándonos una oportunidad de expresar nuestros sentimientos mutuamente, pero a cada vuelta, sentía que su tacto se hacía menos corpóreo y en lugar de eso sentía sólo una calidez. Lo miré asustado y me susurró que todo estaría bien, seguimos bailando bajo la lluvia que nos cubría por completo pero no me importó nada, a su lado me sentía cálido y confortable hasta que la canción terminó y entonces sucedió.

—Na-Naruto...tú...

Lo sé Sasuke, creo...creo que ya es hora de irme —dijo aún apegado a mí.

—N-no, quédate por favor —murmuré contra sus labios, tratando de darle un beso.

—Lo haría Sasuke, pero ya es hora de partir...

Me acarició las mejillas sin despegar su mirada de la mía y cerré los ojos sintiendo ese cálido beso que poco a poco se convertía solamente en un calor especial, me desesperé por eso, pero extrañamente mi corazón seguía latiendo relajado en mi pecho.

—Te dije que me recordarás con tus latidos, mi corazón ahora es tu corazón, y quiero transmitirte la calma y seguridad necesarias para que no sucumbas a la tristeza cuando ya me vaya de aquí...gracias por concederme ese último regalo, gracias por aceptar bailar conmigo y sentirte entre mis brazos, sacándote una de tus sonrisas que tanto me fascinan, ahora sé que podré partir en paz —susurró entre el aura brillante que lo envolvía poco a poco mientras acariciaba mi cabello.

—Te quiero, Naruto, gracias por regalarme tu corazón y estos momentos tan especiales que jamás olvidaré, te quiero, jamás lo olvides —le dije calmado y con una sonrisa, dejando que la lluvia me empapara por completo y calmara mi ansiedad.

—Te quiero, Sasuke, gracias por perdonarme y ayudarme a partir en calma...algún día nos veremos, pórtate bien —dijo con una sonrisa en sus labios y ese brillo especial en sus ojos azules que jamás olvidaré.

De pronto, todo se volvió oscuro y me encontraba recostado en la misma banca del parque de ayer donde me disponía a esperar mientras los policías hacían su trabajo, todo parecía un extraño sueño y caminé confundido hacia mi casa, metiendo las manos en mis bolsillos debido al frío de la lluvia que ya caía torrencialmente.

Llegué a casa siendo recibido por Itachi quien estaba en la sala viendo la televisión, me sonrió y se fue somnoliento a su habitación no sin antes sugerirme que me cambiase de ropa para no agarrar un resfriado, así que me dirigí a las escaleras y abrí desmesuradamente mis ojos al recordar un pequeño detalle.

Me sentí desesperado hasta que escuché el sonido del auto de papá llegando a casa, lo cual me pareció extraño ya que yo tenía las llaves, hasta revisé el bolsillo interno de mi chaqueta y allí las encontré, de seguro papá me dará una buena paliza.

—Papá —le saludé antes de que tocase la puerta — ¿cómo trajiste el auto? —le pregunté directamente.

—Hola hijo, tu amigo Suigetsu me llamó, dijo que le habías mandado un mensaje pidiéndole que me diga que vaya a recoger el auto porque saliste corriendo sin rumbo fijo y como te vio con el semblante aturdido decidió llamarme, así que tomé las llaves de repuesto y acudí —me respondió sencillamente, cosa que me extrañó aún más, ya que si mal no lo recuerdo... —por cierto, tu móvil estaba en la guantera del auto, toma, cámbiate y ve a dormir, a tu madre le dará un ataque si te resfrías —me lo entregó y me apresuré a revisar los mensajes, era prácticamente imposible que le haya mandado mensaje ya que precisamente ese era el problema: jamás saqué mi celular del auto.

Subí inmediatamente a mi habitación y me encerré allí, abrí la bandeja de mensajes y el último fue enviado a las diez de la noche.

"Suigetsu, por favor, llama a mi padre y dile que se lleve el auto" Enviado: 22:03

No lo podía creer, a esa hora...a esa hora se proyectaban las imágenes de Naruto en su homenaje póstumo, justo antes de que agarrase mi mano fuertemente cuando me dijo que iba a salir un momento, de seguro él tiene que ver con esto.

Me saqué toda la ropa mojada quedando sólo en bóxer, me recosté en la cama muy frustrado, confundido, cansado, melancólico y lo peor de todo con el recuerdo de Naruto y todos los sucesos de hoy que me dejaron aturdido.

Sentí una brisa que revolvía las cortinas de la ventana de mi habitación, se sentía fría, pero al posarse sobre mí, una dulce sensación acarició por completo mi cuerpo, haciéndome saber quién era y diciéndome que no fue un simple sueño, sino una realidad.

Una delicada pluma blanca se posó en mi pecho y sonreí, encendí la lámpara de mi habitación y miré a la mesita de noche en busca de uno de mis libros predilectos que solía leer antes de dormir, pero cuando abrí en la página donde me quedé la última noche para poder guardar la pluma, un papel blanco llamó mi atención.

«...Te amo»

Y entonces lo comprendí...todos aquellos pedazos de papel juntos formaban una frase que Naruto había escrito para mí, así que rebusqué entre los bolsillos de mis pantalón los anteriores pedazos de papel para ordenarlos secuencialmente y descubrir lo que tenía que decirme.

«Espero sepas perdonarme Sasuke; pero si no quieres hacerlo, sólo toma mi mano, mírame a los ojos y concédeme este último baile para decirte cuánto te amo»

Mi corazón palpitó agitadamente y recordé lo de la conexión celestial, de seguro Naruto estará feliz de que haya logrado descifrar lo que con tanto anhelo deseaba confesarme...ahora sé que nunca es tarde para nada si realmente quieres lograr algo.

Escribí unas palabras en un pedazo de papel y lo quemé con el calor de una vela blanca que encendí para pedir por su alma, el papel se hizo cenizas. Abrí la ventana y vi que pocas gotas caían ya cual rocío mañanero, la tormenta se había calmado al fin y abrí mis manos dejando volar aquellos vestigios de papel que llevaban un mensaje muy claro para Naruto.

«Te perdoné hace mucho Naruto, lo hice cuando tomé tu mano y miré tus hermosos ojos azules mientras te concedí el último baile frente a nuestro lago y allí te dije...cuánto te quiero, dattebayo»

—Espero que lo leas dobe...y que sea algo especial para ti —suspiré agarrando mi corazón, el mismo que palpitaba emocionado en mi pecho, de seguro donde sea que se encuentre Naruto, sabrá ahora lo que siento por él...

 

 

-F i n-

Notas finales:

*nimbostratos: nubes oscuras que preceden a la precipitación del clima (lluvia)


 


Espero les haya gustado, gracias por leer, sus reviews serán recibidos con agrado...besos.


~BlueSchxtten


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).