Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tu inseguridad por Umi chan

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

~*Tu inseguridad*~

 

 

     Wolfram no estaba seguro de hacer aquello. Él no tenía miedo, claro que no, pero ¿quién no se sentiría inseguro si te invitan a una actividad recreativa extraña que no terminas de entender, y, además, es de otro mundo?

    Es que… ¡Maldición! ¡Le había atado cuchillas en los pies! ¡¿Qué clase de entretención tenían en ese mundo?!

     Respiró profundo, tratando de confiar en su Rey, sin embargo, atar esas cosas con sus zapatos desde un inicio no le daba buena espina.

     Tomó un ligero impulso tratando de levantarse y quedar parado con un buen equilibrio. Suspiró aliviado cuando lo logró.

     Levantó la vista, encontrándose con la sonrisa de Yuuri frente a su rostro. Se notaba feliz.

     Y eso le hizo feliz a él.

     Miró alrededor, viendo como esas personas —muchos soukokus a su alrededor— se ponían los mismos extraños zapatos en sus pies. La mayoría feliz, y algunos tan o más nerviosos que él.

     Trató de dar un paso, pero la inseguridad le hizo tomarse del brazo de Yuuri al casi pisar mal.

     —¿Estás bien? —le preguntó él, preocupado.

     —¡Claro que sí! Só-sólo que es muy extraño caminar con estas cosas —avanzó un paso más.

     —Descuida, te acostumbrarás —le sonrió para darle confianza.

     Pasaron junto a un grupo de chiquillas que acababan de pagar su entrada. Éstas miraron curiosas a Wolfram, quien notó sus miradas para nada discretas. Las notó sonreír cubriéndose sus bocas, riendo bajito y cuchicheando entre ellas.

     —Estúpidas —susurró bajito.

     Desde que habían salido de la casa de Yuuri se había sentido observado, como las otras veces que había estado en ese mundo. Siempre le miraban, a veces raro y otra como si fuera la cosa más exótica del mundo, con no muy buenas intenciones incluso.

     Su prometido había insistido en llevarlo a dar un paseo en su mundo, y él, encantado, aceptó de inmediato, sin embargo sus ánimos se vieron truncados al escuchar la extraña actividad.

     Algo llamado patinar… y sobre hielo.

     Y ahora lo tenía, parado sobre dos filosos cuchillos, con las piernas casi temblando y un montón de gente viéndolo como si fuera un fenómeno.

     —Vamos, Wolf. Entremos a la pista —el pelinegro transmitía su felicidad en su tono de voz.

     Llevaba planeando aquello desde hace tiempo. Había trabajo para conseguir algo de dinero y llevar a Wolfram de paseo nuevamente por su mundo. Patinar era una buena opción; algo que no existía en Shin Makoku y entretenido para una cita… ¿cita? Bueno, el Mazoku no estaba enterado, así que cita no podía ser ¿verdad? Yuuri se sonrojó ligeramente, notando como el rubio se aferraba más a su cuerpo, muy cercanos los dos.

     Después podrían ir a comer algo por ahí… pasar un rato juntos… solos…

     Llegaron a la entrada de la pista de patinaje, donde Yuuri entró primero, haciendo que Wolfram se soltase de su brazo. Mientras, el rubio no estaba seguro de entrar.

     —Vamos, Wolf. Dame tu mano —Yuuri trataba de animarlo, pero a cada segundo se daba cuenta que no se veía para nada a gusto ahí. Se acomplejó un poco, pensando en que no había sido muy buena idea llevarlo allí, pero trataría de hacerle ver que podía ser divertido.

     Wolfram tomó su mano con fuerza. Lo habría hecho aunque no se lo pidiera, y posó el primer pie en el hielo. Era resbaladizo e inestable, con cuidado, ingresó el otro pie. Su respiración se había acelerado, a pesar de que trataba de tranquilizarse mentalmente para no mostrarse tan derrotado.

     —Ven, trata de avanzar así.

     Le mostró como poner las cuchillas en el hielo para impulsarse y no resbalar, avanzando apenas lo suficiente para que sus brazos quedaran estirados, pero sin soltarse las manos.

     Algunas personas le miraban de más.

     Wolf respiró profundo tratando de hacer lo mismo que Yuuri, pero sus piernas estaban rígidas por la inestabilidad que sentía, así que apenas avanzó un poco y apretó de sobremanera la mano del monarca, quedándose quieto nuevamente.

     —Calma, Wolf —se acercó al rubio, juntando ambas manos con él—. No tienes que tener miedo, yo te ayudaré —sonrió para tratar de darle confianza.

     —N-No tengo miedo —respondió frunciendo el ceño, sin poder evitar mirar sus manos unidas.

     Wolfram sabía, por parte de Yuuri, que en su tierra natal no veían muy bien la relación entre dos hombres. Pero ahí estaba él, dándole sus manos para que se sintiera seguro y más a gustó. No pudo evitar sonrojarse, notando que las personas ya no solo le miraban a él, sino a la escena que estaban haciendo juntos.

     —Ven, avanza conmigo. Un paso a la vez.

     Y lo intentó, agradeciendo internamente no caer al piso como aquella muchacha cerca de ellos que había perdido el equilibrio. Lograron, con mucha lentitud, cruzar todo el largo de la pista, a pesar de la rigidez con la que Wolfram manejaba sus piernas.

     Yuuri se alegró enormemente cuando lo vio tomar un poco más de impulso, a pesar de seguir aferrado a sus manos. Ya no le importaba.

     —Suelta esta mano —le pidió en un momento. Su prometido lo vio inseguro, preguntándole con la mirada el por qué tenía que hacerlo—. Es para ponerme al lado tuyo. También es difícil patinar al revés, ¿sabes?

     Wolfram le hizo caso con cierta desconfianza. Trató de mantenerse tranquilo mientras Yuuri se posicionaba a su lado, pero al parecer su rostro no logró expresar la seguridad que quería dar a demostrar.

     Yuuri se le acercó, enternecido por la fragilidad de su pareja. Sin soltar su mano, con la otra tomó el rostro del rubio por su mandíbula, levantando su mirada.

     —No te soltaré  en ningún momento, ¿sí? Trata de relajarte.

     —No es tan fácil.

     —Hey, tú no te has caído ni una vez. Yo la primera vez que vine salí con muchos moretones y aun así me divertí.

     —Es que tú eres un debilucho —sentenció, algo más aligerado por su comentario.

     —Y tú quedarás como uno si realmente no lo intentas.

     Lo dicho por Yuuri hizo fruncir esas rubias cejas a la vez que formaba un pequeño puchero con sus labios. ¿Él? ¿Un debilucho? ¡Jamás!

     —Como si fuera posible —le retó con la mirada, para después soltarse y tratar de avanzar.

     No contó —o tal vez sí, pero lo ignoró— con que perdería el equilibrio al tratar de alejarse del pelinegro, quien trató de sostenerlo antes de que chocara con el frío suelo. En un enredo de patines y tirones no intencionados, ambos quedaron botados en el suelo, sintiendo el hielo a través de la ropa.

     Yuuri no pudo evitarlo, lo intentó, pero al final terminó soltando una carcajada que llamó la atención de más de uno. Trató de levantarse lentamente para luego ir a ayudar a su prometido, quien aceptó refunfuñando, enojado consigo mismo y completamente avergonzado.

     —Corrijo. Sólo una vez comparada a las muchas que yo me caí —sonrió divertido.

     Wolfram sólo desvió la mirada, frustrado.

     —Idiota…

     —No te enojes así, a todos les pasa la primera vez. Esta vez no te sueltes, no importa cuánto te enojes, ¿sí?

     —Mejor vamos a otro lugar —pidió bajo, seguro de su propia humillación.

     —¿Qué? No podemos irnos así. Estuve planeando esto por semanas —dijo con tono indignado y algo cómico el Maou, avergonzado de admitirlo, excusando a Wolfram la idea de tener que quedarse.

     —¿E-en serio?

     —Bu-bueno —el Rey se puso nervioso ante la atenta mirada verde que recibió, desvió sus propios ojos negros, sonrojado—, yo quería salir a pasear un rato contigo y pensé que sería entretenido venir, ya que este tipo de cosas no hay en Shin Makoku. Ya sabes, como el cine o el parque de diversiones, pero quería que fuera algo nuevo.

     De repente el agarre en su mano se volvió más firme, sin llegar a tenso o asustado.

     —Bien, entonces enséñame bien cómo usar estas cosas.

     Volvió su mirar al rostro pálido del rubio, viendo como sonreía tranquilo con las mejillas sonrosadas y los ojos entrecerrados. Era tan encantador.

     —Realmente, si sonríes así me vuelves loco —dijo resignado ante su debilidad, logrando que el otro solo se avergonzara—. Vamos —aprovechó de acercarse con lentitud, disminuyendo la distancia entre sus narices hasta rozarlas—, por cada vez que logres avanzar solo, te ganarás un beso.

     —Pero merezco uno de recompensa. Esa caída dolió —respondió divertido, fingiendo dolor.

     Yuuri rio por la nariz, juntando sus labios con una sonrisa. No importaba si habían japoneses conservadores observándolos, o mujeres decepcionadas de que el rubio extranjero estuviera con pareja. Se estaba divirtiendo y su prometido parecía estar mejor, pidiéndole tan tiernamente un beso que no había forma de negarse.

     Se separaron tranquilos. Wolfram feliz de que Yuuri se mostrara tan abiertamente como su pareja en ese mundo, donde solía cohibirse tanto que apenas antes le tomaba de la mano.

     —Ven, enséñame a no caerme —se alejó un poquito, entrelazando sus dedos con los de Yuuri.

     Y él fue feliz, viendo a Wolfram tranquilo, feliz de haberlo aliviado de su inseguridad, como siempre estaba dispuesto a hacer.

 

 

~*FIN*~

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer! Realmente amo esta pareja con todo mi ser <3 y estos días he estado inspirada escribiendo de ellos dos. Es que son un amor <3 *w*

Espero que les guste :3 y tengan un lindo día~

Bye Bye~

Atte. Umi chan


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).